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Foro Penal: Mayoría de traslados de presos políticos se han dado antes del decreto
Gonzalo Himiob informó que desde antes de que se publicara la Gaceta Oficial se dieron traslados de presos políticos

El vicepresidente del Foro Penal, Gonzalo Himiob aseguró que el traslado de presos políticos se venía haciendo desde mucho antes de que se publicara la Gaceta Oficial 42.125 donde se ordena el traspaso de custodia de presos del Sebin y la Dgcim al Ministerio de Servicio Penitenciario.

En rueda de Prensa, Himiob indicó que eso «ya tiene mucho tiempo haciéndose» y que hasta el 5 de mayo, habían llevado desde la Dgcim hasta cárceles comunes, a 48 presos, 17 de ellos presos políticos.

«El llamado que hacemos es a no generar una alarma innecesaria con una situación que no es nueva y que no tiene vinculación con la Gaceta», solicitó.

El defensor de derechos humanos, también dijo que después de que se publicó la Gaceta Oficial no ha habido una gran cantidad de traslados de presos políticos, y que el jueves, 20 de mayo, recibieron la confirmación de que se dieron 4 nuevos traslados. «La mayoría de los traslados se han dado antes del decreto». 

Agregó que el hecho de que se trasladen desde estos organismos a cárceles comunes, no implica que dejen de ser presos políticos y que su detención sea arbitraria y en condiciones precarias. «Salvo en algunos casos puntuales, que puede haber cambios para mejor o para peor, pero básicamente se mantendrá igual».

Himiob indicó que el problema con los traslados, es que se está violando el Código Orgánico Penitenciario, y que no se le está informando a los familiares y a la defensa. «No implica una mejoría en sus condiciones, porque en Venezuela no hay una sola cárcel o centro de reclusión que cumpla con las Reglas Mandela, que son los estándares internacionales», añadió.

Fichas de negociación

Sobre un posible nuevo proceso de negociación, entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, Alfredo Romero, presidente del Foro Penal, dio su visto bueno, pero pidió que no se utilicen a los presos políticos como una ficha de negociación. «Esto lo hemos repetido en múltiples ocasiones, cada preso político es un ser humano, que tiene familia, hijos, que sufren su prisión», recalcó. 

Romero aseguró que dan la bienvenida a la liberación, aunque sea de una sola persona, pero que el Foro Penal no se prestará a apoyar o utilizar a los presos políticos como piezas de negociación. «Creemos que los diálogos son necesarios. Cómo no aceptar un proceso que lleve a la transición y claro que el Foro Penal se haría parte, pero hay que comprender la situación humana de los presos políticos, hay que saber y conocer la situación de cada uno», explicó.

Por eso dijo que una negociación debe contemplar que no se encarcelen más personas. «El Foro Penal abierto a cualquier posibilidad y da la bienvenida a la liberación de presos políticos y que el país tenga un proceso real de paz, eso sí, paz sin impunidad», expresó.

Igualmente indicó que hasta la fecha se registran 306 presos políticos, de los cuales solo el 15% ha recibido una condena, mientras que 53% llevan dos años sin juicios, por lo cual denunció que deben ser liberados, porque el Código Orgánico Penal señala que una persona no puede estar detenida por más de dos años sin condena. 

Saab afirma que la CPI no ha dado respuestas sobre informes enviados por el MP
Saab aseguró que el MP y las autoridades continuarán aportando información a la Fiscalía de la CPI

Foto: EFE

El fiscal general impuesto por la ANC, Tarek William Saab, informó este jueves, 20 de mayo, que Venezuela no ha recibido respuesta sobre los informes enviados a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI). 

Durante una rueda de prensa, Saab explicó que el martes, 18 de mayo, el Estado hizo entrega del cuarto informe ante la Fiscalía de la CPI.

«Hemos presentado la actualización de las causas sobre la que se ha suministrado información. El Estado trabaja completamente a ciegas en su rendición de información a la Fiscalía de la CPI, puesto que no ha recibido respuesta de esta institución», dijo.

Saab indicó que en este informe, además de brindar más detalles de algunas causas que se presume están bajo revisión, «se detallan avances en materia legislativa y de renovación de las instituciones, en cumplimiento del compromiso adquirido en el primer informe».

«Del lado de la Fiscalía de la CPI lo que ha habido es un silencio total», agregó.

