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Comités Locales de Abastecimiento y Producción

Gobierno apresa a Álvaro Pulido por corrupción pero sigue defendiendo a su socio Álex Saab
Álvaro Pulido Vargas, cuyo verdadero nombre sería Germán Enrique Rubio Salas, fue detenido en medio de la purga madurista, aunque el gobierno de Maduro sigue exigiendo la liberación de su principal socio, Álex Saab
La Oficina de Control de Activos Extranjeros aseguró que Álex Saab tenía relación con Walter, Yosser y Yoswal, hijos de Cilia Flores conocidos como «Los Chamos», lo que le permitió a él y a Álvaro Pulido acceder a funcionarios del gobierno venezolano
En el año 2021, el Departamento de Justicia de EEUU acusó a Pulido de pagar sobornos para obtener contratos con entidades gubernamentales venezolanas para importar y distribuir cajas de alimentos y medicinas en Venezuela a través de los CLAP
Una investigación de Armando.Info reveló que Saab y Pulido también participaron en la comercialización de petróleo venezolano desde el año 2019 y que  figuran entre los intermediarios que más petróleo se llevaron de Pdvsa y dejaron de pagar a la estatal

 

La madrugada de este viernes, 14 de abril, fueron presentadas ante un tribunal siete personas vinculadas a la trama de corrupción Pdvsa-Cripto, entre las cuales se encontraba Germán Enrique Rubio Salas, conocido bajo el nombre de «Álvaro Pulido Vargas».

Rubio Salas, o Álvaro Pulido, como es mediáticamente conocido, es el socio del empresario colombiano Álex Saab, quien se encuentra detenido en Estados Unidos. El gobierno de Nicolás Maduro ha pedido reiteradamente su liberación y alega que cuando fue capturado en Cabo Verde cumplía funciones como diplomático venezolano, algo que la justicia de EEUU ha descartado. 

A Pulido lo detuvieron junto a Pedro Alejandro Herrera, cuñado del exdiputado Hugbel Roa, también procesado por la trama de corrupción Pdvsa-Cripto. El fiscal general impuesto por la constituyente, Tarek William Saab, ha dicho que Roa es el «más desfachatado» de los apresados hasta ahora.

Sobre el proceso previo a la detención de Pulido en Venezuela, el pasado 6 de abril, la emisora colombiana WRadio informó que fue allanada una residencia suya en el Country Club de Caracas.

Algunos medios internacionales también se habían anticipado a revelar su captura, antes de que fuera oficialmente confirmada por las autoridades su detención y presentación a tribunales. 

Denuncias por corrupción

El portal ChavismoINC, la investigación que evidencia los engranajes del “capitalismo bolivariano” en el mundo, tiene enumeradas varias denuncias por corrupción contra Álvaro Pulido.

Una de ellas recalca que Pulido, junto a Álex Saab, se habrían beneficiado a través del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), en el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex).

También, junto al empresario Rodolfo José Reyes Rojas, ligado a la aerolínea Plus Ultra, Álvaro Pulido estuvo involucrado en irregularidades y sobreprecio en la adquisición de alimentos CLAP.

Pero además tiene denuncias de corrupción por asignaciones de divisas en las empresas Group Grand Limited, China Royal Industrial Limited y Good Central (Hong Kong) Limited.

En casi todas las denuncias, el personaje figura junto a su socio Álex Saab.

 

Con cédula de muerto

En el año 2000, Pulido fue detenido tras ser señalado como el supuesto líder del denominado cartel de Bogotá.

Según la policía colombiana, Pulido coordinó el envío de dos toneladas de cocaína y 17 kilos de heroína en 1999 a varios países de Europa.

Desde el año 2000, además, se conoce que Álvaro Pulido utilizaba identificaciones falsas. De hecho, según El Tiempo, usó cinco de estas durante dos años para entrar a Brasil, Alemania y el Reino Unido.

Posteriormente, una investigación de Univisión que se publicó en 2015, reveló que su verdadero nombre era Germán Enrique Rubio Salas y que cambió su identidad para sepultar aquel escándalo de años atrás.

Según el medio, Richard Díaz, abogado de Saab en Miami, aseguró que Pulido cambió de identidad por un caso de narcotráfico.

Pero para acceder a esa nueva identidad, de acuerdo con el reportaje, Pulido habría reactivado de forma irregular el documento de una persona fallecida en Miami en 2005.

“El nombre mío es Álvaro Enrique Pulido Vargas, me cedulé en el año 83 y siempre esa es mi identidad”, declaró Pulido a Univisión, aunque nunca envió a los periodistas las pruebas que prometió.

 

“(Pulido) explicó que sí tuvo ese problema, pero que fue hace mucho tiempo y que pagó su condena y deuda por eso, y que para poder rehacer su vida, cambió su nombre legalmente”, se lee en el reportaje que el periodista Gerardo Reyes firmó en 2015.

