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3,4% de los venezolanos tiene capacidad económica para resistir la crisis por más de un mes
87,1% de los venezolanos encuestados aseguró no contar con ningún tipo de ahorros para combatir la crisis económica

Las medidas sanitarias para evitar la propagación de la covid-19 en Venezuela han mermado el poder adquisitivo de los venezolanos, ya que estos lidian con el aumento constante de los precios debido a la hiperinflación que afronta el país. 

Tras realizar la Encuesta Nacional contra la covid-19, la Comisión de Expertos de la Salud de la presidencia interina de Juan Guaidó aseguró que solo 3,4% de los venezolanos tiene capacidad económica para resistir la crisis por más de un mes.

El estudio realizado afirma que solo 9,5% de los encuestados tiene la capacidad de resistir la crisis económica para cubrir entre una semana y un mes. 

Adicionalmente, los resultados señalaron que 87,1% de los encuestados no cuenta con ningún tipo de ahorros. 

Por otra parte, la Comisión de Expertos de la Salud reiteró que para el 11 de agosto, solo 31,58% del sector salud cuenta con gel desinfectante, 21,05% posee jabón, 36,84% tiene guantes y 42,11% cuenta con tapabocas. 

La encuesta también señaló que solo 1,2% de la población venezolana cuenta con suministro permanente de combustible y 92,1% de los hogares venezolanos tienen servicio eléctrico con interrupciones o fallas. 

La Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional informó que para julio 2020 la inflación se ubicó en 55,05%, la acumulada en el año incrementó a 843,44% y la interanual a 4099%. 

ONU pide a Venezuela un plan ante efectos de la crisis económica
Expertos subrayaron que Estados Unidos debe levantar de inmediato sus sanciones, que siguen causando un grave impacto en los derechos humanos del pueblo venezolano. Cuestionan el plan de clases a distancia

 

Expertos de Naciones Unidas ONU pidieron este miércoles 6 de mayo y al Gobierno de Venezuela que informe de sus planes para hacer frente a «los devastadores efectos de la crisis económica del país sobre los derechos humanos», aunque instaron también a EE UU a levantar unas sanciones que no hacen sino «agravar el sufrimiento».

«El Gobierno debe explicar inmediatamente cómo piensa apoyar a la gente», que en muchos casos apenas puede subsistir, destacó un comunicado firmado por los relatores especiales de la ONU sobre extrema pobreza (Olivier De Schutter), agua y sanidad (Léo Heller) y educación (Koumbou Boly Barry).

Los tres relatores indicaron que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro ha culpado de la crisis humanitaria a las sanciones internacionales cuando «la escasez de alimentos, la hiperinflación, los cortes de energía y agua, y el creciente desempleo precedieron a las restricciones comerciales».

Con todo, los expertos subrayaron que Estados Unidos debe levantar de inmediato sus sanciones, que siguen causando un grave impacto en los derechos humanos del pueblo venezolano, «especialmente a la luz de la pandemia de coronavirus».

En la actual crisis sanitaria, el sistema de salud venezolano está colapsando, con muchos hospitales luchando por seguir en funcionamiento cuando en algunos casos carecen de suministro de electricidad o agua corriente, subrayaron.

En el campo educativo, el comunicado recordó que Venezuela ha perdido miles de maestros y muchos niños ya no asisten a la escuela porque no tienen energía por falta de comida en casa o no pueden pagar el transporte. «Esto supone que la crisis cause daños perdurables a la próxima generación», subrayaron los expertos.

Por otro lado, señalaron que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU estima que un tercio de la población sufre de inseguridad alimentaria, y mostraron su alarma por informes que apuntan a que periodistas, abogados y trabajadores médicos han sufrido represalias o detenciones por denunciar estos problemas económicos y sociales.

«Cualquier persona detenida arbitrariamente debe ser liberada inmediatamente, y el gobierno debe investigar estas acusaciones», instaron en el comunicado.

