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¡Qué pena con esos señores!

Foto: detalle de la estatua de Caín, en el Jardín de las Tullerías, París. Foto en Wikimedia Commons.

El gobierno interino, con todo y sus contradicciones, continúa siendo una cabeza de playa que no puede ser abandonada

 

@froilanbarriosf

Cuando había visita en casa y un hermano menor cometía una rubiera, el pater familias solía sentenciar el bochornoso incidente por la travesura infantil. Imagínense ustedes ahora qué pensarán los señores de la UE, EE. UU., ex Grupo de Lima, etc. con el desmadre anunciado sobre el gobierno interino por el excomisionado Julio Borges en una fría mañana bogotana.

En verdad, allende los mares les debe oler muy mal lo que pasa en un país donde la dictadura madurista evidencia una vez más su talante autoritario con las cuestionadas elecciones regionales. En ellas arrebató sin un solo tiro competencias exclusivas de las 3 gobernaciones ganadas por opositores. Y repartió inhabilitaciones para adjudicarse la gobernación perdida en el estado Barinas

Al mismo tiempo quienes aspiran a ser el relevo del siniestro régimen sucumben en una trifulca que avergüenza al gentilicio. Las facciones de la cúpula del G-4 demuestran su incapacidad de ser alternativa al endosarse, sin miramientos, acusaciones de corrupción, de nepotismo y de secuestro del poder. Como si se tratara de una pelea de botiquín de pueblo. 

Por supuesto que hay tropelías que no se deben esconder y sobre todo superar. La más prominente es el sufrimiento causado a todo un país por la atroz dictadura gestada por el oriundo de Sabaneta, y consolidada por el de Cúcuta; un régimen que nos ha retrotraído del siglo XXI al siglo XIX en todo el sentido y dimensión de la tragedia que vive Venezuela.

Si bien es cierto que al instalarse el gobierno interino en 2019 se han sucedido todo género de corruptelas, pasos en falso como el 30 de abril, Operación Gedeón y una serie de etcéteras que culminan con la guinda de Monómeros, quebrada por las pillerías del G-4, no se debe olvidar que el gobierno interino no le pertenece a esta dirección política manipuladora. 

Ha sido un logro del pueblo venezolano que un diciembre 2015 votó masivamente para otorgarle a la oposición la mayoría calificada (más de 2/3) en el Parlamento Nacional. Entonces se le otorgó poder suficiente para acabar con la dictadura madurista y desmantelar el proyecto del Estado comunal. Capital político que luego malbarató a lo largo de estos 6 años en aventuras y desventuras que profundizaron la ruina del país. 

Aun así, el gobierno interino, con todo y sus contradicciones, continúa siendo una cabeza de playa que no puede abandonarse.

Significa una trinchera, al menos a nivel internacional, del pueblo venezolano frente a los desmanes del régimen autoritario.

Por tanto, es detestable la posición del excomisionado de Relaciones Exteriores, Julio Borges. Pretende disolver el único instrumento factible que tiene la población para enfrentar la dictadura; como si tratara de un juguete que a capricho lanza el funesto personaje al cesto de la basura.

Si a ver vamos, los cubanos y los españoles hubieran deseado tener al menos un gobierno interino que los representara frente a los desmanes de las dictaduras de los Castro y de Franco, respectivamente. En España hubo un gobierno republicano en el exilio de poca duración, teniendo que soportar el pueblo español 40 años hasta la muerte del caudillo en 1975; mientras que en Cuba solo han tenido, entre otras iniciativas, las Damas de Blanco, los colectivos de San Isidro y ahora el movimiento Archipiélago

Al menos, ante tantos dislates opositores, la comunidad internacional no ha perdido la paciencia. Y mantiene una postura firme de solidaridad. Así, recordamos el gesto del presidente de Colombia Iván Duque, quien ha protegido a más de 2 millones de inmigrantes venezolanos otorgándole un TPS por 10 años; así como el gobierno de Joe Biden, que otorgó un TPS a más de 300.000 venezolanos en EE. UU.

*Movimiento Laborista.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El corazón de Petrogrado y el de Venezuela
El país sigue estando en la agenda internacional, porque somos un grave problema geopolítico. Como a Petrogrado en 1918, hoy los cañones apuntan al corazón de Venezuela

 

@juliocasagar

El 3 de marzo de 1918 León Trotsky, por encargo del entonces bisoño gobierno soviético, encabezado por Lenin, firmó la paz de Brest-Litovsk. En palabras de este último, fue “un abismo de derrota, desmembramiento, esclavitud y humillación”, pero no tenían otra opción… ya “los cañones alemanes apuntaban al corazón de Petrogrado”. Con esta firma, entregaban casi tres millones de kilómetros cuadrados, cerca de 55 millones de habitantes y enormes reservas de carbón, hierro y petróleo.

