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El diálogo perdido sin explicaciones, por Armando Martini Pietri

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Pase lo que termine o no de pasar en Santo Domingo y/o Caracas, hablan, retrasan, van, vienen, refrendan, pero no subscriben, hay diálogo y pre diálogos, tienen acuerdos, preacuerdos firmados o no, borradores, la pregunta es ¿qué van a hacer los conversadores en un ambiente como el que ellos mismos han activado en Venezuela?

 

Lo de conversar no es nuevo, ¿se acuerdan del número, sumando todos los diálogos? Los resultados siguen siendo los mismos. Mutuas acusaciones de ser generadores de los problemas nacionales, de no cumplir los acuerdos, mentiras cruzadas y medias verdades.

 

Desde los ciudadanos la opinión es común y compartida. No se consideran representados, convencidos de que los dialogantes piensan primero en ellos por conveniencia y poco o nada en los problemas del común -hambre, impagable costo de sobrevivir, dinero que no vale ni compra nada, servicios públicos en crisis, inseguridad, ofrecimientos con palabras vacías, abandono.

 

¿Qué consideran sobre las apresuradas y sospechosas elecciones presidenciales que la Constituyente cubana ilegitimó por ser ella misma ilegítima, operadas por el mismo Poder Electoral en el cual nadie confía? El oficialismo no duda, al menos a nivel de directivas, porque fueron diseñadas por y para ellos, repiten al mismo que quiere seguir siendo Presidente porque ni él ni muchos de sus colaboradores pueden darse el lujo de abandonar el poder, ni siquiera la tierra que los vio nacer; ese tigre en el cual después que se monta no se sabe cómo apearse.

 

Los opositores, que puede lancen o no candidatos, y los que se han lanzado, tienen mucho que arriesgar. Es improbable que el régimen les permita ganar, y probable que si perdiera no entregaría mansamente lo que ya no es tanto su fuerza como su protección. Además de la justicia internacional, los europeos y países principales de América Latina ya han precisado oficialmente, por boca de sus mandatarios, que no reconocen a la Constituyente y en consecuencia tampoco sus decisiones, luego nunca podrán reconocer a quienes participen en esas elecciones ni a quien resulte electo. Será un mandatario minoritario de los venezolanos, espurio y en consecuencia no-presidente de la mayoría nacional y de los gobiernos de buena parte del mundo. Presidente de comiquita.

  

Tanto dialogar sin resultados ni pensar en el padecimiento y sufrimiento de los venezolanos, tragedia no por lo que dicen sino por lo que no dicen obviamente no toman en cuenta más allá de alguna frase en busca de titulares de prensa.

 

¿Se han preguntado qué piensan quienes no tienen comida o, los que no reciben alimentación completa y balanceada? ¿Han indagado los niveles de carestía y los que ni siquiera ganan suficiente para llevar algo a sus casas? Porque, aunque no lo crean existen las familias. Todas padecen carencias similares; menos los surtidos, bandidos, bolichicos y enchufados.

 

¿Cuánto tiempo seguirán los gobiernos que han expresado rechazo a la Constituyente y lo que decida -incluso las presidenciales a la carrera-que critican dura y abiertamente a Maduro y su Gobierno, aguantando frivolidades de los dirigentes de cierta parte opositora que reprocha al Presidente y a la Constituyente, pero se sienta a negociar acuerdos con ellos?

 

El Canciller de México no soportó más, Chile envió un plenipotenciario y se retira también ¿seguirán soportando los demás gobiernos, apoyando a quienes les ocultan acciones y decisiones, pretendiendo soporte para lo que ellos mismos han demostrado ser incapaces de hacer?

 

¿Cómo es posible que algunos hayan llegado a pensar intermediar para que no se sancione a corruptos y violentos del oficialismo? ¿No les da vergüenza imaginar lo que piensan sus interlocutores?

