comunidades archivos - Runrun

comunidades

Las ideas de todos llama a las comunidades a protestar en defensa de sus derechos
Dirigentes sociales y vecinales expresaron la necesidad de la unión de todos los gremios, sociedad civil y actores políticos para ejercer presión ante el régimen

 

Caracas.- En el encuentro «Las ideas de todos», líderes comunitarios del Distrito Capital y los estados Aragua, Falcón, Nueva Esparta, Mérida y Zulia manifestaron que son muchas las necesidades y carencias de servicios públicos en las comunidades, y pusieron de relieve el tema ecológico como uno de los problemas más graves debido a la poca recolección de basura.

«Hacemos un llamado a todos los sectores a salir de sus casa y reclamar sus derechos. El régimen nos impone deberes, pero no nos respeta ninguno de nuestros derechos», expresaron en el encuentro desde el estado Mérida.

Desde el Frente Amplio Venezuela Libre capítulo Caracas, acompañaron a las comunidades en una reunión para plantear los problemas sectoriales y comunitarios, además de las posibles soluciones que van de la mano con el Acuerdo de Salvación Nacional.

Los dirigentes sociales y vecinales expresaron la necesidad de la unión de todos los gremios, sociedad civil y actores políticos para ejercer presión ante el régimen, que día a día trata de imponer políticas que empeoran la calidad de vida de los venezolanos.

Aragua, Falcón y Nueva Esparta plantearon la urgencia de que la sociedad civil se una a la lucha por el rescate de la democracia venezolana, asimismo hicieron un llamado a los jóvenes de las comunidades del país a proponer soluciones para la crisis que padece Venezuela.

“Qué bonita vecindad..., por Julio Castillo Sagarzazu

@juliocasagar 

Con la frase que sirve de título a esta nota comenzaba el tema musical de ese mítico programa mexicano El Chavo del 8. Terminaba la estrofa con esta otra “No valdrá medio centavo, pero es linda de verdad”.

El programa obviamente estaba concebido para despertar el interés televisivo, por lo que mostraba historias y escenas de las virtudes y miserias de toda vecindad de ese sector social que incluye a pequeños comerciantes, mujeres solas cuidando sus hijos, maestros, “toeros” como don Ramón, niños solitarios como El Chavo y algunos de su pandilla. Obviamente, con la truculencia necesaria para su marketing y para mantener la atención del target al cual estaba dirigido.

Esa vecindad no tenía más adversidades que las que son propias a las de unas familias semiexcluidas en el México de los grandes problemas sociales. Sobrevivían con lo justo para que la saga continuara sembrando expectativas y pareciéndose al gran público mexicano.

Lamentablemente la serie no sobrevivió lo suficiente para que el libretista nos deleitara con capítulos de cómo se desenvuelve una vecindad de esas en la pandemia del coronavirus.

Esta nota que tiene en sus manos quiere explicar cómo vive una vecindad, la nuestra, en medio de los desafíos a los que una familia debe enfrentarse en la Venezuela abollada por 20 años destrucción planificada y que ahora se enfrenta al desafío de sobrevivir con la COVID-19 como espada de Damocles sobre nuestras cabezas.

La historia, como verán, no es de horror sino de todo lo contrario. No es la del Chavo, pero habría podido serlo. Veamos primero…

¿Quiénes somos? Pues somos una comunidad de 62 casas, todas igualitas, construidas hace alrededor de 45 años. Tenemos 42 viviendo en una de ellas. Dada la cercanía de la Universidad de Carabobo, muchos de sus compradores fuimos profesores universitarios, entre ellos había también profesionales liberales, comerciantes, algún militar retirado. En fin, un encuestador de la época diría que éramos clase B y C. Hoy en día, creo que la mayoría somos compradores originales.

El cuento de cómo estamos enfrentando esta situación es peculiarmente interesante. Vea el lector que uso la palabra “hemos” porque es la adecuada a lo que está ocurriendo. Tenemos una particularidad interesante. Nuestra presidenta es una francesa incansable y nuestro animador ecológico, cuidador del agua y más activo directivo, un gringo (no ingeniero, sino jardinero paisajista). No cometo una exageración si digo que son los más venezolanos de toda la urbanización. Nunca han querido irse. Es una suerte que nos hayan tocado de vecinos.

Pues bien, estas 62 familias, desde que la crisis se ha recrudecido, se han convertido en una piña para enfrentar los problemas. El agua escasa que viene de un manantial del cerro ha sido administrada con criterio y las escaramuzas sobre su distribución se han solventado en asambleas con el pueblo de la Entrada y los barrios circundantes. La sangre nunca ha llegado al río y tenemos el agua más pura de toda la comarca.

