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Remigio Ceballos: ¿Qué país del mundo no tiene delincuencia? Todos tienen grupos delictivos”

Remigio Ceballos, ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, compareció este jueves 17 de febrero ante la cuestionada Asamblea Nacional de mayoría chavista para ofrecer un balance de la Operación Guaicaipuro II y otros operativos policiales en el país.

Al ser consultado por el diputado Oscar Ronderos sobre la situación de las bandas armadas que operan en Caracas y otras zonas del país, Ceballos justificó la presencia de bandas criminales diciendo que “todos los países del mundo” tienen delincuentes.

“Nosotros tenemos todas las bandas identificadas. ¿Qué país del mundo no tiene delincuencia, díganme ustedes diputados? ¿Qué país del mundo no tiene grupos delictivos? Todos tienen grupos delictivos”, afirmó.

El ministro expresó que lo importante para combatir esas bandas es la organización. «Nosotros, el gobierno bolivariano, tenemos un plan de lucha contra las bandas criminales, tenemos un plan de combate contra el narcotráfico. Allí está claros los objetivos (…) pero no podemos develar nuestra estrategia».

La Asamblea Nacional chavista precisó en su cuenta de Twitter que fue aprobada por unanimidad las acciones para la garantía de la seguridad.

«En lo que va de año, hemos superado en 43 % las incautaciones de narcóticos en relación con el año pasado. Llevamos ocho toneladas de drogas incautadas (…) eso es un gran logro que dice mucho de la lucha del Gobierno», aseveró el funcionario.

Vínculos con Colombia

Durante su intervención, Remigio Ceballos culpó al Gobierno colombiano de tener «vínculos» con bandas criminales que operan en Venezuela «para obtener objetivos políticos».

«Hemos descubierto vínculos de esas bandas criminales, paramilitares, equipadas y armadas con armas que son armas de uso para la guerra y que sabemos muy claramente que vienen directamente desde Colombia», aseveró.

La visita de Ceballos al Parlamento respondió a una invitación que le hizo Jorge Rodríguez, para «conocer» el desarrollo de los operativos denominados de «liberación del pueblo», en los que han desarticulado a varias de estas bandas delictivas.

«Todas las armas de la delincuencia que existe en Venezuela, todas las armas de los grupos paramilitares y narcotraficantes en nuestra frontera occidental y en nuestra frontera sur, todas provienen de Colombia», dijo Rodríguez en una rueda de prensa.

Aseguró que estos delincuentes no pueden ser denominados como «hampa común», pues se trata, según dijo, de «grupos delincuenciales organizados que tenían recursos provenientes del narcotráfico y que tienen recursos y armas provenientes del Gobierno de Iván Duque».

Con información de El Pitazo y EFE

Basura, falta de agua y delincuencia: Los problemas que más preocupan a los caraqueños
La inflación, los cortes de luz y la mala vialidad de las calles, también afectan a los habitantes del municipio Libertador de Caracas 

La última encuesta presentada por Consultores 21 reveló que la crisis económica (24%), la mala calidad de los servicios públicos (37%) y la inseguridad (5%), son los principales problemas problemas personales que afectan a los caraqueños actualmente. 

La encuesta, que tuvo como muestra a 800 personas del municipio Libertador, determinó que el principal problema de la ciudad de Caracas es la basura en las calles (20%), seguido por la falta de agua (16%) y la inseguridad y delincuencia en las calles (15%). 

Sobre los problemas que más afectan a las urbanizaciones y barrios del municipio destacan los constantes cortes de agua (33%), la basura en las calles (22%) y las malas condiciones de la vialidad (15%). 

Según el sondeo de Consultores 21, la falta de transporte público, los cortes de luz, la escasez de gas y el desempleo también fueron dificultades que, en menor medida, también impactaron negativamente en los caraqueños. 

Elecciones municipales Libe… by TalCual

De cara a las elecciones 

Consultores 21 afirmó en su encuesta que en el municipio, la intención de votos en el sector de la oposición la lidera el dirigente político Roberto Patiño (16 %) para ocupar la Alcaldía de Libertador (Distrito Capital). Le siguen, en orden de preferencia, Antonio Ecarri (9 %), Tomás Guanipa (8 %) y Carlos Prosperi (4 %). 

