Cofavic archivos - Página 2 de 19 - Runrun

Cofavic

Corte Interamericana emitió sentencia contra gobierno venezolano por caso Guerrero-Molina
Jimmy Guerrero y su tío Ramón Molina fueron asesinados en marzo de 2003

El tribunal regional de Derechos Humanos declaró responsable al Estado venezolano y en la sentencia destacó que las torturas, detenciones arbitrarias y ejecución extrajudicial de Jimmy Guerrero estuvieron motivadas por “preconceptos de los funcionarios policiales, consistentes en la atribución de una supuesta peligrosidad a un hombre joven en situación de pobreza”

A su vez, la Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció que, luego del asesinato, los funcionarios policiales demostraron un grave ensañamiento contra el cuerpo de Guerrero, lo que se comprende como una manifestación de la violencia policial contra hombres jóvenes
en situación de pobreza, así como la convicción de los agresores de que ello quedaría en la impunidad.

Esta es la séptima vez que COFAVIC, en alianza con el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil) presentan un caso ante la Corte Interamericana, y en
cada ocasión el Estado venezolano ha sido hallado responsable y obligado a reparar a
las víctimas de violaciones los Derechos Humanos.

Liliana Ortega, cofundadora de COFAVIC y quien estuvo al frente del litigio junto al equipo de Cejil, subrayó que la Sentencia «marca un precedente que da luces no solo sobre el pasado reciente de Venezuela, sino sobre lo que viene sucediendo en el país.

La Corte establece muy claramente en la sentencia que hay una conexión directa entre la pobreza y juventud para ser motivos de preconceptos entre las fuerzas policiales del país en el desarrollo de sus operativos de seguridad ciudadana. La Corte hace un estudio muy importante del contexto donde ocurrieron los hechos, y evidencia el prejuicio permanente y sistemático presente cuando las fuerzas policiales arremeten contra los jóvenes de sectores populares».

La relevancia del caso Jimmy Guerrero-Ramón Molina vs Venezuela reside en que evidenció el patrón sistemático de ejecuciones extrajudiciales en Venezuela, enmascarado bajo la versión oficial de que las muertes violentas ocurren durante “enfrentamientos”.

Esta sentencia subraya un nuevo elemento, que COFAVIC ha denunciado con insistencia: que las víctimas son hombres jóvenes (99%), la mayoría residente en sectores muy vulnerables, como las denominadas barriadas pobres de zonas urbanas del país.

Por tanto, la ejecución extrajudicial de Jimmy Guerrero y de su tío, Ramón Molina, no constituyeron un caso aislado, sino que fueron parte del contexto generalizado de violaciones a Derechos Humanos en Venezuela.

El caso

Jimmy Guerrero fue hostigado por funcionarios policiales del estado Falcón. Fue detenido arbitrariamente en varias ocasiones a lo largo de 7 meses. Denunció en seis ocasiones el acoso
sufrido. En 2003 se trasladó desde Coro a Punto Fijo, para acudir al velorio de un primo, hijo de Ramón Molina.

Ambos, junto a un amigo de Jimmy decidieron comprar varias cosas para pasar la noche y en la
vía fueron interceptados por funcionarios policiales. A Jimmy le dispararon y lo torturaron. Cuando su tío Ramón salió en su defensa, lo asesinaron de dos disparos. El tercer hombre resultó herido, pero aparentó estar muerto para salvar su vida.

Esto sucedió el 29 de marzo de 2003. Jimmy Guerrero tenía 26 años, Ramón Molina, 49.

Justicia y reparación para familiares de las víctimas

En la Sentencia del Caso Guerrero-Molina vs Venezuela se destacan, entre otras cosas:
1. La conducta estatal discriminatoria contra las personas más vulnerables.
2. La falta de independencia e imparcialidad en la investigación.
3. Obstaculización de investigaciones y de participación de familiares

Las familias Guerrero y Molina no han cesado en la búsqueda de justicia desde 2003. Han
sufrido amenazas, persecuciones e intimidación por parte de funcionarios del Estado, y, sin
embargo, han mantenido su firmeza y constancia en la denuncia no solo ante instancias
nacionales sino internacionales (COFAVIC y Cejil presentaron el caso ante la CIDH en 2016),
por tanto, esta sentencia contra el Estado venezolano por la pérdida violenta que sufrieron
es una forma de reparar el dolor y la sistemática revictimización infligida por las
autoridades.

