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Crisis política

Oficialismo convocará a todos los sectores para retomar diálogo
Jorge Rodríguez aseguró que las circunstancias de un diálogo en la actualidad «son distintas», pues, «afortunadamente, las condiciones de vida de Venezuela en este momento son unas condiciones de absoluta paz en todo el territorio»

 

El gobierno de Nicolás Maduro convocará a una «ronda intensiva de consultas y reuniones con todos los actores de la oposición venezolana» para conocer «las expectativas verdaderas de la población» en torno al diálogo, anunció este 15 de marzo el presidente del Parlamento oficialista, Jorge Rodríguez, sin aclarar si retomarían o no a la mesa instalada en México el pasado agosto.

«Ahora, inicia un proceso de reuniones que vamos a solicitarles a todos los actores que ya mencioné previamente y después de esa ronda de conversaciones podremos decir cuál es el formato que entre todas y todos hemos construido para ese diálogo», explicó Rodríguez en rueda de prensa desde la Asamblea Nacional.

El también jefe de la delegación negociadora designado por Maduro aseguró que las circunstancias de un diálogo en la actualidad «son distintas», pues, «afortunadamente, las condiciones de vida de Venezuela en este momento son unas condiciones de absoluta paz en todo el territorio».

«Digamos, la cualidad del diálogo es muy diferente porque es un diálogo en condiciones de paz que nos permitiría ver hacía el futuro para la sociedad que queremos construir», indicó el funcionario.

Apuntó que para estas conversaciones convocarán tanto a sectores de la oposición, como a «actores económicos y sociales», y mencionó que llamarán a Gerardo Blyde, jefe de la delegación de la Plataforma Unitaria en el diálogo en México, a la directiva de la patronal empresarial Fedecámaras, a los trabajadores y a la sociedad en general.

Así, Rodríguez apuntó que este proceso inicia este mismo martes y que toma en cuenta la solicitud del mandatario nacional de «reformatear» el proceso a partir de tres factores: «el diálogo inclusivo», «atender a la foto política actual» y la «cualidad del diálogo» con un «país que está en paz».

Con esto, la Comisión Especial para el Diálogo atiende lo dicho por Maduro el pasado 7 de marzo, tras la visita de una delegación oficial de Estados Unidos a Venezuela, cuando anunció su decisión de «reactivar con mucha fuerza el proceso de diálogo nacional» con «todos los actores políticos» del país, si bien no detalló si esa resolución implica retomar la mesa de negociación suspendida en octubre pasado.

«Hemos decidido en esta reunión reactivar con mucha fuerza el proceso de diálogo nacional con todos los factores políticos, sociales económicos, religiosos y culturales del país», afirmó Maduro entonces tras sostener un encuentro con sus vicepresidentes, el canciller y el Estado Mayor en el Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo.

Acerca de la negociación con la oposición que tenía México como sede, el mandatario comentó que «recibió un golpe tremendo», pero apostilló que están «pidiendo diálogo».

El gobierno de Maduro y la oposición acordaron la mesa de negociación en México en agosto de 2021, pero está suspendida desde octubre, tras la extradición a Estados Unidos del empresario colombiano Álex Saab, supuesto testaferro de Maduro.

Información de EFE

Víctor Maldonado C. Ago 03, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
Camino de Oz

En El Mago de Oz «La niña estaba perdida, lejos de su hogar… Ya sabemos que el camino era largo, tortuoso y lleno de peripecias e incertidumbres. ¿Cuán largo era?». Foto Lisa Runnels en Pixabay

@vjmc

Recientemente tuve una conversación con el buen amigo psiquiatra y antropólogo Luis José Uzcátegui. Hablábamos de la epidemia de desconfianza, la ausencia pertinaz de esa virtud cívica que nos transforma en seres solitarios y suspicaces. ¿Confiar en quién? ¿Confiar, por qué? fueron inmediatamente los temas de reflexión a los que derivamos. Yo me quedé pensando el tema, y de repente me vino una imagen, la vieja película El Mago de Oz, que data de 1939, hace ochenta y un años.

Confiar es “hacernos vulnerables” a los otros. Pero eso requiere lo que Weber llamaba “racionalidad”. Dicho de otra forma, para confiar hay que ser mutuamente predecibles, esa capacidad de cálculo que permite otorgarle probabilidad a la ocurrencia de una conducta, habiendo conjugado medios disponibles con finalidades que se consideran valiosas, en los márgenes no solo de lo probable, sino también de lo aceptable.