Por el oficialismo, la ministra de Interior, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, lidera la intención de votos con 19%, mientras que 9 % respaldaría a Alexander «Mimou» Vargas, Ecarri se lleva 6 % de preferencia y Prosperi, 3 % (al igual que Érika Farías).

Las armas, la segunda plaga que azota nuestro planeta

Luego de la pandemia de COVID-19, la segunda plaga que más azota a los seres humanos es la proliferación de las armas de fuego. Según calcula Naciones Unidas, será responsable de no menos de medio millón de muertes en el mundo para el año 2025.

Para librar una lucha general en contra de la violencia es necesario distinguir los varios escenarios, sus actores y sus motivos para poder combatir su alarmante crecimiento en casi todos los rincones del planeta, en unos más que en otros.

 El primer grupo, el más peligroso

Constituido por las Fuerzas Armadas de Ocupación (y/o) Represión (FAOR), que incluye a gobiernos autoritarios con pocos o casi inexistentes valores democráticos. Entre ellos los de China, Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia y, en escala menor, los de varios países africanos y asiáticos. Así como los gobiernos de tendencia similar como los de Cuba, Honduras, Nicaragua, Venezuela, México y Brasil.

China y Rusia representan un grave peligro porque la primera quiere expandir su frontera abarcando a Taiwán y creando islotes artificiales para dominar espacios de navegación en el Pacífico. Y la segunda, Rusia, luego de recuperar Crimea quiere terminar de adueñarse de Ucrania y otros países que pertenecían a la vieja Unión Soviética. A esos países hay que añadir un grupo de naciones africanas liderado por la autodenominada República Democrática del Congo, que incluye a Ruanda, Uganda, Angola, Burundi y Eritrea. Estos combaten a grupos rebeldes y pelean entre ellos mismos desde el comienzo del siglo, todos tratando de controlar las grandes riquezas minerales de la región central de África.

 El segundo grupo, América Latina

En este grupo, de América Latina, se da un alto número de víctimas causado por la represión de los gobiernos autócratas. Pero también por los enfrentamientos armados de organizaciones delictivas relacionadas con el tráfico de estupefacientes y de minerales preciosos. Las víctimas, según las Naciones Unidas, se concentran en las siguientes ciudades (entre paréntesis el número de víctimas por cada 100.000 habitantes): Acapulco (71.61), Ciudad de México (69.25), Tijuana (67.94) y Cancún (53.52), en México; Natal (79.21), Río de Janeiro (77.52), Recife (76.52), Bahía  (75.93) y Sao Paulo (70.38), en Brasil; Caracas (84.68), Ciudad Guayana (80.28), Ciudad Bolívar (73.21) y Barquisimeto (42.11) en Venezuela; Bogotá (62.01), Cali (46.3) y Cúcuta (42.38) en Colombia; Kingston (70.02) en Jamaica, San Pedro de Sula (80.04) en Honduras, y Puerto España (74.86) en Trinidad y Tobago.

 Tercer grupo, el más temible

Este es menos fácil de contabilizar, pero quizás el más temible. Se trata de organizaciones de grupos armados que participan en conflictos políticos, tales como los que se están librando en Siria y en el Medio Oriente, incluyendo enfrentamientos entre kurdos y Turquía; kurdos y fuerzas regulares y grupos islamistas (ISIS) y de Al-Qaeda, en Siria e Iraq; y el enfrentamiento entre las fuerzas gubernamentales del presidente Bashar el Assad de Siria y los grupos rebeldes en su contra.

En la península árabe, en el Yemen, Arabia Saudita y una fuerza que tiene su apoyo libra una guerra en contra de los rebeldes hutíes que controlan la zona montañosa del noroeste de Yemen y tiene el considerable apoyo de Irán. Pero en realidad el Yemen se ha reducido a un conjunto de pequeños estados y zonas controladas por un número cada vez mayor de grupos armados, todos los cuales tienen diferentes objetivos y trayectorias. Y que siguen enfrentándose ferozmente a pesar que desde su comienzo, hace seis años, esta guerra civil ha causado el impresionante número de 233.000 muertos.

