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Agua, luz, gas, teléfono y otras gratuidades hiperinflacionarias, por Víctor Álvarez R

EL CONSENSO ENTRE LOS ECONOMISTAS indica que el principal factor propagador de la hiperinflación es el financiamiento monetario del déficit fiscal. El sector público consolidado ha registrado déficits superiores a 10 % del PIB por más de seis años, lo cual se debe en gran medida al empeño por mantener irracionalmente bajos los precios y tarifas de los bienes y servicios públicos. Esto genera descomunales déficits que son financiados con emisiones de dinero inflacionario.

Al gobierno también lo afecta la hiperinflación. La caída del poder adquisitivo de los ingresos fiscales se agrava porque hay una desincronización entre el momento en el que se generan los impuestos y el momento en el que se recaudan. Como la hiperinflación también devora el poder de compra de los ingresos fiscales, los presupuestos se vuelven sal y agua y el gobierno cae en el círculo vicioso de financiar el déficit con dinero inflacionario. El déficit fiscal y su financiamiento con emisiones de dinero por parte del BCV se han convertido en el principal factor propagador de la hiperinflación que pulveriza los salarios de los trabajadores y empobrece a las familias venezolanas. Erradicar la hiperinflación exige poner freno al manejo irresponsable de la gestión fiscal y de la política monetaria. Veamos:

Al momento de escribir este artículo, el tipo de cambio es 7.348 Bs/$. Un café cuesta 7.000 Bs, pero un litro de gasolina de 91 octanos cuesta 0,00001 Bs; o sea, apenas 0,000000001 $/litro. En América Latina, el precio promedio es de 1 $/litro. Llenar un tanque de 60 litros cuesta en Colombia $ 60, pero en Venezuela no se paga ni un centavo de dólar, mientras que el café en la panadería cuesta casi un dólar. Este brutal diferencial de precios es un incentivo perverso para el contrabando de gasolina hacia Colombia, Brasil e islas de El Caribe donde la venden a 1$/litro. Incluso, en las carreteras venezolanas, donde las estaciones de servicio no reciben gasolina, se observa la multiplicación de vendedores ambulantes que venden la pimpina de 20 litros entre 10-50 dólares; o sea, entre 0.50-1 $/litro. Mientras tanto, Pdvsa se cae a pedazos y paga su nómina con las transferencias de dinero inventado de la nada que le hace el BCV. Por eso, la gasolina regalada sale tan cara en cifras inflacionarias.

Corpoelec tiene déficit porque con lo que factura por tarifas de servicio eléctrico residenciales, comerciales e industriales no puede pagar ni la nómina. En América Latina, cada KWh se factura en promedio a 0,10 $/KWh. Esto significa que una familia que consume de 500 KW/mes paga en promedio 50 $/mensual. Pero en Venezuela pagamos solo 0,10 $/mes. Con lo que le ingresa a Corpoelec no se puede pagar la nómina, mucho menos cubrir los costos de mantenimiento. Ni hablar de nuevas inversiones. Por eso hay cada vez más apagones a lo largo y ancho de todo el país. Por eso Venezuela se está quedando a oscuras.

En el país pagamos Bs 15.000 por botellón de agua potable para evitar enfermarnos del estómago. Un botellón promedio a la semana son cuatro botellones al mes, equivalentes a 60.000 Bs/mes. Pero a las empresas Hidro no le pagamos ni 2.000/mensual. En América Latina, en Lima se paga 0,38 dólares por metro cúbico de agua,  en Bogotá 0,24 $/M3, en Ciudad de México 0,15 $/M3, mientras que en Venezuela apenas se paga 0,00001 $/M3. Con esas tarifas, las empresas Hidro que suministran el servicio de agua potable no generan ingresos suficientes para cubrir ni los costos de mantenimiento. Por esta vía, vamos hacia el colapso total del servicio de agua potable Por eso los racionamientos del agua son cada vez más largos. Por eso Venezuela tiene cada vez más sed.

Lo mismo ocurre con el servicio de gas doméstico. No pagamos ni 1.000 Bs/mes por el servicio de gas comunal, pero los hogares pobres que no reciben el gas por tubería tienen que comprar una bombona de gas pequeña que tiene un precio regulado de 700 Bs/bombona de 10 kilos, pero que los especuladores la revenden en 10.000 Bs/bombona, que equivale a $ 1,36, calculado a 1 $=7.348 Bs.

Es tan demencial el rezago de los precios y tarifas de los bienes y servicios públicos  que las medidas necesarias para su corrección no pueden ser tildadas trivialmente como la aplicación de una receta neoliberal. Eso sería apelar a un argumento muy superficial que prolongaría la inercia e inacción gubernamental, la cual no ha hecho más que agravar la escasez e hiperinflación que azota a los hogares, empresas e instituciones venezolanas.