Corte Interamericana renovó medidas para proteger a familia Barrios
Desde 1998 son víctimas de presuntos abusos por parte de cuerpos de seguridad del Estado

Por décima vez la Corte Interamericana renovó medidas provisionales para proteger la vida de 23 integrantes de la familia Barrios. 

El máximo tribunal en materia de derechos humanos del continente emitió una resolución que ampara a este grupo  familiar perseguido y hostigado desde 1998 por presuntos funcionarios  del Estado, en un acoso que ya ha causado la ejecución extrajudicial de  10 de sus miembros.

El documento de la Resolución publicada por la Corte IDH es claro en cuanto a la obligación  que significa para Venezuela el cumplimiento de estas medidas, aunque el Estado haya manifestado su decisión de separarse de la Convención Americana: 

Acoso desde hace 20 años

El acoso contra la Familia Barrios comenzó en 1998, cuando uno de sus miembros, Benito  Barrios, fue sacado a patadas de su casa en la comunidad de Barbacoa, estado Aragua. Horas  más tarde su cuerpo llegó a la morgue con disparos en el pecho. A partir de ese momento, los  presuntos funcionarios iniciaron una persecución sistemática contra hombres y mujeres de  esta familia, quienes han perdido a 10 miembros.  

COFAVIC, en conjunto con la ONG internacional Cejil, acompañó la denuncia de este caso ante las instancias nacionales e internacionales desde el inicio. En 2004, la Corte  IDH emitió la primeras medidas provisionales (de protección) a este grupo familiar, las  cuales ha renovado consistentemente. La reciente renovación de medidas es la número 10,  lo cual evidencia la dimensión del acoso. Venezuela, por su parte, manifestó su separación  de la OEA en 2013, por tanto, el cumplimiento de la serie de medidas es obligatorio, pues fueron emitidas antes de esa fecha.

El pasado 26 de enero de 2021 tres presuntos miembros de la policía municipal del  Municipio de Carrizal del Estado de Miranda, uniformados y portando armas de  fuego, habrían ingresado por la fuerza y sin orden judicial a la residencia de la familia Cabrera Barrios. Luego de identificar al esposo de Eloísa Barrios, los presuntos policías lo habrían esposado, golpeado, y habrían amenazado a su esposa de darle una golpiza y llevársela detenida por  obstrucción a la justicia, mientras que su hijo Ángel, al ver lo que ocurría, comenzó  a llorar. Cabrera habría sido detenido y posteriormente trasladado en una patrulla a la sede de la Policía. Según los familiares, una vez acostado en el piso de la patrulla, uno de los policíasle habría colocado su bota sobre su rostro hasta que llegaron a la estación policial. Al llegar a la estación, Cabrera fue trasladado a una celda con poca iluminación y lo habrían golpeado en todas las partes de su cuerpo, fue colocado boca abajo, esposado y mientras le golpeaban, le colocaron una bolsa en la cabeza, asfixiándolo.

Cabrera Barrios informó a los funcionarios que gozaba de medidas provisionales ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humano´, sin  embargo, los presuntos funcionarios le manifestaron: «Nosotros no tenemos nada que hacer con eso, no nos interesa nada». 

 Un total de 23 integrantes de la Familia Barrios continúa siendo víctima de hostigamiento y con la nueva resolución de medidas provisionales se espera preservar su vida e integridad  física.

 

COFAVIC: El Estado debe cumplir su obligación de proteger a la población civil sin más dilaciones
La ONG exige una investigación sobre los hechos de La Vega

Llevar a cabo una investigación inmediata, independiente, exhaustiva, efectiva e imparcial en torno a los hechos de violencia ocurridos recientemente en La Vega, donde hubo pérdida de vidas humanas, exige a través de un comunicado, la Organización No Gubernamental para la protección y promoción de los Derechos Humanos (COFAVIC).

Se destaca que esta situación ocurrida en La Vega constituye un patrón sistemático de actuación por parte de los órganos en materia de seguridad ciudadana.

La ONG ve con profunda preocupación el incremento del desplazamiento interno forzoso en varios estados del país, incluyendo zonas de Caracas, producto de la violencia desmedida que afecta cada vez a más personas.