 Cuarto grupo, los delincuentes

Es el más conocido. Y está formado por ese 15 por ciento de la población mundial que los psicólogos dicen que escoge la delincuencia como manera de sobrevivir, recurriendo casi siempre al uso de armas de fuego como amenaza que, en muchas instancias, terminan por usarlas y causar víctimas. En este caso hay una gran diferencia que varía en cada país según donde ocurren los crímenes. Londres, por ejemplo, es la ciudad que registra el mayor número de robos sin víctimas, superior al de Nueva York que normalmente es el escenario de 230 homicidios por año. Esto no extraña porque, según las Naciones Unidas, los estadounidenses son dueños del 42 por ciento de las armas del mundo. Otro dato que condena a los americanos es el hecho de que su posesión de armas de fuego ha duplicado en los últimos 30 años.

A esta altura entra en juego el gran debate, especialmente en los Estados Unidos, de cómo ejercer más control sobre las armas y la consideración de si es legal hacerlo.

Esto se debe principalmente a ley norteamericana (en su segundo mandamiento (Second Amendment) que declara que “al pueblo no se le puede negar el derecho del porte de armas.” Esto choca con las instrucciones de San Pablo, que pidió a los fieles “no hagan ustedes mismos justicia sino confíen en la ira divina.”

Esto, por supuesto, no cae muy bien a la National Rifle Association (NRA) la cual primero emite la pregunta “¿son las armas que matan a la gente o la gente mata a la gente?” y luego recuerda que en los peores años del siglo pasado, cuando el crimen organizado dominaba a Chicago, los civiles armados fueron los que mataron a los gánsteres que azotaban la ciudad, siendo responsables del 71 por ciento sus muertes; mientras que la intervención de la policía solamente logró eliminar un 61 por ciento de ellos. La NRA también usa con mucha frecuencia la frase popular que “Dios seguramente creó al hombre, pero Samuel Colt (productor de los revólveres Colt) lo ha convertido en un ser igual.”

 Quinto grupo, tiroteos masivos

Debido al creciente número de muertos causados por tiroteos masivos o “mass shootings”, la NRA se ha declarado preocupada y ha aumentado la divulgación de instrucciones de cómo defenderse con armas de fuego en un panfleto que se llama DGU o sea “Defensive Gun Use”. En su empeño para evitar la eliminación del porte de armas, a la NRA le preocupa también del aumento de individuos mentalmente inestables o desequilibrados que están participando en tiroteos masivos. Por ello apoya la idea del presidente Joe Biden de aumentar sensiblemente el sistema de chequeo de los antecedentes de todo individuo que quiere adquirir armas con mucho más rigor.

De hecho, el mandatario estadounidense está determinado a eliminar la venta de armas largas o rifles de asalto (assault rifles) que tienen la capacidad de disparar múltiples rondas de proyectiles de mayor calibre y han sido usadas en tiroteos masivos.

Las 5 ciudades que sufren el mayor número de víctimas por armas de fuego en los Estados Unidos (víctimas por 100.000 habitantes) son Detroit, Michigan (1.96), St. Louis, Missouri (1.93), Baltimore, Maryland (1.88), Memphis, Tennessee (1.63), Springfield, Missouri (1.52).

En Europa el número de víctimas por armas de fuego es muy inferior a los de América Latina y bastante inferior a Estados Unidos. Los países que han registrado el menor número de víctimas (por cada 100.000 habitantes) son: Inglaterra (0.23), Polonia (0.26), Holanda (0.58) España (0.62) y Alemania 0.99). Sorpresivamente, los países que registran el mayor número de víctimas son Finlandia (3.25), Suiza con (3.01) y Francia con (2.83). En el resto del mundo los países que registran las menores víctimas por 100.000 habitantes son: Singapur (0.025), Japón (0.06), Islandia (0.07) y Corea del Sur (0.08).

Qué hacer con todos estos grupos va a determinar el futuro de muchos países y pueblos. Unos buscando fortuna a cuesta de otros y los menos afortunados tratando de sobrevivir y mejorar su forma de vida. Los intereses son muchos y varios y hasta que cuerpos internacionales como la Naciones Unidas no logren ponerse de acuerdo y adopten un sistema de mayor protección general, los altibajos de la delincuencia, los conflictos y de las pugnas a veces fratricidas van a seguir azotando a la humanidad.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Crímenes sin Castigo | Venezuela: la adaptación del hampa
La cuarentena implantada por el Ejecutivo alteró la vida de los venezolanos de bien, y también la de los delincuentes. El delito no desapareció: se reconvirtió y se hizo más astuto

 

@javiermayorca

Dentro de todo lo decepcionante que pudo ser el año recién finalizado, hay un dato que quizá contribuya a generar alguna esperanza: para el 31 de diciembre, el país contabilizaba 9050 homicidios.