Los problemas de movilidad se han atenuado porque cada semana recibimos la visita de mercaditos y abastos ambulantes que traen toda clase de mercancías y donde, cual mercadillo europeo, compartimos y departimos quienes a veces pasábamos meses sin vernos.

Los operativos de gas han sido exitosos y, una cosa muy importante, las desavenencias normales de la convivencia se han atenuado porque como la ociosidad es la madre de todos los vicios, cuando nos ponemos a trabajar y a estar pendientes de cosas importantes como cuando llega el señor de las verduras o el del cartón de huevos, los rollos normales pasan a un segundo plano.

¿Y esta Narnia dónde queda? Pues la verdad es que esta Narnia esta en Venezuela y vivimos la desgracia que todos nuestros compatriotas viven a diario. Casi todos los mayores son padres o abuelos de Skype cuando tenemos luz e internet.

Los sueldos que una vez fueron buenos y que nos hizo soñar con jubilaciones doradas ya no alcanzan, y toda una red de ofertas de pastelitos, pizzas, tortas, gestiones etc., han poblado los grupos de Whatsapp del vecindario.

Todos luchamos por sobrevivir. Pero algo nos ocurrió en medio de la tragedia nacional. De repente descubrimos que somos mejores vecinos y mejores seres humanos que antes.

¿Y qué hacemos con esto?, ¿el liderazgo venezolano va a dejar que esto se muera de mengua?, ¿no vamos a advertir que algo importante está pasando?, ¿que, como la hierba que crece sin que nos demos cuenta, un mundo nuevo se está abriendo paso?

Los dirigentes políticos nos hemos educado en el paradigma de que para producir cambios hay que tomar el poder político. Obviamente que esto es cierto. Pero en nuestro imaginario persiste la idea de que en algún momento una gran victoria electoral, una toma de la Bastilla o a un Palacio de Invierno en Petrogrado o un derrumbe del muro de Berlín serán el detonante para que cambien las cosas.

No negamos que la historia está jalonada por acontecimientos como estos y que lo que ahora llamamos “Cisnes Negros”, esos eventos inesperados que pueden dar un giro completo a la realidad, tienen una importancia capital. En Venezuela podríamos ser testigos de un hecho que hoy ni siquiera imaginamos y que podría cambiar el rumbo de lo actual. ¿Quién puede saberlo?

Repetimos que todo esto es posible, pero esa visión solemne, atrabiliaria y de gran epopeya de la historia nos ha privado de ver que, como decíamos en una nota anterior, lo “little or small is beatiful” y que los cambios que queremos ya pudieran estar ocurriendo entre la gente.

Un líder político es muchas cosas, pero una de las más importantes es que debería ser un buen “head hunter”, un scout de grandes ligas que ande buscando los mejores talentos para hacer un gran equipo.

Estamos demasiado ocupados en lo grande y en los teclados de nuestros teléfonos y hemos descuidado lo pequeño, lo que ocurre en las comunidades. Por eso ya no las visitamos. Por eso pensamos en la gloriosa marcha que de Altamira a Miraflores recuperara la libertad o en que nos van a resolver el problema contratando un “out sourcing”.

Esas marchas siempre las paran en Chacaíto. Nunca nos hemos preocupado por “sacarle penco” a las ballenas de la Guardia y llegarnos a Catia, que está a 5 minutos de Miraflores, a ganarnos a la gente para la idea de que la única manera de resolver sus problemas es que cambie el Gobierno.

Seguramente nos sorprenderemos cómo, en casi todas partes, esta crisis ha hecho crecer brotes verdes de gente que se ha ganado el respeto de sus vecinos, que dan la cara, que ponen su trabajo, que no especulan. Esos, los mejores. Los de las nuevas “bonitas vecindades” que existen en el país.

¿Que esperamos para buscarlos?

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Little is beautiful, por Julio Castillo Sagarzazu

@juliocasagar 

En los últimos años, las sociedades han conocido una peculiar tendencia en su evolución. Por una parte, un movimiento hacia la globalización de las relaciones y, a la vez, un movimiento hacia la descentralización de las decisiones políticas y las que tienen que ver con la vida diaria de los ciudadanos.

Europa es un buen ejemplo: mientras avanza (no sin contratiempos) la voluntad para fortalecer la Unión Europea, renacen los sentimientos nacionales en Cataluña, en Euskadi, en Escocia, en Irlanda.