El texto del comunicado de COFAVIC expone: 

El 12de junio de 2021 fueron presuntamente detenidas 38 personas y dos funcionarios policiales resultaron heridos en la comunidad de La Vegan1; hasta la fecha se desconoce si existen víctimas mortales a consecuencia del operativo de seguridad allí realizado, en el que participaron presuntamente 1420 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, lo que generó un contexto de terror generalizado y afectó principalmente a mujeres, niñas, niños y adolescentes. El día 14 de junio se vivió un nuevo operativo en el sector, durante el cual resultaron fallecidas dos personas de la comunidad, quienes, según se conoció extraoficialmente, habrían sido producto de “balas perdidas”.

Hasta la fecha, no se conoce si las autoridades iniciaron investigaciones sobre estos casos que se han presentado como presuntas muertes en enfrentamientos o resistencia a la autoridad en esta zona popular de la capital.

Es importante resaltar que esta situación ocurrida en La Vega constituye un patrón sistemático de actuación por parte de los órganos en materia de seguridad ciudadana. En el mes de enero, entre los días 06 y el 09, esta misma comunidad fue víctima de un operativo similar, el cual ha sido considerado uno de los más letales hasta el momento. Durante los hechos de enero, fueron presuntamente asesinadas por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) al menos 20 personas por presunta “resistencia a la autoridad”. En el operativo participaron 650 presuntos funcionarios policiales, de varias unidades, de las FAES y de la Dirección de Investigaciones Penales (DIP) de la PNB 4. En relación con este operativo, la organización Amnistía Internacional señaló: “El análisis de la evidencia fotográfica apunta a que el uso de la fuerza por parte de los funcionarios policiales habría sido intencionalmente letal, lo cual no se apega a los estándares sobre uso de la fuerza. El hecho de que las heridas se hayan producido en zonas de probable letalidad, y que se trate de una o dos heridas de balas en cada caso, hacen menos creíble la versión de que estas muertes se produjeron en un enfrentamiento”. El 24 de mayo se reportó una nueva incursión policial en la comunidad de La Vega, en la que presuntamente resultaron heridas tres personas, una de ellas un joven de 16 años que recibió el impacto de una bala perdida en la cabeza6, lo que días después le provocaría la muerte.

La sistematicidad de los ataques sufridos en la comunidad de La Vega durante lo que va del año 2021ha afectado mayoritariamente a la población civil desarmada y la falta de una línea contundente de investigación que procese a responsables de la ejecución de estos mecanismos de seguridad ciudadana, en todos sus niveles de participación, pueden dar motivos razonables para determinar la comisión de crímenes de lesa humanidad. Por ello, estos hechos deben cesar sin dilaciones y deben ser abiertas investigaciones eficientes, independientes y conclusivas que muestren una clara voluntad del Estado de no auspiciar ni encubrir estos graves casos.

Debido a la gran opacidad que existe en las cifras oficiales, COFAVIC ha realizado un monitoreo de manera independiente a escala nacional de la situación de derechos humanos, en particular, del fenómeno de ejecuciones extrajudiciales. Con esta metodología hemos registrado un total de 12738 casos de presuntas ejecuciones extrajudiciales desde 2012 a marzo de 2021. En los últimos cuatro años completos monitoreados (2017 a 2020) el número de presuntas ejecuciones extrajudiciales ha sido de 6623 casos registrados a escala nacional.

Las cifras demuestran que, sistemáticamente, las víctimas son hombres (99%),jóvenes, menores de 25 años (80%). El 60% de las presuntas ejecuciones extrajudiciales sucede durante el desarrollo de procedimientos especiales de seguridad ciudadana, que implican despliegues de fuerzas militares y policiales, en algunos casos, con participación de grupos armados civiles que actúan bajo la aquiescencia del Estado. Las víctimas en su mayoría residen en sectores muy vulnerables, como las denominadas barriadas pobres de zonas urbanas del país.

Muchas familias, incluyendo menores de edad y mujeres de edad avanzada, han sido testigos de las detenciones arbitrarias, las torturas y la violencia ejercida por los cuerpos de seguridad en contra de sus familiares y sobre ellas mismas al intentar intervenir o solicitar información. Entre los patrones de actuación identificados en los referidos operativos de seguridad destacan la irrupción ilegal y violenta a las viviendas y propiedad privada, destrucción de bienes, enseres y fuentes de sustento económico para estas familias, así como la simulación de presuntos enfrentamientos y la “siembra” de evidencias. Asimismo, el posterior hostigamiento policial y militar ha generado en los sobrevivientes un terror extremo y miedo a la denuncia, a reunirse y a expresar sus necesidades, demandas y expectativas.

