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Castro

Lo que cuenta es lo importante, las sorpresas de la vida, por Armando Martini Pietri

PASÓ LO QUE TENÍA QUE PASAR. Los venezolanos de principios éticos, valores morales y buenas costumbres ciudadanas, de trabajo, sin miedo, con valentía, coraje y voluntad, de diferentes edades, sectores sociales, culturales y económicos, salen a la calle para dejar claro, que deseamos un país a nuestro estilo y a cuyo desarrollo estamos dispuestos entregar nuestros mejores esfuerzos, y que, los decentes y honestos somos más del 90%.

Sin embargo, como sucede en este país de politiqueros y politicastros, no todo va como debería ir, y como en aquella canción, la vida te da sorpresas. 

Majaderos fracasados en la función política de organizar la convivencia, ocupándose de la actividad de una sociedad, compuesta por mujeres y hombres libres, que resuelvan los problemas que plantea la colectividad. Es un quehacer ordenado al bien común. Han sido exitosos en lo que no debería serlo ningún venezolano, en estropearlo todo, descuidando precisar detalles, mientras dedican lo principal de su atención a corruptelas y desfalco. Eso ha pasado en la nación de la cual se adueñaron con mentiras, difundiendo fantasías, falsos patriotismos, atiborrando bolsillos y carteras, saqueando reservas y dineros públicos. Sinvergüenzas adinerados compartiendo el botín producto del pillaje y raterismo con testaferros y cómplices; mientras la miseria no abandona y persiste en el pueblo. Los que vienen, aunque no lo sean del todo, es lo que han aprendido y están listos para sus propias oportunidades. Toda esa larga forma de actuar ha sido la primera sorpresa, el arduo aprender después de los sueños y distorsiones delirantes del no tan eterno comandante.

La segunda sorpresa fue para ellos, pues ni se preocuparon o supieron cómo mantener la capacidad de producción, reproducción de bienes en general y petróleo en particular, creyeron que era una especie de milagro automático, descubriendo que no es así, como que tampoco los gringos son tan lejanos ni pacientes como el fallecido barbudo y anciano cubano creía. ¡Los mitos también mueren!

Los embustes han flotado demasiado tiempo del lado opuesto a los politicastros, con politichicos que interpretan puestos de adversarios cobrando y ganando, se han convencido de que son parte -y en realidad lo han sido- del poder a cambio de conversaciones, diálogos ocultos, pactos secretos. Comprobando que se puede ser opositor sin caer en la pobreza asfixiante de las mayorías que dicen representar. Que han permanecido tiempo hablando pestes de Chávez, Maduro y sus tramoyas después que se dieron cuenta que el comandante eterno andaba en sus propios caminos, sólo se escucharía a sí mismo, quien creía reproducir, a Castro, y no lograrían sacarlo de Miraflores. Para cuando se convencieron, ya no podían saltar impunemente la talanquera -dos o tres se atrevieron- continuaron inventando heroísmos públicos y conversaciones acurrucadas para conservar algo de poder. No han viajado en la clase ejecutiva, pero en los traseros del avión se aguanta hasta llegar a cualquier ciudad del mundo, que es la idea.

Derrotados y desprestigiados por sus actuaciones, pero aferrados al mando, aunque sea en las bodegas, los panzudos politiqueros se habían repartido, las cómodas butacas de una Asamblea Nacional a la cual ya nadie hacía caso porque el policastrismo armado había dejado de lado. Desde sus asientos parecían sentirse poderosos y sacaban cuentas, hasta que le tocó el turno al más joven de ellos. Aceptaron a regaña dientes y resignados, la cuarta pata del pacto, entre bomberos no se pisan la manguera, cayendo en la trampa de su pedantería, la misma en la cual ya antes se habían rendido, los que fueron sus jefes por breve tiempo, empresarios, medios e infaltables intelectuales, cuando confiados que Chávez no era más que un militarote babieco dispuesto a ser dirigido por ellos.