Reaparecen también (lo cual es más peligroso) los viejos ultranacionalismos en respuesta a los problemas no resueltos por el proyecto europeo y como alternativa defensiva de esos nuevos “espacios vitales” ante la inmigración masiva de africanos y asiáticos que huyen de las penurias y las guerras de su países. Un desafío inmenso que podría ser objeto de otra nota.

Nos interesa en esta, con un criterio un poco más parroquial, tratar de postular la idea de que una de las posibles salidas a las crisis de dirección política, que es consustancial a casi todo el planeta, sea la reivindicación de pequeños fenómenos de expresión política que espontáneamente han venido apareciendo, como brotes verdes, en casi todos los países.

¿De qué premisas partiríamos?

Primero

Como ha quedado dicho, lo cierto es que existe una tendencia natural a la globalización y que esta es indetenible. Los mercados y la división internacional del trabajo marcan, en este sentido, una tendencia prácticamente irreversible.

La pandemia nos ha mostrado, entre muchas otras cosas, que la movilidad social y urbana cambiará rotundamente. Que ya no es necesario ir a trabajar, por mencionar un ejemplo, tomando el automóvil o el metro para ir de un lado a otro de la ciudad. El fenómeno del teletrabajo, está haciendo posible que podamos laborar en una empresa de Singapur, desde nuestra habitación en Naguanagua.

Las plantas físicas industriales que son necesarias para producir bienes se están concibiendo de manera que puedan deslocalizarse en cuestión de días si la rentabilidad así lo requiere. En pocos años lo que las leyes llaman simulación de contrato de trabajo, es decir, el mecanismo por el cual una empresa convertía en “empresario” a un simple repartidor, registrándole una firma personal y se libraba de las obligaciones laborales, se convertirá en un fenómeno mundial.

Los países y los organismos multilaterales serán grandes foros para discutir normas que uniformen (si ello es posible) las leyes para que el sistema pueda seguir funcionando. Sera imposible que organizaciones como la FAO, la UNESCO, la OIT intenten dar respuesta a estos nuevos problemas globales.

Muchos temas focales de atención cambiarán: el de la conservación del ambiente y el calentamiento global, por ejemplo, tendrá que ser de los que concentren la atención de los Estados o de lo que quede de ellos. La paz y la seguridad conocerán nuevos desafíos. Las guerras y los conflictos no terminarán nunca, pero ya no se harán como antes. La cuarta y quinta generación de los enfrentamientos nos encontrarán en escenarios de guerras telemáticas, hackeos masivos, agresiones biotecnológicas.

La globalización y esa deslocalización que hemos descrito han venido para quedarse.

Segundo

Los problemas sociales, los que ya existen y los que generará el nuevo modelo, deberán tener nuevas respuestas para los liderazgos políticos y los gobiernos, aun cuando asuntos como las inequidades, la vulnerabilidad de los más pobres, las nuevas formas de desempleo y la atención de las administraciones para proveer servicios públicos a los ciudadanos seguirán estando presentes.

Temas como la educación y la sanidad no podrán, por más que las cosas cambien y se globalicen, dejarse como asuntos que lo resuelvan ni la mano invisible del mercado, ni la propia gente con sus recursos. Es natural que los contenidos y la manera de gerenciarse será distinta, pero por varias generaciones seguirán siendo foco de la atención pública y del público.

Tercero

Otro tema que será imprescindible abordar es el de la representación política de los ciudadanos y una redistribución de las competencias de los órganos públicos en relación con las materias de las que deben ocuparse. No cabe ninguna duda de que, cada vez más, los Estados nacionales se irán ocupando de temas de trascendencia nacional como la seguridad, la política internacional, el comercio mundial y también, por supuesto, dictar lineamientos en materia de educación, de salud y atender las infraestructuras de interés para toda la nación.

Cuarto

El resto de los problemas que tienen que ver con la vida diaria de los ciudadanos, los que hoy son de competencia regional o municipal, deberán ser considerados de exclusiva gerencia de los poderes descentralizados y de la comunidad organizada.

La concurrencia de competencias será la excepción y no la regla, como hasta hoy. El gran reto será definir el alcance de la autoadministracion local. Sera inevitable la proliferación de entes como las alcaldías para atender a localidades muchos más pequeñas que las de los municipios actuales. Francia, por ejemplo, tiene más de 30 000 alcaldes. Esa será la tendencia en el mundo nuevo.

Quinto

¿Y los partidos políticos?, ¿cómo serán? Pues, deberán plantearse el reto de adecuarse a toda esta nueva realidad. El paradigma de la toma del poder político se relativizará y con ello la lucha por obtenerlo. La revolución de los balcones, la aparición de liderazgos provenientes de la sociedad civil tendrán cada vez más importancia.

