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Complejo Alfredo Maneiro

Alejandro Armas Dic 02, 2016 | Actualizado hace 2 semanas
En defensa del periódico

papelperiodico

 

Los temas que se prestan para contrastar hechos del presente con los del pasado, como se hace constantemente en este espacio, han sido abundantes en los últimos días, desde la caída libre del bolívar (que el oficialismo insiste que se puede revertir con el bloqueo de una página web) hasta la muerte de Fidel Castro. Sin embargo, hoy he optado por abordar un asunto que llamó mucho menos la atención, a pesar de su gravedad. Me refiero a la interrupción en la circulación del periódico Diario de Los Andes y la advertencia lanzada por El Impulso, activo en Lara, de correr igual suerte.

El primero de ellos no estuvo disponible en kioscos de la zona montañosa ayer, jueves, mientras que el segundo no desapareció de las calles gracias a un préstamo solidario de papel de otro medio de la región. A las pocas horas un vocero de El Impulso anunció que recibió las bobinas que esperaba desde hacía más de una semana, mientras que el rotativo andino manifestó que pronto le llegarían las suyas y que entonces volvería a circular.

Nada que celebrar, sin embargo. El insumo conseguido es de ninguna manera suficiente para asegurar que a mediano plazo los lectores de estos medios sigan contando con ellos, al menos en físico. En el caso del rotativo larense, solo alcanza para seguir hasta fin de año. ¿Volverán a surtirlo del indispensable material? Nadie lo sabe. Su circulación, que ya lleva 113 años (todo un hito en el periodismo nacional), podría cesar en enero.

Este es un problema de larga data que, insisto, lamentablemente no ha llamado la atención del público como lo amerita. Si fuera algo nuevo, tal vez no habría razón para alarmarse tanto. Pero la falta de papel ya se ha cobrado la vida de al menos una decena de medios impresos, por lo que tristemente podría afirmarse que la situación de los dos casos aludidos previamente todavía es “afortunada”. Antorcha, en Anzoátegui; La Mañana, en Falcón; e incluso El Carabobeño (más de 80 años en las calles) son solo tres de los periódicos cuyas rotativas se han detenido. Casi todos los afectados están radicados en las regiones, pero Caracas no está exenta. Primera Página y El Propio, dos miembros de la familia de El Nacional, tampoco se consiguen ya.

Algunos diarios como Tal Cual y Correo del Caroní se han visto obligados a convertirse en semanarios para no agrandar la hecatombe reporteril. El primero de estos, así como El Nacional y otros, han reducido su paginación. Es verdaderamente indignante descubrir en las mañanas que el periódico comprado cada vez pesa menos (a la vez que no se consigue café; imagínense el humor matutino).

¿Por qué pasa esto? El papel periódico no se produce en Venezuela y, como casi todo lo demás, debe ser importado. Por ahí cualquier persona que familiarizada con la economía en “revolución” ya sabe que hay un problema debido a la espantosa escasez de divisas para comprar en el extranjero. Pero eso no es todo. Adicionalmente, el único habilitado para traer las bobinas es el Estado, que luego las distribuye entre los interesados, con un precio monetario, claro está. Sí, este gobierno autoproclamado socialista ha impuesto el muy capitalista recurso del monopolio en el mercado de papel periódico en Venezuela.

Si se pecara de inocencia, alguien pudiera sugerir que esta oscura etapa en la historia de la prensa nacional es algo coyuntural, una inevitable consecuencia de la necesidad de priorizar la comida y los medicamentos entre las importaciones del Estado (argumento no obstante en sí deprimente, más aún cuando se ven los resultados en los anaqueles). Pero resulta que ciertos medios impresos en Venezuela no están pasando por esta situación nefasta. ¿No adivinan cuáles son? ¡Bingo! Los del propio Estado. Mientras los otros se reducen, estos aumentan en número. Basta con ver los equivalentes de Ciudad CCS (impreso por la Alcaldía de Libertador) que han ido surgiendo en diferentes capitales regionales gobernadas por el chavismo. Añádase a eso la revista de los CLAP, sobre cuyo público lector me sorprendería saber que supera el puñado de individuos.