El negocio de los CLAP

En el año 2021, el Departamento de Justicia de EEUU acusó a Pulido pagar sobornos para obtener contratos con entidades gubernamentales venezolanas para importar y distribuir cajas de alimentos y medicinas en Venezuela a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

Pulido, junto a venezolanos y colombianos, habrían inflado los costos y, entre los años 2015 y 2020, se confabularon para blanquear el dinero obtenido.

Según el organismo estadounidense, todos los implicados recibieron cerca de 1,600 millones de dólares de las autoridades venezolanas y transfirieron unos 180 millones a través o hacia Estados Unidos.

Lavado de dinero, fraude, sobornos y vinculación con el narcotráfico

Álvaro Pulido tiene varios procesos internacionales abiertos por lavado de dinero, fraude, sobornos y sobrecostos.

El portal ChavismoINC menciona un proceso abierto contra él  en el Juzgado 79 de Control de Garantías, en Colombia, donde se le investiga por «lavado de dinero, asociación para delinquir, enriquecimiento ilícito, exportación o importación ficticia y estafa agravada».

Asimismo, la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Florida lo investiga por lavado de dinero y soborno. La acusación alega la pérdida de más de $ 350 millones en el Banco Central de Venezuela (BCV) y vincula a Pulido con este ilícito. 

También, la Sala Especializada Penal de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, Ecuador, investigó a Pulido por «presunto lavado de dinero, sobrefacturación e importación ficticia», con el BCV.

Por otra parte, desde el año 2021, el gobierno de Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.

Según el Departamento de Estado de EEUU, la oferta está relacionada con «una acusación penal contra Pulido y otros por lavado de dinero en relación con un esquema de soborno extranjero».

Guisos en Pdvsa

El pasado domingo, 9 de abril, el portal de periodismo de investigación Armando.Info reveló que Álvaro Pulido, junto a su socio Álex Saab, hizo movimientos turbios que afectaron a la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

De acuerdo con el reportaje, un informe informe confidencial de octubre de 2022, elaborado por Antonio Pérez Suárez (actualmente detenido), reveló que Pdvsa «traspasó al Estado facturas sin cobrar de despachos de petróleo entre 2019 y 2022 por 13.338 millones de dólares, a modo de ‘cerrar contablemente las cuentas por cobrar en el sistema informático SAP'».

 

Ese documento, prosigue el texto, revela también un impago a Pdvsa de al menos de 1,500 millones de dólares asociado a 19 de las compañías controladas entre 2019 y 2020 por Alex Saab y Álvaro Pulido.

Vale resaltar que Saab y Pulido también participaron en la comercialización de petróleo venezolano desde el año 2019.

Los documentos, además, confirmarían que tanto Saab como Pulido figuran entre los intermediarios que más petróleo se llevaron de Pdvsa y dejaron de pagar a la estatal.

A propósito de la detención de Pulido, el periodista Roberto Deniz, del portal Armando.Info, aseguró que el personaje «ha sido el socio de Alex Saab en todos sus negocios con el chavismo, incluido el desfalco a Pdvsa de cientos de millones de dólares».

Relación con  los hijos de Cilia Flores

La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), aseguró que Álex Saab tenía relación con Walter, Yosser y Yoswal, hijos de Cilia Flores conocidos como «Los Chamos», lo que le permitió a él y a Pulido acceder a funcionarios del gobierno venezolano.

Según la institución estadounidense, esa relación también les permitió a Saab y Pulido «pagar los sobornos y comisiones ilícitas que son un requisito para obtener contratos públicos».

Además, y de acuerdo con estos datos,  Saab ofreció a «Los Chamos» y a su primo Carlos Erica Malpica Flores un contrato para despejar terrenos para la construcción de viviendas en el estado Vargas.

También, señalan que «Los Chamos» supuestamente recibían comisiones ilícitas de sociedades de Saab a cambio de contratos gubernamentales y tenían acceso frecuente a Nicolás Maduro y Tareck El Aissami.

Empresa en Ecuador investigada por lavado

Según una nota publicada por El Universo, Pulido también fue uno de los accionistas fundadores de la empresa ecuatoriana Fondo Global de Construcción (Foglocons).

La Fiscalía ecuatoriana asegura que esa empresa estuvo envuelta en un supuesto esquema de lavado de dinero. Sin embargo, esa acusación fue rechazada y Pulido Vargas fue sobreseído definitivamente en 2016.

Floglocons es una empresa que se constituyó en el año 2012 y tenía relación con empresas de igual nombre que ya funcionaban en Colombia y Perú.

Cabe destacar que un año previo a la fundación de la compañía, Álex Saab firmó a nombre de Foglocons Colombia un acuerdo con el entonces presidente venezolano Hugo Chávez para construir casas populares.