 

Además, recordó que en noviembre, tras reunirse con autoridades de la Fiscalía de la CPI, fijaron» posición verbal y escrita sobre el caso de Venezuela, donde se persiguen y castigan las violaciones de derechos humanos».

“En el caso de Venezuela no hay prácticas que impliquen la sistematicidad en la comisión de hechos vinculados a violaciones de DDHH, ni la generalidad al respecto, que son parte de las normas para que un estado sea examinado o investigado por la CPI. No es el caso venezolano», insistió.

Explicó que en este último informe se detallaron dos «cambios importantes que tienen que ver con los sistemas policiales del país, en función de avanzar en la progresividad de los DDHH».

Pese a que, según Saab, no han recibido respuestas de la CPI, el MP y las autoridades continuarán aportando información a la Fiscalía de la CPI.

Roberto Patiño May 17, 2021 | Actualizado hace 6 días
Dar con gusto

@RobertoPatino

Hay un hilo que conecta a todos los venezolanos que hay por el mundo y que va más allá de nuestro amor por la música, la sonrisa fácil, el acento caribeño incapaz de ocultarse detrás de otro idioma, o las bendiciones de nuestra gastronomía que compartimos por todos los rincones del planeta donde hay uno de nosotros, un vínculo que nos identifica en lo más genuino que somos como venezolanos: la solidaridad.

Inspirados en este sentimiento, desde el 9 de mayo se ha difundido por redes sociales un video para conmemorar los 5 años de Alimenta La Solidaridad (AS), producido por un grupo de talentosos músicos, cantantes y artistas, donde se versiona, al ritmo de la “jota carupanera”, la canción Dar es dar de Fito Páez, hasta convertirla en el himno de “Dar con gusto”, una invitación para que todos los venezolanos y ciudadanos del mundo, amigos de este pueblo.

La fecha escogida para el lanzamiento fue precisamente el Día de la Madre como un agradecimiento a las miles de mujeres que prestan su trabajo voluntario para esta labor y representan la fuerza de AS.

Con 240 comedores en 15 estados del país, Alimenta la Solidaridad ha atendido a 26.000 personas y repartido 10 millones de platos de comida. Todo un logro que se enmarca en un esfuerzo mayor y que incluye la formación de madres y niños, el acompañamiento en el trabajo en redes en las comunidades y, sobre todo, la formación y apuntalamiento de nuevos liderazgos comunitarios que ayudan a construir un camino para la superación y el cambio.

Hoy la crisis humanitaria generada por el régimen en nuestro país está en la agenda de las principales democracias del mundo y en la cabecera de muchos portales de noticias. Nos hemos convertido en un tema de preocupación para las personas, medios y líderes que miran más allá de sus intereses; somos una coordenada, un punto en el mapa, un rostro y una voz para todos aquellos que se preocupan honestamente por la crisis social que afrontamos, por las violaciones a los derechos humanos que padecemos y la pérdida de nuestras libertades civiles.

Es una agenda extensa, a veces agotadora, ¡lo reconocemos!, pero que los verdaderos demócratas del mundo, saben ponderar en su importancia, sin cálculos mezquinos o indiferencias burocráticas. 

“Dar con Gusto” es mucho más que una campaña para difundir la labor de Alimenta la Solidaridad.

También aspira a convertirse en un punto de encuentro de todos los venezolanos, un espacio para la reflexión, para ayudarnos a repensar nuestro trabajo y compartir las experiencias positivas, que día a día nos muestra un verdadero poder popular que se organiza y trabaja por su futuro, un esfuerzo vital que se despliega desde los valores de la solidaridad, la producción y la democracia.

Dar con Gusto nos convoca, desde nuestra realidad, a pensar en el país. Es una invitación a difundir en el mundo lo que ocurre en Venezuela, a convertir el caso venezolano en algo que supere el titular triste y la crónica oscura; a seguir siendo un tema de interés para quienes aman la democracia y la libertad. Somos un país con problemas muy graves generados desde el poder, pero también somos un pueblo que se define por su esfuerzo, su capacidad de trabajo, su alegría y, sobre todo, por su solidaridad, un valor que une a todos los venezolanos en el mundo que se sienten convocados a dar con gusto por su país.