No se puede vivir de ingresos que no son fruto del trabajo

Los subsidios financiados con la renta petrolera fueron un instrumento de política social que tuvieron por objeto mejorar el ingreso familiar. Su impacto se vio mediatizado por una mala administración que a la larga profundizó la desigualdad. Un buen porcentaje de los subsidios vigentes no beneficia a los sectores populares, sino a grupos sociales que no los necesitan, lo cual genera una mayor inequidad. En el caso del susidio a los combustibles y servicios públicos, se favorece más a sectores de mayores ingresos que no necesitan que se les subsidie nada, cuestión que empeora la redistribución regresiva del ingreso.

En Venezuela, los subsidios y gratuidades de los servicios públicos hoy resultan insostenibles. Son la reminiscencia de una cultura rentista que nos acostumbró a vivir de ingresos que no son resultado del esfuerzo productivo. Nos acostumbramos a que todo lo pagara el petróleo, nos acostumbramos a gratuidades indebidas que hoy nos están saliendo muy caras.

En las actuales condiciones de estancamiento de los precios del petróleo y del colapso de la producción de Pdvsa, Venezuela ya no recibe aquel caudal de petrodólares con los que financiaba los subsidios y compensaba a las empresas públicas por el déficit que sufrían al verse obligadas a mantener congeladas por largo tiempo sus tarifas. Ahora que no se pueden financiar con la renta petrolera, los subsidios y bajas tarifas han degenerado en una política antipopular, toda vez que el déficit se cubre con emisiones de dinero hiperinflacionario que disuelven el salario real de los trabajadores, pulverizan el ingreso familiar y agravan la inequidad en la distribución del ingreso. Por si fuera poco, el colapso de las empresas amenaza con dejar al país sin servicios públicos esenciales para la vida.

¿Cómo evitar que el costo del ajuste lo paguen los más pobres?

Sustituir los hiperinflacionarios subsidios indirectos  a los servicios públicos por subsidios directos a las familias en condición de pobreza, es la mejor manera de erradicar los factores propagadores de la hiperinflación, sin perjudicar aún más a quienes ya han sufrido en demasía. En adelante, para que sean eficientes y efectivos en la lucha contra la pobreza, los subsidios deben aplicarse a la luz de unos principios rectores básicos:

  • Aunque siempre será más difícil eliminar un subsidio que crearlo, éste debe ser transitorio y otorgarse solo mientras dure la condición que le dio origen.
  • Para no desviar recursos escasos en favor de sectores pudientes, el subsidio debe estar focalizado directamente en hogares que realmente lo necesitan.
  • Ante el estancamiento de la renta petrolera y las crecientes restricciones presupuestarias, los subsidios tienen que ser económicamente viables y no deben ejercer presiones deficitarias sobre la gestión fiscal.

La mejor manera de proteger el ingreso real de los trabajadores y hogares es a través de una eficaz política antiinflacionaria, que ataque de raíz el principal factor  propagador de la hiperinflación que, como ya explicamos, es el financiamiento del déficit de las empresas públicas con emisiones de dinero que el BCV les transfiere para compensar el rezago de las tarifas. Por lo tanto, sincerar las tarifas para corregir el déficit de las empresas públicas no puede despacharse con la crítica superficial de una medida neoliberal que descarga el costo del ajuste en las familias más pobres. Sincerar las tarifas no solo será mucho más barato para todos los hogares que la hiperinflación que causa la forma como se financia el déficit de las empresas públicas, sino que además generará ingresos para repotenciar gradualmente los servicios, mejorar su calidad e ir superando los racionamientos de agua, electricidad y gas que atormentan a los hogares venezolanos.   

Los subsidios y bajas tarifas hace tiempo que dejaron de beneficiar a los grupos más vulnerables de la sociedad. El subsidio a la gasolina, electricidad, agua, gas, teléfono e internet en sectores residenciales de alto nivel de ingreso y consumo resta recursos para subsidiar a los sectores más empobrecidos y necesitados. Por eso, muchos de los actuales subsidios resultan antipopulares y crean escasez, toda vez que estimulan su despilfarro y contrabando hacia países vecinos que disfrutan de los bajos precios de los combustibles venezolanos. En lugar de mantener un escandaloso subsidio a la gasolina, se debería internacionalizar el precio del combustible y, con los recursos que se generen, subsidiar un programa de subsidios directos a los hogares venezolanos para que con esas transferencias de dinero puedan pagar el ajuste de las tarifas de agua, electricidad, gas, teléfono e internet. De esta manera, el costo del ajuste no lo pagarían las familias más pobres, sino las mafias que se benefician del contrabando de extracción.

En todo caso, cualquier decisión que se tome en materia de revisión y rectificación de la política de subsidios a los bienes y servicios públicos no puede generar un solo pobre más. Vamos a dar el necesario debate para deslastrarnos de tantos dogmas y mitos que no ayudan a entender por qué Venezuela está como está, ni mucho menos ayudan a vislumbrar una solución económica, social y políticamente viable, cuyo costo no lo tengan que pagar los empobrecidos de siempre, para que no lo tengan que pagar los que ya bastante han sufrido.