Estas manifestaciones, a diferencia del movimiento de los indignados en Europa, que devinieron o “degeneraron” en partidos como Podemos con el fin de tomar el poder político para sustituir las viejas direcciones, se ha estado expresando teniendo como banderas la solidaridad, la integración y el ejemplo ciudadano. Obviamente, deberán conseguir maneras de integración y organización para que sus postulados y sus logros no se pierdan.

Podríamos continuar emborronando cuartillas, haciendo ejercicio de futurología, lo cual no es evidentemente el objeto de esta nota. Cualquier cosa puede ocurrir, hasta que retrocedamos si no sabemos interpretar estos signos de los tiempos.

Lo que sí parece cierto es que la política y la relación de los ciudadanos entre sí se hará cada vez más en ámbitos pequeños. Estos, los del barrio, la urbanización, la cuadrilla de amigos, que se ha repotenciado en estos días, pasarán a jugar un rol importante seguramente en la próxima etapa que nos tocará vivir. Lo pequeño se hará más importante y bonito de lo que ha venido siendo hasta ahora.

Veremos qué ocurre.

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Tip para no ofender a nadie por redes sociales, por Reuben Morales

SI QUIERE EVITAR POLÉMICAS con la jauría de ofendidos que actualmente habita en internet, le facilitamos la lista de las ÚNICAS comunidades que usted nunca debería ofender cuando diseñe su próxima publicación de redes:

La comunidad negra, judía, árabe, asiática, musulmana, católica, evangélica, Testigo de Jehová, Hare Krishna, clerical, chavista, opositora, madurista, petrista, kirchnerista, trumpista, uribista, amloísta, republicana, demócrata, de extrema derecha, neonazi, fascista, de extrema izquierda, comunista, socialista, de derecha light, de izquierda light, de centro derecha, de centro izquierda, nini, gay, lesbiana, bisexual, transexual, hermafrodita, ecologista, animalista, vegetariana, ovolactovegetariana, vegana, obesa, celíaca, invidente, sorda, muda, sordomuda, de usuarios Mac, de usuarios PC, de usuarios Android, de usuarios de software libre, pobre, millonaria, clase media, de habitantes de calle, estudiantil, docente, de padres y representantes, defensora de la educación privada, defensora de la educación pública, de buenos estudiantes, de malos estudiantes, de estudiantes con DDA, egresada de alguna universidad, de gente bella, de gente fea, de gente alta, de gente baja, bulímica, anoréxica, fitness, fashion, calva, de gente con pelo largo, de gente con pelo corto, de depilados, de no depilados, de tatuados, metalera, defensora del lenguaje inclusivo, defensora de la Real Academia de la Lengua Española, defensora de los métodos anticonceptivos, swinger, defensora del sexo solo para reproducir, feminista, pro aborto, pro vida, de mujeres embarazadas, de solteros, de personas que no quieren hijos, prolactancia, pro fórmulas lactantes, proparto, procesárea, de niños, baby boomer, de la generación X, millennial, centennial, pro-Coca-Cola, pro-Pepsi, cervecera, vinera, whiskera, ronera, cafetera, tetera, fabricante de cervezas artesanales, campesina, terrateniente, indígena, vendedora de Herbalife, daltónica, miope, astigmática, alérgica, freak, geek, fan de Star Wars, trekkie, del Señor de los Anillos, de Harry Potter, emo, hipster, runner, yogui, de coaches, positivista, hater, emprendedora, empleada, sindical, de community managers, de influencers, de militares activos, veterana de guerra, de desplazados, inmigrante, venezolana en el extranjero, guerrillera, de pacientes oncológicos, de familiares del paciente oncológico, de sobrevivientes del cáncer, seropositiva, de familiares de la gente con retraso, discapacitada, huérfana, abusada sexualmente, hincha de un equipo de fútbol, de expresidentes, de ministros, de diputados o senadores, privada de libertad, enchufada, reguetonera, reguetonera enchufada o reguetonera enchufada que tiene hijos, entre otras.

Ahora monte el contenido. Eso sí, no espere ni un “like”. Su publicación será tan aburrida, que no subirá ni un seguidor. ¿O sí? Quizás usted se convierta en el fundador de la primera comunidad de quienes no ofenden a nadie. Y ojalá en un futuro, nadie los ofenda a ustedes.

 

@ReubenMoralesYa

 

ESTE AÑO, el programa de trabajo social impulsado por la Asociación Gran Cine denominado Fábrica de Cine, cuyo objetivo principal es el uso del cine como medio de sensibilización en materia de derechos humanos, llega a su tercera edición en la Casa de la Cultura del Municipio Baruta y empieza el 16 de febrero.