Esta cifra, conocida extraoficialmente, incluye las muertes ocasionadas por funcionarios policiales o militares, en episodios conocidos como “resistencia a la autoridad”. En países como Japón o Noruega, podría ser escandalosa. Aquí, representa una vuelta a los niveles que existían en 2002.

Ya el Observatorio Venezolano de la Violencia había notado el impacto que tuvo la prolongada cuarentena, implantada incluso antes de que se admitiese la llegada del primer caso de covid-19 en el país. Tomemos en cuenta, por ejemplo, la cifra de muertes reportada en 2015 (27.875), y nos percataremos de que, a la vuelta de cinco años, hubo una reducción de aproximadamente 60 %.

Es tiempo de buscar algunas explicaciones. Desde luego que la matanza sistemática de individuos con antecedentes ha tenido algún impacto. No solo los han eliminado físicamente, sino que muchos de los sobrevivientes buscaron refugio en otras latitudes, en lo que alguna vez fue denominado “efecto cucaracha”. También el éxodo masivo de venezolanos ha influido. Si atendemos a las cifras de Acnur, para 2021 habrá salido de Venezuela aproximadamente el 20% de la población reconocida en 2015.

La matanza sistemática y la diáspora son algunos factores a tomar en consideración para explicar la reducción de las muertes violentas. Pero no son los únicos.

Dice Emile Durkheim que el delito es una característica normal de la sociedad, algo “ligado a las condiciones fundamentales de toda vida social”. Por lo tanto, no podrá ser eliminado totalmente. Como sucede con la energía, solo se transforma, adquiere nuevos matices ante determinadas circunstancias. El problema está en disponer de las herramientas para conocer hacia dónde se orienta.

En el caso de la Venezuela de 2020, un factor crucial fue el confinamiento. La obligatoriedad de permanecer en las viviendas o en sus alrededores aminoró la frecuencia de los homicidios hasta llegar, en septiembre, a la cifra más baja, que fue de 355 víctimas. Simultáneamente, los cuerpos policiales y militares pudieron hacer más efectivo el control y la localización de sus objetivos. En el segundo trimestre del año, mataron a un promedio de 490 personas al mes, erigiéndose de esta forma en el actor violento más importante.

En el tercer trimestre del año pasado, el promedio de homicidios ocasionados por bandas, delincuentes solitarios, gente celosa y en fin actores civiles subió un poco y se equiparó con el de los cuerpos uniformados. En ambos “bandos”, la cifra fue de 362 promedio mensual.

Nuevamente, las explicaciones deben ser encontradas en una conjunción de factores. En septiembre, las policías y los componentes militares tuvieron un dramático descenso en su actividad letal. Esto coincide con la divulgación del informe del grupo de Determinación de Hechos de la ONU, que reveló la existencia de un patrón de violencia estimulada desde las más altas esferas gubernamentales, en lo que describió como “luz verde para matar”. El cese de estas prácticas sería una especie de desmentido silente, pero también una admisión de lo hecho.

Mientras tanto, del otro lado, la delincuencia comenzaba a adaptarse a los lapsos de “flexibilización”, aprovechando la mayor oportunidad para el delito que venía con el incremento en la circulación de personas. Con ello también se elevó el promedio de homicidios, hasta 385 víctimas mensuales.

Se debe recordar que el Ejecutivo aflojó la orden de confinamiento puesto que la economía venezolana se encontraba -y aún permanece- postrada, pero era necesario incrementar la actividad callejera, dar la sensación de cierta recuperación, con miras en la elección parlamentaria.

Una vez logrado el objetivo, Maduro ordenó la vuelta al tono que predominó hasta noviembre, y probablemente intentará mantenerlo así hasta que le convenga. Ya The Economist explicó cómo la pandemia ha servido para el reforzamiento de los regímenes autoritarios en todo el mundo.