Una investigación que realizó El Universo, Armando.Info y El Nuevo Herald de Miami, publicada en 2015, reveló que «el gobierno venezolano adjudicó los contratos para la edificación de las casas a dos empresas venezolanas y que estas, a su vez, contrataron a Foglocons Ecuador para que le proveyera de paneles de construcciones prefabricadas».

Por otra parte, al hacer una revisión en el portal Open Corporates, que comparte datos sobre corporaciones bajo la Licencia Open Database de copyleft, se constató que Álvaro Pulido también figuraba como directivo de diversas empresas en Panamá, aunque no se especifica si hay algún tipo de investigación de las mismas:

– Droguería Distribuidora de Productos Medicos (DIPROMEDI), S.A., de Panamá, donde ingresó en el año 2009. Fue tesorero y director de la compañía.

– Fondo Agroindustrial de Alimentos (FAGRINAL), S.A., de Panamá, donde ingresó en el año 2011. Fue tesorero y director de esta compañía.

– Clio Management Corp., de Panamá, donde ingresó también en el año 2011. Fue presidente y director de esta empresa.

 

Ministro colombiano: Red que se lucra del hambre en Venezuela opera desde Europa

 

La red criminal trasnacional que se lucra de la venta y distribución de alimentos esenciales para la población en Venezuela, conocida como las CLAP, causando hambre en este país, tiene vínculos con personas y empresas que operan desde naciones de la Unión Europea (UE), según el ministro colombiano de Hacienda, Mauricio Cárdenas.

La información recopilada y compartida por las autoridades de inteligencia financiera de Colombia, México, Panamá y Estados Unidos está sirviendo para que “quede evidente al mundo que el hambre que hay en Venezuela es un hambre inducida”, provocada por la “corrupción”, explicó Cárdenas durante una entrevista con Efe en Madrid.

El ministro, que participó en la capital española en un seminario sobre infraestructuras organizado por la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, es uno de los integrantes del grupo de trabajo creado por los gobiernos de Colombia, México, Panamá y Estados Unidos para detectar y luchar contra los entramados corruptos vinculados al régimen del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

El grupo se reunió la semana pasada en Cartagena (Colombia) para abordar el caso específico de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) venezolanos, promovidos por el Gobierno de Maduro y encargados de distribuir alimentos de primera necesidad.

Cárdenas detalló que existe un entramado que vende esos alimentos a un sobreprecio y desvía fondos “que se mantienen en cuentas de funcionarios o testaferros del régimen de Maduro”.

Algunas de las personas y empresas de ese entramado corrupto operan desde países de la UE y, por ello, se ha invitado a la próxima reunión del grupo, fijada para septiembre en Washington, al Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac) e Infracciones Monetarias de España.

Según Cárdenas, también “se va a involucrar a las fiscalías” de los cuatro países del grupo de trabajo, dado que “el caso está ya para pasar a la etapa de imputaciones”.

La labor de las unidades de inteligencia financiera “será un insumo determinante para decisiones” frente a la crisis en Venezuela “que se puedan tomar en el escenario no solo judicial, sino también político”, aseguró el ministro.

Por otro lado, Cárdenas resaltó durante la entrevista “el momento extraordinariamente positivo” que, a su juicio, está viviendo Colombia, aunque lamentó que en la reciente campaña electoral se usara “el desprestigio” del país “como instrumento político sin ningún tipo de sustento”.

“Ha habido muchas ‘fake news’ (noticias falsas) sobre la situación en Colombia”, según Cárdenas, que entregará la cartera de Hacienda a Alberto Carrasquilla en agosto, cuando asumirá el nuevo Gobierno del presidente electo, Iván Duque.

Las reuniones de transición que ya ha mantenido con su sucesor han sido “muy cordiales, muy fluidas y con un espíritu muy constructivo”, añadió.

En su opinión, “el Gobierno que llega va a encontrar una economía en proceso de recuperación, con un crecimiento que se está acelerando”, tras un “ajuste difícil” a la nueva realidad de “convivir con menores ingresos petroleros” y a cambios “estructurales” como los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC.

Durante los procesos electorales “se tiende a descontextualizar y plantear un panorama que no es real”, puesto que “la economía colombiana está en uno de sus momentos más sólidos y fuertes”, señaló Cárdenas al destacar, entre otros, los buenos indicadores de inversión extranjera, acceso a financiación y llegada de turistas.

“El país está en una muy buena senda, el próximo Gobierno va a poder cosechar muchísimo de lo sembrado por este Gobierno”, insistió.

La conferencia “Infraestructura para la integración de América Latina”, celebrada en la Casa de América, ha reunido este lunes a ministros y responsables de Economía, Finanzas y Planificación de Bolivia, Brasil, Colombia, España, Paraguay, Perú y Uruguay, entre otras personalidades.

Se trata de la primera conferencia anual de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina en España, con objeto de ser un espacio permanente de dialogo donde representantes políticos y del sector privado compartieron experiencias y propuestas para las alianzas público-privadas.