Luego de concluir su segunda etapa -conocida como Fábrica de Cine 2- con el estreno de seis cortometrajes realizados por los jóvenes participantes de los talleres impartidos el pasado mes de octubre 2018, el programa de acción social promovido por Gran Cine ha iniciado una serie de actividades encaminadas a seguir convocando a nuevos talentos interesados en el cine como herramienta para expresar el tema de los derechos humanos.

Esta nueva etapa se ha iniciado con lo que se denomina la Siembra, una estrategia que consiste en la captación de nuevos integrantes, teniendo como zona de acción las diversas comunidades que conforman el municipio Baruta.

De igual manera, en esta fase, el programa convoca a todos aquellos profesionales docentes en ejercicio al Taller sobre Derechos Humanos que los convertirá en facilitadores de esta iniciativa. El mismo ofrece las herramientas básicas acerca del tema en cuestión, además de los principios sobre apreciación cinematográfica, organización y formación de cineclubes, programación y cine foros, así como también la construcción y el trabajo en las redes sociales.

El taller para docentes se inició este sábado 9 de febrero, en la sede de la Casa de la Cultura de Baruta. Por otra parte, la tercera entrega del programa, que contempla la participación de la nueva corte de jóvenes, comienza el sábado 16 de febrero, en el mismo punto de encuentro.

Si estás interesado, puedes recibir más información a través de: coordinacionfabricadecine@gmail.com

Facebook: Circuito Gran Cine

Instagram y Twitter: @gran_cine

 

 

Superar el modelo destructivo del régimen tiránico de Nicolás Maduro será posible mediante una transformación social que provenga de la reflexión devenida acción. Puede ocurrir en tres niveles. El primero, mediante la organización de las propias comunidades. El segundo, por decisiones de representantes electos que lleven adelante políticas públicas para lograr cambios desde el Estado. Y el tercero, a través de organizaciones con fines de lucro.

Nosotros creemos que el cambio es posible a través del empoderamiento de las comunidades, para que luego estas sean capaces de actuar en su sector y elegir a representantes políticos comprometidos con la organización comunitaria y la resolución de los problemas más importantes (como la violencia) y urgentes (como la alimentación) de forma sostenible.

Por eso, desde Mi Convive y Alimenta la solidaridad, seguimos trabajando en el municipio Libertador, tejiendo redes de confianza, organizando a las comunidades y aplicando medidas de contención a los problemas de la violencia y el hambre. Seguimos comprometidos con los caraqueños para construir la Caracas en la que nos gustaría vivir.

El pasado 18 de abril, realizamos el Encuentro 2018, en la Quinta Anauco, para mostrar todo el trabajo que venimos haciendo y dar la oportunidad a seis de nuestros líderes comunitarios de que contaran sus historias y cómo estas se relacionan con los valores que promovemos.

Casi todos nuestros líderes han padecido la violencia y sus consecuencias en su más cruenta expresión. O han tenido contacto con tragedias cotidianas que ocurren en sectores populares: situaciones de dolor y desamparo. Es por eso que todos nuestros líderes cultivan la empatía junto a nosotros.

La empatía es la posibilidad de sentir con el otro, de ponernos en sus zapatos: de hacer un puente hacia sus vivencias. Un valor que se ve reflejado, por ejemplo, en la historia de Yasiri Paredes, quien tuvo el valor de compartirla con todos nosotros –y desde la tarima– en el Encuentro 2018. Ella, en la infancia, tuvo que abandonar la conflictiva casa de sus padres para mudarse a una casa hogar, en la que se formó: se alimentó en cuerpo y mente. Muchos años después, Yasiri es una de las madres colaboradoras que atiende el Comedor de Alimenta la Solidaridad en la parte alta de La Vega, un espacio en el que ha podido verse identificada en los ojos de cada uno de los 110 niños que esperan con ansias, tal como hiciera ella muchos años atrás, que una mano amiga le dé un plato de comida.

Ahí evidenciamos que la empatía es solo el primer paso, pues cuando te conectas con el sufrimiento del otro y decides intervenir llegas a la solidaridad, que no es otra cosa que la empatía llevada a la acción. Es esa mujer que ve el hambre de los niños, se conecta con ese dolor y se dispone a ayudarlos.

Todo eso es posible, incluso, en comunidades con altos índices de violencia. En las que algunos vecinos se agreden entre sí, siguiendo el modelo fomentado por el régimen. Comunidades en las que hace falta destacar el valor de la convivencia: el poder vivir cerca de otros que no necesariamente compartan nuestras ideas o nuestra forma de pensar. El aceptar las diferencias y la pluralidad, para encontrar puntos en común y poder construir una convivencia real que haga florecer lo mejor de nosotros.