Lo más humillante es que la firma de este tratado no fue con los vencedores de la guerra, sino con los perdedores. Todas las maniobras para ganar tiempo esperando la derrota definitiva del imperio alemán por parte de los aliados o el soñado levantamiento del Soviet de Berlín, no surtieron efecto. La maquinaria de guerra rusa está desvencijada y la población ya no aguantaba más.

Los aliados ganadores tomaron sus previsiones, los franceses desembarcaron en Odessa y los británicos se desplegaron en Múrmansk y hasta los japoneses se apostaron en el oriente soviético, justamente para impedir que los alemanes llegaran a Petrogrado aprovechando la debilidad rusa.

Este tratado obviamente fue desconocido por todas las potencias vencedoras, después de la firma del Tratado de Versalles. Era la oportunidad de apuntar entonces al corazón del comunismo que ya era una amenaza para sus intereses en Europa. Sin embargo, no lo hicieron.

En la Segunda Guerra Mundial, el general Eisenhower, le quitó la gasolina a su curruña, el también general George Patton, para evitar que llegara primero que los rusos a Berlín, pues sabía que su intención era “seguir luego a Moscú”.

Es legítimo entonces preguntarnos ¿Y todas estas alianzas aparentemente contra natura, de dónde vienen? ¿Por qué se hacen? La respuesta es muy sencilla: son cosas de la geopolítica. En efecto, así como “el corazón tiene razones que la razón no comprende” (expresión nada menos que de Pascal) la geopolítica tiene las suyas que a veces la política sola no comprende.

Una nueva pregunta: ¿Y esto por qué? ¿De dónde viene este pragmatismo casi cínico? La respuesta la tiene un diplomático inglés, lord Palmestton, que decía: “Inglaterra no tiene amigos permanentes, ni enemigos permanentes, tiene intereses permanentes” Es la cruda verdad: los países no tienen amigos, tienen intereses.

¿Y esto como se come hoy en Venezuela? Pues se come así: Hoy día Venezuela es una pieza importante del ajedrez geopolítico mundial. Chávez nos metió en ese tablero con sus amistades peligrosas; con la llegada a Venezuela de Hizbulah; con su reconocimiento de la guerrilla colombiana con lazos evidentes con el narcotráfico; con el desembarco de más de 30.000 cubanos, no por Machurucuto, sino por la  rampa 4 de Maiquetía y ahora, con la dispersión del dinero opaco de Venezuela por el mundo; por la dejación de soberanía en las fronteras y por la profunda crisis que nuestra diáspora ha generado en los países del continente, desde el Río Grande hasta la Patagonia.

La crisis del chavismo

La crisis del chavismo

Hay analistas que dicen que Venezuela ya no es una prioridad; que nuestros problemas no le interesan a nadie. Esto es solo parcialmente cierto. Nuestros problemas ciertamente interesan a muy pocos. Pero los países se interesan por los problemas de otros cuando les causan problemas a ellos. Un vecino puede desbaratar su casa y es su problema, pero si lo hace con un estruendo y de madrugada, ya es mi problema. Y eso es lo que está haciendo Maduro con Venezuela, con el vecindario y con el mundo: causando problemas.

Es por esa razón que Venezuela sigue estando en la agenda internacional, porque somos un grave problema geopolítico.

En la cumbre del G7, fuimos nombrados. La presidenta de la Comisión Europea, el presidente del Consejo Europeo y el Secretario de Estado Norteamericano, “siguen de cerca” el proceso que lleve a unas elecciones libres y justas”; el barco iraní cargado con lanchas misilísticas parece que se desvió de repente; los noruegos insistirán en una tercera ronda de negociaciones con la aprobación de la UE, los Estados Unidos y Canadá; se convoca una reunión que recauda más de 1500 millones de dólares para los desplazados venezolanos y Borrel se reúne con Arreaza. Todo esto ocurrió, nada más, que la última semana.

Esa es la razón por la cual nuestra crisis no se puede entender en clave nacional solamente. Los análisis que se hacen, fundados en las fuerzas de la oposición y las del régimen, siempre serán parciales. La discusión sobre si se negocia o no se negocia con Maduro es absolutamente intrascendente. Con Maduro están negociando desde hace tiempo, por diversas vías y lo seguirán haciendo, con nosotros, sin nosotros o contra nosotros. Él tiene interés en hacerlo, se equivocan quienes dicen que por tener la fuerza armada de su lado no lo tiene. Está en minoría nacional, rodeado de escorpiones; sin el dinero de antes. Claro que quiere negociar, obviamente que en sus mejores condiciones. Para él, y para todo el que negocia, eso es lo lógico.

Lo que las fuerzas democráticas deben hacer es mantener una postura firme, unitaria y clara para que de esas negociaciones salgan elementos que nos permitan avanzar para el rescate de la democracia.

