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Lorent y Gabriel, 3 años presos de conciencia, por Carlos Nieto Palma

SalehyValles

 

El pasado lunes 04 de septiembre se cumplieron 3 años desde que fueran entregados por el Presidente de Colombia Juan Manuel Santos a la dictadura venezolana los jóvenes Lorent Saleh y Gabriel Valles, ambos miembros de la organización Operación Libertad y luchadores incansables por el rescate a la democracia en Venezuela.
Lorent Saleh, actualmente con 29 años, fundador de la organización Operación Libertad, desde el año 2007 se ha dedicado activamente a denunciar las violaciones de Derechos Humanos en Venezuela ante medios de comunicación y organismos nacionales e internacionales. De igual manera, ha emprendido una importante lucha pacífica por la liberación de los presos políticos en Venezuela, logrando en el año 2011, a través de una huelga de hambre de 23 días ante la sede de la OEA en Caracas, una mediación efectiva que resultó en la liberación de 7 presos políticos venezolanos, y la atención médica y beneficio para muchos otros. A causa de su activismo, fue fuertemente perseguido por el gobierno venezolano, sufriendo en reiteradas ocasiones de agresiones, detenciones arbitrarias, amenazas y torturas físicas por parte de funcionarios de seguridad y gobernantes del Estado venezolano. Por este motivo, decide salir del país en mayo del año 2013. Desde ese momento, se radicó entre Costa Rica y Colombia, países desde los cuales continuó denunciando la situación de Derechos Humanos en Venezuela ante organismos internacionales y medios de comunicación.
Gabriel Valles tiene actualmente 30 años, es ingeniero de sistemas y arranco su activismo en Operación Libertad en el año 2014, ha sido gran apoyo en la lucha de esta organización por los derechos humanos y el retorno a la democracia en Venezuela, vivía también en Colombia junto a Lorent Saleh y estando allá le toco participar en el Foro Nacional de Victimas de la FARC que se realizó en el año 2014 en la ciudad de Cali – Colombia, allí denuncio a las victimas venezolanas de las FARC, estas denuncias también las presento en el Congreso Nacional Colombiano.
Lorent, fue detenido el 4 de septiembre de 2014, en Bogotá, Colombia, y Gabriel en Cúcuta, Colombia, por funcionarios del servicio de inteligencia colombiano de manera ilegal y arbitraria, al ser detenidos sin orden de captura, sin ser informados en ningún momento de las razones de su detención, ni el lugar al cual serían trasladado. El gobierno de Juan Manuel Santos violó vilmente el artículo 3 de la Convención Contra la Tortura, según el cual “Ningún Estado Parte procederá a la expulsión, devolución o extradición de una persona a otro Estado cuando haya razones fundadas para creer que estaría en peligro de ser sometida a tortura”.
Desde su detención Lorent y Gabriel, se encuentran detenidos a la orden del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) primero en la tristemente célebre “Tumba” donde permanecieron por 26 meses y actualmente en “El Helicoide” desde hace 10.
En “La Tumba”, Lorent y Gabriel permanecieron en el sótano 5 de la sede principal del SEBIN en Plaza Venezuela – Caracas, en celdas de 2x3mts, de piso negro, paredes completamente blancas y luces blancas intensas, sin ventanas, ventilación completamente artificial, todo el lugar está equipado con cámaras de seguridad y micrófonos. Durante los primeros ocho meses de su permanencia en ese sitio, fueron sometido a un confinamiento en solitario permanente en el que no podían salir de su celda en ningún momento, a excepción de las pocas veces que iban al baño; no podían tener contacto con los otros dos reclusos del lugar; fueron privados de toda estimulación sensorial normal, ya que no se les permitía poseer ningún objeto personal; no podían tener reloj, y por ello no sabía la hora; era sometido las 24 horas a temperaturas extremas (8°C aproximadamente), lo que en ocasiones le causaba dolor y reducía su movilidad corporal; no tenían acceso a salidas al sol, a ningún tipo de información del exterior a través de periódicos, o acceso a radio o televisión; tampoco tenían acceso a llamadas telefónicas, sólo se le permitió visita de su madre y abuela dos veces a la semana durante 4 horas. Fueron víctimas de chantajes por parte de la entonces Fiscal °20 Nacional (hoy en día Vice Fiscal General, ilegítimamente designada), Katherine Harrington, quien le ofrecía el cese de las torturas y beneficios en el lugar de reclusión, a cambio de que firmara una declaración falsa en la que se declarara culpable de las acusaciones mediáticas e incriminara a líderes políticos de oposición en planes ficticios de violencia y terrorismo en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Ni Lorent, ni Gabriel en ningún momento accedieron a estos chantajes, ni han levantado falsos testimonios.
Han trascurrido tres años desde el inicio de esta historia de horror que les ha tocado vivir a Lorent y Gabriel sin que hasta ahora hayan tenido la audiencia preliminar, casi 40 diferimientos por parte del Tribunal 6to de Control del Área Metropolitana de Caracas a cargo del juez Edecio Velasquez, por razones desconocidas, sin dudas una grave violación al debido proceso, esta audiencia debió de efectuarse en los primeros 2 meses de su detención.
Mientras, desde su encarcelamiento, Lorent y Gabriel luchan por el regreso a la democracia en Venezuela, apoyan enseñando a otros compañeros allí recluidos con clase de diferentes áreas. Gabriel se ha convertido en un gran dibujante reflejando en muchas de sus pinturas la realidad carcelaria que le ha tocado vivir. Cuando este horror se termine, que espero sea muy pronto, y cuando Venezuela vuelva a ser un país libre de dictadura, los veremos de nuevo en las calles como siempre lo han hecho, luchando por la libertad.