Una convivencia que nos permita organizarnos, no de una forma vertical: con un líder mesiánico que ofrezca todas las respuesta y tome todas las decisiones; sino de forma horizontal, como lo hacemos en Mi Convive y Alimenta la Solidaridad, espacios en los que promovemos que cada líder tenga su criterio e impulse sus propias acciones.

Creemos en el empoderamiento social. Por ejemplo, estamos convencidos de que las madres pueden ser las responsables del día a día de los comedores. Sabemos y entendemos que nada debe suceder sin que la comunidad sea la protagonista. De esta forma, mediante la organización, logramos que el empoderamiento social dé paso también el empoderamiento económico y que lo complemente: no queremos que nuestros programas dependan solo de las donaciones de otros, queremos que se sustenten con sus propios pies y sean sostenibles en el tiempo.

Un ejemplo de esto es el que nos mostró Luisangela Rivas, otra de las líderes que contó su historia en el evento. Luisangela viene de un hogar cargado de violencia y padeció el asesinato de sus dos hermanos, para luego agravar su situación de vulnerabilidad al convertirse en madre soltera de forma prematura. Ella ahora forma parte de nuestro equipo y de un proyecto para que podamos pasar a vender almuerzos a los profesionales de Caracas que deseen comprarlos. Este trabajo, que realizarán madres de los comedores que están siendo formadas en el quehacer en las cocinas profesionales, va a generar los recursos para alimentar a los niños de los comedores. Así, con un plato de comida comerán tres personas: el profesional que la compra, la chef que recibe un salario por su trabajo y un niño de la comunidad.

No es suficiente con tener una visión y un proyecto. No basta solo con ideas. Si no nos movilizamos, los cambios que queremos nunca van a suceder. Es fundamental llevar a la acción todos los planes, hacer que las cosas sucedan y no esperar que otros las hagan por nosotros. Tanto en Mi Convive como en Alimenta la Solidaridad, estamos convencidos de que todos podemos organizarnos para movilizarnos en beneficio de los cambios que queremos.

El Encuentro 2018 lo celebramos un día antes del 19 de abril, fecha en la que, durante el año 1810, inició en Caracas la emancipación de Venezuela. Hoy, al igual que hace 208 años, los venezolanos buscamos la salida a un régimen popular y tiránico que ha fomentado una devastadora crisis, instalando una situación de caos, hambre e inseguridad que día tras día se cobra la vida de más venezolanos.

Pocas veces se alude a esto, pero la Guerra de la Independencia tuvo un altísimo costo entre la población. No solo por las vidas humanas que se perdieron, sino porque específicamente Caracas quedó absolutamente destruida.

Los estragos de la guerra generaron conflictos sociales de todo tipo, ante los cuales los ciudadanos tuvieron que organizarse para hacerles frente. La reconstrucción de Caracas fue posible gracias al tremendo esfuerzo que hicieron los propios caraqueños en beneficio de recuperar la ciudad.

Del mismo modo, ahora es urgente que nos unamos y organicemos. Para nosotros es fundamental que juntos podamos construir una Venezuela solidaria, productiva: que superemos los esquemas rentistas y dependientes, que podamos pararnos con nuestros propios pies. Y que también seamos capaces de movilizarnos en favor de lograr las metas que anhelamos, en favor de recuperar la democracia y superar la crisis.

 

@RobertoPatino

La Venezuela de la verdadera convivencia, por Roberto Patiño

venezuela

La dureza de la crisis y la emergencia nacional genera impotencia y desesperanza en la gente, planteando una visión de la realidad de problemas acuciantes frente a los que poco o nada puede hacerse. Pero también se presentan personas y organizaciones que se rebelan frente a esto y realizan un trabajo de reconstrucción de convivencia, de apoyo y de solidaridad. Marcan la diferencia para bien en la vida de muchos y materializan otras realidades, mejores y posibles. Es importante reconocerlos, visibilizarlos y apoyarlos.

Muchos han surgido en los últimos tiempos, en respuesta no solo a los embates de la crisis, sino también defendiendo una alternativa frente a la visión de un país de bandos enfrentados y diferencias irreconciliables. Una visión que fue exaltada de manera irresponsable en el liderazgo de Hugo Chávez,  no para darle solución y hacer un esfuerzo para establecer nuevos lazos entre los venezolanos, sino para explotarlo en la búsqueda y mantenimiento del poder total.