Lo que pasa en Venezuela es que no se puede confiar en nadie en la misma medida en que se hace imposible superar la trama de arbitrariedades que son propias de los regímenes totalitarios, y de las sociedades despojadas de todos los derechos y garantías, reducidas por lo tanto a una lucha por la sobrevivencia que al final todos saben que la van a perder.

Es cuestión de tiempo cuando todo se desvanece en el precario y fugaz imperio de las ganas.

En estas circunstancias, confiar es un riesgo que supera todas las probabilidades, porque en ausencia de esa racionalidad toda relación se envilece. ¿En quién vas a confiar? ¿Cuáles son las razones para hacerlo?

Ocurre que el venezolano está devastado en su disposición de confiar. Llevamos veinte años experimentando el sinsabor del que se siente engañado, defraudado, abusado en su buena fe. En la corta, pero intensa conversación, tanto Luis José como yo, tratábamos de hacer un inventario de las razones, pero dejábamos entrever nuestra preocupación porque la gente se siente demasiado lejos de un liderazgo que no les ha dado la talla. Las razones que están vigentes son para la desconfianza.

Experimentamos la desolación. No hay ruta, ni hay un Dios que camine delante de nosotros para guiarnos. No hay, no vemos, no sentimos ese vínculo providencial que “de día en una columna de nubes nos acompaña; de noche en una columna de fuego permanece para alumbrarnos” (Éxodo 13,22). Existe, y con razón, una sensación de abandono y de detención. No hay guías, tampoco camino.

La confianza hay que restaurarla, pero eso requiere que busquemos rápidamente aquel que en medio de los otros merezca ser el ungido. Para eso es necesario que se reensamblen en una sola persona tres características del liderazgo virtuoso:

1. la habilidad para comunicar y hacer lo que se debe hacer,

2. la benevolencia para compartir los pesares del camino sin desfallecer y sin cesar en las exigencias de seguir avanzando, y

3. la integridad para afianzarse en la verdad.

Eso que Aristóteles llamaba el logos, el pathos y el ethos. Si no se conjugan los tres, algo comienza a fallar hasta que la relación deja de tener sentido. Porque no hay que olvidar que la confianza es un vínculo que se debe cultivar y cuidar. No se puede dar por descontado. Tampoco se da por añadidura.

El Mago de Oz es un cuento infantil escrito por L. Frank Baum. En él se narran las peripecias de Dorothy, su perrito Toto, y tres compañeros de ruta, el espantapájaros carente de cerebro, el leñador de hojalata que no tenía un corazón, y el león cobarde falto de valor. La niña estaba perdida, lejos de su hogar, y su mascota era su único vínculo con sus querencias, a las que quería volver.

Todos los personajes se presentan como seres carentes y dependientes. Las circunstancias, entre otras cosas uno de esos tornados tan propios del medio oeste norteamericano, habían detonado un encuentro fortuito y una necesidad común. Ir hasta La Ciudad Esmeralda, donde regía un mago poderoso que podía resolver a favor lo que cada uno anhelaba para sí. Llegar no era fácil, pero Glinda, el hada buena del norte, le había dado los zapatos mágicos de rubí, y el dato de la ruta que debía recorrer: seguir el sendero de las baldosas amarillas.

Ya sabemos que el camino era largo, tortuoso y lleno de peripecias e incertidumbres. ¿Cuán largo era? ¿Qué obstáculos debían superar? ¿Qué iba a intentar la maléfica bruja del oeste? ¿Cómo iban a reaccionar los miembros del equipo? Y al final, ¿iban a conseguir lo que cada uno anhelaba?

Entre ellos acumulaban eso que se llama inteligencia emocional. Una buena capacidad para complementarse desde sus carencias (lo que uno no podía ser o hacer, tenía que esperarlo de los otros, en eso consiste la confianza), un buen desempeño ante las amenazas y las crisis que debieron afrontar, y entre todos, una apuesta a la perseverancia a pesar de las flaquezas y las dudas.

En el camino se fueron demostrando que eran capaces de calcular, idear estrategias, ser solidarios, apreciar a los otros, tener emociones, y demostrar valentía.

El espantapájaros no necesitaba cerebro porque pensaba, el leñador era capaz de tener sentimientos y actuar conforme a ellos, a pesar de no tener corazón, y el león había sido valiente y no había huido ante las amenazas porque tenía coraje. Fueron las circunstancias y las sinergias del equipo las que hicieron el milagro. En el cuento Dorothy es la líder que suma, invita al recorrer juntos, no desprecia a nadie, e insufla esperanza. Por eso era confiable, a pesar de que ofrecía una expectativa casi irrealizable. Y Toto siempre fue un perrito inquieto, que no se dejaba atrapar, un maestro de las evasiones, y un emblema de la lealtad. Siempre volvía a donde estaba su dueña.