Hay que entender también que el término “negociación” implica que todas las partes pondrán sobre la mesa sus aspiraciones y que normalmente resultara algo que “convenga” y no necesariamente que satisfaga a todos. Ya veremos. Tengamos la posición inteligente de Churchill, quien nunca se opuso a negociar con Hitler; de hecho, el mismo estuvo a punto de encontrarse directamente con él. Lo que Churchill criticó y con justa razón, fue el vergonzoso Tratado de Múnich. Eso es lo que debemos evitar.

Hay una oportunidad abierta, no quiere decir que ganemos la apuesta. Nadie lo ha dicho, pero lo repetimos: si no participamos activamente en la búsqueda de una negociación política, lo harán otros por nosotros. Recordemos que las viejas democracias están acostumbradas a negociar con dictadores, con delincuentes y con quien tengan que hacerlo si les conviene.

Los cañones apuntan al corazón de Venezuela. Hay una oportunidad para entendernos entre nosotros para enfrentar a la dictadura y seguir avanzando. No es inteligente desperdiciarla.

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¿Cuándo derrocamos a Maduro? ¡Avisen, por favor!

@juliocasagar

Uno ve soflamas apasionadas de muchas personas, advirtiendo de que es un error pretender salir de Maduro por ningún otro medio que no sea derrocándolo. Que hacerse eco de todas las iniciativas que la comunidad internacional ha desplegado para tratar de forzar la realización de unas elecciones libres, es una pérdida de tiempo inexcusable.

Entonces empieza uno a entusiasmarse de que aparezca una vía más rápida, más expedita y más eficaz de salir de la pesadilla y empieza a averiguar a ver dónde es que tal plan maravilloso se fragua. Pregunta a los amigos que escriben por Twitter y no saben nada; va uno discretamente a conversar con algún militante de esas ideas y tampoco sabe nada; sigue en el juego de la candelita y va de sitio en sitio con la esperanza de que le digan: “por allá fumea”, pero nada.

La ignorancia sobre la trama de este plan que nos traerá la libertad es general.

Al final uno termina enterándose de que no hay nadie planeando tal hazaña; que la mayoría de los derrocadores no tiene plan; que lo de ellos es un deseo que no empreña y que a lo sumo lo que la mayoría de ellos quiere es que el tal derrocamiento lo hagan otros. Una especie de proyecto llave en mano; un modelo pret a porter, un outsourcing hecho por terceros; una subcontrata para no pagar prestaciones sociales a los trabajadores.

Una subespecie de los derrocadores va más allá. No quieren dejar nada a la creatividad de la gente. Ni siquiera sueñan con millones de venezolanos tomando Miraflores en una recreación tropical de la toma del Palacio de Invierno de Petrogrado o de la Bastilla. No, ¡faltaba más!, lo de ellos no es una chusma haciendo justicia, sino la invasión de una fuerza extranjera que se quede incluso luego un buen tiempo para ver si mejoramos la raza. Uno se pone a buscar entonces los que preparan la cabeza de playa para el desembarco; los que colaborarían hincando “la pica en Flandes”; los iniciadores del foco guerrillero y tampoco consigue nada.

Estos guerreros de la guerra de Mambrú me hicieron recordar una anécdota de los años 80. Tomábamos un café en un pequeño local Carlos, mi hermano, alias el Nene (¡sí, se llama Carlos!) Moisés Moleiro y este escribidor. Aclaremos que cuando el MIR había decidido entrar a ese estruendoso error que fue la lucha armada, los hermanos Castillo teníamos 9 y 10 años. El evento que cuento ocurrió cuando ya el partido tenía años de haber abandonado esa política y había entrado en la vida democrática y nosotros, como dirigentes estudiantiles, pasamos a formar parte de esa arrolladora fuerza que lo hizo ganar casi todas las FCU del país.

Pues bien, junto a nosotros, en otra mesa, comenzó un señor (contemporáneo de Moisés) a despotricar en voz alta del abandono de la lucha insurreccional; de la “traición” que ello había significado. Lo hacía con la convicción del que siente que tiene la verdad de su lado y tiene que proclamarla. Carlos se levantó de la mesa y se dirigió al protestante. Yo me puse en guardia porque conozco su carácter y su afición a zanjar este tipo de discusiones de la manera más concluyente. Sin embargo, se sentó mansamente y comenzó a susurrar algo al gritón. A los pocos minutos regreso a la mesa y el acusador de todas las traiciones se quedó calladito y no volvió a gritar. ¿Qué le dijiste a ese hombre?, le preguntamos. Nos respondió: “Muy sencillo, le dije que el abandono de la lucha armada era una estrategia para engañar al gobierno y que en persona estaba comisionado para reclutar gente, así como él, para reiniciarla de nuevo. Que me diera su dirección y su teléfono para contactarlo”. El tercio obviamente le dijo que “ya no podía”, “que él ayudaba desde afuera”; que trabajaba en el IAN (infiltrado, por su supuesto) y que tenía dos hijos, bla, bla, bla…

Dicho en otras palabras, nuestro guerrero de marras también quería (como los de ahora) que otros le hicieran la guerra por la cual él suspiraba.