COFAVIC ve con profunda preocupación el incremento del desplazamiento interno forzoso en varios estados del país, incluyendo zonas de Caracas, producto de la violencia desmedida que afecta cada vez a más personas. Las familias desplazadas internas, huyen por temor a represalias y por el desamparo institucional. Estas personas son especialmente vulnerables dado que huyen en búsqueda de seguridad y protección, lo que les obliga a dejar atrás sus proyectos de vida, a lo cual se suman las dificultades por la pandemia de la COVID-19.

Por todo lo anterior, exhortamos al Estado a:

1.Llevar a cabo una investigación inmediata, independiente, exhaustiva, efectiva e imparcial en torno a los hechos arriba mencionados, con el fin de identificar a los responsables y llevarlos ante un tribunal competente, independiente, justo e imparcial, para aplicarles las sanciones penales previstas por la Ley.

2.Utilizar estándares internacionales para documentar los presuntos crímenes con base en el Manual sobre la Prevención e Investigación Efectiva de Ejecuciones Extrajudiciales, Arbitrarias y Sumarias de Naciones Unidas y el Manual de Investigación y Documentación Efectiva sobre Tortura, Castigos y Tratamientos Crueles, Inhumanos o Degradantes.

3.Adoptar de manera inmediata las medidas de protección más apropiadas para garantizar la vida, la seguridad y la integridad física y psicológica de la totalidad de familiares de las víctimas, testigos y sobrevivientes.

4.Proteger la integridad de las personas civiles que hacen vida en la comunidad de La Vega y zonas contiguas, quienes durante el desarrollo de estos operativos de seguridad ciudadana se han visto afectadas de manera directa e indirecta.

5.Instamos firmemente al Estado venezolano a revisar a fondo los procedimientos especiales de seguridad ciudadana que se están desarrollando y que han dejado un saldo tan lamentable de violaciones de derechos humanos, especialmente en zonas populares.

6.Cumplir con la recomendación formulada por la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas referida a la eliminación de las Fuerzas de Acciones Especiales(FAES)

Desde 2002, el Centro para los Defensores y la Justicia ha documentado asedio a las ONG
El Proyecto de Ley de Cooperación Internacional ha sido una amenaza desde 2006

El Centro para los Defensores y la Justicia (CDJ) ha documentado desde 2002, los mecanismos jurídicos que ha creado el Estado para obstaculizar el trabajo de las ONG.

«Los ataques comenzaron hace 19 años con la Ley de Soberanía, luego crearon la Ley contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, posteriormente el Ejecutivo nacional decretó los estados de excepción que se ha prorrogado hasta la actualidad, y con la pandemia el estado de alarma. En octubre de 2020 sacaron una resolución conjunta del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Relaciones Interiores sobre el registro de ONG no domiciliadas en el país que están realizando acciones humanitarias, también la circular desde el 20 de noviembre de 2020 de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (SUDEBAN), para monitorear las cuentas de ONG y fundaciones, y las reiteradas amenazas de crear una Ley de Cooperación Internacional, que ya se discute en la ilegítima Asamblea Nacional, es un instrumento que regularía el funcionamiento y hasta cómo se financian las ONG en Venezuela», alertó Marianna Romero, directora de CDJ.

Según el Comité de Familiares de Víctimas del Caracazo, (COFAVIC), ONG creada en 1989, el principal poder que ha estado emitiendo sentencias contra el trabajo de las organizaciones sin fines de lucro ha sido el Tribunal Supremo de Justicia. En el 2000 emitieron tres sentencias de la Sala Constitucional.

El Proyecto de Ley de Cooperación Internacional ha sido una amenaza constante los años 2006, 2010 y 2015. También han limitado el trabajo de las ONG con la Ley de Seguridad de la Nación publicada en 2002 y la Ley de la Defensa de la Soberanía Política y Autonomía Nacional (2010). El poder Ejecutivo sacó en la Resolución del 27 de octubre del 2020 que regula a las ONG no domiciliadas en Venezuela, según Gaceta Nº 41994.