El mago de Oz era un impostor. Todos le temían. Era para la ciudad la razón aparente, el quicio del orden social y la prosperidad de todos. Pero no era más que una puesta en escena de fuegos fatuos, sonidos rimbombantes y esa distancia mayestática que lo tornaba misterioso y todopoderoso. Sin embargo, era un viejito que había llegado hasta la ciudad porque era incapaz de manejar apropiadamente su globo aerostático. Y así como llegó se fue, sin poder devolver a Dorothy a su amada Kansas.

Las brujas malvadas tampoco eran tan poderosas como se asumían. Una de ellas murió aplastada por la casa de Dorothy cuando dando vueltas gracias al tornado aterrizó violentamente en un costado de Munchkinland, una ciudad de hombres muy pequeños. La otra, cuando quiso quemar al espantapájaros, desapareció ante el primer tobo de agua que la niña del cuento le echó sin querer.

El mal es sobredimensionado por nuestros propios temores. Eso no deberíamos olvidarlo nunca.

¿De qué se trata entonces? De confiar, sin esa prepotencia de los predestinados, sin los obstáculos de la adulancia, sin la duda que detiene, ni el excesivo análisis que paraliza. Hay que convocar al recorrido, tal vez sin conocerlo todo, pero teniendo un plan compartido, pretendiendo la buena fe de todos, eso sí, discriminando al que es compañero de ruta de los que son las brujas que entorpecen. En esa diferenciación reposa la virtud de la prudencia. Ser confiables es no errar al elegir a los que son amigos de los obvios adversarios.

Para confiar hay que recuperar la sensatez que siempre tuvo el espantapájaros, la compasión que nunca dejó de tener el hombre de hojalata, y el coraje que siempre tuvo el león “cobarde”. Juntos, ratificándonos mutuamente, podemos vencer esa sensación de impotencia que a veces nos aflige. Entre todos podemos demostrarnos que hasta las cosas más increíbles son posibles, teniendo presente que Dios es el guía de nuestros días y la lumbre de nuestras noches más oscuras, hasta que podamos recuperar ese hogar que damos por perdido: un país que mane libertad y prosperidad.

Que nada nos turbe.

victormaldonadoc@gmail.com

 

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Juan Guaidó presenta al país la agenda para el año 2020
Considera imposible para todos los venezolanos visualizar un futuro a causa de los problemas que atraviesa Venezuela

Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, reunido con los distintos partidos opositores de la República, explicó este miércoles las distintas maniobras que se realizarán el próximo año 2020.

«Sabemos que no ha sido suficiente, Maduro sigue usurpando el poder, sigue robando y sigue destruyendo al país», dijo. Indicó que es imposible para todos los venezolanos visualizar un futuro a causa de los problemas que atraviesa Venezuela.

Detalló que tanto él como los diputados a la Asamblea Nacional tienen el deber de convocar una vez más a las calles a todos los sectores de la nación. «Integraremos una agenda de lucha 2020 que haga el cambio; una agenda que nos llama a todos, agrupaciones políticas, estudiantes, la iglesia», informó.

Dijo que el país tiene una sola opción: no aceptar lo que está pasando y hacer lo necesario para su rescate.

«Rectificaremos donde haya habido errores, de cara al logro; no es suficiente decir ‘lo intentamos’; cuenten con el presidente encargado», resaltó. Afirmó que uno de los puntos más importante es la realización de elecciones.

Guaidó resaltó el apoyo de los países, el curul que hoy ocupa Venezuela en la OEA. «No hay que menospreciar esto, la expectativa para enero es abismal», indicó.

Con respecto a la posición del oficialismo dijo que no saben qué hacer. «Salieron con un tablazo en la cabeza, tuvieron que regresar a la Asamblea; no hayan cómo deshacer la ANC por estar inventando; no saben qué hacer», dijo.

Por último, se refirió a Alberto Fernández, nuevo presidente de Argentina, sugirió que también mostraría su apoyo a la gestión que desarrolla.