Creyeron que, a falta de los cabecillas presos, inhabilitados o asilados, Juan Guaidó no era más que un joven de casualidad que vigilarían y controlarían mientras Maduro se iba destripando él solito. Juzgaron simplemente que era un fiel y esforzado muchachote de La Guaira útil para salir a patear calles y tragar gas, un modesto politiquillo, que sería otra de sus periqueras políticas de corta y poco impactante duración.

Quieren quedarse a como dé lugar y cualquier costo; sin alternativas ni poder para frenarlo le dieron la presidencia del poder legislativo creyendo sería simple alarde de un joven inexperto, sin cartera propia y dispuesto a seguir instrucciones. Pero la ciudadanía y otros anónimos -tema de otras entregas-, pensaron diferente, ratificaron e incluso ampliaron y dieron soporte al mandato popular, conscientes de que el cambio es exigente y complejo para conducir. Deshacerse de patibularios, hacer los ajustes necesarios, que no son pocos, enmarañados como la burocracia, industria petrolera y militares ¿qué se hace con un ejército contaminado de sangre, violencia, injusticia, centenares de generales y almirantes? Eso lleva mucho tiempo, esfuerzo y riesgo.

Lo que importa no son las palabrejas habituales ni los afanes de politiqueros financiados por bolichicos y deshonestos solicitados por la justicia internacional, que buscan desesperados conservar privilegios cuando aterrados, observan, como florecen moceríos y una renovadora clase dirigente. Mientras el momento se encarga y transcurre, menos tiempo y credibilidad le queda a esos envejecidos -aunque algunos sean o parezcan jóvenes- dirigentes, atosigados de mentiras y fracasos de años.

Ése es el cambio que de verdad se está produciendo, el que interesa. Porque, como en tiempos no tan lejanos exclamaban los argentinos, “¡que se vayan todos!” pero generalizar siempre es malo y se corre el riesgo de equivocarse, diríamos entonces, casi todos. ¡Vamos Venezuela!

 

@ArmandoMartini 

Miguel Díaz-Canel es elegido nuevo presidente de Cuba en sustitución de Raúl Castro

 

Miguel Díaz-Canel, hasta ahora primer vicepresidente del Gobierno, fue elegido hoy presidente de Cuba por la Asamblea Nacional de la isla en sustitución del general Raúl Castro, quien se retira del poder tras doce años al frente del país.

El nuevo mandatario fue ratificado con el 99,83 por ciento de los votos de la Asamblea Nacional del Poder Popular, según los datos ofrecidos ante la cámara por la presidenta de la Comisión Electoral Nacional, Alina Balseiro.

Díaz-Canel es formalmente propuesto para suceder a Castro

 

 

Los diputados cubanos nominaron formalmente el miércoles al ingeniero Miguel Díaz-Canel para suceder al actual presidente Raúl Castro.

Los más de 600 parlamentarios reunidos desde la mañana del miércoles deberán ahora votar por la candidatura presentada, pero se espera que sea finalmente aprobado en pocas horas.

Para acompañar a la candidatura de Díaz-Canel, de 57 años y actual primer vicepresidente, irá el líder histórico sindical Salvador Valdés.

Será la primera vez en más de cinco décadas que la máxima dirigencia no estará liderada por una persona de apellido Castro, luego de que en 1959 triunfara la revolución de los hermanos Fidel y Raúl.

La tarea de los parlamentarios es conformar un Consejo de Estado cuyo presidente –en este caso el nominado es Díaz-Canel– es el mandatario del país, pero según la Constitución estará acompañado por un primer vicepresidente, cinco vicepresidentes, un secretario y 23 miembros.

La ceremonia comenzó luego de que Castro y Díaz-Canel, ingeniero de formación, ingresaran a la sala del capitalino Palacio de las Convenciones.

En las candidaturas para vicepresidentes sobresalen dirigentes de varias generaciones como el comandante Ramiro Valdés, de 85 años, un histórico revolucionario y Roberto Morales el ministro de Salud de 50 años.