 

Termina enero con “luna de sangre” que los venezolanos vimos en fotografías y videos, y la sangre en las calles que demasiados hombres y mujeres ven, e incluso derraman, todos los días en las calles.

 

Con luna grande o pequeña, las noches venezolanas siguen siendo de soledad y miedo, de madrugar para hacer colas largas y humillantes, intermedios entre días en los cuales sin cesar se erosiona la dignidad de cada ciudadano, que, también, se va quedando más solo. Nos hemos convertido en los nuevos exiliados de América, balseros de fronteras que cruzan a pie, autobuses, motos, carros, con la misma desesperación.

 

Comienza febrero y así seguirá, días y noches de exasperación e indignación. En los saqueos hay delincuentes, pero la mayoría son ciudadanos honestos unidos por la misma rabia, por hambre y frustración, anaqueles vacíos, y maltrato oficial.

 

¿Cómo pueden quienes se consideran dirigentes sociales gastar tiempo en afanes partidistas, en la búsqueda de hacerse con “espacios” que son micro parcelas de poder, mientras el país y el pueblo que afirman defender se le hacen trizas frente a su ceguera?

 

¿Cómo consiguen creer que el electorado piense en elecciones de cualquier tipo cuando esos venezolanos tienen estómagos, familias y necesidades prioritarias que poco tiempo e interés les permiten para pensar en otra cosa?

 

¿Cómo logran hablarnos tranquilos y rebosantes de adjetivos e hipocresías creyendo que de verdad siguen siendo dirigentes y que los venezolanos les hacen caso, o les creen algo?

 

O están sordos, o les importa un pepino.

 

@ArmandoMartini 

 

Crisis de transporte y respuestas desde lo social, por Roberto Patiño

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Se están viviendo las terribles consecuencias de la implantación de la dictadura y del establecimiento de su modelo al país. La Asamblea Constituyente ilegítima aprueba una supuesta ley contra el odio, que criminaliza la protesta y potencia la censura en medios masivos y redes digitales. La persecución a la disidencia ha tenido otra expresión en el proceso absurdo contra el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, por instigación a la violencia en las manifestaciones ocurridas entre abril y agosto, mientras continúan impunes cuerpos y funcionarios de seguridad, así como grupos paramilitares, responsables del asesinato de más de un centenar de personas en estos mismos hechos.

El afianzamiento del modelo dictatorial también se implementa a través de políticas destructivas y empobrecedoras. Políticas que repercuten de forma desastrosa sobre las condiciones de vida de la gente, incidiendo en áreas prioritarias de su cotidianidad. Una de las áreas que ha empeorado de manera acelerada en los últimos meses ha sido, sin duda, la del transporte público. En nuestro trabajo en comunidades, tanto en el Municipio Libertador como en otros sectores de Caracas, hemos podido conocer las enormes dificultades que está significando esta situación para la colectividad.

En este problema convergen distintos aspectos producto de una crisis fomentada y manipulada por el gobierno: al aumento de tarifas de transporte en un contexto hiperinflacionario y de escasez de efectivo, se le suma la imposibilidad de conseguir repuestos y efectuar el mantenimiento de las unidades, con la consiguiente disminución de vehículos en funcionamiento (en algunas zonas hasta en un 85%) y el cierre de rutas de menor flujo. Se disminuye de forma sustancial la movilización de las personas y es afectado el desplazamiento a lugares de trabajo o a la escuela, por ejemplo. En general, se impacta negativamente el desenvolvimiento de las actividades diarias más básicas y se aíslan sectores y comunidades enteras. 

La actual crisis de transporte muestra cómo, en el modelo de dictadura, el gobierno actúa como factor de fragmentación y deterioro social. Genera condiciones que obstaculizan o impiden el normal quehacer diario de la población, culpabilizando a otros e impidiendo la búsqueda de consensos y acuerdos. Criminaliza o desacredita la participación de factores distintos al del grupo de poder, forzando a las personas a depender y supeditarse al Estado. 