El ente encargado de distribuir el papel es el Complejo Alfredo Maneiro. Para “hacer honor” a este dirigente político, fundador de La Causa R, el oficialismo le puso su nombre a esa repudiable institución. La empresa pública se niega a vender el insumo vital, o sí lo hace pero se los entrega con retrasos que los ponen en riesgo, a los medios independientes, los que hacen periodismo de verdad. Mientras, los que están llenos de propaganda chavista reciben un trato más que privilegiado. Solo juzguen esta perla. Una investigación publicada en febrero de este año por el portal Armando.info halló que, según su memoria y cuenta, el Complejo Maneiro imprimió gratis 875.000 ejemplares de 4F, el periódico del PSUV.

El investigador Robert Pierce ha planteado que, al contrario de lo que se piensa normalmente, la censura directa y oficial, como el cierre de medios, es uno de los recursos a los que los gobiernos menos recurren para silenciar la prensa. Sostiene que más bien algunos se valen de formas más sutiles, que hagan más difícil (pero claro, no imposible) la detección de su “mano pelúa”. Entre estos mecanismos alternativos, tan numerosos como las armas de guerra, Pierce enumera los controles económicos. Esto lo hizo en un estudio sobre la libertad de expresión en América Latina en 1982. Y es que, obviamente, lo expuesto por su teoría no fue inventado por el chavismo. Desde mucho antes se ha hecho, incluso en Venezuela.

Vale la pena recordar las diferentes formas de censura que aquí experimentó el periodismo durante el quinquenio presidencial de Jaime Lusinchi. Los directores de medios recibían llamadas telefónicas en las que eran presionados para que los comunicadores a su cargo no hablaran de los temas que el poder pretendía mantener ocultos. Nelson Bocaranda, en el libro coescrito con Diego Arroyo Gil, da cuenta de cómo Blanca Ibáñez, con la anuencia del mandatario, realizaba esto constantemente con Venezolana de Televisión (eso no hace falta hoy, ya que a todo el que quiera trabajar en ese canal se le exige total sintonía con los intereses del partido de gobierno).

Durante esos años se recurrió además a los controles económicos aludidos por Pierce. También existía entonces un control de cambio, Recadi, el abuelo de Cadivi/Cencoex/Simadi/etc. Ya vimos cómo en Venezuela nunca se ha producido papel periódico. Varios impresos a los que el Gobierno cogió ojeriza tuvieron graves problemas en el acceso a las divisas necesarias para importar el material, lo que los puso en serios aprietos. Una de mis mejores profesoras de periodismo en la universidad nos contaba en clase que en aquel tiempo ella, una reportera debutante, y muchos colegas pensaban que el acoso a la prensa nacional había llegado a su cumbre, y que no imaginaron que tres décadas después el mismo monstruo volvería aparecer con una disposición mucho más bárbara. Irónicamente, Lusinchi fue el único presidente de la “cuarta” fallecido durante la era chavista al que las autoridades accedieron a rendirle los honores que tradicionalmente se otorgan a quienes han sido jefes de Estado cuando mueren.

Si le parece que a diferencia de la década de 1980, la reducción o desaparición de medios impresos no es un problema mayúsculo gracias al periodismo digital, tenga en cuenta que vivimos en un país con un serio rezago tecnológico, en el que alrededor de 40% de la población no tiene acceso a Internet. Dentro del porcentaje restante, no todos son usuarios regulares de las redes sociales que se han vuelto el principal vehículo de la información en formato web. Por lo general la cosa es peor entre los sectores menos favorecidos económicamente, que son los más vulnerables a las manipulaciones que hace el Gobierno mediante su pretendida hegemonía comunicacional. Dicho de manera más criolla como se lo escuché a otro profesor: “Twitter todavía no sube el cerro ni va pal’ monte”. La información es vital para la movilización que todo el mundo reconoce como indispensable si se quiere cambiar la deplorable situación que vivimos. Por eso, por favor, un poco más de interés en defender a nuestros medios independientes.

A propósito, esta semana se dio a conocer la consolidación de un pacto editorial y comercial entre los portales Runrunes y El Pitazo, y el semanario Tal Cual. El acuerdo lleva un nombre inspirado en La Guerra de las Galaxias: “Alianza Rebelde”, y su propósito es enfrentarse al “imperio” de la oscuridad que supone la censura oficialista. Sugiero, amigo lector, que esté pendiente de lo que publiquen estos tres medios, todos ellos con periodistas de excelente calidad. Ciertamente no es una solución al problema expuesto aquí, pero es una importante alternativa para quienes puedan informarse por Internet.