En paralelo, los diputados despejaron otra incógnita: Raúl Castro participará ni siquiera como miembro del Consejo de Estado, por lo que solo quedará como primer secretario del poderoso Partido Comunista. Aunque Castro dejó el ejecutivo, su peso histórico será un factor político importante en las decisiones que el gobierno de su sucesor tome en los próximos años

La ceremonia comenzó en la mañana con la instalación del Parlamento y la toma de juramento a los diputados.

Sus votos son secretos y se considera que reflejan la voluntad de la alta dirección del país luego de un complejo proceso de varios meses que comenzó con elecciones de base en cada cuadra, pues no existen los partidos políticos y el comunista no presenta candidatos propios.

El diario del Partido Comunista, Granma, explicó que los principales eventos de la Asamblea se transmitirán el vivo, incluida la votación para el Consejo de Estado.

El nuevo presidente sustituirá a Castro, quien dejará el puesto tras dos mandatos de cinco años. Su hermano Fidel ocupó el cargo de primer ministro y presidente de la isla desde 1959 hasta que cayó enfermo en 2006.

Aunque Osvaldo Dorticos fue presidente de Cuba durante la época de Fidel Castro como primer ministro, se le consideraba una figura de menor relevancia al lado del hombre que lideró la revolución y forjó su sistema socialista unipartidista.

Díaz-Canel, considerado desde hace mucho tiempo como el favorito para reemplazar a Castro, tuvo varias apariciones de alto perfil en la televisión estatal en los últimos días que reforzaron esa impresión.

Sin embargo, la Constitución de Cuba permite que cualquier miembro de la legislatura de 605 escaños pueda ser elegido jefe del Consejo de Estado.

Y la culpa es de…   Por Carolina Jaimes Branger

Fidel-Castro

“Errar es de humanos. Echarle la culpa a otro, es política”. Esta máxima de Hubert Humphrey identifica perfectamente al gobierno venezolano. Es cierto que muchos gobiernos usan la táctica de culpar a otros de sus fallas o fracasos, pero al venezolano se le pasó la mano. Por largo, por ancho y por profundo. Sin embargo, no extraña, si tomamos en cuenta que el modelo a seguir es el cubano. Los hermanos Castro llevan casi sesenta años culpando al bloqueo estadounidense de todo lo malo que sucede en la isla. Estoy segura de que si no hubiera habido el bloqueo americano, los cubanos hubieran buscado otro culpable, como suele suceder en los regímenes fascistas.

Hitler, uno de los mayores carniceros de la Humanidad, xenófobo, sociópata y antisemita a ultranza, culpó a los judíos de todos los males que sucedían en Alemania para “justificar” así su exterminio. La tragedia sigue siendo no sólo el Holocausto, sino también la actitud del pueblo alemán, que en su mayoría miró para otro lado y sólo unos pocos arriesgaron sus vidas para salvar las de las víctimas del odio de Adolf Hitler. Según los principios de su jefe de propaganda, Joseph Goebbels, había que deshumanizar al contrario, porque al quitarle su cualidad humana es más fácil exterminarlo: algo así como “las cucarachas son seres despreciables, por lo tanto hay que matarlas; los judíos son cucarachas, ergo…”.

El miedo es la primera emoción que sentimos, tan pronto dejamos el claustro materno. Salir de un ambiente donde todo está resuelto y controlado para entrar en otro, donde por el contrario todo es incierto y desconocido, nos llena de miedo. Y como un reflejo ante ese miedo, nos volvemos controladores: tratamos de controlar para sentirnos seguros. Cuando el bebé se da cuenta de que su madre viene cuando él llora, llorará cada vez que quiere que ella venga, para controlarla y apaciguar así su miedo. Y una manera de controlar que persiste en los seres humanos hasta el término de sus vidas, una manera primitiva e inmadura, es culpar a los otros de los propios errores.