Es necesaria la construcción de un proyecto político que enfrente a esta exclusión y fragmentación que produce el régimen. Un proyecto que sume y vincule efectivamente a los distintos sectores de la sociedad sobre el reconocimiento de necesidades y problemas comunes. En ese sentido, las expresiones de organización, participación, y empoderamiento local constituyen un modelo de referencia para la construcción de esta respuesta política desde lo social. 

Por ejemplo, según lo testimonia el profesor Alexander Campos del Centro de Investigaciones Populares, los vecinos de las comunidades en el sector Petare, generan distintas soluciones al problema de la crisis de transporte a partir de sus propios medios y posibilidades, desde las bases de la convivencia y la solidaridad. Las personas con vehículo propio llevan a otros vecinos organizándose en grupos para salir en los horarios de la mañana. Por otra parte, la comunidad contribuye en el acondicionamiento de transportes para ampliar su capacidad y poder utilizarlos como alternativas para movilizarse. Aunque limitadas, estas iniciativas generan redes de apoyo y participación de gran fortaleza y efectividad, que a partir de necesidades puntuales pueden mantenerse en el tiempo, evolucionando, ampliándose, planteando nuevos objetivos y generando movilización política. Como hemos visto en el caso de Alimenta la Solidaridad, también tienen la capacidad de articularse con otras organizaciones, grupos y sectores sociales, desarrollando procesos de involucramiento e inclusión. 

Estas formas de participación nos permitirán enfrentar con efectividad a un régimen que continuará fragmentando y empobreciendo al país, generando condiciones de dependencia y sometimiento de su población. Una realidad sobre la que debemos reflexionar y actuar, construyendo una respuesta política desde lo social, desde la convivencia y la solidaridad. 

@RobertoPatino

Freddy Guevara: Sí llamé a la protesta. La convoqué y la volvería a convocar

El diputado opositor y vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Freddy Guevara, dijo el lunes que decidió no convertirse en “un rehén más” del Gobierno del presidente Nicolás Maduro, horas después que la constituyente ratificó el retiro de su inmunidad parlamentaria.

«No les vamos a ofrecer ni a regalar un rehén más que puedan usar para su tráfico humano de esperanzas. No caeremos más en ese juego, no les daremos más herramientas para que atenten contra la democracia», dijo Guevara, e insistió en que «no se puede vencer a quien nunca se rinde».

Guevara ingresó el sábado a la residencia del embajador de Chile en Caracas y solicitó protección, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia acordó el viernes revocar su inmunidad, una decisión que debía ser ratificada por la constituyente, de mayoría oficialista.

“Señor Nicolás Maduro, lamentablemente para usted, le digo, que hemos tomado la decisión de no ofrecerle y no regalarle un rehén más”, dijo Guevara en un video publicado en Twitter por su partido, Voluntad Popular. “Desde finales del año pasado, Nicolás Maduro me ha amenazado de cárcel en los medios de comunicación”, agregó.

La cancillería chilena informó que Guevara solicitó una medida de protección y que su estadía es en calidad de “huésped”.

«Sí llamé a la protesta, sí llamé a la calle y a la desobediencia civil. La convoqué y la volvería a convocar», clama el número 2 de Voluntad Popular (VP), partido del preso político Leopoldo López. El Supremo le acusa de participar en delitos de asociación, instigación pública continuada y uso de adolescente para delinquir.

«Jamás van a poder hacer creer ni a mí, ni a los que estuvimos en la calle (durante los cuatro meses de protestas antigubernamentales, cuya represión acabó con la vida de 125 personas) ni a la comunidad internacional que nosotros somos los culpables de que ustedes asesinos sean quienes nos maten. El pueblo tiene claro quiénes son los asesinos y quiénes son los responsables de la represión», destaca el dirigente opositor, en la mira del chavismo desde finales del año pasado.