Ortega Díaz: William Saab y Pedro León “se apropiaron de más de 600 millones de dólares”

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La exfiscal general de Venezuela habla de evidencias en su poder contra presuntos testaferros de Tarek William Saab y de más de 600 millones de dólares de los que “se apropiaron Saab y Pedro León”. Ortega dice que desde el extranjero sigue “una selección de investigaciones” como Odebrecht, casos de drogas, corrupción, derechos humanos y que busca ayuda para “estructurar” un escrito con el que acudirá a la Corte Penal Internacional.

La fiscal entregó pruebas a sus pares mexicanos sobre irregularidades en la compra, distribución y entrega de las cajas de comida de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).

Asimismo reveló que pidió privativa de libertad contra Pedro León, exdirector de la Faja Petrolífera del Orinoco, quien fue detenido el pasado sábado por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional de Venezuela (Sebin), acusado por estafa en la firma de 12 contratos con la empresa Conkor. Sostuvo que la industria petrolera venezolana ha sido desmantelada.

¿Qué países de América Latina alimentan a la Venezuela de la crisis?

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«Lo único que nos queda es que nos den la cédula mexicana», me dice Gladis, rescatando aún una mueca de humor.

Su despensa en el popular bario de Catia, en el oeste de Caracas, podría ser la de una persona en Veracruz, Guadalajara o Ciudad de México.

Acaba de recibir la caja CLAP y en todos los productos se lee lo mismo: «Hecho en México».

Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) son la solución que ideó el gobierno de Venezuela hace un año para combatir la escasez de alimentos, de la que culpa a la «guerra económica» y a las empresas privadas de distribución.

La producción nacional de maíz blanco, con el que se hacen las arepas, el alimento típico del país, apenas cubre el 31% del consumo, según los datos de Fedeagro (Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios).

En el caso del arroz, otro producto básico en la dieta de los venezolanos, la producción cubre el 37% de la demanda.

Por eso, hay que recurrir en gran medida al producto extranjero.

Todo de México

«Esta masa es malísima», se queja Gladis de la harina de maíz mexicana de la caja. Ella prefiere la venezolana, con la que salen mejor las arepas.

Gladis tuvo que ingresar en el banco 10.500 bolívares (unos US$14,5 al cambio oficial y US$1,8 al cambio en el mercado paralelo, el más usado) para recibir la caja, que contiene:

Productos de CLAPFOTO: BBC MUNDO
  • 6 paquetes de spaghetti
  • 2 paquetes de harina de maíz
  • 4 paquetes de pasta en forma de tubo
  • 2 paquetes de pasta en forma de espiral
  • 4 paquetes de leche en polvo
  • 2 botellas de aceite
  • 1 paquete de azúcar
  • 1 bote de salsa de tomate
  • 1 bote de mayonesa
  • 1 paquete de frijol negro
  • 1 paquete de lentejas
  • 5 latas de atún en conserva
  • 3 paquete de arroz

Todo ello por ese precio es realmente económico. Sobre todo teniendo en cuenta que el paquete de la harina de maíz más popular en Venezuela puede costar hasta 6.000 bolívares en el mercado negro, casi la única alternativa para adquirir tan preciado producto.

Gladis recuerda con nostalgia cuando con su salario y el de su marido, ahora desempleado, iban al supermercado y compraban lo que querían.

Asegura que ha perdido 20 kilos en seis meses y que muchas noches se acuesta sin cenar. Y se queja de una dieta cada vez más monótona. Los altos precios hacen difícil acceder a la proteína animal (pollo, carne, pescado, huevos).

En su nevera sólo hay algo de carne de res troceada que le ha traído su hija del interior del país. Nada más.

NeveraFOTO: BBC MUNDO

 

Con eso y con el contenido de la caja, básicamente carbohidratos, deberá aguantar varias semanas. Hacía mes y medio que no le llegaban los CLAP, cuyo reparto es desigual.

Me dice que para los cuatro de la casa preparará pasta con una lata de atún y tomate. La caja comienza así a menguar.

Niños muertos por intoxicación consumieron comida de las cajas Clap, aseguró su abuela

cajaclap

Gloria Piñero, abuela de los dos niños que murieron intoxicados, aseguró a El Pitazo que los alimentos que consumieron los pequeños el pasado jueves 11 de mayo provenían de las cajas Clap que compraron dos días antes.

Piñero acudió este sábado a la morgue de Ocumare del Tuy, donde reposan los cadáveres de sus dos nietos, un bebé de 11 meses de nacido y su hermanito de dos años y ocho meses, quienes residían en el sector Potrero Cercado de Los Rosales de Cúa en Valles del Tuy.

Narró que el pasado jueves preparó pasta con salsa de tomate y atún para el almuerzo. Comieron su nieta de 15 años y una de sus hijas mayores, así como dos personas que trabajan con esta última.