 

@AAAD25

 

En emergencia 86 periódicos regionales por escasez de papel

ppapelprensa

 

Los 86 periódicos que integran la Cámara de Periódicos  Regionales se declararon en emergencia al recibir la información que no hay papel periódico ni planchas, ya que el Complejo Editorial Alfredo Maneiro así se lo indicó a la directiva del ente.

Este miércoles, en reunión efectuada en Caracas con representantes de 46 periódicos que compran el papel a la empresa estatal Complejo Alfredo Maneiro, la presidenta Joselin Ramírez dio a conocer la cruda realidad que ya a ella le fue  suministrada: no hay papel.

Explicó Joselin Ramírez que el Complejo Editorial este mes redujo la asignación de papel periódico en 40 %, pues antes vendía 1.000 toneladas y solo pudo ofrecer 400 toneladas para 86 periódicos del país, por lo que todos los diarios deberán hacer los ajustes necesarios para seguir circulando.

“La situación es muy preocupante y crítica, ya que están en riesgo cerca de 90 periódicos del país y con ellos la información de las personas y el empleo de miles de personas“, dijo Ramírez.

“Nosotros solo queremos trabajar, y esperamos el diálogo así como el entendimiento“, se dijo en el encuentro mientras se espera poder tener una reunión con el presidente Nicolás Maduro para hablar sobre tan delicado tema.La presidenta de la Cámara de Periódicos afirmó que ella recibió la información oficial de parte del presidente del Complejo Editorial Alfredo Maneiro, Hugo Cabezas, que no tienen la disponibilidad de vender más papel, y que las planchas ofrecidas para enero tampoco llegarán.

Complejo Alfredo Maneiro incumple metas y convenios para suministro de papel

ComplejoAlfredoManeiro

*Con información de El Nacional y EFE

 

 

El Complejo Editorial Alfredo Maneiro, adscrito al Ministerio del Despacho de la Presidencia, cerró el primer trimestre de 2015 con metas incumplidas que el mismo ente se fijó para el año en curso, así como los acuerdos con terceros para el suministro de papel y otros insumos.

En la Memoria y Cuenta del CEAM correspondiente a 2014, la empresa se compromete a aumentar el suministro de papel, la prestación de servicios y la venta de insumos en 2015. Sin embargo, desde enero de este año, tres diarios regionales y dos nacionales han anunciado recorte de paginación, cambio de formato, y posible cierre por falta de papel y planchas de impresión.

¿Es esta situación atribuible al CEAM? Desde 2013, El organismo es el principal proveedor de materia prima para los medios impresos del país y desde ese año el Estado comenzó a limitar la asignación de divisas para importación de papel prensa, el CEAM cuyo objeto social es la producción, distribución y comercialización de impresos, y la fabricación, comercialización, importación y exportación de insumos de impresión.

 

Cero incremento.

En el documento consignado a la Asamblea Nacional en marzo se informa que entre febrero y diciembre de 2014 el complejo presidido por Hugo Cabezas despachó 18.671.615 toneladas métricas de papel a 95 periódicos y 3.200.796 toneladas a otras empresas editoriales, para un total de 21.872.411 toneladas vendidas que le generaron un ingreso de 322,3 millones de bolívares.

Y en el apartado titulado Líneas de Acción para el Próximo Ejercicio, se indica: “Para el año 2015, se calcula incrementar en 60% estos servicios (impresión y venta de insumos) y de esta manera optimizar el funcionamiento de nuestra rotativa de acuerdo con su capacidad instalada. Para el año 2015 se proyecta incrementar la comercialización de 80.000 toneladas métricas de papel prensa, aproximadamente, así como la inclusión de una nueva gama de productos con un cálculo de 40.000 toneladas métricas de todo tipo de papel de artes gráficas, además de la importación de equipos, repuestos y sus productos químicos, que permitan atender más cantidad de medios impresos y empresas de artes gráficas”.