Antonio José Monagas Feb 15, 2020 | Actualizado hace 3 semanas

Los hombres de pensamiento del mundo libre y democrático, se encuentran en una incómoda y difícil situación. Han sido arrasados por contradicciones que pululan realidades de confundida caracterización. En lo particular, Venezuela no ha escapado de tan crudo problema. Desde la Independencia hasta la actualidad, el país se ha servido de criterios dictados por naciones que, políticamente, pudieron adelantarse a las circunstancias imperantes en cada momento histórico. Naciones que se valieron del liberalismo a la inglesa, del federalismo a la norteamericana, del socialismo a la francesa. O que hacían equilibrio entre posturas ideológicas.

Sin embargo, de poco valió que Venezuela se hubiese aprovechado de ello cuando a fin de cuenta, los ejercicios de gobierno que se implantaron durante buena parte del siglo XX y en lo que va de siglo XXI, dieron cuenta del carácter contradictorio que se fraguaron bajo los lineamientos de política que trazaron el rumbo que fue tomando el país. Rumbo éste que, lejos de enmarcar una praxis política apegada al concepto de “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”, esgrimido por distintas constituciones de la época, terminó deformando cada ejercicio de gobierno. Así Venezuela fue ajustándose a atroces coyunturas, Bien improvisando, o sumiéndose en arbitrariedades. Más aún, sin un plan que diera con salidas urgentes a la anarquía que indujo el populismo y la demagogia.

Cuando los tiempos comienzan a marcar el inicio de la tercera década del siglo XXI, Venezuela parece no poder más con el inmenso peso que gravita sobre su curso. La crisis política, la crisis económica y la crisis social, han arreciado de tal modo, que el país se volvió un dilema. O peor, un charco de “rojas” inmundicias.

 

La palabra “desarrollo”, tantas veces enunciada a manera de promesa o compromiso político, particularmente en tiempo de campaña electoral, con la idea de afianzar a Venezuela sobre bases y valores que soporten de forma segura el devenir político, fueron sólo voces zarandeadas por el viento. El finado presidente militar, al momento de hacer público las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, exponía que “en ellas se consolidan los fundamentos y políticas para la dinámica del crecimiento económico sostenido, las oportunidades y equidades, la dinámica territorial y ambiental sustentables, la ampliación de las oportunidades ciudadanas y la diversificación multipolar de las relaciones internacionales”. (Crasa burla y tenaz engaño).

Sus mentados “cinco equilibrios”, no fueron otra cosa que la vía más expedita para un vulgar maniqueo alrededor de propuestas que terminaron convirtiéndose en una contraoferta de la que luego se sirvió el régimen político para enquistar las causas que determinaron la ruda crisis de Estado que en un “santiamén”, engulló al país. Y además, se radicalizaron decisiones que descompusieron al país llevándolo a la situación en la que hoy se encuentra.

Actualmente, el tema que angustia a los venezolanos, producto del trauma político padecido en veinte años de autoritarismo hegemónico, está relacionado con los modos, formas o maneras de evitar que todos aquellos problemas arrastrados por la razón política que acusa el país, continúen causando los estragos hasta ahora soportados.

Últimamente, la oposición democrática ha traído a colación razones que traten dicho tema. La labor parlamentaria de los últimos cuatro años, ha sido contundente a ese respecto. De hecho, las esperanzas volvieron al venezolano. El país comenzó a visualizar el túnel por el cual habrá que transitar para salir al otro lado. Quizás lo más importante alcanzado por la gestión de parlamentarios resteados con y por la democracia, ha sido el apoyo internacional obtenido con el propósito de hacer del conocimiento de las naciones del mundo libre, sobre el profundo problema que vive el país que una vez fuera referente en democracia y gestión de gobierno. En consecuencia, se ha visto la respuesta solidaria de una comunidad internacional que supera ya los sesenta países y gobiernos del entorno democrático.

Se ha hablado de distintos métodos capaces de contar con la disposición necesaria para disipar el tizne que se ha cernido sobre el horizonte político, económico y social venezolano. De esa forma, se ha hecho referencia a modelos de fuerza y esquemas jurídico-políticos que pudieran fungir como estrategias o tácticas en torno al problema que arrasó con todo lo que se erigía como factor de desarrollo nacional.