* Director de Alimenta La Solidaridad y Caracas Mi Convive

robertopatino.com

Dar con gusto

La versión venezolana de la canción Dar es dar, del cantante argentino Fito Páez, fue producida por el músico cumanés y ganador del Grammy latino Jorge Glem. En esta versión se unieron más de 20 músicos venezolanos, entre los que se encuentran los también galardonados con el Grammy, Rodner Padilla, César Orozco y Diego Álvarez. Los acompañaron Cheo Pardo, Víctor Muñoz, Karina, Pedro Castillo, Betsayda Machado, Simón, Elisa Vegas, Claudia Lizardo, Alessandra Abate, Liana Malva, Luke Grande, Ricardo del Búfalo, Natasha Bravo, Reyes, Alberto Arcas y la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Dhayana Fernández-Matos May 16, 2021 | Actualizado hace 6 días
Colombia también me duele

@dhayanamatos

Vivir en Colombia y ser venezolana, migrante, no siempre es fácil, pese a que reconozco que tengo una posición privilegiada: tengo un trabajo formal y estable. Pero ahora, ante lo que está sucediendo, las dificultades adquieren nuevos matices.

Salir huyendo de una situación angustiosa para revivirla en otra geografía, resulta cuando menos agobiante. Eso fue lo que me sucedió una de las noches de la protesta en Colombia, me agobié.

Estaba viendo un video en el cual los estudiantes, en vivo y directo, transmitían lo que estaba sucediendo en la ciudad en la que resido, cuando empezaron los cacerolazos.

No eran tantos como los que acostumbraba a oír en Caracas, donde las ventanas del apartamento donde vivía retumbaban con el sonido (y vivía en el municipio Libertador, por cierto), pero sí se escuchaban.

Me paré de la silla del computador para ver si por el otro lado del apartamento se oían los cacerolazos con más fuerza. En ese momento, se escucharon varios disparos y me asusté.

Alguna persona escéptica podría pensar que para alguien que vive en Colombia y nació en Venezuela, no sería la primera vez que escuchaba unos tiros en su vida y es verdad, no era la primera vez. Pero luego de vivir más de un lustro sin oír ese tipo de detonaciones, mi cuerpo reaccionó.

Fue breve, pero me transporté. Me vi en mi apartamento de Caracas, con el mejor uso que siempre le di a las sartenes: cacerolear (llámenlo privilegios de clase, pero la cocina y yo tenemos un pacto de no acercamiento ni agresión).

Vi mis ventanas, mi cortina, el color del piso, sentí que me transportaba. Eran los olores de Caracas, era su clima, eran sus colores, estaba allá. Cerré los ojos.

Los abrí y regresé a mi realidad, extrañada porque nunca había vivido algo parecido. Lo había visto en otras personas, en las víctimas, pero jamás lo había experimentado.

Cuando la situación era al revés y eran las personas colombianas quienes se trasladaban a Venezuela, estuve trabajando un tiempo con una organización internacional de ayuda humanitaria recabando los testimonios de las personas necesitadas de protección internacional y vi estas reacciones muchas veces.

La señora que contaba cómo dejaron el cuerpo de su hijo en bolsas de papel frente a su casa, el sindicalista que vio cómo asesinaban a todos sus compañeros, la madre que se escondió en el río mientras observaba hechos delictivos, el joven torturado porque no quiso pertenecer a uno de los grupos irregulares y muchos casos más.

Todas esas personas, cuando daban sus testimonios, revivían lo que les había sucedido y su lenguaje corporal era prueba de la veracidad de sus relatos.

Aprendí a detectar lo que sentían, esos doblamientos del cuerpo por el dolor, o aferrarse con fuerza a los brazos de una silla, con rabia, con indignación… Tenían en frente de nuevo los hechos.

También lo he visto con mujeres víctimas de violencia sexual y de otros tipos. Las he visto temblar, acurrucarse, sentirse asfixiadas, llorar de miedo, cuando al dar sus testimonios, reviven las agresiones sufridas. Por eso hay que cuidar tanto no revictimizar ni pedir constantemente que repitan lo sucedido.

Pero mi caso era diferente. Cuando estaba en Venezuela y caceroleaba, pitaba, o iba a una manifestación, nunca me sentí como víctima, por lo menos no una directa, por eso mi reacción corporal me causó tal extrañeza y comencé a buscar explicaciones.