“A los minutos noté que mi nieta tenía los labios morados y comenzó a sentir dolor de cabeza y náuseas. De inmediato su mamá la llevó al hospital Dr. Osío de Cúa y le dijeron que estaba intoxicada”, contó.

La abuela narró que mientras su nieta era atendida en el centro de salud de Cúa, su hija mayor era ingresada a un hospital en Charallave con los mismos síntomas.

“Yo nunca pensé que la comida les había hecho daño, así que en la tarde les preparé a mis otros cuatro nietos pasta, con salsa de tomate y caraotas. A los minutos me llamaron del hospital para que no les diera esos alimentos a los pequeños, pero ya era tarde”, dijo Piñero entre lágrimas.

“Yo quiero que se investigue qué pasó. Murieron mis dos nietos y eso me tiene devastada y desconcertada. No queremos consumir más esos alimentos por miedo, por ello es necesario que se sepa que producto produjo la intoxicación”, señaló Piñero, quien acotó que las seis personas que lograron sobrevivir están estables.

Lee más en El Pitazo.

Mar 27, 2017 | Actualizado hace 5 años
Relatos del Absurdo | Tras la dieta venezolana
Entrar a un supermercado y comprar los productos esenciales es algo excepcional para los venezolanos. Las opciones disponibles ponen a los ciudadanos al borde de su dignidad

 

Por Lorena Meléndez y Arysbell Arismendi y para Relatos del Absurdo* 

DONY NO ES UN INDIGENTE, pero los sábados hace un viaje de más de una hora para hurgar en los contenedores de basura de un mercado popular. Luisa prefiere bregar por comprar una de las bolsas de alimentos que reparte el gobierno de Nicolás Maduro. Luz Marina pasa siete horas de cola para entrar a los supermercados donde llegan ocasionalmente productos con precios regulados. María Elena, para evadir las largas filas, negocia con revendedores. Antonia visita un bodegón, una suerte de réplica de un almacén de Miami, que solo vende mercancía importada a precios dolarizados. Manuel, empresario con una billetera más profunda, llena su despensa con compras en línea en Estados Unidos y luego las trae a Venezuela en barco.

Todo esto ocurre en Caracas, donde ese acto cotidiano de hacer la compra se volvió un imposible. Para millones de ciudadanos de América Latina, entrar al supermercado, tomar un carrito, empujarlo por los pasillos y llenarlo de alimentos básicos es lo común, pero para los venezolanos es un hecho extraordinario. Por eso, para conseguir alimentos, cualquier alternativa vale en un país que tuvo el año pasado una inflación de aproximadamente 480 por ciento según el Fondo Monetario Internacional y en el cual prácticamente uno de cada dos productos de la cesta básica escasea, de acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros, observatorio que hace seguimiento del tema.

En febrero pasado se divulgó la más reciente Encuesta sobre Condiciones de Vida del Venezolano, realizada por tres universidades públicas y privadas. El estudio reveló las consecuencias de la conjunción del aumento de los precios y de la restricción de la oferta: 32,5 por ciento de los habitantes del país solo ingiere alimentos un máximo dos veces al día y 93,3 por ciento afirma que sus ingresos no le alcanzan para comer. Se calcula que más de 74 por ciento de la población ha perdido al menos 8 kilogramos de peso. Las personas sometidas a ese rigor explican su delgadez con una frase: “La dieta de Maduro me tiene así”.

Para Dony Machado, un herrero de 29 años de edad, una alternativa de subsistencia ha sido sumergirse en los desechos del Mercado de Quinta Crespo. Junto a él, un sábado de septiembre, otros hombres, mujeres y ancianas hacían lo mismo. Ninguno vivía en la calle, ninguno vestía de andrajos. Cuando el dinero se les hizo insuficiente para comprar comida, debieron buscar otras maneras de conseguirla. A Dony apenas le alcanza para mantener a su hija de dos años de edad.

La nueva «dieta» del venezolano from CONNECTAS on Vimeo.

Cada vez más personas como él acuden al mercado a registrar entre los desperdicios. Así lo apunta una vendedora de verduras, de 60 años de edad, que tiene cuatro décadas en el mismo puesto y que vio cómo el fenómeno empeoró en enero de 2016. En el país que hace 10 años lideraba el crecimiento en América Latina, muchos, súbitamente, quedaron atrapados en la miseria.

Las palabras de la verdulera coinciden con el estudio de la firma privada More Consulting que en agosto de 2016 reveló que 15,7 por ciento de la población ha hurgado en la basura para comer. Según los datos serían cinco millones de personas las que pululan, como se ve comúnmente, en las puertas traseras de panaderías, restaurantes y supermercados.