Martha Nussbaum, Distinguida Profesora de Leyes y Ética en la Universidad de Chicago, ha escrito mucho sobre el uso de la culpa en política: “la culpa dirigida por el miedo proporciona la ilusión de control sin enfrentar y resolver el problema subyacente, y es una fuente de gran peligro, ya que puede conducir a la deshumanización e incluso a la violencia”.

Las sanciones que el gobierno norteamericano ha impuesto –y por lo visto, seguirá imponiendo- a conspicuos personajes del gobierno venezolano, son ahora “el bloqueo” (¡qué poco originales!). “El bloqueo” es culpable de todo lo malo que ha pasado en este país desde 1999. De todo lo que culparon a “la oposición apátrida”, a las iguanas, a las ratas, a Henrique, a Leopoldo, ahora tiene un nuevo causante: “Trum”. Aquí llevamos más de dos años con una inflación galopante y una escasez progresiva, pero con unas sanciones de una semana de edad, ahora la culpa es de “Trum”. La crisis de medicamentos, de más tiempo aún que la de alimentos, es culpa de “Trum”. Los raspados de olla son culpa de “Trum”. La inseguridad es culpa de “Trum”. Seguramente el narcotráfico y el terrorismo también lo son. Y así, todos los males que nos aquejan y que son única y exclusiva culpa del nefasto régimen que nos gobierna.

Es fácil perder las esperanzas y las perspectivas cuando se ha errado como el gobierno chavista ha errado. Y ese error se convierte en fracaso cuando se empieza a culpar a otros de las propias fallas y no se hace nada por remediarlas. Señores, tomen nota…

 

@cjaimesb

Asdrúbal Aguiar Jun 25, 2017 | Actualizado hace 7 años
Vete, Satán, por Asdrúbal Aguiar

Castro-Maduro

En mi precedente columna: “IDEA y la OEA, ante una amenaza de la historia” hablo de la misma historia para traer hasta el presente lo fatalmente olvidado por las generaciones del presente, a saber, la denuncia que hace el presidente Rómulo Betancourt en 1964, para dar cuenta de la voraz maldad, de la soberbia codicia del régimen cubano de los Castro. Desde entonces medra éste interesado en la conquista de Venezuela, y la logra. Busca desde entonces sujetarla como perro de presa y disponerla a su servicio, a la manera de un puente, para expandir, usando de su petróleo y dineros, la revolución marxista y divisora de voluntades que cubre a buena parte del continente después de 1999.

Desde México, los ex Jefes de Estado y de Gobierno de Iniciativa Democrática de España y las Américas subrayan lo más penoso y obligante en el caso venezolano, a saber, que tras el remozado y engañoso molde Castro-cubano con su pórtico socialista del siglo XXI, emerge ahora su esencia, el constructo, que no es otra cosa que una suerte de perro de Hades, un Can Cerbero que cuida con sus tres cabezas las puertas del infierno venezolano, víctima de secuestro por el narcotráfico, y en lo adelante con su nuevo adefesio, la narco-para-constituyente.

Cerbero ayer se ocupa de las puertas del inframundo griego para que los muertos no salgan y los vivos no entren. Hoy lo hace para impedir que, en el inframundo de Venezuela, ni los dueños ni los beneficiarios directos o indirectos del cártel que conducen Nicolás Maduro, sus ministros, sus jueces, sus rectoras electorales, puedan abandonarlo una vez llegados al hartazgo, y para evitar que los denunciantes de sus muchos crímenes de lesa humanidad, anunciadores de un tiempo de civilidad distinto de la barbarie, puedan romper con sus luces el círculo de oscuridad dominante.

Ese Can Cerbero, sin lugar a dudas y sin dudas de ningún género o especie, es la para-constituyente imaginada por esa triple alianza, el eje La Habana-Caracas-Bogotá, con la que intentan blindar de un modo definitivo y bajo desesperación el negocio del mal que los ata; para alejar todo peligro que los amenace hacia el porvenir, como el que le significa antes la derrota de los acuerdos envenenados de las FARC – orientados a asegurar el dominio final del narcotráfico sobre la política en la patria de Santander, centro de producción – y el que le significa, en la hora actual, la desestabilización de su centro de gestión y distribución más importante, sito en la patria de Bolívar y fuente de estabilidad para el taimado gobierno cubano.