 
@victoralvarezr
Las noticias económicas más importantes de hoy #21Ago

 

Hoy el BCV comenzará a emitir boletines oficiales sobre las variables del Bs S

A partir de hoy, el Banco Central de Venezuela (BCV) comenzará a emitir los boletines oficiales sobre las variables del bolívar soberano (Bs S), que entró en vigencia este lunes, con otras monedas internacionales.

La información la compartió el presidente Nicolás Maduro en una trasmisión de Facebook Live.

“Este martes el Banco Central de Venezuela va a empezar a emitir los boletines oficiales de las distintas variables del Bolívar Soberano, su anclaje a las monedas internacionales y todo lo que es la evolución de los nuevos esquemas de la reconversión económica”, dijo.

El bolívar soberano está anclado a la criptomoneda venezolana, el petro, cuyo valor está relacionado con el precio del barril de petróleo que se ubica en $60.

Precisó que actualmente un petro equivale a 3.600 Bs S. Frente otras monedas un petro vale 60 dólares, 57 euros, 412 yuanes o 402 rublos. (Banca y Negocios)

Gobierno busca déficit fiscal cero, pero el BCV no frena su financiamiento

El déficit fiscal de Venezuela se calcula en 20% del PIB de acuerdo con consultoras privadas. Sin embargo, el gobierno pretende ir a una política de cero déficit con un programa de recuperación económica, que por lo anunciado hasta ahora promete incrementarlo en lugar de reducirlo.

La cantidad de monedas, billetes, depósitos a la vista, de ahorro y a plazo se ubicó en 4 mil 16 billones 790 mil 169 millones 507 mil bolívares al cierre del 10 de agosto, un aumento de de 9,92% en esa semana, última data disponible.

De esa cifra récord, el dinero en efectivo (monedas y billetes) abarca 35 billones 471 mil 608 millones 610 mil bolívares, cantidad similar a la que el 8 de septiembre de 2017 representaba el total de liquidez monetaria de la economía. En 11 meses, esta ha crecido 11.293%, con la particularidad de que el 99,12% es dinero electrónico (sin respaldo en la oferta de bienes y servicios), lo que dispara los niveles de inflación.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro exoneró a Pdvsa del pago de ISLR, así como a sus filiales y empresas mixtas, sin embargo anunció que asumirá el diferencial del aumento de salario de Bs 3.000.000 a Bs 180.000.000 en el pago de personal de las Pymes por tres meses, a la vez que comenzó a depositar BsS 600, equivalentes a Bs 60.000.000 a 10 millones de personas que poseen el carnet de la patria. (Banca y Negocios)

Empresarios se dicen en riesgo de quiebra tras ajustes económicos

La Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras) de Venezuela dijo este lunes que las empresas están en “riesgo de quiebra” tras los ajustes económicos decretados por el jefe de Estado, Nicolás Maduro.

“El aparato productivo está en grave riesgo de quiebra por la forma en como se están implementando” las medidas que generan “incertidumbre”, dijo el presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal, en rueda de prensa.

La patronal se pronunció el mismo día en que se puso en marcha una reconversión monetaria que le quitó cinco ceros al bolívar, un signo que empezó a apellidarse como “soberano” en la nueva familia de billetes que circula desde este lunes.

A juicio de los empresarios, estas medidas, así como el reciente aumento salarial decretado por el Ejecutivo, no sirven para corregir el desabastecimiento generalizado que vive el país ni la hiperinflación que, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, cerrará el año en 1.000.000%.

“Ajustar los salarios, aunque necesario, al ser incrementados en un monto de 3.500% se hace totalmente inmanejable para una economía que está sumergida en una grave depresión, no existe el nivel de actividad económica, ni el flujo de caja en las empresas para poder cumplir con este incremento”, advierte Fedecámaras.

Maduro anunció el viernes que los ingresos de los trabajadores se multiplicarán por 35 desde el 1º de septiembre y que el Ejecutivo asumirá el diferencial en las nóminas de las pymes durante 90 días para garantizar, según dijo, que no suban los precios.

Esta oferta, según la patronal, es “poco creíble por sus dificultades de aplicación, sin olvidar la necesidad de elevar el dinero inorgánico” para cumplirla.

“El impacto en la retroactividad de las prestaciones sociales destruye el ya deprimido patrimonio de las empresas”, prosigue Fedecámaras.( Banca y Negocios)

Rodríguez: Recepción de nóminas de pymes será a través del sistema Tiuna

El Ministerio de Economía y Finanzas recibirá las nóminas de las pequeñas y medianas empresas usando el sistema Tiuna del Instituto Venezolana de los Seguros Sociales (IVSS) con el objetivo de que se les cancele la “compensación” del diferencial por el aumento de salario anunciado por el presidente Nicolás Maduro.

“Desde hoy (lunes 20 de agosto) ha estado dispuesta la Oficina Nacional del Tesoro para recibir, por parte del sector privado, la nómina a través del sistema Tiuna. Todas las oficinas del IVSS están habilitadas para recibir esa información, que puede actualizarse en línea a través del IVSS”, dijo la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez en una transmisión de televisión desde Miraflores.