Luisa, una vecina de El Valle, zona popular de Caracas, no ha ido por los basureros y en cambio sobrevive bregando para adquirir las Bolsas Clap, denominadas así porque son las siglas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción. Esa es una forma de organización popular impulsada por el gobierno para efectuar la distribución y ventas de alimentos con precios regulados. La última bolsa que obtuvo tenía un kilogramo de leche, dos de arroz, dos de pasta, dos de azúcar, una botella de aceite y un pollo. “No alcanza ni para una semana”, se queja mientras hace el inventario. Por el combo pagó un monto cercano a la cuarta parte de un salario mínimo. Ella trabaja en una empresa textil y vive junto a un hijo de nueve años y una hija de 26 que tiene dos bebés. “Lo que gano lo gasto solo en comida”.

Los comités están integrados por seguidores del gobierno, principalmente mujeres. Fueron ideados en abril de 2016 y se calcula que a la fecha existen más de 8.000. Su modo de funcionamiento ha ido quedando claro en el último año. El gobierno y algunas empresas privadas entregan directamente los productos regulados a esos comités que a su vez los venden entre familias que previamente han sido censadas.

El mecanismo de reparto de bolsas varía según la comunidad. En algunos casos se hace en sedes de instituciones públicas y en otros en casas comunales o incluso en los lugares de residencia de los integrantes de los Clap o de los beneficiarios. Las jornadas de entrega deberían tener frecuencia mensual, pero en muchas ocasiones ocurren cada 45 días. Los Comités iniciaron sus labores recibiendo dinero en efectivo, pero ahora aceptan transferencias bancarias, porque el costo de la bolsa va en aumento y es mayor la cantidad de billetes que deben manejar. En algunas comunidades prefieren que la jornada se realice en la noche, para evitar que los camiones con la mercancía sean detectados y queden expuestos a saqueos, que se han hecho cada vez más frecuentes con los vehículos de carga que transportan alimentos escasos en Venezuela.

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Las Bolsas Clap son repartidas por comités populares apoyados por el gobierno.

(Foto: Rayner Peña/Adaptación: Sandra Barrón)

Aunque comenzó a aplicarse en sectores populares, la modalidad se ha extendido a zonas residenciales de clase media. Los despachos que llegan a cada lugar son diferentes y pueden ocasionar decepción o felicidad. En la comuna Teatro Miranda, situada en el centro de Caracas, los vecinos afirman frustrados que hace cinco meses recibieron bolsas que contenían apenas dos kilogramos de harina de maíz –principal ingrediente para preparar arepas, el plato nacional– y un envase de margarina. En una urbanización de Cumaná, a 600 kilómetros de la capital, en cambio recibieron jubilosos en Navidad bolsas con pasta, azúcar, sal, café, aceite, arveja, mayonesa, salsa de tomate, margarina, harina de maíz y crema dental. En teoría, la distribución no distingue entre chavistas y opositores. Sin embargo, los críticos del sistema afirman que el gobierno pretende controlar a los ciudadanos a través de sus estómagos y no han faltado denuncias acerca de repartos selectivos de los alimentos.

Para adquirir su Bolsa Clap, Luisa hizo fila durante cinco horas. El día que le correspondió su turno, había cuatro hileras que reunían aproximadamente 400 personas. Era tal la muchedumbre que se desplegó custodia policial para evitar alteraciones. Aún así, para Luisa estas filas son mejor opción que las que se hacen en los supermercados, que exigen pasar las madrugadas al frente de los establecimientos. “Para hacer eso hay que amanecer por allí y arriesgarse a todo. Yo no me puedo ir en la noche con un niño y quedarme hasta el día siguiente porque es peligroso”.

La repartición de las bolsas es el eslabón más reciente de una cadena de medidas adoptadas por el gobierno en los últimos tres años conforme ha aumentado la escasez y las reventas de productos con precio controlado. Primero se fijó un límite a las cantidades a vender por persona; luego se estableció los días de la semana en los que podían ser adquiridos según el último número del documento de identidad; y más tarde se ordenó a los establecimientos comerciales a incorporar dispositivos de identificación biométrica para cerciorarse que nadie violase las rigorusas medidas impuestas.

Las Bolsas Clap en ese contexto de restricciones crecientes, son buscadas con intensidad. La maquinaria oficial ha creado una plataforma de canales digitales que las promocionan como una revolución en el concepto de reparto de alimentos. La ansiedad por ellas incluso ha adoptado expresiones dramáticas: tres días antes de Navidad un joven de 25 años de edad fue asesinado por un delincuente que le dio un disparo para quitarle la Bolsa que le llevaba a su madre.

En las redes sociales abundan solicitudes a los responsables oficiales para que mejoren el sistema de distribución. En los medios de comunicación se reportan protestas, cierres de calles y autopistas por manifestantes que las exigen, pero que también denuncian sobre el origen de los productos. El control de las importaciones lo tiene el Ministerio de Alimentación, que ha sido manejado por militares durante el gobierno de Maduro. Según investigaciones periodísticas, una de las empresas que ha vendido productos para los Clap es propiedad de Samarck López, recientemente sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos que lo identificó como testaferro de Tareck El Aissami, vicepresidente de Venezuela a quien el gobierno norteamericano también sancionó por relacionarlo con el tráfico de drogas. Ambos han negado su relación con negócios ilegales.