 

Se han mencionado procedimientos que van desde órdenes de detención, incursión militar extendida o puntual, operaciones de fuerza de baja intensidad, hasta negociaciones que impliquen acciones categóricas que incidan sobre eventos y procesos de extracción de capitales, acuerdos según el modelo “militar a militar” y manejos de inteligencia financiera que den con los cabecillas de estructuras criminales y narcotráfico. Acciones que consideren protestas dirigidas a provocar presiones a lo interno y externo del régimen político.

Asimismo, se ha hecho alusión de aplicación de sanciones a quienes le hayan sido comprobados delitos de índole penal o financiero. Delitos que hayan afectado al patrimonio público, erario o hacienda nacional. Incluso, a naves y aeronaves que se hayan prestado a transgresiones de igual naturaleza. Además, a quienes han participado de disposiciones que hayan violado derechos humanos, tanto como facultades institucionales y constitucionales.

En fin, todo ello apunta al respeto de lo que encarna y simboliza el “Estado de Derecho” bajo el cual debe ceñirse toda decisión asumida en nombre de la justicia, del pluralismo político, la responsabilidad social y la democracia. Por eso, se ha dicho que, de cara a la recuperación de las libertades y garantías que asisten al venezolano en todas sus manifestación y necesidades de vida, es válido actuar según la posibilidad de considerar dictámenes que tomen en cuenta: todas las opciones…

La oferta de espectáculos musicales en el país con estrellas internacionales ha descendido considerablemente desde 2010 a juicio de expertos
Los artistas locales también han tenido que migrar sus shows al extranjero

 

@franzambranor

 

“Una eternidad esperé este instante” retumba una estrofa de la canción Entre Caníbales mientras Zeta Bosio conecta su bajo a un amplificador y el baterista Charly Alberti blande una baqueta. Soda Stereo, la banda de rock latinoamericano más influyente está de vuelta. 2020 es el año del regreso a los escenarios. En esta ocasión sin su fallecido líder Gustavo Cerati, pero con su hijo Benito y otros intérpretes que intentarán llenar el vacío del front man argentino. La gira por el continente comienza en Bogotá en febrero y hasta ahora recorrerá México, Chile y por supuesto Buenos Aires a la espera de otras ciudades. Venezuela, por ahora, ni figura en los planes.

Por vez primera en su historia, Soda Stereo no incluirá a Caracas en su periplo por el continente. 

De la que un día Cerati se refirió como La Ciudad de la Furia (canción incluida en su álbum Doble Vida) solo queda el recuerdo del show de reencuentro de la banda en 2007 que llevaba por nombre “Me verás volver” y que tuvo como escenario al Hipódromo La Rinconada. Cerati falleció en 2014 en Buenos Aires luego de una prolongada agonía a raíz de un accidente cerebro vascular que sufrió en su último concierto como solista el 15 de mayo de 2010 en la capital venezolana.

Caracas ya no es el epicentro de conciertos que solía ser en los 70, 80 y 90 cuando albergó a artistas como Los 5 de Jackson (1976), Barry White (1977), Joe Cocker (1978), Tina Turner (1979), Queen (1981), The Police (1981), Saga (1982), Van Halen (1983), Cher (1988), Luciano Pavarotti (1991), Marillion (1992), Guns and Roses (1992), Whitney Houston (1994) y (Metallica (1999). Incluso, en la primera década del milenio, los caraqueños pudieron disfrutar de Oasis (2001 y 2009), Eric Clapton (2001), Roger Waters (2002), Ramstein (2005), Jamiroquai (2006), The Black Eyed Peas (2007), Iron Maiden (2009) y Aerosmith (2010). 

 

 

El cantante de Queen, Freddy Mercury con el fallecido locutor venezolano, Alfredo Escalante 

 

La crisis económica y la inestabilidad política han conspirado para que las gargantas de intérpretes famosos no agiten los escenarios venezolanos. Ya no hay la petición a coro que dice: “otra, otra, otra”. Tampoco: “Gracias, Venezuela”. Solo queda el recuerdo y el anhelo de algún día volver a ser una plaza atractiva para shows de alto calibre. 

A juicio de expertos el último concierto masivo en Venezuela fue el de Aerosmith en 2010 en el estacionamiento del Poliedro de Caracas y la última estrella en venir fue la cantante Beyoncé en 2013 en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar.