El gobierno de Nicolás Maduro se comprometió a cancelar a las empresas pequeñas y medianas (pymes) la diferencia entre el salario mínimo actual (BsS 30) y el que entrará en vigencia el 1ero de septiembre (BsS 1.800). Según el gobierno esto servirá para evitar el aumento de precios por efecto del costo de las nóminas. (Banca y Negocios)

 

Dicom hará dos subastas esta semana

El presidente Nicolás Maduro notificó que esta semana se realizarán dos subastas de Dicom y agregó que hoy el presidente del BCV, Calixto Ortega, y el ministro de Finanzas, Simón Zerpa, explicarán los términos de las nuevas subastas del sistema.

Maduro señaló que la cantidad de subastas por semana aumentará progresivamente, esta semana dos, posteriormente tres por semana hasta hacer una cada día. “Luego lo vamos a regularizar, cinco subastas por cada día hábil de la semana, de lunes a viernes”, comentó.

Indicó que el objetivo es acabar con el mercado de dólar paralelo. “Vamos dotar al país de un sistema de cambio confiable, realista, sustentado, sustentable. Yo llamo a todos los sectores privados a través del Dicom, a través del sistema de casa de cambios, a poner sus dólares y entrar en el juego”, expresó.

Asimismo, el vicepresidente de Economía, Tareck El Aissami, informó que también este martes comienzan a funcionar las 300 casas de cambios autorizadas.

“Es decir, cualquier persona puede comercializar perfectamente sus divisas en las casas de cambio ya autorizadas para tal propósito”, informó. (Banca y Negocios)

 

Oliveros: Se puede esperar fuerte depreciación del dólar paralelo

Es posible que esta semana ocurra una fuerte depreciación de la tasa de cambio paralela, indicó Asdrubal Oliveros, director de Ecoanalítica, pero advirtió que es cuesta arriba que el Gobierno pueda dar divisas a privados para dinamizar la economía cuando los taladros activos están a nivel mínimo y no se vislumbra posibilidad de recuperación y el acuerdo con Conoco deteriora aún más el flujo de caja que se tiene.

Oliveros presentó un gráfico en donde se muestra que durante la gestión del Presidente Maduro el PIB ha caído en 57,3%

Se fijó el tipo de cambio oficial en Bs.S 60 (Bs.F 6.000.000), reconociendo entonces el paralelo; el Gobierno no tiene dólares, entonces como defiendes un tipo de cambio…hubo una sobrereacción de la gente en esto días porque no hay credibilidad y se lanzaron a comprar para evitar un mayor deterioro de su dinero. (Descifrado)

José Toro Hardy Mar 24, 2018 | Actualizado hace 6 años
Cero cero cero, por José Toro Hardy

 

La inflación es uno de los males más perversos que pueden afectar una economía y, la hiperinflación, es su estadio más maligno. Es tanto el  sufrimiento humano que causa esta patología que la inmensa mayoría de los gobiernos del mundo se han empeñado, con éxito, en erradicarla como a la viruela.

Venezuela sufre la hiperinflación  más alta del mundo. No comprende el régimen el monstruo que ha creado. Si la inflación promedio mensual fuese a lo largo del año del orden del 85% (como lo ha sido en los tres últimos meses) la inflación del 2018 matemáticamente superaría un 100.000%. Sería la mayor en toda la historia a del Hemisferio Occidental.

“La causa más próxima de la inflación”  –afirmaba Milton Friedman, premio Nobel de Economía- “es siempre y en todas partes la misma: un incremento demasiado rápido de la cantidad de dinero en circulación con respecto a la producción”.

Eso es lo que ocurre en Venezuela. La cantidad de dinero sin respaldo que emite el BCV para financiar el déficit fiscal y el déficit en el flujo de caja de PDVSA crece vertiginosamente.  A su vez, el PIB no hacen otra cosa que decrecer.  Ha alcanzado el nivel tenía en 1955 cuando la población apenas superaba los 6 millones de habitantes y hoy tenemos 31,5 millones; es decir, el empobrecimiento por habitante es abismal. La producción petrolera se ha reducido en un 59% en apenas 14 meses y  la producción de alimentos ha caído en más de un 50%  en menos de tres años.

Asombrosamente, nuestros gobernantes pretenden resolver la inflación recurriendo a procedimientos de maquillaje: quitándole tres ceros al bolívar.

Ya Chávez lo hizo hace algunos años y el fracaso fue rotundo, tal como se le había advertido. Esta esta vez será mucho peor porque las condiciones del país también lo son. La reconversión monetaria que anuncia el régimen sólo trata de esconder la enfermedad en lugar de curarla.

La reconversión consiste en eliminar tres ceros y cambiarle el nombre a la moneda que  pasará a llamarse “bolívar fuerte” a “bolívar soberano”. ¡Soberana estupidez! Pregonan a diestra y siniestra que las cosas valdrán “tres ceros menos”. Lamentablemente no dicen que también los sueldos tendrán “tres ceros menos”.