No por azar Maduro, a quien algunos de sus observadores tachan de torpe y por su proverbial incultura, afirma, sin ocultar su hilaridad, que los puntos cardinales son cinco.

¡Y es que a los cuatro conocidos – el norte o la ayuda humanitaria de las víctimas del hambre, el sur o la libertad de los presos políticos, el este o el respeto a la voluntad popular sita en la Asamblea Nacional, y el oeste o las elecciones generales como destino para la renovación de la vida democrática en el país – le agrega a propósito ese cardinal quinto dominante, su narco-para-constituyente!

¡Y es que cree, él mismo, a pie juntillas, que de lograrla e instalarla, e imponerla contando con la fuerza de la violencia sistemática y generalizada que ejerce con sus “tonton macoute” – guardias nacionales y paramilitares – todo lo prometido en la espuria mesa de diálogo que regentaran Zapatero y Samper, y que da lugar al reclamo severo del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Papa Francisco, será pronto letra muerta, cosa del pasado, olvidada!

La narco-para constituyente es la asamblea de accionistas del cártel de Maduro. Y ella purgara a los suyos, a quienes les pierda la confianza, incluidos quienes se le opongan, señalándoles a todos de “enemigos del pueblo”, como ocurriera en la extinta Unión Soviética; les llevará a manicomios como lo pide Pedro Carreño y lo practicara la República Federativa Socialista de Yugoeslavia. No habrá más presos políticos y tampoco necesitados de ayuda humanitaria, pues los políticos y quienes protesten por sufrir de hambre o carecer de medicinas, serán declarados judicialmente dementes.

No habrá, pues, necesidad de diputados y tampoco de un Ministerio Público. Y las elecciones, por burguesas y antiguallas representativas, quedaran como cuestión superada. El orden será otro, muy distinto, si lo logran.

Nadie recordará los diálogos que nos trajesen hasta este punto ominoso y de no retorno. Los arrepentidos serán sumados a la legión de inhábiles, a esa lista de muertos civiles que se inaugura con las listas de Chávez y nuestros inhabilitados opositores. Y de la MUD no habrá restos, pues se ha iniciado ya su cadalso con el carcelazo preventivo del que sabe bien de matemáticas electorales, por ende, peligroso para el Estado narco-para-constituyente en cierne, Roberto Picón.

Hay al acecho una fecha mefistofélica, el 30 de julio, y un mal absoluto cuyas tinieblas y ciénagas, con sus decenas de muertos y miles de víctimas horadadas en su integridad o privadas de libertad, comprimen los espacios del inframundo madurista. Ojalá llegue a tiempo un exorcista, que sea sensible a la bondad hecha futuro, la de nuestros jóvenes protestatarios quienes ofrendan su vida en holocausto.

Es casualidad o un signo providencial que el Vaticano, al apenas iniciarse la tragedia de Venezuela y para América Latina, en 1999, haya hecho imprimir en cuero rojo y presente actualizado el Manual del Exorcista. Tiene apenas 84 páginas. Contiene un rito lapidario que inicia y concluye lapidariamente: “Satán, te ordeno….Vete, Satán”.

correoaustral@gmail.com  

Hierve la sangre en las venas de los venezolanos, por Asdrúbal Aguiar

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Han pasado 207 años desde cuando los venezolanos damos nuestro primer paso formal hacia la Independencia, el 19 de abril de 1810, y para la forja de una identidad nacional propia, hecha de sangres que se cruzan sin cesar y nutren de sus culturas raizales respectivas – indígena, hispana, africana – hasta alcanzar, lo dice Vasconcelos, su actual mestizaje cósmico.