Los delincuentes, sin embargo, entendieron que la cuarentena no necesariamente implica pérdidas, siempre y cuando fuesen capaces de “reconvertirse” y aprovecharla. Las formas que ha adoptado el delito en el país quizá no puedan ser medidas con precisión, basados exclusivamente en estadísticas oficiales, que siempre son fragmentadas y construidas a conveniencia. Pero es muy probable que en estas circunstancias los más astutos lograrían mantenerse. Esto explicaría por qué las denuncias de fraudes y delitos asociados se incrementaron en más de 60 % con respecto a 2019.

Lo mismo ha ocurrido con las extorsiones. Para amedrentar a una persona, no es necesario salir de la casa, o de la cárcel. El “distanciamiento social” puede conservarse, y aun así la amenaza llega, ya sea en la forma de un mensaje de WhatsApp, el estallido de una granada en la fachada de la casa o del negocio, o tiros de fusil.

Por eso, en un contexto de reducción general de los homicidios, la extorsión (y su delito primo hermano, la concusión) aumentó en 90 %. Sobre este punto, se profundizará en una entrega posterior.

En condiciones de normalidad, las estafas y las extorsiones raras veces son denunciadas. En pandemia, las víctimas cuentan con el pretexto ideal para no acudir a las autoridades. Mucho menos las venezolanas, que inspiran la menor confianza en toda Latinoamérica, según la encuesta Gallup sobre Ley y Orden. Por lo tanto, el enorme crecimiento en las denuncias sobre estas actividades resulta altamente significativo.

Quizá es muy temprano para trazar una conclusión definitiva sobre este tema. No obstante, los datos puestos sobre la mesa sugieren que el delito en general no disminuyó su frecuencia. Algunas manifestaciones particulares, como el homicidio y cierto tipo de lesiones, tuvieron mermas momentáneas. Mientras tanto, otras actividades ilegales han ido en pleno crecimiento, en las sombras y ajenas a todo escrutinio oficial.

Breves

¿Cómo pasaron los presos políticos las festividades de Navidad y Año Nuevo? Una consulta a fuentes con acceso al Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y a la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) indica que el régimen dispensó un trato diferenciado a los 350 detenidos por razones de conciencia (cifra del Foro Penal). La situación fue más evidente en los calabozos del Helicoide. Allí permanecen aproximadamente 150 personas.

En la Nochebuena, las puertas se abrieron para que los detenidos confraternizaran entre ellos. Hubo reuniones en celdas y pasillos, excepto para los implicados en la Operación Gedeón (60).

A los militares estadounidenses de la contratista Silvercorp, Franklin Durán, Baduel hijo y los demás los pusieron a “comer candado”, expresión usada allí para aquellos obligados a permanecer tras las rejas, día y noche. Era orden superior. No hubo conflicto con los custodios, que además son funcionarios recién llegados. En la Dgcim Boleíta la cosa fue distinta. De las concesiones hechas a propósito de la visita de la comisión Bachelet solo queda el derecho a hacer llamadas de cinco minutos, una vez a la semana. Cada quince días, los detenidos son llevados a un patio interno para que tomen sol. “Durante la actividad, que tiene duración de 30 minutos, los presos son obligados a participar en un video, que realizan los custodios para dejar constancia de los ‘minutos de esparcimiento’. Los presos deben llevar dos o tres franelas diferentes, para ser grabados el mismo día, simulando que se trata de fechas distintas”, reveló un oficial con acceso a esa instalación. Para colmo, en las festividades navideñas llevaron a un cura a oficiar misas con alto contenido político. “Durante la homilía, el sacerdote llamó la atención de los presos, y los invitó a reflexionar en torno a los ‘errores y pecados’ cometidos en contra del Gobierno”, recordó. Aquellos que alzaron su voz ante el religioso fueron castigados.

Durante 2020 la violencia no cesó en las cárceles y retenes policiales del país, a pesar del interés gubernamental por invisibilizarla. Esto queda en evidencia cuando se intenta buscar un registro oficial sobre el saldo final de la masacre en el Centro Penitenciario de los Llanos (Cepella), en Portuguesa. De ello, solamente hay una información emitida el 4 de mayo por la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones, en la voz de Carolina Girón, según la cual hubo 47 fallecidos y 75 heridos. Se desconoce si alguno de los lesionados murió con posterioridad. Mientras tanto, las cifras del régimen conocidas extraoficialmente solo admiten 108 decesos en 84 incidentes. Esto da un total de 155 víctimas. Pero esta cifra solo da una noción parcial, puesto que no precisa cuántos cadáveres quedaron en las calles del país, a propósito de la aplicación de la famosa “ley de fuga”.