“Es un negocio. Nadie quiere perder plata. Cada vez se hacía más cuesta arriba conseguir dólares y patrocinantes”, dijo el locutor y productor de radio, Polo Troconis. “Generalmente había unos patrocinantes que asumían los costos del evento, entonces el empresario no tenía que poner una taquilla tan cara”, agregó Troconis.

“El dinero que los artistas piden aquí no se puede pagar. No se puede sacar eso de la taquilla”, sentenció la productora de eventos, María Gómez.

“La plaza ya no es atractiva. La gente ya no puede pagar una entrada a buen precio como lo hacíamos antes”, manifestó Inti Soto, director de la productora The Media Office.   

“Antes nadie hacía la conversión a dólares de una entrada en bolívares. Siempre los boletos en Venezuela tenían un buen precio en el mercado comparado con otros países y la gente los compraba. Venezuela era una buena plaza, todos querían venir”, añadió Soto. 

 

Sueñas con volver a los viejos buenos tiempos

 

La productora María Gómez recuerda que en el pasado los artistas se peleaban por presentarse en Venezuela. “El artista sabe donde le va mejor y lo tratan bien. Y aquí les iba muy bien en todos los sentidos”, dijo quien se especializó en traer a Caracas a intérpretes españoles. 

“Yo viví en España e hice amistad con muchos empresarios. Viajaba dos o tres veces al año a Europa para hacer negocios. Así pude contratar a Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Isabel Pantoja, Raphael, Miguel Ríos, Ana Belén, Rocío Jurado, Mecano, Paloma San Basilio, entre otros muchos más”, dijo Gómez.

 

La productora María Gómez con la cantante española, Paloma San Basilio 

 

Polo Troconis considera que en materia de espectáculos, Venezuela fue de más a menos. “En la década de los 80 recibimos a Queen, The Police, Van Halen y Saga. Luego los 90 marcó una época de diversidad comenzando por el Festival Iberoamericano de Rock en El Cafetal en el 91. Posteriormente, la crisis se acentuó y con todo y eso tuvimos la oportunidad de ver a artistas de la talla de Bajofondo Tango Club en 2011, el Cirque du Soleil en 2012 y DJ Ravin en 2016”, dijo el locutor de la Mega 107.3 FM.

Troconis considera que en los últimos ocho años ha habido una baja considerable de oferta de conciertos en Venezuela. “Se puso muy cuesta arriba para los empresarios venezolanos que no encontraron un retorno de la inversión”, indicó.

María Gómez asegura que fue en la gira que trajo a los españoles Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina al Poliedro de Caracas en 2007, cuando comenzó a verle los dientes a la crisis venezolana. 

“Fue un fracaso a nivel de taquilla, las graderías estaban vacías. Ya la gente prefería comprarle zapatos a sus hijos que ir a ver un show”, dijo Gómez.

 

Té para tres 

 

La imposibilidad de emplear los espacios del Poliedro de Caracas, la Base Aérea La Carlota y el estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela también restaron al afán de los empresarios por presentar espectáculos internacionales en Caracas. 

El Poliedro y La Carlota son aforos pertenecientes al gobierno nacional, mientras que el estadio Olímpico es administrado por la Fundación UCV y solo puede ser empleado en comodato por el club de primera división del balompié nacional, Caracas Fútbol Club. 

“Ese siempre ha sido un inconveniente. La Carlota es es el sitio ideal”, dijo María Gómez. “Tenemos un Poliedro, pero hacemos conciertos en el estacionamiento de este”, señaló Polo Troconis.

 

Poder decir adiós es crecer 

 

La diáspora también ha afectado la industria del espectáculo, según la productora María Gómez. “Ya no hay técnicos que monten shows de envergadura en Venezuela. Si bien los grandes artistas vienen siempre con su arsenal aquí siempre había gente preparada en materia de sonido e iluminacion. Toda esa gente se marchó y está trabajando fuera”, dijo Gómez.

El productor Inti Soto considera que los conciertos también han migrado desde Venezuela hacia otros destinos. “La diáspora es el camino que le toca tomar a cualquier artista venezolano. La situación de la industria nacional obligó a muchos a atreverse a salirse de la comodidad de lo que era el mercado venezolano en su mejor época. La diáspora es un impulso y hay que aprovecharlo”, dijo Soto. 