Pero se trata de dos centurias y algo más en las que, entre avances y retrocesos, hipotecados por el Mito de Sísifo, seguimos en el empeño de hacer cristalizar nuestra libertad en procesos que se nos hacen inacabados y de final incierto.

Nunca antes como ahora y otra vez ese desafío adquiere tono agonal, porque nunca antes como esta vez nos hemos visto los venezolanos secuestrados por la felonía y la barbarie instalada en el Estado.

Es como si el espíritu de José Tomás Boves se hubiese metido en el alma de algunos hijos de nuestra misma tierra, empeñados a sangre y fuego en preservarse como centuriones, esta vez, de un régimen inmoral extranjero – el de la Cuba de los Castro – que viola el cuerpo de nuestra madre patria, hasta hollarlo y mancillarlo cabalmente.

De modo que la reacción popular virulenta e in crescendo que hoy tiene lugar contra el narco-régimen militarista y primitivo que conducen Nicolás Maduro y sus áulicos – suerte de sociedad de criminales que escapa a los moldes de nobleza que forman a las repúblicas – encontrará otro hito de importancia crucial, este miércoles, 19 de abril de 2017.

Nadie alberga dudas sobre el desafío monumental que tienen en sus manos los actores fundamentales de nuestra empresa democratizadora, los de adentro y los de afuera. Pero así mismo, ambos no han de dudar del compromiso que asumen con las mayorías que son víctimas actuales de la represión humanitaria y les vigilan desde sus trincheras de lucha. No hay más espacio, cabe decirlo, para las debilidades; para las transacciones espurias; para la confusión interesada de lo que no es confundible, a saber, la naturaleza genocida de quienes, tras disimulos ideológicos como ese del socialismo del siglo XXI, han optado por preservar su poder al costo que sea, para seguir usándolo como madriguera de delitos que claman al cielo: el narcotráfico, el terrorismo, el lavado de dineros ensangrentados, los asesinatos, los encarcelamientos y torturas de quienes se les oponen, y párese de contar. ¡El costo de salida lo han elevado Maduro y sus compinches hasta niveles  siderales y de suyo impagables!

Especular acerca de los escenarios posibles, probables, inmediatos, que seguirán a esta hora de desenlaces en la trama de la tragedia que vive Venezuela, es tanto como navegar sin vela ni destino. Pero los ejercicios ayudan para obviar las sorpresas y minimizar los riesgos.

El Urogallo, el Taita, se inmola en su tiempo, en 1814, como lo pretende Diosdado Cabello, el más comprometido dentro de la dictadura por sus sevicias contra el pueblo venezolano y no solo por ser el ícono de la narco-podredumbre que nos contamina como nación y deja a la vera, cada año, más de 28.000 asesinatos. Aquél topa con Urica y allí deja su fama de bestia a caballo, a 56 km de El Furrial.

Maduro y su vicepresidente, entre tanto, sufren de dislocación intelectual. Ni siquiera los incidentes de Villa Rosa y San Félix les previenen sobre el infierno que les espera y alimentan. Por iletrados desconocen la historia de Robespierre.

La gente, no obstante, en su sabiduría y paciencia infinita, sigue en procura de un desenlace pacífico, que intuye a la vuelta. No lo visualiza con claridad, pero lo hace y cuece a fuerza de constancia y protestas cada día. Espera acaso, guiado por el optimismo de su voluntad, se le permita volver a las urnas, para que el país no se llene de urnas. Cambia votos por balas. Pero ni Maduro ni sus socios parecen entenderlo. Ofrecen nuevos maquillajes a través de los Zapatero, los Fernández y los Torrijos.

La república está destruida. La sociedad es colcha de retazos, pero está unida en su indignación. Y antes o después, lo sabe ésta, logrará unas elecciones generales. Sabe, por experiencia, que de nada sirven las guarimbas parlamentarias, ni las gobernaciones, ni las alcaldías, mientras el crimen conserve su control desde el Palacio de Miraflores. Habrían de saberlo quienes fueran electos diputados con poder calificado el 6 de diciembre de 2015 y luego descubren que no tienen más influencia que una junta de vecinos. Lo sabe mi amigo, Antonio Ledezma, electo Alcalde Mayor de nuestra capital y quien se descubre, días después, desnudo y sin palacio, ahora puesto tras las rejas por el dictador que estira y dilapida el tiempo como si le sobrase a él y su consorte.