En marzo, por ejemplo, el comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral Occidente (Redi Occidente), mayor general Ovidio Delgado, informó sobre las muertes de 35 sujetos que habían escapado de la cárcel de San Carlos del Zulia. Así hubo casos en Falcón, Guárico, Miranda y otros estados. En 2020, según los datos extraoficiales, murieron presos en instalaciones de 19 estados. Pero el más violento de todos fue Aragua, donde ocurrieron 37 episodios en los internados de Tocorón, Alayón y en el retén de la policía municipal de Zamora. Todas estas muertes fueron ocasionadas por el uso de armas de fuego.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

OVV: Escasez de gasolina fortalece control territorial de la delincuencia en Sucre
El asesinato de Bislick ocurrió un día después de su secuestro cuando cuatro sujetos armados ingresaron a su residencia y se lo llevaron

La violencia e inseguridad aumentaron durante los dos últimos meses en el eje costero del estado Sucre, pese a las restricciones de la cuarentena producto de la pandemia de COVID-19, pero además, por la escasez de gasolina.

El pueblo de Güiria, municipio Valdez, se conmocionó tras confirmarse, el 18 de agosto, el asesinato del dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Carmelo Bislick. Ocurrió un día después de su secuestro cuando cuatro sujetos armados ingresaron a su residencia y se lo llevaron. Posteriormente, el cuerpo fue hallado con múltiples impactos de bala en un terreno baldío de la jurisdicción.

Bislick era docente, locutor y excandidato a la alcaldía del municipio Valdez. De acuerdo a la publicación realizada sobe el caso en el portal aporrea.org, era un dirigente crítico, con denuncias sobre tráfico de combustible, drogas, extorsión y corrupción en la entidad oriental.

El Cicpc inició las investigaciones; sin embargo, no ha habido pronunciamiento oficial sobre otros hechos de violencia, como el enfrentamiento entre organizaciones delictivas de San Juan de Unare y Río Caribe, que causó temor a los habitantes del municipio Arismendi y cuyo video se hizo viral el pasado 21 de agosto.

Tal como lo publicó El Pitazo, el hecho dejó una persona fallecida y de manera extraoficial, se conoció que se trató de un sujeto conocido con el alias “El Chichi”, líder de la banda que opera en el sector La Gloria.

El 18 de julio fue asesinado el segundo al mando de la misma organización delictiva, identificado como Jesús Vizcaíno alias “El Chucha”, exfuncionario de Protección Civil en la jurisdicción arismendina.

La escasez de combustible en Sucre pudo haber sido el origen de la disputa porque le quitaron 22 bidones de gasolina a la banda de “El Moncho”.

Letalidad policial

Durante una fila de gasolina se registró un intercambio de disparos en la zona popular de Caigüire en Cumaná, el pasado 25 de agosto, cuando dos sujetos fueron abatidos por una comisión mixta de funcionarios de la Policía del estado Sucre y las FAES, cerca de la escuela Nueva Esparta.

Las personas fallecidas fueron identificados como Carlos Alexander Ramos, de 28 años, conocido como “El Bachaco”, quien residía en el sector La Prefectura de la misma comunidad, y Wilfredo Córdova Rivas, de 20 años, quien vivía en la calle El Refugio.

Ambos individuos, al parecer, pertenecían a la banda de “Los Monster”, que opera en la zona. En la noche, vecinos del sector denunciaron que se produjo un nuevo intercambio de disparos que dejó otra persona muerta, aún sin identificar.

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Crímenes sin Castigo | Tres días de anomia

 

@javiermayorca

 

ES AHORA CUANDO EL PAÍS comienza a tener una noción más clara de la magnitud del caos vivido con el apagón que comenzó el 7 de marzo. Por más de tres días, Venezuela vivió prácticamente a la deriva, con una criminalidad que se salía de control.

El corte de servicio eléctrico que comenzó en todo el país desde la tarde del 7 de marzo desató un pequeño caos que tuvo consecuencias en los ámbitos económico, social, político y, desde luego, en el de la seguridad.

