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Enrique Márquez: Los únicos golpes de Estado vienen del TSJ y del hampa

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El partido Un Nuevo Tiempo rechazó las declaraciones del Ministro para la Defensa,  Vladimir Padrino López y calificó de peligroso y preocupante que el alto jerarca castrense diga que tiene información precisa de que está en proceso un golpes de estado, cuando en realidad, los que violan el orden constitucional es el TSJ que desconocer a la Asamblea Nacional y el hampa que es la que gobierna a los venezolanos.

El primer Vicepresidente de la Asamblea Nacional y Presidente Ejecutivo de UNT Enrique Márquez, en rueda de prensa señaló,  que el Ministro de la Defensa que en caso de ser ciertos sus señalamientos debería ponerse a trabajar para evitar que se concrete el supuesto golpe de Estado . “En Venezuela será el gobierno el único que desea un golpe de estado, porque la oposición no lo está buscando”.

Agregó que no es cierto que este supuesto golpe de estado del que habla Padrino López,  tenga su origen internacional, con la intención de desestabilizar a Venezuela. “Nosotros al contrario de lo que piensa el Ministro, lo que hemos recibido de la comunidad internacional, encabezada por el Papa Francisco, quien ha sido el más explícito en esta petición, es la búsqueda del diálogo, respeto y el entendimiento, para posibilitar una solución pacífica  y constitucional a lo que está ocurriendo en el país”.

Exhortó al ministro a explicar con detalle sus afirmaciones, porque es muy preocupante lo que señala de la gestación de un golpe de estado. “Estas revelaciones en voz del Ministro de la Defensa son aún más preocupantes, si lo dijera cualquier persona o inclusive el presidente de la República Nicolás Maduro, que nos tiene acostumbrados a magnicidios y golpes de estados todos los días y no sucede nada, pero es primera vez que se escucha a un Ministro de la Defensa hablando  de la inminencia de un golpe de estado, es sumamente peligroso y preocupante”, sentenció el diputado Márquez.

Afirmó dirigiéndose directamente al General Padrino López, que en  Venezuela  se está viviendo una catástrofe humanitaria, en la cual se puede detectar elementos de ruptura del orden constitucional, de un golpe de estado como es el caso del Tribunal Supremo de Justicia que viola la Constitución, para bloquear  una institución crucial para la democracia como es la Asamblea Nacional.

“Las decisiones que el TJS está tomando pueden ser catalogadas como un golpe de estado, un golpe institucional a la democracia venezolana. Un gobierno  que no busca solucionar los problemas económicos  sociales y políticos de Venezuela, sino lo que hace es acrecentarlos, se pone de espaldas al pueblo  y está rompiendo el hilo constitucional”.

Sostuvo que si se van a detectar elementos de un golpe de estado el ministro de la Defensa tiene elementos concretos. “Que muestran un Estado fallido, que no gobierna. Un gobierno que ha sido tumbado por el hampa. El Ministro de la Defensa debe dar una respuesta sobre esta situación”.

Exhortó a la Fuerza Armada a no perder la confianza en la posibilidad de un cambio político, económico y social que conduzcan al país  hacia un mejor porvenir y los invitó a unirse en la exigencia del pueblo  para obtener seguridad y calidad de vida. “Los miembros  de la Fuerza Armada son parte de la de la comunidad venezolana y no están aislados de la calamitosa situación en que vivimos”, culminó.

 

Mar 11, 2016 | Actualizado hace 8 años
¡En la MUD confiamos! por Jean Maninat
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La MUD ha tomado la decisión más fácil, la que complacía a todas las fuerzas políticas allí representadas, pero la que será más difícil de implementar, y, sobre todo, explicar a la ciudadanía. ¿Por qué se asumen cuatro mecanismos y no se concentran los esfuerzos en uno solo, el más viable? Es la pregunta que le tendrá a flor de labio el más desprevenido de los taxistas. La renuncia, la enmienda, el revocatorio y el proceso constituyente, todos caminando parejo, los cuatro voceados al mismo tiempo y en la misma esquina. ¿Tiene la MUD la capacidad  organizativa para tamaño reto? ¿Tiene la oposición democrática el vigor para escindirse entre las cuatro opciones del menú y resurgir unida en una sola, la que haya logrado mayor consenso? ¿No habrá fisuras? ¿O en el mismo kiosco se ofrecerán todas las modalidades de sorteo como en la lotería, con la misma sonrisa para cada oferta?