Creo que no hay una respuesta única, sino distintos elementos que lo explican, entre ellos, el hecho de que aunque se trate de dos gobiernos muy distanciados ideológicamente, hay mucha similitud entre las dos situaciones: cacerolazos, abusos policiales, violaciones de derechos humanos, estudiantes ajusticiados y hechos vandálicos de los que quieren hacerlos responsables, desapariciones, compras nerviosas por miedo al desabastecimiento, frustración de quienes quieren hablar y no lo hacen por miedo a las consecuencias laborales, miedo a lo que viene, a lo que sigue, a lo que hay, a que no cambie nada o que cambio todo… Y esa urgencia de diálogo, acuerdo, reconciliación y paz.

Mi cuerpo reaccionó ante lo que conoce y no quiere que se repita, porque le duele tanto Colombia como le duele Venezuela.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Solórzano: Voceros de la dictadura no buscan hacer justicia, solo quieren salvarse de la CPI
Solórzano explicó la diferencia entre violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad

Delsa Solórzano, diputada de la Asamblea Nacional electa en 2015, aseguró que el régimen de Nicolás Maduro buscan «salvarse del juicio» de la Corte Penal Internacional (CPI).

A través de su cuenta de Twitter, Solórzano aseguró que el régimen no busca hacer justicia por los crímenes cometidos en el país, sino al contrario quiere salvarse de un juicio de la CPI.

«La Corte Penal Internacional está por tomar una decisión en cuanto si continúa o no la investigación de la Corte para ir a juicio y poder sancionar a los responsables de los horrendos crímenes que hemos vivido en Venezuela», sentenció.

Por otra parte, explicó la diferencia entre violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. Al respecto, Solórzano afirmó que la violación a los DDHH es grave, pero la CPI no tiene competencia de proceder, sino que lo remite a jueces del país.

“La diferencia es que los crímenes de lesa humanidad son de carácter sistemáticos, vienen ordenados desde la jerarquía del Estado y se cometen contra una población específica, en este caso, contra quienes levantamos la voz en contra de la dictadura”, explicó.

 

En ese sentido, dijo que el régimen creó una nueva defensa, donde intenta dar un mensaje a la comunidad internacional de que en Venezuela solo hubo una violación de DDHH y que está violación no constituye un crimen y que los mismos se están enjuiciando en el país.

“Defender al régimen no es no decir que cometieron un crimen, es decir que hubo una violación de derechos humanos que esa violación no constituye un crimen y que se esta enjuiciando en Venezuela”, sumó.

Con información de El Impulso

Bachelet alerta de creciente cerco a instituciones de derechos humanos en la región
La oficina de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos subraya que las denuncias de ataques en América Latina a instituciones tales como defensorías del pueblo, o procuradurías para la defensa de los derechos humanos, han aumentado considerablemente en los últimos dos años

 

La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó hoy su alarma por el «creciente número de amenazas, ataques e intentos de socavar y deslegitimar las instituciones nacionales de derechos humanos» por parte de los gobiernos de Latinoamérica.

Esos incidentes incluyen amenazas y acoso contra este tipo de instituciones o su personal en Bolivia, Haití, Chile y El Salvador, o intentos de destitución de sus máximos responsables en Guatemala o en México, destacó un comunicado de la oficina dirigida por Bachelet.

Además, preocupan las declaraciones públicas que desacreditan la labor de estas instituciones en Ecuador y Uruguay, así como el levantamiento de la inmunidad de su personal y los recortes presupuestarios en Perú, o que no se haya nombrado en la última década un defensor del pueblo en Argentina, añade la nota oficial.

La oficina subraya que las denuncias de ataques en América Latina a instituciones tales como defensorías del pueblo o procuradurías para la defensa de los derechos humanos han aumentado considerablemente en los últimos dos años.

«El hecho de que hayamos recibido quejas de instituciones de casi una docena de países de la región es testimonio de la tendencia y la magnitud del problema», declaró Bachelet.

Los ataques incluyen acoso y amenazas por parte de gobiernos, parlamentarios, funcionarios, grupos de autodefensa y otros actores contra las instituciones de derechos humanos, «simplemente por hacer su labor y cumplir con su mandato», subraya el comunicado.

Bachelet afirmó que la crucial labor de las instituciones nacionales de derechos humanos independientes sólo puede ejercerse «si son capaces de operar sin interferencias indebidas de gobiernos y son capaces de mantener su independencia».

«De lo contrario, perderán su credibilidad y legitimidad a los ojos de las personas a las que deben servir», agregó.