En cambio, Luz Marina Boscio, de 62 años de edad y vecina de Palo Verde en Caracas, está entre los que tiene como primera opción ir a los supermercados. Acaba de salir de uno con una compra que le hace sentir que valió la pena aguardar siete horas bajo el sol. Se siente aliviada, a pesar de que está cansada, temblorosa y hambrienta. El día anterior tenía la nevera vacía y ella y su nieta de siete meses solo comieron arroz con huevo. Hoy lleva dos botellas de aceite, más arroz y harina de maíz.

La nueva «dieta» del venezolano (2) from CONNECTAS on Vimeo.

A pesar de que se ha desmayado en las colas, la han golpeado y empujado, Luz Marina se ve obligada a abastecerse de esta forma: perder sueño y mañanas enteras a la espera de que entreguen a los establecimientos algo que no tiene en casa. Si llega un producto subsidiado que ya tiene, también lo compra y lo intercambia con algún vecino. Lo del trueque lo comenta sin sobresalto porque no sólo es algo frecuente para ella, sino también para el país. Se ha vuelto habitual el uso de las aplicaciones de mensajería telefónica como Whatsapp o Telegram para transar los productos que cada quien tiene virtualmente. Si estuviese en Wall Street, la experiencia seguramente le serviría para ser una avezada corredora porque sabe exactamente qué trocar sin salir perdiendo.

Con la pensión de Luz Marina y con los ingresos como moto taxista que percibe su hijo mayor, es mantenida una familia de cuatro personas. En eso de estirar y estirar la comida para que alcance se le va buena parte del día. Así resiste. Otras mujeres, con un poco más de recursos, se esmeran en evitar gastar tanto tiempo de vida en filas para comprar. Recurren entonces a los revendedores –conocidos como “bachaqueros”– quienes pueden proveer cantidades de productos suficientes para varios meses o para compartir o intercambiar. Al principio eran solo gente común que adquirían productos a precios regulados para la reventa, pero con la persistencia de la escasez la modalidad evolucionó y fue aprovechada por grupos organizados que obtienen ganancias millonarias con el hambre ajena.

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En las filas para los supermercados, adultos mayores sufren desmayos.

(Foto: Lorena Meléndez G.)

María Elena de 62 años de edad, por ejemplo compró clandestinamente un bulto de azúcar y uno de arroz a un vendedor de frutas del centro de Caracas. Fueron 20 kilogramos de cada producto. Aunque los obtuvo entre 5 y 10 veces más caros, sintió que valió la pena porque evitó pagarlos más caros a futuro según la cotización de ese “mercado negro”.

Las oportunidades para quienes buscan un suministro regular en muchas ocasiones están fuera del alcance del bolsillo común. Las colas que se forman en el Centro Comercial Polo de Colinas de Bello Monte, una urbanización situada al este de Caracas, llaman más la atención que el resto. La razón es que no están frente a un supermercado o farmacia, sino frente a una costosa cafetería italiana llamada Cine Cittá. La mayoría de quienes acuden allí no van por un helado o una bebida. Acuden para entrar a un bodegón ubicado al final del local donde venden productos importados de primera necesidad.

Lucía, una comerciante capitalina, sale del lugar llevando a cuestas varios kilos de arroz, un gran saco de harina de trigo y algunos empaques de azúcar. “Venimos aquí porque los productos son de calidad. Uno tiene esa seguridad. Si se le compra al bachaquero uno no sabe lo que come. Ellos mezclan la comida con cualquier cosa para rendirla, como pasa con la leche o con la harina a la que le ponen cal”, dice.

Cine Cittá se ha convertido en una versión venezolana de los “diplomercados”. Ese era el nombre que empleaban en Cuba para identificar a los comercios bien surtidos que antes de la década de los noventa eran de uso exclusivo de diplomáticos y extranjeros radicados en la isla. Entrar en la cafetería es como ingresar a una versión diminuta del área de alimentos de Costco, la mayorista estadounidense, porque todas las marcas que se ofertan allí provienen de esa cadena. Es un oasis en medio de la sequía de los anaqueles de los supermercados.

“Aquí se consigue de todo, pero dolarizado”, cuenta Antonia, una mujer de gafas, camiseta y jean desteñido que aguarda. El costo de muchos de los productos, en realidad, es mucho mayor que el que se paga en Estados Unidos, al punto que en algunos casos sus tarifas lo duplican o triplican. A pesar de lo caro, el lugar luce con frecuencia atestado por gente adinerada, funcionarios extranjeros, empresarios que hacen negocios con el gobierno y una reducida clase media que tiene ahorros en dólares o conserva canales para obtenerlos.