Dicho todo esto y constatado que ninguno de los derrocamientos ni las invasiones están programados, ni figuran en el orden del día de ningún grupo conocido, estamos entonces en la obligación de recurrir al doloroso, pedestre y nada apasionado expediente de tratar de hacer lo poco que podemos después de haber marchado, arriesgado el pellejo, pancarteado, reunido con nuestros pares convenciéndoles de que hay que luchar y ponernos a trabajar en lo que podemos: emborronar cuartillas, ir a los zoom que nos inviten; pasearse por las comunidades “lanza y tapaboca al ristre” como Alonso Quijano, tratando de convencer a la gente de que, a los que no tenemos balas, no nos queda más remedio que jugarle al quintico de que nos dejen expresar que somos mayoría.

¿Difícil? ¡Sí, muy difícil! A las dictaduras no les gustan las elecciones. Además compran “opositores” que les dicen amén a lo que ellos digan; crean especies y subespecies de alacranes que juegan el juego de Esaú de venderse por un plato de lentejas. Les ponen palos a las ruedas de la carreta de cualquier negociación y nos “guaralean” tratando de ganar tiempo.

Es muy difícil, pero es la que nos tocó. Todas las democracias decentes del mundo nos acompañan en esta titánica tarea, más parecida a la de Sísifo que a la de Aquiles, un héroe con su talón vulnerable, pero héroe al fin. Nos acompañan a eso y no para otra cosa. Que las otras son para ellos realismo mágico, que ya nos lo dijeron.

Hoy, hay condiciones para que esa ciclópea negociación pueda comenzar. Maduro tiene menos del 15 % de los venezolanos a su favor. Ya no tiene CLAP, ni bonos. Las vacunas lo atormentan y su tráfico aun más. Su único soporte, la FAN, esta resentida de desmoralización. Apure ha demostrado su nulo apresto operacional y se le han visto todas las costuras infames. También quiere que relajen las sanciones y que les quiten las de su círculo íntimo. No sabe cuándo una crisis le estalla en la cara ni cuando sus “aliados” de las FARC y el Coqui le dan la espalda.

Esos son sus incentivos para sentarse.

¿Pateara la mesa? Es probable. Es lo que ha hecho siempre. Pero es la alternativa que tenemos. Estar en esa mesa (si es que hay mesa) y acompañar a nuestra gente que sufre; que no tiene vacunas, ni agua, ni luz, y que casi cree que no tiene esperanzas, es nuestra única opción.

Felicitémonos de que, pasito a pasito, se incorpora gente y dirigentes al Acuerdo de Salvación Nacional. Cuidemos y pongamos la unidad entre algodones y aunque “no basta rezar”, como decía Ali Primera, oremos a José Gregorio para que nos ayude en este trance del que saldremos, más temprano que tarde.

POSTDATA: De todas formas, si alguien sabe de otro camino más rápido, por favor que mande un mensajito por WhatsApp o deslice un sobre por debajo de la puerta con las coordenadas. Se lo sabremos agradecer.

Mandela, beisbol y Venezuela

Mandela, beisbol y Venezuela

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Plataforma Unitaria respalda acuerdo nacional para solucionar la crisis
Por otra parte, agradecieron el trabajo de Noruega para dar inicio a dicho proceso de negociación

Foto: CCN

La Plataforma Unitaria, creada por el presidente interino, Juan Guaidó, presentó este martes, 25 de mayo, los puntos más importantes para respaldar un acuerdo nacional para solucionar la crisis.

A través de un comunicado, la Plataforma Unitaria consideró necesario el inicio de una «nueva etapa de democratización en Venezuela». Para esto, expusieron cuatro puntos primordiales:

– Que se alcance un acuerdo que permita aliviar el sufrimiento del pueblo, que contribuya con la reinstitucionalización del país, que contenga un cronograma electoral con condiciones, el cual permita a los venezolanos decidir libremente su futuro.

– Para lo anterior, urgen a iniciar cuando antes «un proceso de negociación con una agenda integral».

– Solicitan que dicho proceso esté apoyado por sectores políticos y sociales del país.

– Acompañamiento y apoyo activo por parte de la comunicad internacional.

Por otra parte, agradecieron el trabajo de Noruega para dar inicio a dicho proceso de negociación.

«Agradecemos también el apoyo hasta ahora manifestado a favor de una salida negociada por parte de la comunidad internacional», añade el texto invitándolos, además, a mantener su apoyo a esta iniciativa.

También, reconocen el esfuerzo de la sociedad civil y de las fuerzas democráticas «en el avance para una solución pacífica».