En Catia “no hay chavistas ni opositores, sino el barrio arrecho”

A LA CONMEMORACIÓN de los 61 años de la caída de Marcos Pérez Jiménez la antecedió una serie de protestas en el oeste de la capital venezolana. La parroquia Sucre ha sido reconocida por apoyar a los gobiernos chavistas durante años; sin embargo, la noche antes del 23 de enero se quemaron cauchos, se partieron botellas y se lanzaron piedras en varias barriadas.

A las siete de la mañana había calma, pero en la avenida Sucre, justo frente al liceo Miguel Antonio Caro, centro electoral en el que vota Nicolás Maduro, aún se sentía el olor del humo producto de la quema de cauchos. Comerciantes de la zona contaron que la manifestación comenzó cerca de las ocho de la noche; la Policía Nacional Bolivariana no tardó en aparecer, pero el descontento no paró hasta las doce.

Danyerling vive en plena avenida Sucre y nunca había visto una protesta en el sector; quizás por eso no supo qué hacer. En lo que sintió el picor en la nariz por los gases lacrimógenos, agarró a sus dos niños y se fue a casa de un familiar en Altavista, una de las urbanizaciones cercanas.

Allí, los vecinos parecían no haber sido alterados por los disturbios. Jesús Bustamante, residente de la calle Estadio de Altavista, no escuchó ni vio nada. Tampoco esperaba nada de este 23 de enero; ni siquiera pensó en participar en la convocatoria de la Asamblea Nacional, a pesar de ser contrario al Gobierno y haber marchado durante 2017. “No vale la pena salir, no sirve de nada. ¿De qué sirvió todo lo que pasó hace dos años?”

Pero en los barrios El Amparo, Niño Jesús y El Mirador ya están cansados, según Fran, un habitante del sector. Desde la avenida Simón Bolívar hasta el kilómetro 10 de El Amparo, personas de todas las edades salieron de sus casas para protestar en contra de Nicolás Maduro el martes 22 de enero.

Los comercios de las zonas no habían abierto cerca de las 10 de la mañana. Los vecinos hablaban sobre lo ocurrido la noche anterior; incluso alguien expresó que se sentía como en Nochevieja. “Feliz año, vecino, se acabó lo que se daba”. Todos reían.

Fran cree que este 23 de enero será diferente porque los sectores populares ya no aguantan al gobernante: “Mira, éramos uno. No había chavistas ni opositores, sino el barrio arrecho. Ya la gente está cansada”.

 

Maduro pide a la Justicia actuar rápidamente si se dan protestas violentas

NICOLÁS MADURO pidió a las autoridades del sector judicial que actúen «rápidamente» en caso de que llegaran a suscitarse protestas violentas en el país, solo una semana antes de que de la oposición tome las calles para manifestarse en su contra.

«La guarimba (protesta violenta) no puede volver al país, tenemos que garantizar la seguridad y el que intente guarimbear, que actúe rápidamente la ley y para la cárcel, compadre, el que intente guarimbear», dijo el mandatario en un acto de Gobierno transmitido en cadena de radio y televisión.

Durante la última jornada de protestas violentas contra el Gobierno de Maduro, que se extendió por 4 meses de 2017, murieron más de 100 personas y otro millar resultó lesionado.

El Gobierno, en su momento, aseveró que el país sufrió millonarias pérdidas por la caída de la productividad y el comercio que causaron las manifestaciones.

Maduro juró el pasado jueves un nuevo mandato presidencial de 6 años, cuya legitimidad no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional.

El líder chavista venció con holgura en los comicios de mayo pasado, a los que no se presentó el grueso de la oposición por considerarlos fraudulentos y estar inhabilitados sus principales dirigentes.

Por esta razón, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la UE no reconocen la legitimidad de su segundo término, que lo mantendrá en el cargo, al menos, hasta 2025.

Con todo, Maduro volvió a desestimar hoy este desconocimiento y señaló que fue elegido con «las mismas autoridades, los mismos centros de votación (y) las mismas maquinas» que se usaron en los comicios legislativos de 2015, que entregaron el control del Parlamento al antichavismo, desde donde se lanza una ofensiva para desalojarlo del poder.

VIDEO | Maduro acusó a la oposición de terrorismo y amenazó con “enfrentarlos severamente”

NICOLÁS MADURO acusó a la oposición venezolana de estar al mando de un “grupo de terroristas”, al que el Gobierno prevé “enfrentar severamente y derrotar”.

Este lunes 14 de enero, al presentar su Memoria y Cuenta del año 2018, frente a la ANC, Maduro responsabilizó a la oposición del “ataque” que sufrió el Hospital Clínico Universitario (HCU), en Caracas, el pasado sábado 12 de enero, cuando se registró un apagón durante horas, que dejó al menos tres fallecidos.