@cnietopalma

cnietopalma@gmail.com

Ago 22, 2017 | Actualizado hace 7 años
Los límites éticos del poder, por Jesús M. Casal

Poder

 

Desde su instalación, la supuesta Asamblea Constituyente, que no es expresión del poder constituyente del pueblo sino una imposición autoritaria, ha demostrado que no pretende ser un factor de renovación o dignificación de la política sino una confirmación y exacerbación hasta lo inimaginable de la manera de concentrar y ejercer despóticamente el poder característica de los últimos años. En lugar de procurar dar un ejemplo de elevación y tolerancia política, de sentar bases para el mutuo reconocimiento entre los venezolanos de diversas corrientes partidistas o ideológicas, la Constituyente espuria se ha perfilado abiertamente como un cuerpo hegemónico que en su actuación no deja mensaje alguno edificante desde el punto de vista de los valores constitucionales, de los principios republicanos o democráticos o de la garantía de los derechos humanos.
Responsabilidad y conciencia
Desde su origen es como sabemos un órgano desprovisto de legitimidad, nacido de la usurpación de la soberanía popular, por lo que tampoco desde este ángulo puede dar lección democrática alguna. Pero sus integrantes, como miembros de la nación venezolana, acaso podrían tener algún sentido de responsabilidad y conciencia política que les llevara a reconducir lo que surgió viciado y a convertirlo en una oportunidad para la reconciliación y la democratización. Sin embargo, todo indica que las actitudes que esa instancia usurpadora querría fomentar apuntan a que quien tiene la ocasión de apropiarse del poder, por cualquier vía, ha de aprovecharlo al máximo y debe emplearlo para liquidar las posibilidades de acción de los adversarios políticos, asumidos como enemigos. Debe usarlo también para oficializar su visión de la historia, colocando sobre aquéllos las culpas y el castigo. Es una exaltación de la soberbia del poder absoluto, de la irracionalidad que aspira erigirse en regla por medio de la fuerza.
Comisión de la verdad
Todo ello a partir de una completa falsificación de las situaciones que, se dice, van a ser examinadas a través de la comisión de la verdad. ¿Cómo puede el gobierno, o quienes están a su servicio, ser juez en una causa en la que agentes oficiales, de los cuerpos de seguridad o de la fuerza armada, han estado involucrados? El propio gobierno promovió una constituyente a espaldas del pueblo, al no haber permitido la celebración de un referendo previo sobre su convocatoria y bases comiciales, lo cual suscitó manifestaciones dirigidas a evitar excesos como los que están ocurriendo, por lo tanto, ¿Cómo puede ahora atribuir genéricamente a la dirigencia opositora o a algunos de sus integrantes la responsabilidad por las pérdidas humanas ocurridas con ocasión de tales protestas? Lo correcto sería investigar objetivamente los delitos cometidos por acciones individuales contrarias al carácter pacífico de las convocatorias, entre las que se encuentran homicidios perpetrados por agentes del Estado o colectivos armados. ¿Puede haber algo de justicia y de reconciliación en la