Esta plataforma se creó el pasado mes de abril, y cuenta con la participación de al menos 40 partidos políticos, diputados, el Frente Amplio y la Conferencia Ciudadana.

Plataforma Unitaria pide a la comunidad internacional no apoyar el nuevo CNE
Los partidos opositores aseguran que todos los países interesados en ayudar a buscar una solución al «drama» venezolano deben enfocar sus esfuerzos en facilitar la consecución de un acuerdo «serio e integral»

Los partidos políticos de la oposición que conforman la Plataforma Unitaria, pidieron este miércoles, 5 de mayo, a la comunidad internacional que no apoyen el nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), por parte de la Asamblea Nacional chavista.

«Alertamos a todos los países sobre esta situación y pedimos, por el bien de nuestra nación, no se presten a participar o incentivar iniciativas parciales del régimen cuyo propósitos no es otro que “normalizar” la imposición arbitraria y dictatorial en el poder de quienes tanto daño le ha hecho al país y así dividir a las fuerzas democráticas», expresaron en un comunicado publicado por el Centro de Comunicación Nacional.

Los integrantes de la Plataforma aseguraron que el objetivo debe ser uno solo, el de lograr una solución real a la emergencia humanitaria, político, económico, social y de derechos humanos que vive el país. «Solución que solo se alcanzará cuando el pueblo recupere su derecho a elegir».

Por eso indicaron que todos los países interesados en ayudar a buscar una solución al «drama» venezolano deben enfocar sus esfuerzos en facilitar la consecución de un acuerdo «serio e integral» entre los actores, que puedan garantizar una solución al conflicto. 

«Las fuerzas democráticas unitarias y legítimas, el régimen y la comunidad internacional que debe ofrecer las condiciones, facilitación y garantías lograr elecciones libres, justas y verificables que estén inmersas en un cronograma electoral, así como lograr el ingreso de la ayuda humanitaria que hoy urge al país», añadieron.

Los partidos indicaron que la meta es muy clara: «unas elecciones libres donde todos los sectores democráticos estén representados y no solo los factores políticos escogidos por el régimen».

«Estamos dispuestos a transitar un proceso de acuerdos serios que nos lleve a una verdadera solución política y a verdaderas elecciones libres: la salida electoral es la más idónea, rápida y menos traumática que se puede construir frente a la tragedia que vive Venezuela», puntualizó la Plataforma.

Un primer paso

Este mismo miércoles, el Gobierno de España aseguró que esta designación es «un primer paso, al que aún deberían seguir otras medidas necesarias para garantizar la celebración de elecciones justas, creíbles y transparentes”, ha valorado el departamento que dirige Arancha González Laya a través de un comunicado.

El gobierno español reiteró su “disposición a seguir apoyando los esfuerzos de los actores venezolanos para lograr la reinstitucionalización democrática del país mediante una negociación dirigida por los venezolanos, con una agenda amplia y acompañamiento internacional, que desemboque en elecciones con garantías democráticas”.

Igualmente, el portavoz principal del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Peter Stano señaló que “este proceso debe ser liderado por los venezolanos y debe incluir otros elementos que garanticen un proceso electoral creíble, inclusivo y transparente, como piden los propios venezolanos”.

“La UE seguirá apoyando el diálogo y los esfuerzos en curso para superar el actual estancamiento por medios pacíficos y democráticos dirigidos por Venezuela”, concluyó Stano.

Orlando Viera-Blanco May 04, 2021 | Actualizado hace 1 mes
¡Venezuela es agua viva!
A través del tiempo y en cualquier época, ni los regímenes más audaces o maquiavélicos dieron permanencia al príncipe. Tarde o temprano el malvado fue derrotado y depuesto

 

@ovierablanco

En las últimas semanas, como embajador de Venezuela en Canadá, nos hemos volcado a una agenda de reuniones bilaterales con homólogos de países del este y norte de Europa, que han renovado su apoyo a la recuperación de la democracia en Venezuela y su reconocimiento a la lucha liderada por el presidente (e) Juan Guaidó. Quiero destacar algunos de estos encuentros porque son un semillero de esperanza, sembrados en tierra fértil de cultura inmensamente libertaria.

Al mal tiempo buena cara

Sabemos que atravesamos una grave crisis humanitaria agudizada por la COVID-19. Aunque lo humanitario no niega lo político, el poder no termina siendo una variable que haga depender lo humanitario. El poder es un desafío de un sector de la polis, mientras el valor humanitario (independiente) incumbe a todos. El respaldo de la comunidad internacional se amplifica y es unánime cuando se trata de preservar la vida, la integridad, la salud y la dignidad del ser humano. 

En nuestra experiencia diplomática, la lucha por la restauración democrática encuentra aliados y adversarios; un cóctel de circunstancias y conveniencias de poder que impiden el consenso. Pero en el terreno humanitario, el planeta está consciente de que deben prevalecer las aquiescencias y concesiones.