La expresidenta chilena insistió en que esas instituciones, que trabajan estrechamente con la Oficina de la ONU que ella dirige, «no deben enfrentarse a ninguna forma de abuso o interferencia.

«Insto a los gobiernos de toda la región a que cumplan con sus responsabilidades y respeten y protejan la independencia de las instituciones nacionales de derechos humanos», concluyó.

El Pitazo
DDHH olvidados | Perder dos hijos en menos de una semana
Los hermanos Carlos Francisco y Julio César fueron asesinados por agentes de la Policía Nacional en un operativo en Catia en el año 2018
La versión policial señala que el primero de los hermanos Rangel Novais murió en un enfrentamiento, y el segundo en una riña entre reclusos

@ValeriaPedicini 

A María Magdalena Novais le mataron a sus dos únicos hijos en menos de una semana. Uno murió el 10 de julio de 2018 y el otro falleció seis días después. Dos hechos distintos, pero conectados y con los mismos culpables: agentes de la Policía Nacional. Los dos hermanos estaban viendo juntos la semifinal del Mundial de Fútbol cuando los efectivos entraron a la casa y les apuntaron con las armas. 

Carlos Francisco había salido corriendo y saltó entre los techos para huir. A Julio César, que tenía un bebé de cuatro meses, lo agarraron. 

María Magdalena no estaba en su vivienda en Gramoven, Catia, cuando eso pasó a sus dos hijos. Estaba en El Paraíso, en su cita habitual como colaboradora en un ancianato. Una vecina la llamó desesperada para decirle lo que había pasado. 

Cuando llegó, era como si nada hubiera ocurrido porque todo estaba en orden.  Los vecinos se encargaron de contarle lo sucedido y no pudo evitar sorprenderse. “Lo sacaron de mi casa como si fuese un narcotraficante, un matón, un asesino. Nunca vi nada de eso, nada de drogas, como los quisieron acusar. Julio había recibido dos balazos, pero ninguno letal, y cuando se lo llevaban gritaba: ʻTengo un hijo, te amo hijo. ¿A quién estás buscando? ¿A quién? Yo no soy”. 

A Julio César, su hijo menor, los efectivos lo golpearon y sacaron caminando, aunque a rastras, de su casa con un disparo en la nalga y otro en el pie. Estaba vivo. En lugar de trasladarlo al hospital más cercano (había dos, el de los Magallanes de Catia y el Periférico de Catia), finalmente fue ingresado muerto en el hospital Pérez Carreño en Montalbán. 

Los testigos aseguran que el joven salió renqueando, pero vivo, y según se supo, en lugar de trasladarlo al hospital más cercano (había dos, el de los Magallanes de Catia y el Periférico de Catia), fue llevado al hospital Pérez Carreño en Montalbán. Horas más tarde murió con cinco balazos.

Mientras se hacían los arreglos para sepultar al menor de los hermanos, el mayor permanecía detenido. María Magdalena no pudo verlo, no se lo permitieron, pero una prima del joven logró visitarlo y le vio signos de tortura. “Mi hijo vio a quienes asesinaron a su hermano y lo pagó con su vida”.

Carlos Francisco había sido aprehendido luego de una persecución, pero no fue entregado en la jefatura cuya jurisdicción correspondía, sino en San Agustín. Al sexto día, en la jefatura donde permanecía, lo encontraron muerto. El 16 de julio de 2018 le notificaron a su madre que había muerto en un pleito entre quienes estaban ahí retenidos, pero nadie más perdió la vida en la aparente trifulca. 

La versión policial señala que el primero de los hermanos Rangel Novais murió en un enfrentamiento, y el segundo en una riña entre reclusos. “De setenta y cinco presos que había ahí, el único que murió fue mi hijo Carlos. Qué raro ¿no?”, se pregunta la madre. 

Unas 340 personas murieron a manos de la policía en el Área Metropolitana de Caracas durante el año 2019, según cifras del Monitor de Víctimas, un proyecto de Runrun.es y la organización Caracas Mi Convive

La Misión Internacional de Determinación de Hechos sobre Venezuela de la ONU confirmó en septiembre de 2020 la gravedad de los casos de letalidad policial. Dice que hay “motivos razonables” para creer que un número considerable de muertes de civiles ocurridas a manos de la policía entre 2015 y 2020 pueden ser consideradas ejecuciones extrajudiciales. Asegura que estos hechos podrían constituir delitos de lesa humanidad

La madre le había escrito una carta a Carlos y la envió con su sobrina. La misiva decía: “Hijo mío, nos quitaron a Julio, se acabó el Trío Perfecto, y al hijo de Julio lo vamos a criar entre los dos. Yo sé que vas a salir de ahí. Bendiciones de tu madre que te espera con los brazos abiertos”. María Magdalena casi no puede terminar la frase, no le alcanza el aire: “Pero me dejaron con los brazos abiertos”. 