Es apenas ahora cuando comienza a tenerse, incluso en despachos del Gobierno, una visión clara sobre lo que sucedió en aquellos días que llenaron de profunda inseguridad a buena parte de la población del país. Se trata sin duda alguna del corte de servicio eléctrico más prolongado y con mayor alcance geográfico que se haya reportado en Venezuela.

La ausencia de información no sólo afectó a la ciudadanía, sino también a los organismos que se supone estaban encomendados a resguardar los bienes y las vidas de las personas. En esos días sin servicio eléctrico, ni de agua ni de comunicaciones, por ejemplo, quedaron en evidencia las profundas vulnerabilidades de la policía judicial. En Distrito Capital, por ejemplo, casi todos los despachos se vieron forzados a cerrar. Sus jefes, más preocupados por la protección de sus familias, abandonaron los puestos o simplemente hacían un “toque técnico” para luego volver a sus residencias. Caracas estuvo prácticamente tres días sin policía judicial, hasta que regresó la luz. Esta situación originó un nuevo reclamo de la superioridad. El 11 de marzo, durante una reunión con los jefes de unidades, el subdirector del cuerpo Johnny Salazar criticó el escaso compromiso de estos comisarios, en aquellas horas críticas.

De otro lado, tampoco se podía exigir mayor presencia, puesto que los despachos policiales generalmente carecen de servicio de agua, y sin flujo eléctrico pierden toda utilidad. Un gobierno que dispuso de miles de millones de dólares para los proyectos más inverosímiles fue incapaz de entregar plantas eléctricas a los despachos de su policía de investigación. Y ahora, se le pide a los comisarios que las provean.

El apagón sumergió al país en la penumbra, no solo por la ausencia misma de electricidad sino también por la carencia de información clara, actual, precisa. Esta circunstancia profundizó los rasgos anómicos de la conducta ciudadana. En las calles, desde entonces, se maneja como si los semáforos no existieran, y los peatones circulan sin saber por dónde saltará la amenaza.

Los saqueos se extendieron a más de la mitad del país. La ausencia de información y la autocensura ralentizaron el conocimiento cabal de esta situación que, según Fedecámaras, afectó a más de 500 locales solamente en el estado Zulia. La Guardia Nacional se vio claramente rebasada, y sus uniformados, sin medios logísticos ni pertrechos, quedaron como meros espectadores de la destrucción, tal y como se evidencia en videos transmitidos por las redes sociales. En Caracas, cinco automercados amanecieron vandalizados el domingo 10 de marzo. Ese día, una turba desesperada hizo lo propio en el centro comercial La Pirámide. Gente sin luz, agua ni comida.

En Caracas, la violencia impactó claramente las cifras de criminalidad, aunque con efecto retardado. A partir del 11 de marzo, cuando comenzaron a procesarse nuevamente las denuncias, se reportó un incremento de 85% en los robos, 163% en los robos de vehículos y 150% en las lesiones personales. En la parroquia Santa Teresa, la criminalidad general se disparó 1100% esa semana, 233% en Antímano y 188% en El Recreo. Estas cifras son apenas un pálido reflejo de una situación que ya salía de todo control, al amparo de la oscuridad.

El escenario de un apagón general como el vivido a partir del 7 de marzo era advertido por expertos en materia de servicio eléctrico. De nada sirve tratar de vivir ahora como si esto no hubiese sucedido. Cada corte de luz traerá nuevamente la inseguridad, aún si desde el Gobierno tratan de maquillarlo con el eufemismo de “administración de cargas”.

 

Breves

 

El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac) abrió un procedimiento administrativo por presuntas faltas cometidas por la línea aérea Copa Airlines, específicamente en el vuelo que trasladó a Juan Guaidó desde Ciudad de Panamá hasta Maiquetía, el 4 de marzo. La primera observación se refiere a un error en el registro del apellido del diputado en los listados de pasajeros. Aparecía “Guido Márquez”. Según la línea esto es debido a una limitación en el número de caracteres del sistema. Para el Inac, fue por una alteración, lo que sugiere una conducta dolosa. Luego, la autoridad aeronáutica analiza presuntas violaciones a la normativa vigente a propósito de la alocución del diputado a través del sistema de megafonía interna del jet. Y finalmente se señalan presuntas alteraciones al orden público como consecuencia del referido discurso.  Una vez notificada de la averiguación, se abre un lapso para que la línea entregue sus argumentos en descargo. En vista del fondo político de este caso, las sanciones podrían ser severas.