Venezuela exhibe -dolorosa y vergonzosamente- estadísticas degradantes en lo económico, social y político. Por añadidura, muy mal en los índices de alimentación, miseria extrema y salud. Diez millones de venezolanos están en situación de desnutrición; 3 de cada 5 niños padecerán en el futuro patologías a causa de la anemia; madres subalimentadas traen al mundo críos con hidrocefalia y la mortalidad infantil crece como las pandemias, agravadas por debilidades del sistema inmunitario.

Se dispara la huida. Casi 6 millones de venezolanos escapan del hambre, la peste y la anomia. El impacto en la subregión es notorio. Colombia ha gastado más de 500 millones de dólares en procesos de interiorización y auxilio a refugiados venezolanos. Brasil ha acogido a más de 350.000 compatriotas. Chile otros 600.000 y Ecuador 470.000. El contador en marcha.

Nuestros refugiados apenas han recibido un promedio de 200 US$, mientras un refugiado sirio ha recibido un promedio de 3000 US$. El mundo no ha dado con una solución política a nuestra crisis, pero lo que es impostergable es dar más sustento a las naciones receptoras de nuestros connacionales y a los programas humanitarios en Venezuela.  Cada embajador de Guaidó gestiona, cada día, la ayuda humanitaria. Canadá es un sólido ejemplo. Al mal tiempo buena cara…

Del norte y este de Europa

Hemos sostenido reuniones con países como Eslovenia, Hungría, Ucrania, naciones que pertenecieron al telón de acero y obtuvieron su independencia en la década de los 90. El común denominador de estas jóvenes democracias es apoyar una solución pacífica en Venezuela. Ucrania -que vivió la revolución Naranja (2004) y la revolución de la dignidad (2014)- reconoce la necesidad de aliviar las cargas de sufrimiento de los venezolanos.

Eslovenia (vieja Yugoslavia gobernada por Tito) sabe que la lucha es desigual, y nos alienta. Hungría ha generado un programa de repatriación a húngaros-venezolanos. Si algunas naciones saben de desolación, caos y éxodo, son ellas…

También nos reunimos con Dinamarca, Noruega e Irlanda. Los daneses -portadores de una de las democracias más viejas de Europa (170 años) y décimo segundo país más rico del planeta- se anotan en los países que desean impulsar una negociación política, a la par de los noruegos. Naciones muy bien posicionadas en mediaciones históricas (la paz nórdica) en África, Europa del este y Medio Oriente.

Irlanda -una sólida democracia parlamentaria- está al corriente y respalda buenos oficios para asistir a Venezuela en alimentos y vacunación.

Pero la gente nos pregunta: muy bien embajador, y los venezolanos que estamos atrapados en la pandemia, la hambruna y la represión, ¿cómo nos benefician esos apoyos diplomáticos?

Tres palabras: presión y voluntad política. A partir de ahí, se construyen acuerdos y los caminos de la ayuda humanitaria. Se implementan programas migratorios, de refugio, alimentarios, salud pública y suministro, intensificando las redes de trabajo. Ese torrente de agua viva no para…

Venezuela florecerá…

Lo humanitario demanda redención y tregua. Hacer pausa para lograr la entrada de vacunas al país. La comunidad internacional, mayoritariamente institucional, humanista, comprometida con los DD. HH. y la paz, eleva banderas blancas. Lo político no es una variable dependiente, menos un obstáculo para la vida. 

A través del tiempo y en cualquier época, ni los regímenes más audaces o maquiavélicos dieron permanencia al príncipe. Tarde o temprano el malvado fue derrotado y depuesto. Después de cada sequía, de cada fuerte verano, amanece en otoño: ¡fresco, colorido, limpio!

El escritor y activista Philip Yancey nos recuerda que «la generosidad no es vanidosa, es piadosa”. Y me gusta cuando dice que “la Biblia no hace ninguna promesa color rosa acerca de vivir en una primavera eterna. Lo que hace es señalar la fe que nos ayuda a prepararnos para las estaciones de sequía. Vendrán duros inviernos, seguidos por veranos ardientes. No obstante, si las raíces de la fe adquieren la suficiente profundidad para llegar hasta donde se halla el Agua Viva, podremos sobrevivir a los tiempos de sequía y florecer…”

Venezuela es agua viva… ¡florecerá!   

 * Embajador de Venezuela en Canadá

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La comunidad internacional no es una... ¿qué esperar de ella?

@ArmandoMartini

La comunidad internacional no es una ni para siempre. Hace décadas la comunidad internacional veía incrédula, sin preocupación ni asombro, el progreso de Hitler y el desarrollo del nefasto nacional-socialismo. Y cómo se armaba cada día más Alemania. Aun así, fue incapaz de actuar para frenar la cruel barbarie que el nazismo desató en Europa. Solo supieron burlarse de la ingenuidad negociadora y pendeja de Arthur Neville Chamberlain, primer ministro británico, cuando las tropas alemanas invadían y se adueñaban de la expuesta pero valerosa Polonia, cuando enfrentaban tanques contra caballería valiente a carne viva.