Aún abatida por la brutal muerte de su hijo menor María Magdalena Novais tuvo que recibir el cuerpo de su hijo mayor, Carlos Francisco. No tuvo fuerzas para velarlo, estaba destrozada y apenas podía mantenerse en pie. Carlos llevaba dos días muerto y ya el cadáver estaba descomponiéndose. “Me lo entregaron negro, del color de esta mesa, de tanto golpe, yo no lo reconocía. Le destrozaron la cabeza. Estaba todo blandito, fétido, y así me le lancé encima”. 

María Magdalena sabe que no va a recuperar a sus dos hijos, a su Trío Perfecto como ella los llamaba. Pero quiere la verdad. “Necesito que se haga justicia para poder decirle a mi nieto, más adelante, explicarle cómo pasaron las cosas”.

El expediente de sus dos hijos es grueso, “parece una enciclopedia”, porque María no ha escatimado tiempo ni diligencias para completarlo. La búsqueda de justicia la sostiene. Ha padecido las propuestas de funcionarios de la Justicia para que abandone, pero para ella insistir es indispensable. “Yo no tengo miedo a nada. Así como se metieron en mi casa, así mismo me meto yo en la Fiscalía y en donde haga falta. Hay que denunciar y no desmayar. Yo les voy a dar hasta el último aliento de mi vida”. 

Confiesa que en dos ocasiones meditó muy seriamente atentar contra su vida, todo había perdido sentido para ella sin sus dos hijos. “No quiero que nadie de mi familia me acompañe, yo soy la que tiene que lograr que se haga justicia, yo los parí. En la casa, el cuarto de Julio está vacío, el cuarto de Carlos también vacío, pero yo sigo siendo mamá, soy su voz”.

N de R: El testimonio forma parte del informe «Víctima a víctima», disponible en el portal de Cofavic

DDHH olvidados | Todavía no sabe por qué mataron a José Alejandro
El joven José Alejandro Sánchez falleció en un supuesto enfrentamiento con las FAES en Guatire en 2018
Las FAES son responsables de 45% de las muertes a manos de la policía que ocurrieron en Caracas entre mayo de 2017 y enero de 2021, con un total de 733 casos

@ValeriaPedicini

José Alejandro Sánchez había pasado tiempo sin conseguir trabajo. Por eso cuando su papá le propuso que lo ayudara a cuidar una finca en Higuerote propiedad de un dirigente político, él aceptó. Después de un par de semanas en la zona, se fue con su pareja al barrio El Milagro en Guatire, a pocas cuadras de donde vivía su madre. 

Era 10 de octubre de 2018 cuando el muchacho de 27 años le dijo a su esposa que iba a salir a trabajar, pero no le especificó de qué se trataba. “Él siempre me llamaba al mediodía, siempre. Pero como no me llamó esa vez, me preocupé, pero él no tenía celular, no sabía cómo contactarlo. Una siente, pero yo me convencí de que no había pasado nada malo. Pensé que le había salido un viaje. Cuando regreso a mi casa, escucho unos gritos afuera, salgo y veo un grupo de vecinos, me meto entre la gente y le digo a la muchacha: ʻ¿Qué te pasa, por qué estás así?ʼ. Ella me responde que habían matado a su primo en Valle Arriba. ¿En Valle Arriba? Mira, yo no sé dónde está mi hijo, ¿mi hijo no estaba ahí, verdad?”. 

América Rodríguez aún no sabe por qué mataron a su hijo. El crimen ocurrió a plena luz del día, al aire libre y en un sitio público. Unas personas le dijeron que unos amigos de José Alejandro lo indujeron a cometer un robo. Otros, que fue con sus amigos del barrio a jugar a una cancha ubicada en el sector Valle Arriba. 