«¿Por qué ahora?», se pregunta Guevara, sabedor del impacto internacional de la arremetida chavista. Él mismo contesta: «Porque hemos identificado a las personas que dentro de la oposición le hacen el juego al gobierno».

«Muy pronto nos veremos en las calles marchando a Miraflores, no para tumbar a Maduro, sino para juramentar a un nuevo presidente», concluye Guevara, quien anunció que ya ha dejado grabado otros mensajes audiovisuales.

*Con información de El Mundo y Reuters

Freddy Guevara: Voluntad Popular no participará en las elecciones municipales

 

Freddy Guevara Planton

 

El coordinador nacional de Voluntad Popular, Freddy Guevara, informó a través de Periscope que la tolda naranja no participará en los comicios municipales de 2018.

“Ayer terminaron de decirnos que, aunque lográramos ganar las municipales, los alcaldes tenían que arrodillarse ante la asamblea nacional constituyente. Voluntad Popular no va a participar en ese proceso. El país quiere votar pero no ser herramienta útil de la dictadura»”, aseguró.

 

 

El primer vicepresidente de la Asamblea Nacional se refirió a la decisión de cuatro gobernadores electos por Acción Democrática (AD) de juramentarse ante la fraudulenta ANC y afirmó que fueron posiciones que generaron una ruptura en la unidad”.

“Es una traición a todos ese camino que han tomado. No podemos tener expulsiones de mentiras. Humillarse no es un sacrificio, tenemos hermanos que han muerto por no arrodillarse”, expresó.

Gobernadores de AD se juramentaron ante la constituyente

Gobernadores AD juramentación ANC

Cuatro de los cinco gobernadores gobernadores elegidos por la oposición en las elecciones regionales, específicamente los representantes de Acción Democrática (AD) prestaron juramento hoy ante la asamblea nacional constituyente (ANC), a pesar de los pedidos de demás opositores de no hacerlo.

La gobernadora por el estado Táchira, Laidy Gómez; el gobernador de Nueva Esparta, Alfredo Díaz; el gobernador de Mérida, Ramón Guevara, y el gobernador de Anzoátegui, Antonio Barreto Sira, asistieron a la Cancillería, también conocida como la Casa Amarilla, para juramentarse ante la presidenta de la constituyente, Delcy Rodríguez.

El gobernador del estado Zulia, Juan Pablo Guanipa, no asistió por estar en desacuerdo con la juramentación ante la constituyente por considerarla «fraudulenta».

Rodríguez, desde la juramentación, informó que los gobernadores acudieron ante la Junta Directiva de la ANC «para prestar juramento y aceptar el poder plenipotenciario de la misma». «Cabe destacar que estos cuatro representantes forman parte del partido Acción Democratica y que este gesto constituye un reconocimiento al poder de la ANC», señaló.

Asimismo, la presidenta de la constituyente expresó que «quería compartir el hecho para que el acto llegue a instancias internacionales».

 

Contravoz: La trampa de tensión, por Gonzalo Himiob Santomé

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En la antigüedad, y aun ahora en la ficción, se utilizaban las denominadas “trampas de tensión”. Se trata de puntas de lanza o de madera que se atan a otro trozo flexible de madera que se tensa y se deja en tensión hasta que la cercanía de la presa lo activa, disparándose contra ella. No se trata de una trampa, como algunas otras, dirigida a simplemente atrapar a la presa. Las trampas de tensión están diseñadas para herir gravemente y matar, al punto de que a veces fueron utilizadas como mecanismos de defensa.