La sociedad de sociedades, o macrosociedad, en cuyo seno surgen y se desenvuelven grupos humanos, desde la familia hasta organizaciones intergubernamentales, pasando por los Estados, abandonó a Inglaterra; la dejo sola, hostigada y bombardeada hasta que Estados Unidos despertó atacada en Pearl Harbor, cuando militares y políticos japoneses partidarios de la alianza con la Alemania nazi y la Italia fascista consiguieron derribar al primer ministro Mitsumasa Yonai, enterándose de que, les gustase o no, estaban en guerra. Millones de europeos, soviéticos y estadounidenses murieron, muchos en cumplimiento de órdenes desatinadas de jefes remotos, hasta que der Füher clausuró el conflicto suicidándose.

Años después, con excepciones, la comunidad internacional desatendió conflictos en Corea y Vietnam para presenciarlos de lejos, quejosos y críticos. Dos guerras crearon cuatro países, el sur guiado por imposiciones democráticas; el norte atado por órdenes y percepciones comunistas. Al final, Vietnam decidió que seguirían siendo comunista al estilo de Ho Chi Min para luego, en lenta transformación, culminar hoy entre China y Estados Unidos.

Desde entonces la colectividad internacional acomplejada observa, discute y nada o poco interviene. En el conflicto árabe-israelí, iraníes contra británicos y egipcios, iraquíes versus iraníes, un más o menos un todos contra todos, correteando entre occidente y rusos; sirios contra sirios, libios contra libios, egipcios y libaneses dependiendo de por dónde vayan las cosas. Se ha visto con estupor y alivio el derrumbe de la Unión Soviética, el rumbo de Rusia al desorden y la parsimoniosa recuperación convertida en dictadura, bajo el disfraz democrático y no tan libre de Vladimir Putin.

Ahora la comunidad internacional lleva años presenciando timorata, opinando confundida, meditando retraída, desde sus conveniencias, la ignominia, perversión y afrenta venezolana.

Aquí  donde el castrismo demuestra una vez más su experiencia y sapiencia de cómo vivir de los demás. De ser chulos, pero incapaces de dar felicidad.

Han manifestado reiteradamente que Venezuela padece miseria, hambre, presidida por un dictador violador de los Derechos Humanos, declarando contrariedad y pidiendo pronta retirada. No pierden de vista, inquietos y preocupados por la avalancha migratoria, y el renacimiento tímido de la izquierda socialista-comunista en la región, los desplantes de Bolsonaro y la libertad carcelaria del corrupto Lula.

Amenazas del derrotado correísmo en Ecuador, la debilidad en la definición peruana, los peligrosos aspavientos con posibilidades del prochavista Petro en Colombia, y el chantaje violento del Foro de Sao Paulo, Grupo de Puebla.

Pero no son sus únicas angustias, tienen otras más cercanas. La dificultad venezolana se alarga con humillación indolente, sin sentido ni soluciones; la comunidad internacional perezosa tiene paciencia pero no es infinita. Dependiendo del tipo de acuerdo, los miembros pueden recibir ayuda económica, militar y civil en tiempos de crisis o agresiones externas. Los países, ya se sabe, tienen intereses, no amores. Poco espacio va quedando, el tiempo es inclemente.

Para la comunidad internacional, floja y holgazana, más que desórdenes e incomprensiones latinoamericanas los beneficios y ventajas de los países que la integran es lo que importa.

Para taparse las narices y llegar a acuerdos, los pañuelos sobran.

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Orlando Viera-Blanco Mar 30, 2021 | Actualizado hace 1 mes
La paz es tarea de todos
Somos embajadores de la esperanza, de la libertad, de los DDHH; pero, fundamentalmente, también somos embajadores del gentilicio y la dignidad de nuestro pueblo

 

@ovierablanco

La actividad diplomática desarrollada por nuestros embajadores designados en Europa es muy importante y trascendental con miras al reforzamiento de nuestras alianzas, defensa de los DD. HH. y búsqueda a soluciones pacíficas a nuestra crisis.

Foros como la Unión Europea, el Parlamento Europeo, Parlamentos Nacionales; CPI (Corte Penal Internacional); cancillerías, Naciones Unidas; Misiones Independientes de DD. HH., Salud y Alimentos de NNUU; Altos Comisionados de DD. HH. y de Refugiados (ACNUDH y ACNUR); Consejo de DD. HH.; cuerpos diplomáticos acreditados y ONG pro-defensa de los DD. HH., nuestra soberanía e identidad, son algunos de los espacios en los cuales nuestros representantes diplomáticos gestionan infatigablemente.