Ahora bien, la decisión está tomada, la hoja de ruta está en marcha, mañana sábado comenzarán las actividades de calle que animarán el ambiente político, se medirá si la conflictividad social que vive el país se puede transformar en marchas políticas robustas, potentes para enviar un mensaje de ¡basta ya! a quienes han desguasado al país durante 17 años; o serán las concentraciones de los mismos convencidos de siempre, los mismos vendedores de helado -si es que quedan, porque de agua… nones- mientras el país real se apresta a sobrevivir un día más y a realizar las protestas sociales que le son propias y que explotan sin aviso previo. Con todo el fervor del mundo, uno desea que sea lo primero y que así como con el 6D nuestros dirigentes democráticos le tomaran el pulso electoral a la sociedad correctamente y se obtuvo una contundente victoria, esta vez le hayan tomado la temperatura social adecuadamente y sea el inicio del cambio.

Caben también otras preguntas: ¿qué pasa con las elecciones para gobernadores pautadas para fin de año? ¿No hacen parte de la necesaria acumulación de fuerzas para sustentar el cambio? ¿O para resguardarlas, se ha decidido no meterlas en la misma cesta, por el miedo atávico a tropezarse y romper todos los huevos al mismo tiempo? Al menos en lo reseñado en los medios de comunicación sobre la hoja de ruta no aparece mención alguna. Cualquiera sea el mecanismo que predomine: la renuncia, la enmienda, el revocatorio o el proceso constituyente -o puede no prevalecer ninguno- no se debería postergar la reflexión y preparación para enfrentar con éxito una confrontación electoral que será determinante para el proceso de recuperación democrática.

Ojalá las elecciones regionales estén en la letra chiquita que suele acompañar los contratos y que todos deberíamos leer pero no hacemos. De ser así, uno podría fantasear que -mientras los cuatro mecanismos siguen su curso- un equipo de la Unidad estaría ya establecido para preparar discretamente, pero con certeza, la estrategia triunfadora para las elecciones regionales.
¡En la MUD confiamos!

 

Claudio Fermín Mar 30, 2015 | Actualizado hace 9 años
Basta de cogollos por Claudio Fermín
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Venezuela está en malas manos. Quienes toman las decisiones económicas han reducido al país a la penosa situación de importar hasta papel sanitario. Cada día cierran empresas y aumenta la incertidumbre. La administración de los servicios públicos es de una precariedad vergonzosa: ciudades a oscuras, llenas de basura, transporte público insuficiente y de pésima calidad.
Los canales regulares no funcionan y los ciudadanos han tomado las calles para demandar atención de los organismos públicos. La respuesta ha sido represión y violencia por parte de las autoridades.
Todo ese cuadro ha generado un intenso debate desde diversos frentes de la sociedad. Gremios, sindicatos, asociaciones de productores, centros de estudiantes, partidos políticos, empresarios organizados, páginas de opinión, ciudadanos en la plaza pública, en todos esos escenarios los venezolanos discutimos nuestros problemas y asomamos soluciones.
Sin embargo, el sistema político que a golpes y porrazos se ha ido imponiendo en Venezuela no permite que esas propuestas circulen entre las instituciones encargadas de procesarlas y ponerlas en práctica. Estamos ante un gobierno cerrado, blindado, que sólo se oye a sí mismo.
Ese aislamiento oficialista coincide con un sistema de partidos también aislado de las comunidades, de las fincas, de las fábricas y universidades, de los sindicatos y los colegios profesionales. Tampoco los miles de activistas que sirven de soporte a los partidos políticos tienen entrada al exclusivo círculo de la toma de decisiones.
Un reducido número de directivos de algunos partidos políticos se arreglan para definir estrategias que han logrado posicionar ante la opinión pública como las de “la oposición” y en la acera de enfrente cuatro o cinco militares que junto con Maduro conducen el gobierno, se presentan como los albaceas del pensamiento y obra de Chávez.
Esta faja que le han impuesto al país esos dos pequeños anillos de poder mantiene comprimidos mensajes, propuestas, soluciones y discursos a los que se les dificulta llegar a los ciudadanos porque la cultura de la polarización los penaliza.
De un lado, se consideran antipatriotas los simpatizantes del chavismo que no se rindan ante los antojos de la cúpula de Maduro. Del otro lado, a quienes están en desacuerdo con los arreglos privados de tres o cuatro directivos de partidos para colocar a sus allegados, se les difama como vendidos al gobierno o se les acusa de divisionistas y culpables de derrotas por venir.
Este sistema de chantajes para silenciar las libres voces del pueblo ya no da para más. Los cogollos están en evidencia. No sirven. Sólo han logrado distanciar a los dirigentes de sus bases y ponerlos de rodilla ante los dueños de postulaciones y otras prebendas. Es un sistema podrido con el que hay que acabar.
Llamo a los ciudadanos a reunirse en asambleas,  a congregarse en las plazas y manifestar sus preferencias, a consultarse por diversos medios y establecer sus propias estrategias. Miles de activistas de los partidos que hoy no son oídos deben hacer valer sus voces. Millones de independientes deben hacerse presentes y hablar por Venezuela.
No perdamos más tiempo y consultemos a los ciudadanos para postular a los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional que mañana como Diputados defiendan y propongan las tesis que en las asambleas de ciudadanos, en las universidades, en los sindicatos y en la calle se han venido discutiendo. Defendamos al pueblo con sus propias voces y herramientas. ¡Ya basta de cogollos!
Vicente Díaz Feb 26, 2015 | Actualizado hace 9 años
¡Desenchúfalos! por Vicente Díaz