Si no se atacan las verdaderas causas que generan la inflación, me atrevo a vaticinar que ocurrirá lo mismo que ya ha ocurrido en muchos países latinoamericanos. Entraremos en ciclos interminables de cambios de moneda y eliminación de ceros. A la vez, lejos de disminuir, la inflación se acentuará.

Veamos la experiencia de la Argentina. En 1970 al Peso Moneda Nacional (como se llamaba la moneda del país) le quitaron 2 ceros y le cambiaron el nombre a Peso Ley. En 1983 le quitan 4 ceros más y pasó a denominarse Peso Argentino. En 1984 nuevamente le eliminan 3 ceros y le cambiaron el nombre a Austral y en 1992 una vez más le quitan 4 ceros y pasó a llamarse Peso Convertible. Un Peso Convertible de 1992 equivalía a 10 billones (millones de millones) de pesos de los que circulaban en la Argentina en 1970 y la inflación alcanzaba a un 3.000% al año. Los gobiernos argentinos caían como barajitas.

El caso de Brasil fue similar. En 1967 a la moneda brasileña le quitan 3 ceros y le cambiaron el nombre de Cruceiro a Cruceiro Nuevo. En 1986 le vuelven a quitar 3 ceros y pasa a denominarse Cruzado. En 1989 una vez más le eliminan 3 ceros y le cambian el nombre a Nuevo Cruzado. En 1992 retoman el nombre de Cruceiro. En 1993 nuevamente eliminan 3 ceros y le cambiaron el nombre a Cruceiro Real y en 1994 la nueva moneda pasa a llamarse Real, que equivalía a 2.750 Cruceiros Reales. Un Real de 1994 representaba 27,5 billones (millones de millones) de Cruceiros de 1967. A pesar de todos esos cambios, la inflación en Brasil superaba el 2.700% al año. Abundaron dictaduras y gobiernos militares. Sólo a raíz de la designación de Fernando Henrique Cardoso como Ministro de Hacienda y la implementación que hace del Plan Real, Brasil logra superar aquellas locuras. Aquello le valió a Cardoso la elección y después reelección como presidente del Brasil. Después … bueno, después vino Lula.

Por la vía de la reconversión es fácil prever que el régimen conducirá a Venezuela por el camino de la más brutal hiperinflación. Que con recurrente frecuencia recurrirá al artificio de quitarle ceros a su moneda y cambiarle el nombre y hundir al país en un proceso de empobrecimiento y africanización inconcebible para un nación que había sido una de las más vitales y prósperas de Latinoamérica.

Dios nos agarre confesados.

 

@josetorohardy

El colapso de un modelo, por José Toro Hardy

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Bombardeados por la propaganda del régimen que pretende atribuir la crisis a una supuesta “guerra económica”, no aciertan muchos venezolanos a entender la verdadera razón de los males que los agobian y empobrecen.

En un extremo de simplificación procuraré resumir las causas de tan devastadora situación:

No conforme con ingresos petroleros casi inimaginables derivados de una cesta petrolera que llegó a superar los $ 114 por barril (más de un millón de millones de dólares),  el régimen endeudó irracionalmente al país (cerca de 150.000 millones de dólares). Sin embargo, lo que enfrenta hoy es un déficit fiscal inmanejable.

Desde luego, ante tal déficit, la prudencia indicaría que lo primero que se debería hacer es racionalizar y reducir el gasto público. Pero una meta de esa naturaleza escapa a la conformación ideológica del régimen socialista que padecemos.

La siguiente alternativa sería la de intentar aumentar el ingreso fiscal; pero, la triste realidad es que a la economía venezolana podemos compararla hoy en día con una esponja seca. Por más que se la exprima de ella ya no es posible extraer nada. Es el resultado de la destrucción masiva a que ha sido sometido el aparato productivo (una caída del orden de un 40% del PIB per cápita en cuatro años)

En el caso específico de Venezuela habría que procurar un aumento del ingreso petrolero. Recordemos que el sector aporta cerca del 96% de los ingresos de divisas que recibimos y que, además, se nos dice que somos el país con las mayores reservas del mundo. Lamentablemente, la producción petrolera viene cayendo en términos vertiginosos. Después de anunciarnos durante varios años cifras inverosímiles, finalmente el régimen reconoce ante la OPEP  que solamente durante el mes de setiembre de este año la producción cayó en 130.000 barriles diarios y que desde enero del 2016 la producción cayó en 699.000 barriles por día.  Para colmo el Ministerio Público arrestó a varios altos funcionarios de PDVSA por falsear las cifras de producción, con lo cual ni siquiera podemos estar seguros de que la caída real no sea aún mayor. De hecho la OPEP está conminando a Venezuela a revelar las cifras verdaderas de su producción petrolera.

Agotadas las alternativas anteriores, las siguientes opciones serían el Fondo Monetario Internacional y los mercados financieros para tratar de obtener préstamos que ayuden a cubrir el déficit.  En nuestro caso, lamentablemente la primera opción la desechó el régimen. Adicionalmente tanto la República como PDVSA se encuentran en proceso de default. Las principales calificadoras de riesgo soberano entre las cuales cabe mencionar a Fitch, Standard & Poors, Moody’s y otras han rebajado nuestra calificación crediticia a niveles de vergüenza. Peor aún, Dagong Global Credit, la calificadora de riesgos de China, colocó en su lista  de revisión negativa a Venezuela lanzando sombrías críticas con respecto a sus perspectivas. Así mismo la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA) ya calificó el default.