Desde la Península a la antigua Grecia y Australia

La labor de nuestro embajador designado en España, Antonio Ecarri, es estelar. Lidiar con más de 400.000 venezolanos en la península pasa por manejar asuntos de permanencia, estabilidad migratoria, asilo, certificaciones, validación de licencias, derecho de identidad (extensión de vigencia de pasaportes), más ir de puntillas en lo político y diplomático. Ecarri, un político carabobeño experimentado y de vieja escuela adeca, ha sabido equilibrar fuerzas y alianzas en un continente que no exhibe posiciones unánimes con nuestra causa restauradora.

Representantes como Mary Aponte en Bélgica, Carmen Aldinguide en Andorra, Isaac Salama en Países Bajos e Isadora Zubillaga en Francia, han librado importantes desafíos en el terreno de la justicia penal internacional, realizando un trabajo muy profesional con comisiones en materia de DD. HH., refugiados, rescate institucional y ayuda humanitaria. En ellos ha recaído el peso compartido con el cuerpo diplomático europeo, atendiendo a la diáspora más el Parlamento Europeo, la CPI o la UE.

Que el presidente de Francia, Emmanuel Macron reciba a Juan Guaidó y predique por nuestra libertad y la paz de Venezuela, viene acompañado de una intensa labor diplomática. 

Nuestra representante Estefanía Meléndez en Bulgaria y otras naciones concurrentes, Enrique Alvarado en Hungría y Mario Massone en Rumanía, también han ejecutado una representación muy digna y notoria en materia de inteligencia, acercamiento cultural, actividades con nuestra diáspora, defensa de DD. HH., divulgación y alertas (información verificable) sobre la realidad humanitaria, migratoria y geopolítica en Venezuela. En esa línea destacamos la actuación diplomática de William Dávila en Austria y otros países concurrentes; Felipe Sotbi en Malta y Eduardo Massieu en Grecia, quienes, de manera honesta, sustentable y seria, mantienen una representación cercana con las autoridades de gobierno de esas naciones.

Otto Gebauer en Alemania, Enrique Terhorst, en Dinamarca y José Cots en Portugal han cumplido una extraordinaria agenda diplomática en los países in officium. La primera ministra de Alemania, Ángela Merkel, ha reconocido la lucha del presidente Juan Guaidó por el rescate de la democracia en Venezuela. Alemania apuesta al retorno de nuestra gente y sabe lo que significa una migración incontenible. Portugal y Dinamarca exhiben en Europa una narrativa solidaria con la paz y la justicia internacional, que pasa por poner fin a la crisis política, social y humanitaria en Venezuela al menor costo humano y político. Terhorst, Gebauer y Cost se hacen eco.

Otro ejemplo de apoyo internacional fue el recibido recientemente por el parlamento y PM de Suecia, donde gestiona nuestro representante León Poblete. Por su parte, el representante diplomático en Marruecos, José Ignacio “Chato” Guedez, ha acercado eficientemente el resto del continente africano a nuestra causa. Alejandro Martínez como representante en Australia y Angelina Jaffe designada ante Luxemburgo, igualmente han aportado sus esfuerzos en áreas de justicia penal internacional y organización del trabajo.

Desde la península pasando por la antigua Grecia hasta el continente austral, Venezuela cuenta con una voz democrática, humanitaria y libertaria. Que mantiene viva la lucha por el regreso a la normalidad de un país muy sufrido y devastado, que concede una sonrisa, buena cara y un abrazo aun ante la adversidad. A fin de cuenta, “la paz comienza con una sonrisa” decía la Madre Teresa de Calcuta. 

No imploramos reconocimiento. Solo paz, respeto y libertad

Los embajadores designados por la AN y por el presidente Juan Guaidó hemos cumplido una misión diplomática más allá de lo convencional. Somos embajadores de la esperanza, de la libertad, de los DD. HH., pero fundamental, somos embajadores del gentilicio y la dignidad de nuestro pueblo.

El mundo debe reconocernos como una nación pacífica, cuya última confrontación civil fue la II Batalla de La Victoria de Matos y Mendoza contra Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez en 1903. Un siglo de paz después, el país fue asaltado por un rey de bastos que no representa nuestra esencia cultural. Esto le decimos a América, Europa y al resto del mundo. Los embajadores designados por el presidente interino Juan Guaidó somos constructores de puentes, no de muros; de paz, no de guerras. Ayúdennos en consecuencia, a hacer la paz en nuestro pueblo, acabando con las injusticias, la opresión y los desequilibrios de nuestra tierra.

Juan Pablo II sentenció que la paz es un don de Dios y, al mismo tiempo, una tarea de todos; a lo que Juan Luis Vives agregó: “la primera condición para la paz es la voluntad para lograrla”. Obremos voluntariamente…

* Embajador de Venezuela en Canadá

Embajadores por la libertad

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