criminalización anticipada de quienes acompañaron a la ciudadanía en el ejercicio de su derecho a la reunión y manifestación en lugares públicos? ¿Qué tipo de paz es la que se persigue, la verdadera, que surge del respeto a las diferencias y del reconocimiento de los derechos de todos, o aquella que es propia de los regímenes dictatoriales, que equivale a la tranquilidad en las calles y se apoya en el aplacamiento de cualquier disidencia o expresión de reclamo en espacios públicos?
Autonomía institucional
Lo cierto es que tal como la supuesta constituyente se ha conducido hasta el presente solo dejará una estela de injusticia, represión y caos antidemocrático. Arrasará con cualquier vestigio de autonomía institucional, como se evidenció con la arbitraria y nula remoción de la Fiscal General de la República y con el enjuiciamiento del diputado Ferrer con autorización de la Asamblea Nacional Constituyente, que usurpó atribuciones de la Asamblea Nacional. Se encamina también a embestir a la Asamblea Nacional, órgano insustituible de las Democracias al que bajo ningún concepto puede reemplazar como instancia plural de deliberación, legislación y control sobre el gobierno, un control que la llamada Constituyente no puede ni quiere instrumentar.

Aferrados a una última esperanza de rectificación, se propone detener esta insensatez y plantear soluciones para los problemas que aquejan al país. Si se quiere crear una comisión de la verdad, hay que acudir a actores con autoridad moral que merezcan la confianza de todas las partes, como el Vaticano o sus representantes, o el Secretario General de las Naciones Unidas. Tal vez si empezamos por allí se genere una dinámica distinta a la violencia institucionalizada que hoy amenaza con desolar el suelo patrio.

jesusmariacasal@gmail.com

El Universal

La hora de la conciencia, por Luis Ugalde

lahora

 

La conciencia tiende a domesticarse con la rutina y a adormecerse recostada en la resignación. Los pájaros largamente enjaulados aprenden a no volar, aunque se les abra la jaula. Pero hay momentos en la historia y en las personas en los que la conciencia se enciende e irrumpe con fuerza inesperada, volando alto e indetenible. Donde había fragilidad, rutina y miedo, la conciencia renacida levanta vuelo indomable, como ocurre hoy en millones de venezolanos, jóvenes y viejos. El poder acostumbrado a la servidumbre domesticada trata de frenar esta insurgencia masiva y ahogarla con armas, leyes tramposas, hambre y manipulación, pero no puede, pues su represión enciende nuevas conciencias.

Con la irrupción del Espíritu todo se vuelve nuevo: las establecidas disputas de partidos, de religiones y de parcelas se vuelven ridículas. Como le dijo Jesús a la Samaritana, ha llegado la hora en que no importa el templo o la montaña para el culto religioso, ahora a Dios se le adorará en espíritu y en verdad en cualquier lugar. Al sabio judío Nicodemo que lo visitó a escondidas y de noche, Jesús le dijo: Para caminar los caminos misteriosos del Dios de la vida “hay que nacer de nuevo”; nacer del Espíritu y volar libre como el viento. Nacer de nuevo aunque seamos viejos.