China no parece interesada en aliviar la situación de la deuda venezolana y Rusia apenas refinanció unos 3 mil millones de dólares correspondientes a deudas vencidas por compras de armas. Nada de dinero fresco ni de alivio de la deuda con Rosneft.

Descartadas todas las opciones anteriores, al régimen sólo le queda recurrir al BCV para que financie, mediante emisiones “inorgánicas” de dinero, el creciente déficit fiscal. Por supuesto, esa es la peor elección y está expresamente prohibida en el Art 320 de la Constitución.

Financiar el déficit fiscal a través del Banco Central es como arrojarle gasolina al fuego de la inflación. Hace crecer explosivamente la liquidez monetaria y  ejerce una fuerte presión sobre los precios, siendo la causa principal de la hiperinflación que está estallando.

Al menos hasta la semana pasada, el único gobernante contemporáneo del mundo que había sido capaz de sostenerse a pesar de una hiperinflación había sido Robert Mugabe de Zimbabwe. Ya cayó.

De paso, al no encontrar bienes que comprar en el país, al final del día el excedente de dinero creado por el BCV se desvía a la compra de dólares en el mercado paralelo provocando allí una violenta devaluación del bolívar que contribuye a retroalimentar el proceso.

No hay guerra económica. Estamos hablando de un devastador círculo vicioso de empobrecimiento provocado por el colapso de un modelo fallido.

@josetorohardy

 

¡La inflación estúpido, la inflación! por José Toro Hardy

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La MUD conquistó el 6D las 2/3 partes de los miembros de la Asamblea. En presencia de la misión de acompañantes de UNASUR, de los expresidentes latinoamericanos, así como ante todo el país una vez que el CNE anunció los cómputos, el presidente Maduro reconoció los resultados, aunque ahora buscan otras vías para burlar la soberanía popular.
Al votar los venezolanos manifestaron su malestar por tres razones fundamentales: la inseguridad, la inflación y la escasez. La solución de esos problemas sigue estando fundamentalmente en manos del gobierno.
Pero la Asamblea debe dar respuestas y aclarar muy bien cuáles son sus atribuciones y facultades.  Una responsabilidad prioritaria que tiene la Asamblea es la de contribuir a combatir la inflación. Para ello la Constitución pone en sus manos facultades para hacerlo por varias vías: a través del Presupuesto Nacional, a través del control del gasto público e impidiendo el déficit fiscal. Para ello es indispensable devolverle  la autonomía al Banco Central, a fin de que este cumpla con las funciones que le son propias, la primera de las cuales es preservar el valor de la moneda.
Vale la pena detenernos aquí para explicar el origen de la inflación que nada tiene que ver con las monsergas del nuevo zar de la economía, quien pretende referirse a ella en términos dogmáticos, olvidando las variables de las cuales depende. Ella consiste en un aumento general del nivel de los precios que obedece a la pérdida del valor del dinero. Las causas de la inflación son diversas pero se produce inevitablemente cuando la oferta monetaria crece más que la oferta de bienes y servicios. Es el resultado de un gasto público deficitario y de un Banco Central que para financiarlo emite dinero en exceso.
Eso es lo que está ocurriendo en Venezuela. En el transcurso del año 2015 la oferta monetaria casi se duplica por la brutal expansión del dinero emitido por el BCV para cubrir un déficit fiscal del orden del 20% del PIB y un déficit en el flujo de caja de PDVSA de unos $ 19.000 millones. PDVSA ya le adeuda al Banco Central cerca de 145.000 millones de dólares por el financiamiento recibido. Mientras tanto el PIB cae en cerca de un 9%.
Decía Milton Friedman, Premio Nobel de Economía: «La única manera de acabar con la inflación estriba en no permitir que el gasto público crezca tan rápidamente». Y agregaba: «Los gastos gubernamentales pueden ser inflacionarios o no. Serán inflacionarios, fuera de toda duda, si se financian creando moneda o imprimiendo billetes».
Esa es exactamente la causa de que -según cifras del BCV- la inflación en Venezuela haya alcanzado el 270,7% en el 2015, con mucho la más alta del mundo.
Para impedir que los gobiernos puedan obligarlos a crear moneda e imprimir billetes destinados a financiar el déficit fiscal, en las economías modernas los bancos centrales son autónomos. Pero los gobiernos autoritarios se niegan a aceptarlo. Por eso tanto la Asamblea saliente como el presidente Maduro vía Habilitante, aprobaron a última hora medidas para liquidar totalmente la autonomía del Banco Central y quitarle al Parlamento las facultades que tiene en materia de designación de  directores  o destitución del Directorio. A la vez resulta insólito que quieran impedir que el Banco Central suministre informaciones estadísticas relacionadas con la inflación, PIB, déficit fiscal y otras. El gobierno pretende que tales datos sean un secreto de estado.
Vano intento del oficialismo. Se trata de facultades que tiene la Asamblea Nacional establecidas en los artículos 31, 319 y 320 de la Constitución. Aun los estudiantes de primer año de derecho saben que conforme a la Pirámide de Kelsen, la Constitución está por encima de las demás leyes y no puede ser modificada por vía de una ley, ni de una Habilitante.
Las referidas estadísticas ponen en evidencia el caos en que han hundido a nuestra economía. El gobierno cree que al ocultarlas a la población el impacto político sería menor. El grueso de la gente no tiene interés en informaciones técnicas, pero igual sufren a diario las consecuencias de la escasez y la inflación sin necesidad de que el BCV se los diga. A quien sí daña el gobierno es al aparato productivo y a los agentes económicos que necesita de esos datos para orientar sus inversiones y sus gastos, planificar la producción, realizar contratos, calcular el pago del ISLR y negociar contratos colectivos.  Por supuesto, el daño agrava la escasez y contribuye a la caída del PIB.
El camino que está trazando el gobierno con su modelo, su incapacidad , su dogmatismo y su ignorancia, conduce inevitablemente a la hiperinflación y, peor aún, a una estanflación que es el peor cáncer que pueda padecer una economía y suele desgarrar el tejido social.