Pasadas las elecciones regionales el gobierno se apresuró a montar su trampa de tensión contra los gobernadores electos. Ya la había anunciado: Todos los gobernadores que resultasen ganadores tendrían que hincar su rodilla y jurar ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), esa suerte de ilegítimo “soviet supremo” tropical, creado a espaldas de nuestras normas y del pueblo, pues de lo contrario no serían reconocidos ni se les permitiría tomar posesión de sus cargos. Lo reiteró Maduro después de la elección, en varios de discursos, aunque no pudo dejar de titubear cuando refería que ese requisito, el de que los gobernadores se juramentaran ante la ANC, lo había dispuesto la misma ANC, que con ello se “pagaba y se daba el vuelto” a sí misma, como decimos acá. Es lógico su traspié, ni la Constitución ni las leyes vigentes disponen eso, y cuando uno revisa cuáles son las atribuciones y las competencias de la ANC que están previstas en nuestra Carta Magna, incluso si hubiese sido válidamente constituida, que no es el caso, en ninguna parte se dice que es allí donde los gobernadores deben prestar su juramento para asumir el cargo.

Incapaz de mantener el poder por las vías democráticas, esclavo de una crisis institucional y económica sin precedentes, arrinconado por la comunidad internacional y con una popularidad mermada y en caída libre, al gobierno en Venezuela no le ha faltado imaginación y creatividad para perpetuarse. Sabe que su suerte depende de que se le valide el exabrupto constituyente y a ello se ha dado con ahínco desde hace meses. Lo ha intentado por todos los medios. Maduro, sus ministros, los magistrados del TSJ y los demás funcionarios fueron raudos a someterse voluntariamente a la ANC una vez constituida. Después se creó en ella la mal llamada “Comisión de la Verdad”, que incluso ha llegado a proponer, sin tener competencias para ello, una “Ley de Amnistía”, con la que se espera que los opositores, ávidos de libertad, acepten lo que de allí les venga como un “peor es nada”, sobre todo tomando en cuenta que con ello se juega con la desesperación de los presos políticos de una manera inhumana.  Después se puso a la ANC a ser ésta la que convocara a las elecciones regionales, con toda la alevosía del que sabe, porque el gobierno lo sabe, que en algún sector del liderazgo opositor ese hueso resulta irresistible hasta la ceguera. Todo lo que se ha dicho y hecho desde el gobierno en los últimos meses no ha tenido más que esa finalidad, la de someternos a todos a la ANC. Maduro y sus adláteres saben que cualquier desliz nuestro en ese sentido, logrando que, de alguna manera, desde la acera opositora se reconozca legitimidad a la ANC, servirá no solo para subyugar a los locales, sino además para callarle la boca a la comunidad internacional.

Por eso es que obligar a los gobernadores opositores electos a jurar ante la ANC es una trampa de tensión. No está diseñada para atrapar a nadie, sino para herir de muerte o acabar definitivamente con los últimos resquicios de institucionalidad y de democracia que nos quedan. Cualquier gobernador opositor que se acerque o se someta a la ANC está legitimándola, terminará clavado en las estacas de su muerte política y de allí en adelante de nada le servirá su cargo porque quedará sometido a la ANC. Con ello el gobierno afianzará su espuria hegemonía y, además, podrá presentar a la comunidad internacional, como una victoria que nos dejará solos y huérfanos de apoyo, que hasta los opositores han entrado “por el aro” de la ANC.

Además, prestarse a ese juego, por aquello de que “hay que derrotar al monstruo desde adentro y jugando en su terreno” sería una vil ofensa a la voluntad popular y representaría la estocada final a cualquier posibilidad de salida electoral. Más allá de las trampas y triquiñuelas electorales recientes, que nos han dejado a todos la boca y el ánimo hediondos a fraude, jamás podemos olvidar que de acuerdo al artículo 5º de la Constitución de 1999, que es la que sigue vigente, la soberanía reside en el pueblo, solo en el pueblo, y es intransferible, lo que implica que ningún órgano del poder público, y mucho menos uno absolutamente ilegítimo como la ANC, puede suplantar al pueblo ni adjudicársela.