El instituto autónomo Aeropuerto Internacional de Maiquetía activó un nuevo sistema de escaneo corporal no intrusivo para los pasajeros que salen por el terminal internacional. La tecnología supuestamente es capaz de detectar la presencia de “materiales peligrosos”. Fue instalada en la misma área donde revisan los equipajes de mano, justo antes de las taquillas de la policía migratoria. El problema con esto es que ya el referido instituto dispone desde 2013 de tres módulos para llevar a cabo las mismas tareas. Fueron donados por la Unión Europea, como parte de un plan de fortalecimiento de los servicios antidrogas en el principal terminal aéreo del país. Los aparatos costaron 135.000 euros, y nunca los pusieron a funcionar. Ahora, compraron otros para hacer lo mismo.

Localizan cadáver de joven que salió a buscar mangos para comer

EL CADÁVER DE UN JOVEN que salió de su casa a tumbar unos mangos para comer y no regresó a su casa fue localizado con un tiro en el costado en la zona boscosa de la carretera Petare – Santa Lucía.

La víctima fue identificada como Juan José Rojas Pantoja, de 20 años.

Juan José salió de su casa en el sector Matapalo, barrio La Dolorita, parroquia Petare la mañana del 13 de agosto junto a unos amigos a tumbar mangos “para vender y tener algo que merendar”, dijo su padrastro Manuel García.

Sin embargo ese lunes no llegó a dormir a su casa. Su madre se preocupó; pensó que se había quedado a dormir con alguno de sus compañeros. Al ver que el martes 14 no se había comunicado por ninguna vía con sus hermanos ni con su progenitora; la familia decidió buscarlo, infructuosamente, por comisarías y hospitales.

Tras cuatro días de búsqueda, el 17 de agosto los familiares del joven tuvieron noticias de su paradero: un amigo de la familia les informó que lo habían encontrado en una zona boscosa en la carretera Petare-Santa Lucía con un tiro en el costado. Su cadáver había sido trasladado a la medicatura forense de Bello Monte.

La víctima dejó en estado de orfandad a una niña de un año. Tenía tres meses viviendo en Petare, antes residía en Filas de Mariche donde se ganaba la vida ayudando a su padre en la siembra de verduras y en la venta de lo producido.

Según la data de Monitor de Víctimas, entre enero y julio de 2018 se han registrado 109 homicidios en el municipio Sucre; dos de esos crímenes se ocurrieron en la carretera Petare-Santa Lucía.

Asesinaron a un hombre en su vivienda y le escribieron por sapo

Nuevamente una persona es hallada muerta en su vivienda, esta vez no fue por robo, a Francisco Marciano Sorsez, un hombre de 68 años, presuntamente lo asesinaron por venganza, «por sapo» afirmaba un escrito en la pared de su sala hecho con su misma sangre.

El crimen se registró este martes de 26 de junio en el baño de su sala, ubicada en la urbanización La Unión, calle Bracamonte del municipio El Hatillo,  estado Miranda.

Funcionarios policiales presumen que Marciano Sorsez habría sido asesinado por venganza por el mensaje que dejaron sus asesinos en la sala. Sin embargo, el móvil del robo no se descarta, pues los vecinos escucharon el ruido e impidieron que los hombres se llevaran objetos de valor del inmueble.

El cuerpo fue encontrado por su expareja la tarde de este martes, debido a que trató de ubicarlo en varias ocasiones por teléfono, pero este no respondió. La mujer se trasladó hasta la vivienda del hombre -quien actualmente residía solo- lo encontró en el baño amordazado y con múltiples heridas efectuadas con un puñal.

Marciano era un funcionario retirado y dejó a dos niñas menores de edad. Sus familiares exigen a las autoridades que se investigue el caso.

De acuerdo a cifras de Monitor de Víctimas, entre el 1 de enero y el 30 mayo se han registrado en la Gran Caracas 137 homicidios en el interior de las viviendas de las víctimas, dos de esos crímenes se desarrollaron en el municipio El Hatillo y fueron menores de edad de sexo femenino.

@DaiGalaviz