@josetorohardy

petoha@gmail.com

 

Maduro con las reformas de las leyes del BCV y las de financiamiento del gasto público le da “legalidad” a la hiperinflación por Alexander Guerrero

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Maduro via Ley Habilitante y a todo evento ilegal, elimina potestad de la AN para nombrar directores del BCV. En ese orden reforma la Ley del BCV, para eliminar la obligatoriedad del BCV de rendir cuentas al Poder Legislativo (AN)

En lo que pudiéramos llamar un curioso caso de «dictadura fiscal y monetaria” caldo de cultivo de la hiperinflación en curso, maduro le da piso “legal” a lo que ha venido haciendo desde marzo 2013 y lo que, llevado a la inflación venezolana a única hiperinflación del mundo, volviendo añicos literalmente al ingreso familiar y salario de los venezolanos, incrementando los índices de empobrecimiento absoluto a más de las dos terceras parte de los trabajador venezolano que no pueden sobrevivir con un salario mínimo más cestaticket para el pago de una canasta alimentaria que requiere de 87 salarios mínimos. Todo este proceso de empobrecimiento causado por la criminal política económica que tienen a la hiperinflación como mecanismo principal de financiamiento del déficit fiscal.

Maduro rompe con las reformas -entre gallos y medianoche- de la ley que rigen la norma legal que obliga al Poder Ejecutivo a que las operaciones de crédito publico sean aprobadas por el Poder Legislativo (AN), reformando la Ley de Administración Financiera.

En tal sentido elimina la obligatoriedad constitucional que asigna al Ministerio de Finanzas la formulación del Presupuesto anual, otorgándole -inconstitucional- esa obligatoriedad a la Oficina Nacional de Presupuesto.

Igualmente, Maduro modificó la Ley del BCV para que otorgue créditos al ejecutivo; es decir, (financie monetariamente o monetice el déficit fiscal cuando “exista amenaza interna o externa a la seguridad” según considere el Presidente. Con esta modificación Maduro intenta darle legalidad a lo que viene haciendo desde marzo 2013

Al modificar las leyes que rigen la controlabilidad fiscal del gobierno (fisco) por parte del poder legislativo y la controlabilidad monetaria en poder de una institución autónoma e independiente como el BCV lo convierte -su reforma- en apéndice del gobierno (fisco) al mismo tiempo que rompe con el requerimiento constitucional de controlabilidad de la actividad monetaria del BCV por parte del poder legislativo.

De esa manera, Maduro impone un régimen fiscal y monetario forajido por cuarto elimina la controlabilidad sobre los ingresos y gasto fiscales expresadas explicítame te en la Constitución que prohíbe la monetización del déficit fiscal; es decir que impide al BCV financiar el déficit fiscal del gobierno.

Es importante destacar que maduro venia violando esas leyes que hoy modifica via Habilitante, desde Marzo 2013 y que explica ampliamente el marco de hiperinflación que alcanza a 380% para el 2015 y amenaza con doblarla durante el primer trimestre de presente año 2016.