En otras palabras, para el año en curso el CEAM debería estar atendiendo a más medios al ofrecerles más insumos y materiales, e importar más papel o producirlo, que era el plan para el momento de su creación. Pero la presidente de la Cámara de Periódicos de Venezuela, Joselín Ramírez, informó a El Nacional que tales metas no se han cumplido.

“Eso no ha pasado. Siguen atendiendo a la misma cantidad de periódicos del año pasado y solo en suministro de papel. A nosotros nos encantaría, por ejemplo, contar con ellos en otros suministros, como el de las planchas de impresión. Si el gobierno no quiere que ningún proveedor las traiga, está bien, que las traiga el Complejo a un precio que podamos pagar. Pero no ha sido así”, aseguró Ramírez.

 

Cero libertad.

La vocera de la CPV, que reúne a más de 80 periódicos del interior, resaltó la regularidad en el suministro y reconoció que persisten inconvenientes.

“No estamos como quisiéramos estar. Nos encantaría que hubiera libertad de los dólares, que todos pudiéramos comprar lo que necesitamos, pero no es así. Lo otro, es el problema del subsidio, porque las compras a través del Complejo se hacen a un dólar a 12 y no a 200 que sería inviable totalmente. Todo eso hay que tenerlo en cuenta. La cantidad de papel no es la que quisiéramos tener todos y no tenemos un cupo, pero hasta ahora el suministro del CEAM ha sido continuo”, indicó.

Entre 2013 y 2014, un total de 9 publicaciones dejó de circular temporal o definitivamente, o pasó a formato web. En lo que va de 2015 suman ya 6 rotativos con fallas de materia prima: La Nación yNotidiario –miembros de la Cámara de Periódicos de Venezuela–;Tal Cual y El Carabobeño –clientes del Complejo Editorial–, así como Correo del Caroní y El Nacional.

Mientras tanto, la cuenta del CEAM reporta que en 2014 imprimió 875.000 ejemplares del encarte 4F, del Partido Socialista Unido de Venezuela, que le costaron a la nación 2.528.400 bolívares; otros 41.460.937 ejemplares de Ciudad Caracas por un monto de 119.805.524 bolívares; y 3.000 ejemplares del encarte Palestina, por un costo de 7.350 bolívares.

 

El misterio.

El presupuesto 2015 de la Corporación Maneiro es un misterio. No hay una partida para esta empresa en la Ley de Presupuesto aprobada por la Asamblea Nacional. “No conocemos el presupuesto del complejo para este año. La parte contralora le corresponde a los periodistas o a la Asamblea Nacional. Nosotros hemos pagado el papel que se nos ha suministrado”, dijo la presidente de la Cámara de Periódicos de Venezuela, Joselín Ramírez.

De acuerdo con la Memoria y Cuenta del CEAM, en 2014 la empresa manejó al menos 540,7 millones de bolívares distribuidos de la siguiente manera: 23 millones de bolívares del presupuesto asignado; 195,3 millones de bolívares en créditos adicionales; 176,9 millones de bolívares en venta de papel a la CPV; 98,3 millones de bolívares en venta a los impresos no afiliados a la CPV; y 47,2 millones de bolívares en negociaciones con otras empresas editoriales.

En medio de tantos millones de bolívares y tan poca disponibilidad de papel, la ONG Espacio Público y la Cámara coinciden en que estos son los medios cuya circulación se ha visto afectada desde que comenzó la restricción para la compra de papel e insumos:

– 2013: Versión Final y La Hora migraron a la web momentáneamente por falta de papel; luego volvieron a circular. El Diario de Sucre suspendió temporalmente su circulación. El suplemento dominical Manguareo, el periódico Caribe y el diarioAntorcha dejaron de circular definitivamente.

-2014: Primera Hora salió de circulación; las revistas EME de Mujery Etcétera migraron a la web por falta de papel.

-2015: Tal Cual pasó a semanario para evitar su cierre definitivo.

Además, este año El Nacional anunció que tiene inventarios para tres meses; Correo del Caroní cambió a tabloide para rendir su stock; Notidiario dejó de circular “por falta de materia prima” (se espera que hoy retorne a la venta, informó la CPV) y El Carabobeñosuprimirá su revista dominical para ahorrar papel.

 

La respuestas de Corporación Maneiro.