Las horas son magras y el vértigo empuja. Nuestros marchantes parece haber leído, para este 19 de abril, la enseñanza de 1810, constante en la Gazeta de Caracas: “Si hay tranquilidad y sangre fría – y se pierde el calor en las venas – a la hora de defender la patria y sostener los derechos del hombre, apenas habrá frenesí revolucionario antes de que llegue el letargo bajo el sable del despotismo militar”. No hay otro camino, pues, que el de la libertad.

correoaustral@gmail.com  

 

 

El antimilitarismo llegó a los altares por Ángel Oropeza

 anti,militarismo

Lo militar tiene que ver fundamentalmente con la defensa de la soberanía y la integridad territorial de un país. Esta es una función no solo importante para cualquier nación, sino merecedora de toda consideración y respeto. El militarismo, que suena parecido pero no lo es, constituye por el contrario una auténtica perversión social, generadora de repulsión y condena por sus efectos catastróficos sobre cualquier sociedad.

El militarismo es un fenómeno frecuente en países del Tercer Mundo, y es uno de los síntomas típicos del subdesarrollo político de una sociedad. Y esto es así porque en las sociedades modernas, a diferencia de los países más primitivos, nadie discute que las fuerzas militares tienen que estar sometidas al poder civil.

El militarismo tiene dos facetas principales: por un lado, se entiende como la intrusión indebida y abusiva de las fuerzas armadas, o de sus miembros, en la conducción del Estado. Un país preso del militarismo es uno donde la población es convencida de que “lo militar” es la esencia misma del Estado, que la fuerza armada tiene el derecho de tutelar el mundo civil, y por ende entrega a los militares el poder de decidir sobre el destino de los demás. En una palabra, es una corrupción del modo militar de actuar en una sociedad.

La segunda faceta es igualmente perversa, porque supone la imposición a la sociedad de los códigos, lenguaje y formas de comportamiento castrenses, donde estos resultan no solo extraños sino inaplicables. En los cuarteles, la vida está signada por necesarias relaciones jerárquicas de obediencia y mando. Fuera de ellos, en el mundo civil, la convivencia social está caracterizada –y no puede ser de otra manera– por la discrepancia de opiniones y por la heterogeneidad de criterios entre personas iguales. Imponerle entonces los códigos y maneras de actuar y pensar castrenses a esta complejidad social es tan contranatura que solo puede hacerse a través de la represión de unos y la sumisión de otros.

En América Latina, el militarismo se ha expresado en gobiernos de distinto signo ideológico: Trujillo, Batista, Stroessner, Pérez Jiménez, Somoza, Perón, Duvalier, Velasco, Rojas, Torrijos, Castro, Pinochet, son todos ejemplos de esta perversión militarista. Los últimos ejemplos que registra la literatura ocurren en nuestro país, con Chávez y Maduro como lamentables referencias.

Esta semana, específicamente el día 24 de marzo, se cumplen 35 años del asesinato de un valiente sacerdote, arzobispo de San Salvador, quien se enfrentó con fuerza esta enfermedad del militarismo: Oscar Arnulfo Romero. A la edad de 62 años, y mientras oficiaba una misa en el Hospital de la Divina Providencia, fue ejecutado por un francotirador al servicio de los violentos de su país. El día anterior a su asesinato, durante la homilía dominical en la Catedral de San Salvador, Romero había lanzado una hermosa y contundente proclama antimilitarista, que hoy sigue resonando en nuestro continente, con una vigencia que nos toca muy de cerca:

“Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del Ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles: hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: ‘No matar’. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado… En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!”.