Otros individuos y organizaciones tienen varios años trabajando en comunidades populares del país, haciendo grandes esfuerzos para mantener vivos valores de respeto, tolerancia, apoyo y empatía, y constituyen importantes referentes  de una labor sostenida y profunda. Han educado, además, a generaciones de individuos que reproducen estos valores, aplicándolos, de una forma u otra,  en su vida personal, su trabajo y su relación con la sociedad.

En Venezuela tenemos muchos ejemplos de este tipo de organizaciones que van desde grupos deportivos como “Criollitos de Venezuela” hasta instituciones culturales como el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles, por hablar tan solo de dos exponentes en diversos ámbitos, de larga data en el país. En este año Fe y Alegría celebra su  62° aniversario, en un trabajo sostenido por la educación y la superación personal, la lucha contra la pobreza y la exclusión y el apoyo a las comunidades en todo el país.

Los logros de estas organizaciones más reconocidas conviven con los de otras, de alcance local. Clubes y asociaciones vecinales  como, por el ejemplo, la escuela de futbol La Ladera, liderado por Óscar González, en La Ladera en La Vega, que de manera constante, y a pesar de las dificultades, establecen espacios en sus sectores que apartan  a los jóvenes de la violencia y logran llevar a cabo proyectos de organización vecinal en beneficio de su comunidad. También debe ser destacada la participación de organizaciones internacionales como Techo, con presencia en varios países de Latinoamérica y cuyo capítulo en nuestro país, existente desde 2010, realiza una labor de establecimiento de comités comunitarios y formación de liderazgo local en zonas como Turgua, en Caracas.

Es cierto que actualmente son muchas las expresiones negativas en el  comportamiento de los venezolanos y de su relación entre sí. Venezuela exhibe altísimos índices de violencia y criminalidad, en medio de un cargado y hostil  ambiente social y político.  Un factor determinante lo constituye el régimen de carácter dictatorial que gobierna al país y que ha convertido al Estado y sus instituciones en un componente de estímulo para esta violencia, así como para la segregación y el sometimiento.  Esta situación vulnera la confianza y la credibilidad de las personas tanto en el otro, como en sí mismo, desconfiando de las intenciones de los demás y poniendo en duda las propias capacidades para enfrentar a los problemas y la emergencia.

Pero también es cierto que en los últimos tiempos se ha hecho evidente la aparición y las acciones positivas de organizaciones de ayuda social, algunas recientes, otras con un demostrado trabajo de muchos años.  Esto tal vez más se ha visibilizado más en lo relativo a la crisis alimentaria, un problema cuya dimensión actual de tragedia y hambruna es inédita para los venezolanos, pero también en otras áreas como la crisis de medicamentos y la defensa de los DDHH. Es clara la necesidad de las personas no solo de conseguir un alivio material (alimentos, medicinas, apoyo jurídico, etc.) para enfrentar la emergencia, sino también de crear espacios para la solidaridad y relacionarse a través de la participación, para ayudar y dar apoyo al otro.  

En nuestra experiencia con el plan Alimenta La Solidaridad hemos visto la importancia tanto en llevar comida a más de 500 niños como también de los efectos en la actitud y ánimo de las personas beneficiadas y de colaboradores, benefactores y voluntariado.  Se comparten experiencias y se generan vínculos entre los involucrados, que trascienden todo tipo de diferencias y generan una base sólida para una convivencia real y sostenible. Nuestro plan se inició con menos de 100 colaboradores, entre miembros de las comunidades, patrocinantes y voluntarios, y, un año después, este grupo ha crecido hasta poco más de 1500 personas. En paralelo, hemos visto surgir distintas iniciativas, como, por ejemplo, Barriga Llena, Corazón Contento,  con su plan de sopas diarias para el hospital JM de los Ríos, que también ha podido mantenerse y, dentro de sus capacidades, intensificar su labor, gracias a un número creciente de voluntarios y de ayudas.

Venezuela se enfrenta a un futuro difícil, en el que deberá encarar una terrible y compleja crisis histórica, la distintas emergencias que esta produce y a un régimen tóxico y agresivo que ha cerrado las vías democráticas para la búsqueda de consensos y soluciones. Será determinante  la participación de todos, no desde el rencor, el oportunismo y la violencia, sino desde el encuentro, la reflexión  y el esfuerzo  sostenido. En el trabajo y logros de organizaciones como las que hemos nombrado están herramientas y maneras de convivencia que debemos conocer y reproducir para plantarnos frente a la adversidad y la tragedia y generar las condiciones posibles para nuestro bienestar.