La estatal papelera de Venezuela prevé invertir 400 millones de dólares para aumentar su producción y poner fin al persistente problema de escasez de papel que sufre el país, afirmó hoy el comisionado presidencial para empresas ocupadas por el Estado, Juan Bautista Arias.

La empresa Industria Venezolana Endógena Papelera (Invepal), o Complejo Editorial Alfredo Maneiro, que pasó al Estado en 2005, «tiene un plan de ampliación que cuesta alrededor de 400 millones de dólares», para acabar con el gasto anual de 694 millones de dólares en importaciones, dijo Arias a la emisora caraqueña Unión Radio.

«Ese plan se ejecutaría aproximadamente en tres años», pero Invepal «pagaría la inversión en un año» y pondría fin a «los problemas de mercado» respecto a la escasez de papel higiénico, cuadernos y papel periódico, destacó. La papelera Invepal fue expropiada en enero de 2005, luego de que sus antiguos dueños la declararon en quiebra poco después de la huelga nacional que durante 63 días, entre diciembre de 2002 y febrero de 2003, buscó infructuosamente la renuncia del entonces presidente del país, Hugo Chávez, fallecido en 2013. La quiebra fue luego ratificada por los tribunales y, con posterioridad, la unicameral Asamblea Nacional la declaró de utilidad pública y social, en un acuerdo aprobado unánimemente por los diputados afines y detractores del Gobierno.

El Estado informó entonces que invertiría cerca de 7 millones de dólares para reactivar la papelera, que contaba entonces con 350 empleados. Al plan de inversiones por 400 millones le «falta el ejecútese» presidencial, pero ya se ha contactado a expertos chinos para que la papelera no solo atienda la demanda nacional, porque de aprobarse la inversión «estaríamos en condiciones incluso de exportar papel», remarcó Arias. La persistente escasez de papel higiénico, por ejemplo, se ha convertido en una fuente de malestar popular, en tanto que la falta de papel periódico ha alentado denuncias contra el Gobierno del sucesor de Chávez, el presidente Nicolás Maduro. El pasado 16 de abril el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Gustavo Mohme, responsabilizó a Maduro del «deterioro de la libertad de expresión y la democracia» y, entre otras culpas, le achacó la importación de papel. «El Gobierno no les entrega divisas (a los diarios del país) para importar papel o deben hacerlo a través de (…) una estatal que tiene el monopolio de la venta y distribución y que es utilizada como un arma de discriminación para castigar a quienes mantienen un periodismo independiente y fiel a los valores democráticos», aseguró Mohme.

 

 

Periódico El Carabobeño lucha por su supervivencia: se les está agotando el inventario de papel

ElCarabobeño

 

El estricto control de cambio en Venezuela y el monopolio gubernamental sobre la importación y venta de papel prensa podrían cobrar una nueva víctima: El Carabobeño, un emblemático diario regional con 81 años de historia y uno de los medios de comunicación más importantes del estado Carabobo.

El director de El Carabobeño, Eduardo Alemán Pérez, alertó que se les está agotando el inventario de papel por lo que podría ser inminente el cese de circulación de este diario. Estiman que el periódico podría seguir circulando hasta principios del mes de mayo, pero continúan en la incertidumbre de qué pasará después.

Alemán contó que hace una semana representantes del Complejo Editorial Alfredo Maneiro, entidad adscrita a la Presidencia de la República y el único proveedor del papel prensa en el país, les habían informado que “lamentablemente tenían las manos atadas y no podían solucionarles el problema” del suministro del papel.

Al no tener otra alternativa para conseguir papel prensa, la directiva de El Carabobeño hizo público el pasado domingo que les quedaba inventario para imprimir solamente por los siguientes nueve días.

Tras la denuncia pública y las muestras de solidaridad de la sociedad civil, los funcionarios del Complejo Alfredo Maneiro al parecer cambiaron de opinión.

Alemán explicó que el lunes en la tarde se comunicaron por mensaje de texto para informar que les iban a mandar dos camiones con 48 bobinas. El director indicó que esto solo les cubre cuatro o cinco días de circulación.

“Se alarga esta agonía que estamos viviendo, hasta que ellos nos vuelvan a hablar y nos vuelvan a mandar otra cosa”.