Manuel se queja de los precios del bodegón desde su oficina. Sabe que hay otras maneras de conseguir la comida desaparecida de los anaqueles, pero para ello hay que estar dispuesto a pagar en dólares y a comprar en grandes cantidades. Él mismo se encarga de hacer que esos productos lleguen desde Estados Unidos: “De allá puedes traer los productos de la canasta básica”, comenta.

Esos son los productos que se han convertido en la base de su negocio: una compañía de envíos puerta a puerta de Norteamérica a Venezuela que cobra los traslados por volumen y no por peso. Como todo llega en barcos, los mercados que le encomiendan deben surcar las olas por tres semanas antes de atracar en las cocinas caraqueñas. La empresa de Manuel lleva más de seis años de fundada. En los últimos 24 meses, el tipo de peticiones que recibe ha cambiado drásticamente. Al principio traía los antojos de los venezolanos que ordenaban productos a través de Amazon, que iban desde gadgets hasta repuestos para vehículos. En noviembre de 2014 vio cómo uno de sus clientes ordenaba aceite de aguacate, delicateses que nunca más llegaron al país. Ya para agosto de 2015 había empezado a traer toallas sanitarias y afeitadoras. Dos meses después, jabones y salsas se sumaron a las demandas. “En enero de 2016, la historia ya era otra”. Desde ese momento, el transporte de comida y medicinas pasó a ocupar 60 por ciento de los envíos.

Sus clientes, de clase media alta en adelante, suelen organizarse para hacer pedidos entre varios. Las compras las hacen a través de la web o personalmente. “Yo mismo me traje hace poco cereales para los chamos, galletas y una caja de cerveza. A un amigo le traje una caja de pañales porque su bebé estaba por nacer y aquí no conseguía. Todo sigue siendo más barato afuera”, confirma minutos antes de mostrar la foto de un gabinete de cocina de una de sus clientes. Casi todos los productos llevan etiqueta en inglés. Surcaron el mar para alimentar a los pocos afortunados que pueden adquirirlos en dólares.

* Relatos del Absurdo es una iniciativa periodística liderada por IPYS Venezuela y CONNECTAS, que busca ofrecer insumos informativos para entender las dificultades que vive la sociedad venezolana hoy. Vea todo el especial acá http://connectas.org/relatos-del-absurdo/

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Venezuela envía segunda ayuda humanitaria a Perú

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El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó este viernes que el Gobierno Nacional envió una segunda ayuda humanitaria a Perú y agradeció el apoyo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y de grupos especiales de rescate venezolanos.

«Es muy importante la práctica de la solidaridad continua, la solidaridad en momentos de tragedia es muy importante. La solidaridad entre hermanos en América del Sur es muy importante y el Perú necesita de nuestra solidaridad, de nuestro amor y nuestra compañía, nuestro afecto», señaló el jefe de Estado.

Por su parte, el ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, indicó que enviaron 15 toneladas de productos no perecederos, medicamentos sobre todo de uso pediátrico, colchonetas, cobijas, sábanas y demás insumos necesarios para atender a más de 111 mil personas que se encuentran en refugios.

Precisó que también enviaron 4 mil 140 bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que serán distribuidos a los afectados, según reseñó AVN.

Desde el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en Maiquetía, estado Vargas, la representante de la Embajada de Perú en Venezuela, Rosa Álvarez, agradeció el apoyo del Gobierno venezolano.

«En nombre del Gobierno del Perú yo quería agradecer a la República Bolivariana de Venezuela por la muestra de solidaridad y la sensibilidad por el sufrimiento de estas personas que en el Perú han sido afectadas por este fenómeno climático. Muchas gracias por todo el apoyo que hemos recibido desde el primer momento», expresó.

Recordemos que el presidente de la República, Nicolás Maduro, ordenó el pasado 21 de marzo enviar a Perú 100 mil cajas de productos de los CLAP como parte de ayuda humanitaria luego de que fuertes lluvias

EFE Mar 21, 2017 | Actualizado hace 7 años
Kuczynski agradece ayuda humanitaria de Venezuela

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El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, aseguró que la ayuda de Venezuela para los damnificados de las recientes inundaciones será “obviamente bienvenida”, a pesar de atravesar un conflicto diplomático por un cruce de declaraciones con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro.

Maduro ordenó este lunes enviar a Perú 100.000 cajas con los alimentos que escasean en el país  y que vende el Estado de forma restringida a través de los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) como parte de ayuda humanitaria.

Cada caja de CLAP puede contener arroz, harina de maíz, harina de trigo, azúcar, pasta, atún enlatado y aceite, entre otros alimentos que pueden variar en cantidad y presentación.

Esta ayuda tiene lugar apenas una semana después de que el Gobierno peruano llamara a consultas al embajador de Perú en Caracas por unas recientes declaraciones de Maduro y de su canciller, Delcy Rodríguez, en las que llamaron a Kuczynski “cobarde” y “perrito simpático del imperio”.