 

@RobertoPatino

¡Es el momento de las comunidades! por Roberto Patiño

patino

 

Uno de los retos que se plantean a partir de la manifestación el  1° de septiembre, donde miles de venezolanos se reunieron en la ciudad de Caracas para expresar la voluntad mayoritaria de celebrar un referendo revocatorio  al gobierno de Nicolás Maduro, es el de la incorporar con mayor decisión en el quehacer político a las comunidades populares.  

A diferencia de jornadas pasadas, en  nuestra participación en la marcha de aquel día pudimos apreciar una presencia significativa de estos sectores. En nuestro caso, decidimos  partir desde el punto de concentración de la plaza O´ Higgins, y la asistencia de la gente, ya a tempranas horas de la mañana, había superado las expectativas de gran parte de la dirigencia y los líderes en el municipio Libertador. La cantidad de personas reunidas allí, provenientes de La Vega, Caricuao, Carapita, La Pastora, La Cota 905 y el 23 de Enero, y las que se fueron incorporando a lo largo de esa mañana, expresaban un cambio de paradigma con respecto a situaciones pasadas.

Esto se evidenció tanto en la reducida afluencia que tuvieron las concentraciones organizadas por el oficialismo en la Avenida Bolívar aquel mismo día, como en los sucesos que se produjeron el viernes posterior en la localidad de Villa Rosa, en la isla de Margarita,  donde la aparición sorpresiva en esa comunidad del presidente Nicolás Maduro generó una expresión de rechazo y protesta de una virulencia pocas veces vista.

Las posteriores detenciones temporales y la requisa de celulares para impedir (tardíamente) la difusión de imágenes de lo ocurrido, evidenciaron nuevamente la dificultad  de reprimir que se le plantea al gobierno cuando es la propia gente la que se hace sujeto de sus derechos y los ejerce en la protesta.

Si la jornada del 1° septiembre fue una expresión contundente del rechazo a la gestión del actual gobierno y de la convicción de la gente de cambiarlo a través de formas democráticas, lo fue también de la mayor fuerza que tiene la presencia de los sectores populares, y su exigencia para articularse con otros sectores de la sociedad, en la construcción de salidas para la crisis actual.   

Hace tres años formamos junto con Leandro Buzón el Movimiento Caracas mi Convive, con el objetivo de transformar la cultura de la violencia a través del rescate y activación de las expresiones  de convivencia, desde y con las comunidades del Municipio Libertador. Uno de nuestros objetivos ha sido mostrar y resaltar los casos individuales de personas que, enfrentadas a experiencias de violencia, se sobreponen a las circunstancias rehaciendo sus vidas y generando cambios en su entorno,  que toman conciencia de sí mismas y su realidad para hacerse  responsables en la activación de las soluciones para producir los cambios necesarios.

Creemos que lo que hemos visto en estas historias se está reflejando en el momento del país. Ha sido un largo proceso para llegar hasta este punto y que estamos empezando a apreciar a partir de 1° de septiembre.  Como sociedad estamos demostrando una madurez colectiva y viendo la presencia más activa y exigente de nuevos factores de cambio y actores políticos, que buscan superar la difícil situación actual enfrentándose y reaccionando en contra de esta cultura de la violencia de la que hablamos, y que es representada en toda su dimensión por el actual gobierno.

La represión violenta de manifestaciones, el arresto de líderes políticos y miembros de partidos de oposición, el secuestro o inhabilitación de instituciones públicas , el discurso hostil e insultante,  el sectarismo y la intolerancia,  la aplicación de políticas económicas empobrecedoras, la censura de medios de comunicación, la militarización exacerbada del aparato estatal, son muestras de la reacción del gobierno de Nicolás Maduro frente a esta nueva realidad que se viene dando en el país, y que ha acabado por convertirlo en el principal escollo para la construcción de un futuro diferente en el que todos podamos participar y tener cabida.

Los sucesos ocurridos en la localidad de Villa Rosa demuestran la completa falta de sintonía  entre el  actual gobierno y las necesidades y deseos de la gente, y el divorcio de sus políticas y visión de país con respecto a los venezolanos.

En nuestro país, la gran mayoría ha tomado la decisión de buscar, en medio de las circunstancias más difíciles,  las vías de la convivencia y la solidaridad.  Los sectores populares, con su masiva participación en la marcha del 1° de septiembre y las manifestaciones de rechazo ante el gobierno están enviando un claro mensaje de protesta y participación.

Han evidenciado, también, una gran verdad: si los gobiernos son la representación de la gente, entonces, está claro que el gobierno de Nicolás Maduro, que ha terminado por revelar su verdadero carácter violento y excluyente, no puede ya representarnos.

@RobertoPatino