Bandas como los Amigos Invisibles y La Vida Boheme, así como Laura Guevara, Rafael “El Pollo” Brito, Yordano, Frank Quintero y Jorge Glem se han mudado del país para continuar su vida artística en vista de la escasa oferta de shows nacionales. Asimismo, agrupaciones como Desorden Público, Caramelos de Cianuro y Guaco se han visto obligados a salir en función de seguir tocando con frecuencia y satisfacer la demanda de la diáspora venezolana en el exterior.

A juicio de Soto, paralelo a la crisis de la industria hay un crecimiento importante de artistas nacionales independientes. “Eso dará que hablar mucho en muy poco tiempo”, dijo. “Sin duda hay gente que está haciendo esfuerzos”, agregó Polo Troconis.

Amigos Invisibles y Caramelos de Cianuro ofrecerán el sábado 26 de octubre de 2019 un recital en el campo de fútbol de la Lagunita Country Club en Caracas, cuyas entradas tendrán un costo de 65 dólares en área general y 95 dólares en VIP.  

Y aunque Soda Stereo no aterrice su rock and roll en Venezuela en 2020, otros intentarán llenar ese vacío con talento y resiliencia porque como dice una estrofa de la canción “Adiós” de Gustavo Cerati: “Del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer”. 

Maduro plantea instalar gallineros en escuelas para paliar la crisis alimentaria

EL GOBERNANTE NICOLÁS MADURO planteó este martes 1 de octubre la posibilidad de instalar huertos y gallineros en las escuelas como una vía para paliar la crisis de alimentos que sufre el país.

Durante una transmisión de cadena nacional, Maduro afirmó que este plan tiene como objetivo también enseñar a los estudiantes a “producir con sus manos”.

«Los huertos escolares se los encargo a ustedes, muchachos. Toda escuela y liceo tiene un espacio, algunos tienen un espacio grande, el que tenga un espacio grande me pone también ahí animales, unas 200 gallinas, 300 gallinas”, dijo.

Por otra parte, señaló que estos espacios podrían contribuir con la dotación de los comedores escolares: “Ustedes mismos hacen su corral, y cada escuela, cada liceo, (tiene) 300 gallinas”, insistió.

En medio de su discurso, Maduro dio el ejemplo de que junto a su esposa Cilia Flores mantiene un pequeño gallinero que atiende cada día.

“Ellas ponen su ponedura, su postura, y nosotros agarramos esas posturas y las distribuimos entre los familiares. Eso es maravilloso”, indicó.

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A juicio del gobernante, a esta generación de jóvenes le “mutilaron la capacidad productiva”, por lo cual espera enseñarlos a producir “con sus manos”.

“El ser humano se desarrolló, se evolucionó, porque aprendió a utilizar las manos, y con las manos, trabajando, desarrolló el cerebro”, apuntó. “Yo le he dicho a la vicepresidenta: consigamos un millón de gallinas para llevarlas a los liceos y a las escuelas, es aprendizaje”, dijo.

En tal sentido, pidió al ministro de Alimentación, Carlos Leal Tellería, “apoyar” la instalación de los huertos y gallineros en las escuelas.

*Con información de Infobae

Salario mínimo legal de Venezuela cae hasta los 3,55 dólares

EL SALARIO MÍNIMO LEGAL DE Venezuela cayó este miércoles hasta los 3,55 dólares luego de que la moneda local, el bolívar, mantuviera su vertiginoso descenso con respecto a la divisa estadounidense, por la que se cambiaba por 11.264,48 unidades en el mercado oficial.

El salario mínimo en Venezuela es de 40.000 bolívares, y es la norma en la administración pública, donde lo perciben al menos unos tres millones de trabajadores.

Además, los trabajadores ingresan todos los meses un bono de alimentación de 25.000 bolívares (2,21 dólares), que no genera pasivos laborales.

Los mismos 3,55 dólares pasan a percibir también los pensionistas venezolanos, cuyo número supera los 4,5 millones de personas, según informó en abril pasado el Gobierno de Nicolás Maduro.