«El Gobierno está dirigiendo sus ataques contra las ONG con el fin de obstaculizar, generar mayor control social y criminalizar la cooperación internacional», indicó Romero. En COFAVIC señalan que todas estás sentencias han sido de carácter discriminatorio contra los defensores de DD.HH.

El Estado está violando la Constitución

El coordinador de la ONG Movimiento Vinotinto, Manuel Virgüez, indicó que el gobierno viola la Constitución al pretender que revelen la lista de benefactores.

«La Constitución establece que cuando la cooperación internacional es estratégica, es permitida. A través de ese financiamiento las ONG pueden trabajar en defensa de los DD.HH y de ayuda humanitaria», indicó.

ONG con trabas administrativas

La abogada Martha Tineo, coordinadora de JEP, indicó que para que las ONG puedan inscribirse en la oficina de control tal como lo establece la Providencia N° 001-2021, exigen una serie de requisitos difíciles de cumplir.

«A las ONG se nos ha hecho imposible actualizar nuestras actas de Asamblea, registrar nuevas organizaciones. Porque cuando se va a una notaría y aparece en el objeto de constitución la palabra Derechos Humanos, inmediatamente te niegan el registro. Quieres actualizar un acta de asamblea y simplemente lo engavetan», comentó.

Víctimas y pobres los más afectados

La directora de la Fundación La Movida Positiva, Yennifer Peña, indicó que 700 ONG a nivel nacional se unieron para exigir la derogación de la Providencia N° 001-2021. Asegura que de lo contrario los más afectados serán las víctimas de violación de DD.HH y los niños y adultos que sufren de enfermedades crónicas o desnutrición.

«No están perjudicando al voluntariado de las ONG, están perjudicando es a las personas, porque son quienes reciben el aporte, los medicamentos o alimentos que el Estado está en la obligación de garantizar», exclamó.

Denuncian aumento de intimidación a sociedad civil por parte de cuerpos de seguridad
De 2019 a 2020 hubo un incremento del 157%

Cofavic, la Vicaría de Derechos Humanos de Caracas, el Observatorio de la Organización Mundial Contra la Tortura y la Federación Internacional por los Derechos Humanos informaron que 84 ataques a activistas y diferentes ONG se produjeron en 2019 y 216 entre enero y octubre de 2020, lo que significó un aumento de 157%.

Sólo en enero de 2020, el Centro para los Defensores y la Justicia (CDJ) registró 99 ataques e incidentes de seguridad contra activistas que comprenden detenciones, amenazas y allanamientos a oficinas.

Representantes de la defensa de los derechos humanos en Venezuela dicen que el nivel de acoso no tiene precedentes en el país y el objetivo es reducir el espacio de acción de la sociedad civil para consolidar el control político.

«En la provincia, en los sectores donde la gente está más aislada, pues la situación es mucho más riesgosa”, dijo Liliana Ortega, directiva de Cofavic.

Ortega citó el caso de cinco miembros del grupo Azul Positivo, que trabaja en la prevención del VIH en el estado Zulia; detenidos el 12 de enero por agentes de contrainteligencia militar.

Los detenidos fueron acusados de asociación para delinquir y legitimación de capitales, entre otros, según su abogada defensora, Lisseth Mogollón.

Tras una intensa campaña reclamando su libertad, que incluyó a agencia de Naciones Unidas, fueron excarcelados el 10 de febrero, pero deben presentar a los tribunales cada 30 días, de acuerdo con Mogollón.

“El gobierno lo que intenta es sustituir esa sociedad civil incómoda, neutralizar a los activistas que sean más independientes”, dijo Rafael Uzcátegui, coordinador del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea).

 

 

 

 

157% han aumentado las agresiones contra personas y organizaciones defensoras de DDHH
En dos años se documentaron 338 casos de ataque contra personas y organizaciones defensoras de derechos humanos. 
80% de las personas defensoras de DDHH no han podido presentar denuncias o hacer seguimientos de sus casos en el Ministerio Público

Alianza entre organizaciones que se encargan de la protección integral de personas defensoras de derechos humanos presentaron el informe “Enemigos internos: defender derechos humanos en el contexto de la pandemia Covid-19 en Venezuela”, con evidencias sobre el incremento y diversificación de ataques contra quienes han defendido derechos humanos en este periodo pandémico.