 

@AlexGuerreroE

14 reflexiones para después del 6D por José Toro Hardy

AsambleaNacional_

En menos de una semana tendrán lugar las elecciones. Los dados ya han sido lanzados y aunque el ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz – Oscar Arias – ha dicho que están cargados, mi impresión es que llegamos a un punto donde ya no hay trampa que valga. Al no admitir observadores, lo que lograron fue despertar suspicacias en mundo entero, que además ve con preocupación el ventajismo y el cariz violento de los afectos al oficialismo. Un fraude desencadenaría una reacción sin precedentes nacional e internacionalmente. A mazazos no se puede torcer el rumbo de la historia. Latinoamérica entera está buscando nuevos rumbos.
Vientos de cambio barren a Latinoamérica entera. El populismo está cayendo abatido por el desplome en el precio de las materias primas. Eso lo proclaman la desesperada situación de Dilma en Brasil y el triunfo de Macri en Argentina.   Esos vientos llegaron a Venezuela.  Hay prioridades en el ámbito moral y en el educativo que enfrentar, pero hoy me limitaré a algunas sugerencias en temas económicos, que deberían aplicarse no importa lo que ocurra en las elecciones y que sólo funcionarían de la mano con un acento genuino en los asuntos sociales. Aunque quizá su aplicación debería ser paulatina, propongo:
1.- Devolverle la autonomía al BCV. Un Banco Central sin autonomía pierde su función primordial que es defender el valor de la moneda. Arrodillados ante un gobierno, los bancos centrales se transforman en imprentas de billetes sin respaldo para financiar el déficit fiscal, la masa monetaria crece vertiginosamente y estalla la inflación. Por eso tenemos hoy la inflación más alta del mundo.
2.- Controlar el déficit fiscal. Frente a la grave limitación de recursos, habrá que concentrar la mayor acción del Estado en sus funciones prioritarias: la educación, la salud, la justicia, la seguridad y la defensa. Actualmente, con un déficit del orden del 20% del PIB y asfixiados por la deuda no queda otra alternativa. De no hacerse, esas funciones también colapsarán.
3.- Estimular a quienes producen. La inflación tiene cinco soluciones aparentemente sencillas. Las dos primeras ya las comenté. La tercera consiste en estimular las inversiones y la producción sin descuidar lo social. Cuando la cantidad de bienes que se ofrecen iguala a la cantidad de los que se demandan, desaparecen la especulación y el mercado negro.
4.- Eliminar los controles de precios. El aumento  de la oferta que se generaría  forzaría una caída en los precios. Los controles, por el contrario, frenan la inversión, producen escasez, aumentos de precios y fomentan el mercado negro.
5.- Flexibilizar el mercado laboral, capacitar a los trabajadores y mejorar su remuneración vinculándola a mejoras en la productividad. El impacto de una inamovilidad decretada y mantenida por tanto tiempo es que se pierde la mística del trabajo y los niveles de productividad se desmoronan. Los aumentos de productividad constituyen la cuarta gran palanca para combatir la inflación.
6.- Abrir la economía. Es fundamental aprender a ser competitivos. La competitividad es la quinta gran palanca contra la inflación. Una economía competitiva es una economía eficiente que beneficia a todos.
7.- Resolver el tema cambiario. No existe ni un ejemplo en todo el mundo donde un sistema de cambios diferenciales haya funcionado. Sirven, sí, para estimular la corrupción. Personas inescrupulosas obtienen dólares al tipo de cambio más bajo para revenderlos al más alto. ¿Cuál es la solución? Idealmente sería la eliminación del control de cambios.
8.- Respetar la propiedad privada. Mientras el temor a las expropiaciones esté presente, serán pocos los que se atrevan a invertir. Debe también respetarse la separación y el equilibrio entre los poderes públicos. Una pulcra e imparcial administración de la justicia es esencial.
9.- Seguridad jurídica para devolverle la confianza al país. Cuando hay confianza hay inversión. Con ello crece el empleo lo que estimula el consumo e induce a alguien más a invertir para satisfacer la demanda adicional que se genera. Por esta vía la economía se encamina hacia un círculo virtuoso de crecimiento que a todos favorece.
10.- Reactivar la industria petrolera. PDVSA ha sido severamente dañada. Hay que ver esta coyuntura como una oportunidad para promover una economía más equilibrada que no sea tan dependiente de un solo sector. La elevada dependencia del petróleo en manos de un gobierno dogmático nos hizo vulnerables política y económicamente y sembró distorsiones que afectaron el crecimiento de los demás sectores. Hay que insistir en el desarrollo aguas abajo de los hidrocarburos. Es un campo fértil para la inversión privada, con un elevado efecto multiplicador y con importantes ventajas competitivas.
11.- Sincerar el precio de la gasolina y de los servicios públicos.
12.- Promover una gran alianza en la sociedad donde sector público, sector privado y trabajadores aporten lo mejor de sí mismos en un gran esfuerzo sinérgico para relanzar a Venezuela. Los empresarios no pueden ser percibidos como enemigos del gobierno, ni los trabajadores como adversarios de los empresarios. En todo caso, el gobierno debe ser el árbitro.  Un árbitro no puede ser juez y parte. A cada uno le toca su rol.
13.- No es posible insistir en una sociedad de reparto, donde se pretende repartir lo que no se produce. Debemos evolucionar hacia una sociedad de incentivos donde todos tengan el aliciente de participar equitativamente de las riquezas que con el esfuerzo de todos se puedan crear. Una economía donde la tónica general sea sumar y multiplicar ¡Nunca dividir!
14.- Por último, Venezuela está urgida de transformarse en un país normal. En los países normales el Estado es mantenido por los ciudadanos y no los ciudadanos por el Estado.

@josetorohardy

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