Por eso es que es ante su pueblo, ante sus electores, representados por el poder legislativo regional, que los gobernadores deben prestar su juramento. Por eso es que, hasta el mismo presidente, máximo representante del Poder Ejecutivo, presta su juramento, cuando le toca, ante la Asamblea Nacional. Así está diseñado nuestro modelo de gobierno ¿Se imaginan qué hubiera pasado si cuando a Chávez, o al mismo Maduro, les tocó juramentarse para presidentes les hubieran dicho que no lo harían ante la máxima representación del pueblo, en la Asamblea Nacional, sino ante un grupo auto ungido de adecos o copeyanos? No lo hubieran aceptado jamás. Y ahora toca hacer lo mismo.

Si los Consejos Legislativos regionales, representantes locales del Poder Legislativo, se niegan a recibir el juramento de los gobernadores opositores electos, por lógica, dicho juramento también puede presentarse ante la Asamblea Nacional, que como Poder Legislativo Nacional es la representación de todo el pueblo. Reza un viejo axioma jurídico que “el que puede lo más, puede lo menos”, y si la AN es el reflejo de la nación entera, también puede serlo de cada uno de los estados que la componen. Si esto tampoco se puede, o si lo impiden, lo que les queda a los gobernadores opositores electos es juramentarse en acto solemne ante el mismo pueblo soberano que los eligió, porque la soberanía reside en el pueblo y es, como ya se ha dicho, intransferible. A la ciudadanía entonces le tocará también hacer valer su voluntad, desconociendo cualquier abuso y pasando por encima de cualquier formalismo sobrevenido, ilegítimo y obtuso impuesto por quienes saben que pueden tener de todo, menos pueblo. No en balde la participación del pueblo en los asuntos públicos, según la Constitución vigente, no es representativa, sino protagónica. Y eso no lo digo yo, lo dice la bolivariana.

No hay otras salidas. Cualquier otra opción, incluso esa locura recientemente propuesta de “pedirle a la ciudadanía opositora” que decida si su gobernador puede o no juramentarse ante la ANC, poniendo conveniente y cobardemente sobre los hombros de los votantes, que no de los líderes políticos, la carga de decidir si se legitima a la ANC o no, y desconociendo que ya el 16 de julio los venezolanos decidimos este tema, es lanzarnos a un oscuro calabozo del que difícilmente podremos escapar.

@HimiobSantome    

ANC 1999 Vs ANC 2017: La rápida y la furiosa

Laura Helena Castillo | @laurahcastillo

Yeannaly Fermín | @yeannalyfermin 

NACIERON CON VOCACIONES DISTINTAS, su reconocimiento y apoyo nacional e internacional no admiten comparaciones y el rendimiento inicial de cada una las presentan como dos modelos de fabricación diferente: la Asamblea Nacional Constituyente de Nicolás Maduro no fue votada en referéndum aprobatorio, sus 545 constituyentistas fueron elegidos el 30 de julio, se instaló el 4 de agosto y cumplió dos meses de funcionamiento el 4 de octubre sin haber aprobado ninguna modificación a la Carta Magna. La Asamblea Nacional Constituyente de Hugo Chávez fue aprobada en referéndum el 25 de abril de 1999, sus 131 constituyentistas fueron elegidos el 25 de julio, se instaló el 3 de agosto y, durante los primeros 2 meses de funcionamiento, habían sido aprobadas 16 modificaciones a la Carta Magna.