“Nuestras organizaciones han podido constatar el aumento de los ataques, que revisten un carácter tanto cuantitativo como de gravedad en los patrones registrados, habiéndose incrementado las cifras de ataque en contra de personas y organizaciones que defienden derechos humanos en más de un 157% con respecto a las cifras de 2019”, se expresa en este documento que reporta las agresiones registradas a lo largo de 2021 en el contexto de los estados de alarma decretados por el Estado venezolano. 

El documento también indica que desde octubre de 2018 a octubre de 2020 se documentaron 338 casos de ataque contra personas u organizaciones defensoras de derechos humanos. Durante 2020 el aumento fue exponencial, “en parte porque también se mantuvo la curva ascendente de acciones de exigibilidad de derechos ante la gravedad de la emergencia humanitaria profundizada por las restricciones de los estados de excepción debido a la pandemia”.

Tan solo en el primer semestre de 2020 hubo en promedio 25 protestas diarias (equivalente a un total de 4414 en ese periodo).

“En Venezuela se vive una preocupante escalada de agresiones, actos de hostigamiento y criminalización contra personas defensoras de derechos humanos y actores humanitarios, que ha implicado el uso indebido del derecho penal contra personas y organizaciones, en el contexto de una política sistemática de estigmatización, persecución y criminalización”, reza el documento.

Señalan como preocupante el impacto de la crisis sanitaria sobre el sistema de justicia y la creación de un andamiaje jurídico restrictivo al trabajo de las organizaciones de la sociedad civil. “El 80% de las personas defensoras de derechos humanos encuestadas manifestaron que no han podido presentar denuncias o realizar el seguimiento de casos ante instancias como el Ministerio Público o la Defensoría del Pueblo, lo que demuestra un impedimento al acceso a la justicia”.

Así como la violación de derechos humanos de los integrantes de diferentes ONG, como el caso de Azul Positivo, y el impacto que estas agresiones tiene en la población beneficiaria de la defensa de los derechos humanos”.

Rechazaron la serie de ataques contra medios de comunicación social en el país, lo que contribuye a la reducción significativa del espacio cívico. Entre los que se encuentran Efecto Cocuyo, VPI TV, Panorama, Tal Cual, El Pitazo, radio Fe y Alegría y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa.

El informe es resultado de la Alianza para la protección integral de personas defensoras de derechos humanos en Venezuela, apoyado por la Unión Europea y desarrollado por COFAVIC, la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y la Vicaría de Caracas para los Derechos Humanos.

El documento también da continuidad y actualización del informe presentado a principios de 2020 sobre el seguimiento que dichas organizaciones han realizado en materia de registro de agresiones a personas y organizaciones defensoras.

 

 

 

Ene 11, 2021 | Actualizado hace 3 años
Defensores de DDHH condenan masacre de La Vega
Coinciden en que las Faes no rinde cuentas de sus acciones en los sectores populares 

Defensores de derechos humanos y organizaciones venezolanas condenaron la Masacre de La Vega, un operativo policial efectuado entre jueves 7 y viernes 8 de enero de 2021, donde murieron al menos 23 personas.

“Es, hasta dónde recuerdo, el operativo de ‘seguridad ciudadana’ con mayor cantidad de víctimas”, escribió Marino Alvarado, del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA), en su cuenta de Twitter.

“Da la impresión de que este tipo de acciones, más allá de intentar enfrentar bandas criminales, lo que busca es ejercer control sobre la comunidad mediante métodos represivo para impedirle que ejerza su derecho a reclamar”, dijo Alvarado.

Liliana Ortega, fundadora de Cofavic, rechazó las incursiones de este tipo en sectores populares en Venezuela.

“Con frecuencia nos encontramos con retrasos en la práctica de diligencias que son imprescindibles para la investigación y con negligencias en las autopsias. La inmensa mayoría de los casos nunca llegan a juicio”, concluyó.

Roberto Briceño León del Observatorio Venezolano de la Violencia indicó que “hay pocos casos de funcionarios policiales condenados en Venezuela, pero con la FAES la impunidad es total”.

Funcionarios del Ministerio Público admiten confidencialmente que las investigaciones que afectan a las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policia Nacional Bolivariana son sistemáticamente bloqueadas.

El experto cree que la reacción del gobierno ante las denuncias contra la FAES muestra que “en realidad están orgullosos por lo que se está haciendo. No creen en el sistema penitenciario, no creen en el sistema judicial, esta es su única política de seguridad”. 