“A Dios nadie lo ha visto nunca, pero si se aman unos a otros ahí está Dios porque Dios es amor” (carta de Juan) que invita a cada conciencia a caminar juntos hacia la vida. Aunque les prohíban hablar, les lleven a la cárcel y ante tribunales militares, no se rinden. El poder creyó que la conciencia democrática era aplastable porque no tenía tanques, ni bombas, ni cascos y escudos y eran débiles sus manos limpias y sin armas. Ahora el poder tiembla y se pregunta: ¿cuántas conciencias ocultas y deseosas de rebelarse hay dentro de esos cascos y chalecos represores o entre los jefes que los ordenan? Es la misma conciencia que derrumbó el Muro de Berlín, derritió el Estado policiaco mejor blindado del comunismo de Alemania Oriental. Los alemanes oprimidos por el comunismo renacieron –sin paredones de fusilamiento– a la reconciliación y a la nueva vida; incluso quienes hasta la víspera eran espías de “la vida del otro”, de todos los otros por el delito de querer la libertad.

Es también la hora de la tentación de la venganza y de la furia que llama a matar. Ellas son el veneno del opresor inoculado en nosotros y que pueden desviarnos hacia el camino de la muerte. Nuestro reto por el contrario es inventar el camino de vida y hacerlo realidad superando las enormes dificultades. No olvidemos que las “guerras santas” en nombre de Dios son tan criminales y destructivas como las no santas. Venezuela estalla en rabia, pero solo tiene futuro si levanta el vuelo para transformar la muerte en vida, el odio en amor y la desesperación en esperanza. Cuanto más alto vuele la conciencia, menos la alcanzan las alambradas, los muros, los escudos y las rastreras bombas lacrimógenas. A esa altura solo vuelan el encuentro, el abrazo, el perdón y el esfuerzo común, imprescindibles para que haya vida para todos. Democracia antes que nada es un espíritu de reconocimiento, de libertad y de gobierno para la vida compartida. El debido y necesario castigo de los crímenes debe marchar por el cauce de la serena acción de la justicia con pruebas en tribunales dignos.

Conciencia y construcción Es la hora de que la conciencia avance a la construcción de lo nuevo, a la sustitución de esta cárcel, a la siembra de campos abandonados. Ahora, cuando el fracaso del régimen actual es evidente e indiscutible, nuestro reto es convertir el mal en bien y hacernos capaces de tejer lo nuevo, combinando conciencia y utopía sin límites con el realismo racional y programático para que lo necesario se haga posible y convertirlo en realidad. Tenemos que llegar al momento constructivo con condiciones de gobernabilidad, de lo contrario el fracaso y la frustración serán inevitables. Las emociones deben ser discernidas y guiadas ante la comprensible tentación de la violencia y convertir la conciencia en nueva política, nueva economía, nueva educación… no como deseos vaporosos e ilusiones, sino como realidad real que florece en una primavera de vida y de creatividad con iniciativas constructivas.

El talento que saca lo mejor de cada uno suplirá la falta de dinero abundante y de la renta que nos enfermó de muerte, y sacará lo mejor de cada uno como ciudadano y como productor. Demostrar que de verdad creemos más en el “talento y la virtud” (como decían nuestros próceres civiles en la aurora de la República) de los millones de venezolanos que en la lotería minera que convierte en fiesta lo que no cuesta. Renta petrolera que, usada para el reparto y sumisión clientelar, corrompió el poder y envileció a los seguidores, sin confiar en su talento, ni educar sus potencialidades. La hora de la conciencia no se acabará con la caída irremediable del régimen, sino que alimentará las virtudes ciudadanas y productivas para el éxito de la nueva democracia.