Indicó que nunca hay seguridad de la entrega, pues a veces no mandan papel sino hasta que el periódico esté en un momento crítico. “Ellos trabajan así y no sólo con El Carabobeño. Ahí está el caso de El Impulso en Barquisimeto, que ha estado a dos días de dejar de circular y entonces, Maneiro le manda un camión”, dijo.

El Carabobeño podría seguir circulando hasta mayo si reciben las 48 bobinas prometidas por el Complejo Alfredo Maneiro, pero también debido a otras medidas de emergencia. La directiva del diario regional ha decidido reducir el número de páginas de las ediciones (de 48 páginas a 32), así como el tiraje de circulación (una reducción de 50 por ciento durante la semana y un 20 por ciento los fines de semana). Empezarán también a utilizar el papel especial destinado para su revista dominical, un papel de mayor gramaje (más grueso), más blanco y satinado.

“A lo mejor volvemos a reducir el número de páginas, todo con la idea de llegar hasta el último momento”, reiteró Alemán.

Estos no son los primeros cambios que se han aplicado en El Carabobeño para ahorrar papel. A inicios de este mes, el diario decidió hacer una transformación radical en cuanto a su tamaño. De haber sido un periódico de tamaño estándar durante 80 años, ahora son una versión tabloide.

“Me preocupa mucho que cada día se nos hace más difícil mantener informada a la gente y ahorita estoy sintiendo muy cerca que se nos está cerrando el cerco de poder operar y de poder circular”, dijo el director de El Carabobeño, quien aprovechó para recordar que el diario fue fundado por su padre, Eladio Alemán Sucre, durante una era de dictadura.

 

Carabobo en emergencia

Debido al posible cierre de El Carabobeño, el Colegio Nacional de Periodista (CNP), seccional Carabobo, se declaró “en emergencia” el domingo.

La secretaria general del CNP-Carabobo, María Torres, expresó que la salida de circulación del diario “sería un fuerte golpe para la prensa libre, la libertad de expresión y la democracia, al no contar con otro medio para que la población se exprese libremente”. Resaltó además que más de 300 trabajadores podrían quedarse sin empleo.

Torres aseguró que la directiva regional y nacional del CNP está evaluando tomar algunas acciones que anunciarán en los próximos días. “Se habla de 25 medios que han tenido que vender para no cerrar sus puertas y obviamente algunos han tenido que cambiar la línea editorial debido a las presiones del gobierno”.

En Carabobo, el posible cierre incrementa las alarmas en cuanto a la libertad de expresión. El otro gran diario del estado, Notitarde, fue vendido a principios de año al empresario de origen español José Rodríguez Álvarez. En el anuncio oficial de la venta, Rodríguez Álvarez aseguró que el gobierno le había garantizado el suministro de papel si mantenía pluralidad en la línea editorial.

La crisis del papel

El director de El Carabobeño indicó que la compra de papel prensa se ha agravado significativamente durante los últimos dos años.

Alemán explicó que anteriormente, los periódicos podían negociar directamente con los proveedores de papel internacionales y solicitar las divisas necesarias con la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), ahora Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex).

Sin embargo, hace dos años el gobierno empezó a poner trabas para otorgar las divisas para el papel, con lo que se hecho imposible adquirirlo. En el proceso – aseguró Alemán- varios medios, incluyendo se endeudaron con proveedores internacionales que habían enviado material y que estaban a la espera de recibir las divisas enviadas por el gobierno. En su caso, El Carabobeño mantiene una deuda aproximada de $870,000, especificó Alemán.

Fue en ese momento que el gobierno creó el Complejo Editorial Alfredo Maneiro, únicos importadores de papel en este momento.

Desde entonces, El Carabobeño ha tenido problemas porque no se les hace constante el suministro del papel. “Los representantes del Complejo Maneiro a veces nos atienden, muchas veces no. A veces, nos dicen que van a ver si tenían papel, otra veces nos dicen que no tienen nuestra medida”, dijo Alemán.

El Carabobeño no sería la primera víctima de la crisis del papel prensa en Venezuela. De acuerdo a la ONG Espacio Público, diez diarios y una revista han dejado de imprimirse por falta de papel desde septiembre del 2013. El más reciente caso es el de Tal Cual, propiedad de Teodoro Petkoff, que pasó de ser un diario a un semanario.