“No hablamos de la actuación de elementos aislados. Se trata de una política de estado. Y es una política de exterminio”, sostuvo

 

 

La amenaza de las Faes: “Danos 25 000 dólares o encontramos los muertos”
Amnistía Internacional denuncia que el Estado venezolano hostiga a familiares e incluso mascotas de víctimas

Agentes de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional de Venezuela bajaron a golpes de su camioneta a Américo Ledezma, productor agropecuario del Sur del Lago de Maracaibo, en una zona rural de Venezuela, a inicios de noviembre. Le ataron las manos, lo amordazaron y se lo llevaron secuestrado hasta el potrero de una de sus fincas, La Caraquita.

También a la fuerza, subieron en sus vehículos a varios empleados del ganadero y, ya en el sitio, los obligaron a cavar una fosa en medio del barro. Siete trabajadores de la hacienda estaban maniatados. Y, a su jefe, lo extorsionaron.

“Danos 25.000 dólares antes de que te encontremos los muertos, porque te los vamos a conseguir”, le gritaban los uniformados al dueño del predio campesino.

Ledezma, aún dentro de la camioneta donde lo raptaron, no sabía a qué muertos se referían. Amigos productores llegaron minutos después al lugar, acompañados de cuatro policías municipales y otros tantos militares de la Guardia Nacional Bolivariana. Exigían su libertad, reclamando la ilegalidad del procedimiento.

Dos de ellos comenzaron a grabar con sus teléfonos celulares. Las imágenes se hicieron virales luego del hecho, que culminó con la liberación del productor.

“Decían que ellos no tenían que dar parte a nadie, que tenían órdenes de Caracas para el procedimiento”, cuenta a la Voz de América un testigo (*). “A Américo, le iban a matar los obreros para ‘sembrarlos’ en esa fosa”, añade.

Los videos generaron tal indignación en Venezuela que, incluso, funcionarios del chavismo repudiaron públicamente la actuación de los integrantes de la FAES, un cuerpo cuya disolución ha solicitado la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.

“De verdad, no entiendo qué es lo que está pasando con las FAES. Ahí va a haber presos”, dijo sobre el hecho el fiscal general designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, en una entrevista en el canal estatal, VTV.

El funcionario especuló que las FAES pretendían asesinar al ganadero secuestrado. Su despacho ordenó la detención de seis agentes del cuerpo policial que participaron en lo ocurrido ese día en el municipio Francisco Javier Pulgar, del occidental estado Zulia, el más poblado de Venezuela.

Quienes enfrentan al chavismo no aplaudieron el sermoneo o la orden de Saab. Juan Guaidó, presidente interino, lo llamó “cómplice” de abusos del tipo que vivió Ledezma, esposado y extorsionado, dentro de su finca.

“¿Ustedes creen que Tarek William Saab se dio cuenta ayer que las FAES son un escuadrón de persecución, de violación de derechos humanos, entre otros crímenes? Él es un cómplice”, afirmó el dirigente del Parlamento, un día después.

Preocupación e impunidad

La Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos de las Naciones Unidas, de un año de duración, y cuyo mandato se extendió, constató  que existen en Venezuela “violaciones flagrantes de los derechos humanos” cometidas por el gobierno, agentes estatales y grupos que trabajaban con ellos.

Según publicó en septiembre, con base en 3.000 casos, en el país hay una conducta “generalizada y sistemática” de violaciones y crímenes “altamente coordinados” por el Estado, que constituyen crímenes de lesa humanidad.

Venezuela es epicentro de violaciones a derechos humanos con conocimiento de su presidente en disputa, Nicolás Maduro, y de los ministros del Interior y de Defensa, de acuerdo con el documento, que menciona a la FAES, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y la Dirección de Contrainteligencia militar.

“Dieron órdenes, coordinaron actividades y suministraron recursos en apoyo de los planes y políticas en virtud de los cuales se cometieron los crímenes”, dice.

El madurismo entró en cólera con el informe. Jorge Arreaza, canciller del gobierno en disputa, lo acusó de estar “plagado de falsedades” y de haber sido redactado a distancia, “sin rigor metodológico alguno”. Saab lo tachó de “propaganda” y denunció que el Grupo de Lima pagó por su elaboración.