Ella no sabe con exactitud. Lo único que sabe es que José Alejandro estaba en ese lugar a esa hora. No ha podido descubrir quiénes lo vieron, si medió palabras con alguien, de qué lo acusaron o si lo confundieron. Lo cierto es que su muchacho recibió cuatro disparos letales y es posible, pero no verificado, que haya quedado con vida. 

“Valle Arriba es un sector que tenía tiempo azotado por el hampa. Un señor, al que antes habían entrado a robarle su casa, vio al grupo de muchachos en la cancha. Yo tengo el nombre de ese señor, pero no han querido citarlo a declarar. A él le parecieron sospechosos, habrá tenido miedo de que fueran los mismos y le pasara otra vez, y llamó a la policía. Los funcionarios de Polizamora llegaron, los requisaron, y yo no sé por qué, eso dicen los periódicos, se los entregaron a las FAES”. 

La mujer se pregunta cómo pudo pasar ese supuesto enfrentamiento con las FAES, en qué momento. Sostiene que las autoridades deberían investigar lo ocurrido porque la directora del hospital adonde fue llevado José Alejandro había renunciado y buscando datos sobre lo sucedido con su hijo, ella recogió un rumor escalofriante: “Las FAES suelen herir a los muchachos, los ruletean, finalmente los ingresan muertos y exigen a quienes estén de guardia dar la versión de que llegaron vivos y se les murieron mientras les practicaban las medidas de auxilio”. 

América dice que sigue trabajando como costurera para evitar pensar, pero sigue haciéndose preguntas que aún hoy no puede contestar. ¿Por qué su hijo pasó de manos de la Policía de Zamora a las FAES? ¿Por qué apareció desnudo, sin documentos y muerto en el hospital de Guatire? ¿Por qué no han interrogado al vecino que denunció su presencia y la de sus cinco amigos? ¿Por qué los mataron en lugar de llevarlos detenidos? ¿Por qué la policía dice que hubo un enfrentamiento y no presenta las supuestas pruebas? ¿Por qué no ha podido tener en sus manos el expediente? 

“Yo quedé en el limbo. Las FAES me quitaron a mi hijo, lo más grande, el único que me ayudaba. No sé cómo ando en este mundo”. Las FAES son responsables de 45% de las muertes a manos de la policía que ocurrieron en Caracas entre mayo de 2017 y enero de 2021, con un total de 733 casos, según cifras del Monitor de Víctimas, un proyecto de Runrun.es y la organización Caracas Mi Convive

Al principio, América rechazó cualquier posibilidad de denunciar, no quería saber nada, pero quizás ver a su nieta, la hija de su hijo, a quien ha criado desde siempre, le fue despertando la motivación: “Yo tengo que sacarla adelante”. 

A esa certeza se fue sumando una progresiva sensación de injusticia, de abuso, y una idea persistente: si la policía hubiese actuado de forma correcta, su hijo, de haber sido hallado responsable de algún delito, podría estar preso, pero vivo. 

Haberse unido al comité de la Organización de Familiares de Víctimas de violación de Derechos Humanos (Orfavideh) la llenó de fuerza: “Ahora ya no tengo miedo”. De una primera reunión con los representantes de la organización salieron otras dos personas decididas a denunciar, pero las presiones para que desistieran empezaron temprano. Durante una de esas diligencias le robaron el carro al padre de uno de los muchachos, y en presencia del fiscal hizo el comentario de que le daba miedo hacer la denuncia. Según América, la respuesta del funcionario fue intimidante: “¿Te da miedo denunciar el robo, pero no a las FAES por lo de tu hijo? Tú no sabes lo que estás haciendo”. 

Al integrarse a Orfavideh, una de las primeras asperezas que se deben asimilar es la resistencia en las instituciones de justicia a allanar el camino de las víctimas, y al mismo tiempo se debe desarrollar un mecanismo de perseverancia. En la Fiscalía 10ª de Guarenas, donde se lleva el caso, la presencia de América se ha vuelto cotidiana. De aquel grupo de familiares dispuesto a llevar hasta el final la lucha contra la impunidad solo ha quedado América, que sigue acudiendo, preguntando, haciendo seguimiento. 

Le han dicho y de diferentes maneras la instan a que abandone. “Claro que tenemos miedo de morir. Pero si quiere, le dije al fiscal, deles la dirección para que me vayan a matar, porque igual ellos están para eso, para matar, pero yo no voy a retirar la denuncia”. 

N de R: El testimonio forma parte del informe «Víctima a víctima», disponible en el portal de Cofavic