El Nacional 

El valor de la conciencia en tiempos de dictadura, por Virginia Zamora

dictadura

 

Vivir en Venezuela se ha convertido en un reto constante a la cordura. El sistema se ha encargado de criminalizar todo aquello contrario a él mismo mientras defiende sin pudor a quienes están en sus filas. Vivimos en un país en el que cada vez son más los delincuentes en las calles y los inocentes en las cárceles.

El pasado sábado 18 de febrero, se realizó una concentración en la autopista Francisco Fajardo por cumplirse ese día tres años de injusta prisión de Leopoldo López. Todo comenzó, se desarrolló y terminó en paz hasta que dos jóvenes que hacían cobertura audiovisual de la manifestación fueron interceptados y detenidos por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y llevados al Helicoide.

Esa misma tarde y sin haber liberado a los dos jóvenes, el SEBIN detiene a otra persona de la productora para la que hacían las tomas y la llevan también a la sede de ese cuerpo policial, lugar en el que permanecieron los tres detenidos hasta la tarde del lunes 20 de febrero cuando fueron finalmente trasladados al Palacio de Justicia para presentarlos ante el tribunal 39 de Control.

La juez Karla Moreno, titular de ese Tribunal, decidió que no había elementos para mantener privados de libertad a los tres jóvenes lo que generó el inmediato rechazo de los funcionarios del SEBIN quienes presuntamente pretendieron persuadir a la juez a cambiar su decisión.

Luego de varias horas de tensión por la presión de los funcionarios policiales, la titular del 39 de control decidió – negada a cambiar su decisión – renunciar públicamente al tribunal y preparar su renuncia formal al Poder Judicial, información que muy rápido se difundió e inundó las redes sociales. La justa decisión de la juez, acompañada de su valiente accionar fue como escuchar un tenue zumbido de justicia en medio de tanto silencio cómplice.

Pero lo cierto es que los tres jóvenes seguían detenidos y el caso en el limbo pues ante la renuncia, no había decisión. No tardó en rumorearse que el caso sería redistribuido y asignado a otro juez y ese fue el momento en el que tomó valor el importantísimo acto de conciencia e irreverencia de Karla Moreno,  Ahí fue cuando ese zumbido dejó de ser tenue y comenzó a tomar volumen en decenas de alguaciles y compañeros que amenazaron con parar el tribunal en caso de que se mantuviera la privativa de libertad para los tres jóvenes pues uno de los detenidos era también alguacil.

Mahatma Gandhi decía que “lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena” y es que cuando se lucha a diario en contra de un sistema opresor,  son los momentos de profunda conciencia los que hacen la diferencia. El acto de justicia de la Juez Karla Moreno no fue lo extraordinario, eso fue simplemente justicia, lo realmente ejemplarizante es que se haya atrevido a confrontar a todo un sistema que trabaja diariamente por callar a la disidencia, es haber sido capaz de levantar su voz y decir ¡YA BASTA!, he ahí la esencia de la lucha no-violenta.

El valor de lo que hizo no fue el acto en sí mismo sino el espaldarazo que eso significa para tantas voces que hoy aun están dormidas pero que –en la medida que sientan nuestro respaldo- irán despertando y sumándose a la recuperación de la conciencia y la libertad.

 

@VirginiaZamora

Rápido, llamen a Voltaire por Carlos Alberto Montaner

revista

Como se sabe, tres fanáticos islamistas penetraron en la redacción de una revista satírica en París, asesinaron a 12 personas e hirieron a otras tantas, algunas de ellas muy gravemente. Una verdadera carnicería.

Mientras disparaban gritaban que vengaban a Mahoma y aseguraban que Alá era grande. La revista, Charlie Hebdo, había publicado dibujos que los asesinos calificaban como blasfemos y ofensivos. Desde su perspectiva, estos criminales se percibían como instrumentos de la virtud religiosa en su lucha contra los infieles.

En realidad, Charlie Hebdo no era particularmente antiislámica. Como corresponde al género, era antitodo. El humor satírico siempre es contra alguien. Se burlaba de Mahoma, del Papa, del Presidente y del sursuncorda. 