Tales abusos son de “suma preocupación” para el mundo, advierte Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, en una entrevista con la VOA a propósito del Día Internacional de Derechos Humanos.

Destaca que las violaciones se traducen en la detención arbitraria de líderes opositores, jóvenes que publican denuncias en redes sociales y, en general, de “cualquier persona que levanta la voz” para luego procesarlos en tribunales militares, “en total contradicción con las normas internacionales”.

Guevara-Rosas apunta que esos hostigamientos se extienden, asimismo, a las familias, comunidades y hasta las mascotas de los objetivos políticos del Estado.

“Hemos sabido de casos que incluso amenazan a las mascotas de las personas detenidas arbitrariamente como un método de tortura psicológica. Hemos visto cómo han amenazado a hijas, hijos, madres, padres de personas detenidas arbitrariamente, un poco para silenciar las condiciones de la detención», explica.

Las transgresiones trascienden lo político, subrayan defensores de derechos humanos en los 23 estados y la dependencia central de Venezuela, como Liliana Ortega, abogada y directora de la organización no gubernamental Cofavic.

La atención del Estado a los derechos humanos de los venezolanos durante la pandemia de la COVID-19, más allá de la perspectiva humanitaria y sanitaria, por ejemplo, es una de sus preocupaciones.

Ortega ha constatado una “muy grave escalada de violencia” durante operativos de seguridad ciudadana en el país, con acento especial en las comunidades económicamente más vulnerables, acota.

Cofavic, una de las oenegés de derechos humanos de mayor ascendencia en Venezuela, ha registrado 12.010 presuntas ejecuciones extrajudiciales entre 2012 y septiembre de 2020. El 99 por ciento de las víctimas son hombres y el 80 por ciento del total son menores de 25 años, se lee en sus estudios.

“En los últimos tres años completos monitoreados, de 2017 a 2019, el número de presuntas ejecuciones extrajudiciales ha sido de 5.125 casos”, indica. Y, en medio de los abusos, reina la impunidad. “Solo tres por ciento de los casos de violaciones a los derechos humanos llega a un juicio en Venezuela”, destaca.

Deuda con Venezuela

Los hallazgos de las Naciones Unidas y las advertencias del mismo tenor hechas el mes pasado por la Fiscal de la Corte Penal Internacional constituyen un paso positivo en el respeto y la justicia sobre derechos humanos en Venezuela, a juicio de Alí Daniels, director de la ONG Acceso a la Justicia y docente de la Universidad Católica Andrés Bello en derecho internacional humanitario.

“El año 2020 es donde finalmente los sistemas universales de protección de derechos humanos se pronunciaron sobre el carácter penal de las situaciones que ocurren en Venezuela”, señala en conversación con la Voz de América.

Las observaciones internacionales sobre el país lo ubican en “un grupo muy pequeño de países” cuyos Estados son responsables de delitos de lesa humanidad, como Siria o Myanmar, resalta Daniels, también abogado.

El proceso de justicia contra los crímenes hallados es “muy largo”, sin embargo, porque no solo siguen ocurriendo, sino que se siguen agravando en asuntos humanitarios, como la desnutrición aguda infantil, señala.

Juan Berríos, abogado y coordinador de la Comisión de Derechos Humanos del estado Zulia, Codhez, describe la situación de derechos humanos en Venezuela como “crónica” y cree que ello responde a causas estructurales que minan la vida, la salud, la libertad, el acceso a los alimentos y, en fin, la cotidianidad.

Las autoridades no solo cometen violaciones a derechos humanos, sino que no pocas veces, las ignoran, opina. “Han decidido ignorar los problemas en cuanto a buscar soluciones definitivas. Venezuela es un país muy mal gestionado. El bienestar de la población está rezagado”, complementa Berríos.

El gobierno de Maduro es miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU hasta 2022. Daniels, entristecido, concluye que el sistema internacional de defensa de esa materia fundamental “le ha fallado a Venezuela”.

Para él, no se justifica que hayan tenido que pasar seis años para confirmar crímenes de lesa humanidad. “Habla mucho de la lentitud del sistema y de lo que ha tenido que esperar Venezuela para llegar al comienzo de otro proceso”.

Berríos, por su parte, se declara pesimista: “la situación va a empeorar, porque la crisis (de derechos humanos) se está arraigando” en el país.