Según el abogado constitucionalista, Carlos García Soto, una de las principales diferencias entre los dos procesos es que en el de 1999 hubo un referéndum aprobatorio para que los ciudadanos decidieran si querían ir o no modificar la Constitución. Otros contrastes entre ambas asambleas constituyentes han quedado sobre papel. De acuerdo con el artículo 347 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la ANC tiene el objeto “de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”. Esto fue la que hizo la de 1999 desde las primeras sesiones plenarias. Pero en el estatuto de funcionamiento, aprobado el 24 de agosto de 2017 por la mayoría de tendencia chavista que integra el actual organismo, se definió un objetivo más abstracto: “La paz y tranquilidad pública, como necesidad, anhelo y derecho de la nación; un diálogo nacional, el reconocimiento mutuo y el entendimiento; perfeccionamiento del sistema económico nacional hacia uno postpetrolero, mixto, productivo y diversificado, que sirva a la igualdad, prosperidad y futuro de la nación”. Las discusiones de la plenaria de la ANC, más enfocadas en atender el contexto político posterior a las protestas opositoras, en responder el rechazo internacional al organismo y en legislar -usurpando funciones de la Asamblea Nacional, según denuncian diputados-, aún no se enfocan en el debate de fondo para el cual fue electa: modificar la Carta Magna.

Delcy Rodríguez, presidenta de la ANC, hizo un balance el 4 de octubre para evaluar los primeros dos meses, en los que la instalación de la Comisión de la Verdad ha sido una de las decisiones más promocionadas aunque, según Rodríguez, trabaja bajo perfil: «La Comisión para la Verdad ha venido trabajando de forma silenciosa, levantando cada expediente de privados de libertad en razón de la violencia política y sus delitos conexos (…) esto porque tiene una finalidad (…) presentar a la plenaria de la Asamblea Constituyente una propuesta de Ley de Amnistía». 

También dijo Rodríguez que será la semana que viene cuando se presenten las propuestas de capítulo para la nueva Constitución. 18 años atrás, en el segundo mes de trabajo ya los constituyentes -que eran cuatro veces menos, en cantidad, que los de ahora- habían aprobado cambios de fondo, algunos de ellos polémicos, como la unicameralidad del Congreso, la división territorial, las reelección de magistrados, etc. Claudio Fermín, dirigente político que fue uno de los seis opositores electos en aquel momento, recuerda que los primeros 60 artículos se discutieron con amplitud, mientras Hugo Chávez hacía un viaje a China. Pero que al regreso del primer mandatario la dinámica cambió: “Los diarios de debate recogen poca cosa ante la manera despótica con la que Luis Miquilena, Isaías Rodríguez y Aristóbulo Istúriz, miembros de la directiva, empezaron a aplicar el alicate a las intervenciones. Después del artículo 65 o 66, los debates se hicieron insostenibles. A su regreso de la gira, Chávez al parecer dio instrucciones de no perder tiempo con forasteros de la oposición y apurar el proceso. Donde yo creo que hay mayor riqueza y mayor data sobre cuanto lo que allí discutíamos era en las comisiones, cuyos presidentes eran más amplios y se podían dar debates de 7 u 8 horas”.

A partir de una revisión del diario de debates de 1999, de reportes de prensa y de declaraciones oficiales, Runrunes hizo un calendario, cara a cara, de la actividad de cada ANC.

En la comparación que se hace en el calendario, se puede observar que la ANC de 1999 trabajó enfáticamente en refundar las leyes de la nación, las 20 comisiones creadas para la reforma de la Constitución debatieron durante cinco meses y la misma fue aprobada por 3 millones 301 mil 475  de votos a favor del Sí, un equivalente al 71,78%. En la Constituyente del 2017, se puede apreciar que no han discutido ningún tema pertinente a la modificación de la Constitución anterior, se aprecia también que desde su instalación, han sesionado en pocas oportunidades.

Sep 19, 2017 | Actualizado hace 7 años
Contra el odio y por la paz (y II), por Armando Durán

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El segundo capítulo de esta penosa confabulación por imponer su voluntad personal lo está intentando escribir Nicolás Maduro en el amable paraje caribeño de República Dominicana. Casi el mismo escenario, casi con los mismos protagonistas de aquella fallida intentona del año pasado por recomponer los hilos de la cohabitación puestos en peligro por negar Maduro la celebración del referéndum revocatorio de su mandato, utilizando ahora el mismo argumento de “o nos entendemos o nos matamos” y las mismas mentiras de antaño. Vaya, el mismo perro con diferente collar. Sobre todo, con el mismo objetivo de los últimos 15 años.