Bastaba con que fuera una criatura encumbrada, y más aún si proyectaba una imagen pomposa, para que la revista le lanzara sus dardos envenenados. Mucho más irreverente que la caricatura contra un Mahoma preocupado porque estaba rodeado de idiotas, era la del papa Benedicto XVI enamorando a un guardia suizo con un gesto lánguidamente homosexual.

El peor de los fanatismos es el religioso. Se basa en certezas absolutas. Cuando alguien está seguro de que tiene a Dios de su lado no le tiembla el pulso. Es lo que acabamos de ver en París. Y este peligro se acrecienta cuando existen libros sagrados de los que se asegura que tras su redacción está la inspiración divina. A veces el mismo libro sagrado, la Biblia, es el punto de partida de tres religiones hostiles y distintas, aunque engendradas por el padre Abraham: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo.

Las tres religiones abrahámicas son monoteístas, lo que acaso las hace más riesgosas. Cuando hay muchos dioses, como en el hinduismo actual o en el clásico Olimpo griego, y cuando no hay libros sagrados, sino tradiciones orales borrosas, los seres humanos tienen más espacio para la diversidad y existen menos motivos para las persecuciones religiosas. Suelen matarse por otras cosas, pero no por ésa.

Los fanáticos religiosos pueden ser muy crueles cuando se trata de reprimir a los blasfemos. En la Europa cristiana, durante la Edad Media y el Renacimiento, era frecuente taladrarles la lengua a los blasfemos cuando la ofensa era general, pero se podía llegar a la ejecución, casi siempre mediante la hoguera, cuando se trataba de una blasfemia herética y se ponía en duda, por ejemplo, el dogma del Espíritu Santo.

A Cayetano Ripoll, la última víctima de las autoridades cristianas que perseguían las blasfemias, lo mataron en Valencia en 1826 acusado de “deísta”, medio siglo después de haberse iniciado la revolución americana y de que James Watts perfeccionara la máquina de vapor. La modernidad no acababa de entrar en España.

Ripoll era un maestro bueno y serio que despedía sus clases diciendo “Alabado sea Dios” en lugar de “Ave María purísima”. Para sus severos jueces era evidente que tenía que morir por decir cosas así. Como incinerarlo en la hoguera parecía excesivo, lo hicieron ahorcar, pero pintaron unas llamas en el barril en que lo enterraron. Los blasfemos debían consumirse en las llamas del infierno.

Pero esa barbaridad, al fin y al cabo, ocurrió hace un par de siglos. El código penal del Pakistán de hoy le depara la muerte a todo aquel que ofenda la memoria de Mahoma.

A la pobre campesina cristiana Bibi Asia la han condenado a la horca por beber agua en el mismo cazo que sus compañeras musulmanas, y por haber defendido a Cristo en la trifulca donde le reprocharon sus creencias: “Cristo murió en la cruz por salvarnos –gritó–, ¿qué sacrificio hizo Mahoma por la humanidad?”. A un Ministro y un gobernador que salieron a la palestra a defenderla y a pedir clemencia para la muchacha fueron asesinados. Allí no se andan con chiquitas.

Una de las medidas más exactas de la calidad de una sociedad es la tolerancia frente a la irreverencia. Los tiranos no son capaces de aceptar las burlas. Hitler, Stalin, Franco, no permitían caricaturas que los ridiculizaran. En Cuba la primera publicación que clausuró Fidel Castro fue un semanario humorístico llamado Zig-Zag. A partir de ese punto se prohibieron los retratos humorísticos del Comandante y se liquidó cualquier vestigio de libertad de prensa.

El peor síntoma del extremismo islámico es la intolerancia. Se ha dicho muchas veces, pero es cierto: mientras en las sociedades islámicas no penetre y triunfe el espíritu de la Ilustración –suelto en el mundo desde el siglo XVII–, no hay nada que hacer. Necesitan urgentemente un Voltaire que les sacuda la conciencia.

 

@CarlosAMontaner

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