En su discurso aseguró que en la institución hospitalaria, “sabotearon los sistemas de recarga y carga eléctrica, los desprendieron, se los llevaron, para crear un show en los medios de comunicación internacional”.

Maduro afirmó que “su plan diario (el de la derecha), es el show mediático, los falsos positivos, los ataques terroristas por debajo a los servicios públicos, al sistema eléctrico, a los hospitales”.

Frente Amplio Venezuela Libre apuesta de nuevo a protestas para desconocer próximo mandato Maduro

La plataforma opositora Frente Amplio Venezuela Libre apostó de nuevo hoy a la protesta para desconocer el nuevo mandato del presidente Nicolás Maduro, que se iniciará el próximo 10 de enero, y que señalan no tendrá «legitimidad de origen» debido que no reconocen los resultados de los comicios de mayo pasado.

En un evento denominado Congreso Venezuela Libre, el Frente presentó un manifiesto por el cambio político en el país y que es el resultado de los encuentros regionales que sostuvo la plataforma con sectores de la sociedad buscando propuestas para salir de la crisis.

En el texto, se señala que estos encuentros son parte del comienzo de una etapa de «reunificación» de las fuerzas dispuestas a «enfrentar la dictadura» y señalan que el 10 de enero es una fecha que representa «un hito histórico en esta etapa oscura de la vida nacional».

«Por ello, nos organizamos desde ahora en instancias tácticas, estratégicas y logísticas para darle cauce al creciente malestar social del pueblo venezolano (…) a través de la protesta pacífica de calle que aumente la presión sobre la dictadura y haga cesar la usurpación» de Maduro, se lee en el texto.

La plataforma hace un llamado a la «unidad superior» para lograr el objetivo y defender la Constitución, así como a la Fuerza Armada para que ayuden a «restablecer» el orden constitucional.

El Frente también animó a la comunidad internacional a reconocer «las luchas democráticas del pueblo venezolano, y a intensificar la presión y las acciones que contribuyan con la salida de la dictadura», pues argumentan que el Gobierno de Nicolás Maduro es una «amenaza» para el mundo y en especial para la región.

Asimismo, la coalición se comprometió con construir un acuerdo que defienda una «transición ordenada e inmediata» y que garantice el cumplimiento de la Constitución, siendo que, el Parlamento es «la única institución democrática» para «garantizar y conducir la transición».

Enumera, en ese sentido, como prioridades en el nuevo Gobierno atender la crisis económica y la «emergencia humanitaria» de salud y alimentos; cambiar el modelo político y económico; recuperar los servicios públicos que hoy presentan fallas; reestructurar las instituciones; reformar la seguridad ciudadana y otros.

El manifiesto fue entregado al presidente del Parlamento, Omar Barboza.

En el evento de hoy participaron distintos representantes de la sociedad civil de cada uno de los estados del país, entre los que también se encuentran dirigentes del chavismo disidente.

A fuerza de sentencias del Tribunal Supremo de Justicia y de decretos de la Asamblea Constituyente, el chavismo ha maniatado al Parlamento, mientras desde la trinchera opositora aumentan las críticas contra los diputados

Pedro Pablo Peñaloza

La Asamblea Nacional se ha convertido en una especie de punching ball. El gobierno del presidente Nicolás Maduro comenzó a golpearla antes de su instalación, el 5 de enero de 2016, hasta el extremo de mutilarle cuatro diputados a la plenaria. Y ahora un sector de la oposición también le pega sus manotazos al cuestionar su compromiso con la lucha democrática en Venezuela.

El último en anotarse a la zurra ha sido el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien en una carta pública dirigida el lunes 20 de agosto al presidente de la AN, Omar Barboza (UNT-Zulia), le advirtió que si no acataba las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia “legítimo” eso lo colocaría “al margen de la institucionalidad democrática y lo transformaría en cómplice de una dictadura que ha destruido el país”.

El Ejecutivo ha desplegado un ataque inmisericorde contra el Parlamento. Primero, utilizó como ariete al Poder Judicial, que ha dictado más de 70 sentencias para atar de pies y manos a la Cámara. Luego, con el respaldo de ese mismo TSJ y el Consejo Nacional Electoral, convocó una Asamblea Constituyente para terminar de liquidar al Legislativo.