Recuerden, a partir de la Mesa de Negociación y Acuerdos que César Gaviria y Jimmy Carter le montaron a Hugo Chávez, la finalidad de este artilugio siempre ha sido la misma: venderles mentiras por verdades a propios y extraños. Ni el régimen ha estado nunca por la paz, ni la alianza opositora, antes Coordinadora Democrática y desde 2009 MUD, está por cambiar de presidente, gobierno y régimen. Convivir, es decir, participar del botín, aunque sea como socios minoritarios, es desde entonces la regla principal del juego político venezolano.

Lo cierto es que Maduro, igual que Chávez, hace y deshace lo que tenga que hacer y deshacer para reducir la oposición a casi nada, cuidándose mucho de dejarla al menos con un hilo de vida, como evidencia de que en Venezuela hay democracia, sin duda leve y heterodoxa, pero democracia al fin y al cabo. Con oposición, elecciones y hasta algo de libertad de prensa. La misma razón por la que los principales partidos de la oposición practican una oposición meramente formal, como si en efecto viviéramos en un universo de normalidad democrática.

A veces, sin embargo, como ocurrió durante los recientes y dolorosos cuatro meses de manifestaciones populares de protesta, no bastó el tremendismo verbal de la oposición ni las fuerzas represivas del régimen para evitar que la situación se les fuera de las manos. En el último momento, sin embargo, lograron impedir que la sangre derramada llegara al río. Como tantas otras veces, tan pronto como se percibió el peligro, de repente, una vez más surgió la misma fórmula mágica.

La herramienta disuasiva empleada el año pasado para neutralizar la inminencia de un peligro mortal fue la vergonzosa instalación de una llamada Mesa de Diálogo, auspiciada, nada más y nada menos, que por el Vaticano y el gobierno de Estados Unidos. Ya sabemos cómo terminó aquella patética burla. Este año, el caramelito envenenado de la piñata fue el inesperado anuncio de Tibisay Lucena, elecciones regionales en octubre a cambio, es lo que venía planteando José Luis Rodríguez Zapatero en sus reuniones con la oposición, de desmovilizar la calle. En un primer momento, la MUD y Leopoldo López se negaron a escuchar esa trucada melodía, pero al final, acorralados por una realidad que cada día se les tornaba más indeseable, aceptaron la transacción porque, ya se sabe, más vale agarrar, aunque sea fallo, que la anarquía de los nuevos tiempos. No obstante, tuvieron que pagar una costosa penalidad: hacerse los locos ante el grosero fraude electoral del 31 de julio.

La respuesta del oficialismo no se hizo esperar. Una vez instalada, la espuria constituyente anunció que pronto aprobaría una ley “contra el odio y por la paz”, ¡habrase visto!, pero también en este caso, al menos por ahora, la amenaza oficialista tampoco ha pasado del tremendismo verbal. Por su parte, Julio Borges y Freddy Guevara fueron recibidos por los principales jefes de gobierno europeos con todos los honores y recibieron de ellos el más absoluto y cálido respaldo a la legítima autoridad de la Asamblea Nacional y contra la ilegítima constituyente. Lamentablemente, simple teatro, pues de inmediato, por sorpresa y con alevosía, el propio Borges y otros cinco delegados, en representación de tres partidos de la MUD, desembarcaban en República Dominicana para negociar con Delcy y Jorge Rodríguez la solución política de la crisis. ¿Precio del eventual acuerdo en esta última versión de las claudicaciones opositoras? Reconocer la legalidad de la ANC, convivir con ella y aprobar en la Asamblea Nacional los créditos y los proyectos internacionales que necesita el régimen desesperadamente. Contra el odio, por supuesto, y por la paz.

@aduran111

El Nacional