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El ventajismo en Venezuela no es solo abusar con la propaganda en los medios del Estado o  hacer cadenas con fines electorales. Eso es sólo la punta del témpano de hielo. Es lo más visible. Es lo que hace menos daño.

El duro, el verdadero, el maligno es el que permea todo el Estado y lo enfoca en un sólo objetivo, supremo y definitivo: mantenerse en el poder. No importan las reglas. No importan los principios. Si sirve para mantener el poder es válido;  si no, es superfluo.

Por ese tamiz pasan todas las acciones y decisiones, todos los proyectos y presupuestos. Algo sirve para ganar la elección, adelante; no sirve, archívalo. Así funciona la lógica de este  poder, peor aún de los Poderes

Por eso en víspera del Revocatorio se inventaron las misiones; de las presidenciales del 2012, las grandes misiones. No es que no hicieran falta algunas de ellas, sólo que su objetivo social y motivación moral no es la comprensión del dolor del débil sino la supervivencia política a como de lugar. Por eso se lanzaron a la vertiginosa e insostenible construcción de viviendas tratando de paliar en pocos meses la percepción de desidia tras década de abandono habitacional; y cuyo efecto devastador en la economía derivó en una desaforada impresión de billetes, demoledora para el bolivar fuerte  ahora valiendo menos que un céntimo de dólar

Esa es la lógica detrás de golpes de efecto como el Dakazo, prolegómeno desesperado de las últimas municipales. Detrás de allanamientos de diputados como Mardo que perfilaba como seguro  ganador de la alcaldía de Maracay. Por eso la extraña epidemia de medios de comunicación vendidos cuyos dueños no aparecen y, coincidencialmente, con líneas editoriales inclinadas hacia el gobierno.

Y el ventajismo ahora se potencia, es proporcionalmente inverso a la popularidad. Es como un sube y baja que todos cabalgamos alguna vez. Como las encuestas los dan en el piso el abuso se exacerba. Las elecciones parlamentarias no han sido convocadas, pero ya empezaron. Esa es la explicación de lo que pasa.

El gobierno necesita que los suyos vayan a votar. Tiene que presentarse como fuerte y agresivo, nadie vota por líderes pusilánimes, necesita polarizar; por eso arremete:  detiene a Ledezma, persigue a Borges, amenaza a la MUD, allana a Copei. Externaliza la culpa y revive el patriotismo: hay una guerra económica, me quieren dar un golpe, el eje Washington-Madrid-Bogotá conspira contra la patria. A falta de prueba en contra, el Tucano aparece por miedo electoral.

Necesita que los inconformes no voten por la oposición. Debe mostrar que está trabajando para los pobres: por eso mantiene hasta el absurdo el surrealista precio de la gasolina o el dólar a 6,30 que inviabilizan las finanzas públicas en esta economía desquiciada. También mantiene subsidiado el dólar viajero el más descabellado de los subsidios pero de alto impacto electoral.

Y finalmente el gobierno necesita que la oposición no vote: espantar y desmoralizar sus electores. Por eso la continuidad de la autoridad electoral, por eso la  reiterada insinuación pública de que controla las decisiones electorales, por eso la fastidiosa reiteración de que esa elección la ganan seguro, por eso la promoción del ejercito de tuiteros cuyos únicos mensajes son que no vale la pena votar sino coger calle y no abandonarla hasta que se vaya.

Nada de eso le servirá. El ventajismo trata de ocultar la realidad pero no la cambia. La gente se obstino. La oposición vence seguro si consolida su unidad y no se desgasta en tanto cacerolazo, tuitazo, marchadera y se concentra en organizase para ganar las elecciones no dejándose provocar ni desviarse del camino.

Los enchufados quebraron el país, para mantener el poder están llenando las cárceles. Para ver  libres  a los presos políticos, para que el país supere este capítulo, se puede (y debe) protestar y denunciar, pero sólo el voto  les corta la corriente. Desenchúfalos.

 

@VicenteDz

El Nacional