Estos ingresos son insuficientes para comprar, siquiera, los alimentos para un día de una familia de cuatro miembros, aunque el Gobierno de Maduro ha dicho que complementa el salario de los trabajadores con un cuestionado plan de alimentos subsidiados, conocido como Clap, y que la oposición afirma se maneja de forma corrupta.

En el mercado paralelo de cambios un dólar se transaba el miércoles por un monto incluso mayor a los 11.264,48 de la tasa oficial.

Estos números confirman la cada vez mayor pérdida de poder del bolívar que, según establece la Constitución del país suramericano, es la única moneda de curso legal en Venezuela.

Efe ha podido constatar que en medio de la crisis los pequeños comerciantes, los prestadores de servicios y los ahorristas han optado por efectuar sus cobros en dólares.

En Venezuela también es de curso legal el «Petro», un criptoactivo que tras una medida ejecutiva del presidente Donald Trump, que prohíbe a los estadounidenses hacer negocios con el instrumento, se transformó en certificado de ahorro y se acepta como forma de pago en algunos comercios.

Rodrigo Cabezas: “Las sanciones refuerzan la crisis, pero no son las responsables del colapso económico”

¿SON LAS SANCIONES LAS RESPONSABLES de la crisis? No, el colapso económico es previo a las medidas aplicadas por el gobierno de Donald Trump, pero las impuestas a partir de agosto de 2017, y particularmente contra Pdvsa y el Banco Central de Venezuela (BCV) en 2019, refuerzan la crisis. Esto no tiene discusión, afirmaron los economistas Rodrigo Cabezas, ministro de Finanzas de 2007 a 2008, y Manuel Sutherland, director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO).

Para un país que en seis años perdió poco más de la mitad de su economía, “un simple soplo” puede terminar de derribarlo. Entre el tercer trimestre del 2013 –año cuando Nicolás Maduro asumió el poder– y septiembre de 2018, la economía se contrajo 52,3%, según el Banco Central de Venezuela (BCV).

“Afirmar que las sanciones son las culpables de la crisis es hacer política partidista, no ciencia económica. El gobierno no elaboró un plan de recuperación frente a la recesión que inició en 2014, y ahora vivimos la recesión más prolongada, profunda, generalizada y devastadora de nuestra historia”, expresó Cabezas en el foro ¿Son las sanciones las responsables de la crisis económica y social?, organizado por la ONG Provea en el Centro Letonia, en La Castellana, Caracas.

Dijo que Venezuela también padece la inflación más alta de su historia, fenómeno económico que ha destruido el salario real y la inversión privada.

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Economistas: La incertidumbre marca el escenario para el año 2019

HACER PROYECCIONES ECONÓMICAS EN LA VENEZUELA DE 2018 es un ejercicio de dibujo libre. La matemática es exacta y las leyes de la economía pretenden serlo cuando se hacen proyecciones sobre la base de indicadores macro de un país. En el caso de la Venezuela de 2018 el cálculo se complica debido a la hiperinflación, según lo han comentado varios economistas a El Pitazo.

El desmesurado aumento de los precios de los bienes y los servicios hace cuesta arriba alguna estimación. Así lo considera el economista César Aristimuño, quien aseguró que “presentar perspectivas económicas en Venezuela para los próximos meses es como caminar en una cueva con una vela en lugar de una potente linterna. Cada paso es clave, es muy complicado ver más allá de cierta distancia y hay que aguzar los sentidos para entender con claridad las señales”.

En su último informe de coyuntura de 2018, el también analista de riesgo bancario asegura que “el paquete de medidas económicas aplicado por el presidente Nicolás Maduro en agosto pasado es un plan sin objetivos medibles (al menos públicamente expuestos), no da muestras de avance, porque no ataca los problemas de fondo y no se atreve a tomar las decisiones que requiere la grave situación económica”.

Advierte que la hiperinflación sigue siendo el gran problema para resolver. “Si no se toman las correcciones podría cerrar 2019 por encima de 8.000.000%, encadenando su segundo año con un alza de precios con siete cifras. Los intentos del gobierno para frenarla han sido escasos e infructuosos como es evidente”.

Sigue leyendo esta nota de Elizabeth Ostos en El Pitazo