Eliminando por la fuerza la figura constitucional de la inmunidad parlamentaria, el gobierno ha desatado una persecución contra los diputados que obligó a refugiarse en la embajada de Chile a Freddy Guevara (VP-Miranda), mantiene en el exilio a Julio Borges (PJ-Miranda) y José Manuel Olivares (PJ-Vargas), y encarceló a Juan Requesens (PJ-Táchira), acusado de participar en el presunto atentado con drones sufrido por Maduro el sábado 4 de agosto.

En paralelo al bombardeo enemigo, la Cámara enfrenta el fuego amigo. No solo en las redes sociales se fustiga al Legislativo con etiquetas como #ANCómpliceDelRégimen, sino que en su propio seno se ha levantado una grupo que sin temor a romper con la unidad del cuerpo, expresa sus críticas a la conducción del Parlamento.

“Que nos califiquen de antipáticos e incómodos es lo de menos, no perdemos el tiempo buscando elogios”, responde el diputado Omar González (Vente-Anzoátegui), vocero de la llamada fracción 16 de julio, que demanda cumplir con el mandato emanado de la consulta popular celebrada ese domingo de 2017.

González sostiene que la Cámara no ha asumido las consecuencias de sus decisiones de declarar el abandono del cargo de Maduro y de apoyar el juicio del TSJ en el exilio que concluyó con una condena de 18 años de cárcel contra el mandatario venezolano. “Frente a esta situación, la AN debe asumir su rol protagónico”, enfatiza.

El parlamentario adelanta que esta semana exigirán a la directiva “el nombramiento de un gobierno de transición”. “La AN no puede eludir esto ni por miedo, ni por conveniencia política, es un compromiso. El país esta acéfalo de gobierno y tenemos la obligación de designar el gobierno de transición”, insiste.

Último recurso

“Pese a cualquier campaña, para los que creen en la AN, y para los que no quieren creer en la AN, entiendan lo siguiente: esta es la única institución con legitimidad de origen y desempeño que no controla el gobierno”, espetó el expresidente de la Cámara, Henry Ramos Allup (AD-Caracas), a quienes censuran la labor de los diputados.

Ramos Allup le envió un mensaje a sus detractores externos e internos: “Los que crean que nosotros debemos bajar la santamaría e irnos para la casa, o los que crean que la política venezolana se puede monitorear a distancia, que se vengan para acá porque hay que echarle bola es aquí”.

En un tono más académico, el ex secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, resume las cinco fortalezas que, a su juicio, tiene el Parlamento: “Primero, es un órgano del Poder Público Nacional según la Constitución; segundo, es el único bajo la responsabilidad política de la oposición; tercero,  tiene la legitimidad de su origen democrático porque surgió del voto popular; cuarto, es representativo del país en toda su diversidad; y quinto, goza de reconocimiento internacional”.

“Ese conjunto de elementos, que solo reúne la AN, le dan un valor estratégico. Preservarla y fortalecerla es tan crucial para la sociedad civil y la democracia que defiende, como debilitarla, neutralizarla o acabarla lo es para el poder que en su prepotencia aspira a la omnipotencia. Contribuir, por activa o por pasiva, a que el gobierno cumpla su propósito destructor de la AN es, desde el punto de vista democrático, suicida”, finaliza Aveledo.

Perdiendo vigor

El exparlamentario y profesor Nelson Chitty La Roche indica, en principio, que “es la misma oposición la que en buena medida se ha encargado de victimar a la AN”; sin embargo, subraya que “la conducción errática” de la Cámara desde enero de 2016 ha afectado la imagen de la institución ante los ciudadanos.

Allí confluirían “una serie de elementos como el manejo de las relaciones intrapoderes y no haber asumido la calidad de la legitimidad que desde el comienzo tuvieron y que no se dieron cuenta de que daba para mucho más de lo que ellos permitieron servirse”, apunta el dirigente de Copei.

“La AN se ha venido deslegitimando, ha venido exhibiendo carencias, confusión en su discurso y su actuación, y la gente no siente que lo que pasa en la AN le concierne. El ciudadano está muy solitario, no hay partidos políticos, no hay sociedad civil, y tampoco ese gran recurso institucional que es la AN está prestando la función que se podía aspirar y esperar”, observa Chitty La Roche.

Al margen de sus objeciones, el catedrático de la Universidad Central de Venezuela (UCV) considera que los legisladores deben ser actores fundamentales en el esfuerzo que busca impulsar la reunificación de la oposición venezolana. “Pero para eso la AN tiene que volver a representar al pueblo y tiene tiempo que no lo hace”, lamenta.