El 3 de febrero pasado, el papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que proclama a monseñor Romero “mártir de la Iglesia”. La ceremonia de beatificación se llevará a cabo en San Salvador el próximo 23 de mayo. El antimilitarismo latinoamericano acaba de llegar a los altares.

@AngelOropeza182

El Nacional

Desembarco en el Malecón apunta directo al Kremlin por Víctor Suárez

4.1.1

 

Lo que planteó el presidente Obama y va a llevar a cabo el gobierno de EEUU en el corto plazo, luego de los acuerdos con las autoridades cubanas, no es poca cosa. Su alcance es transcontinental. Influye en todos los estamentos cubanos, en el resto de América Latina y en las instituciones estadounidenses, pero también incide en la geopolítica de Rusia.

En el mar de la felicidad, el presidente Raúl Castro está ocultando a sus gobernados los alcances de las medidas unilaterales que pondrá en práctica EEUU (algunas, como el cese del embargo, deberán ser aprobadas por el Congreso) en favor de la democracia y los derechos humanos en Cuba, conjuntamente con la sociedad civil de la isla caribeña. Castro Segundo no ha informado fehacientemente las medidas consonantes que deberá adoptar su gobierno en lo sucesivo, que no solo se refieren a la liberación del empresario Alan Gross, de un oficial de inteligencia estadounidense sin nombre a cambio de tres espías del Grupo Avispa y de 53 opositores encarcelados, ni del restablecimiento de relaciones diplomáticas, o a la «convivencia civilizada de las diferencias».

Tres jugadas simultáneas: apertura con Cuba, apretón de tuerca al gobierno venezolano a través de sanciones a medio centenar de violadores de los derechos humanos y, mucho más importante, endurecimiento de las sanciones económicas y comerciales a Rusia. Todas se encuentran en proceso. La ampliación de la tercera, incluso militares, dependerá de nuevas posturas de Putin sobre Crimea y Ucrania.

El documento publicado por la Casa Blanca (en su letra, en sus intenciones, en su horizonte, resumidos por Obama en su discurso del miércoles 17), que reconoce errores en la política de EEUU con respecto a Cuba, no puede ser entendido como capitulación alguna, sino, más bien, como reafirmación de la Carta Democrática Interamericana y el deseo implícito de ayudar a sacar a 11 millones de cubanos de la miseria, el atraso y la sumisión a que han sido conducidos por un régimen que no ha cosechado otra cosa que fracasos durante más de cinco décadas. La letra pequeña de este edicto diplomático y político debería hacer reflexionar a las extremas oposiciones internas y externas, que a primeras de cambio le han tildado de traidor (los más agresivos) y de Pato Cojo (los más elegantes dicen Lame Duck), sin atender a la oleada de alivio y esperanza que ha producido en la atormentada sociedad cubana. Ni aviones ni cañoneras. El desembarco en el Malecón de La Habana comenzó a producirse bajo la forma de la solidaridad y la apertura, pero la artillería apunta directamente al Kremlin.

Tres jugadas simultáneas: apertura con Cuba, apretón de tuerca al gobierno venezolano a través de sanciones a medio centenar de violadores de los derechos humanos y, mucho más importante, endurecimiento de las sanciones económicas y comerciales a Rusia. Todas se encuentran en proceso. La ampliación de la tercera, incluso militares, dependerá de nuevas posturas de Putin sobre Crimea y Ucrania.

EL TABLERO NO ESTÁ IGUALITO

Esos prismáticos tienen tres visores. De cerca: las noventa millas desde Cayo Hueso; visión media: Oriente Medio y el Cáucaso; lontananza: Rusia. El presidente Putin, en su décima rueda de prensa anual, ayer jueves 18 en Moscú ante 1.259 periodistas, no mencionó el sorpresivo caso del antiguo protectorado soviético, sino que se afanó en denunciar los daños que las sanciones de EEUU y la Unión Europea están ocasionando a la economía de su país, donde la moneda local se desploma y su petróleo se vende, si lo vende, a 40% de su precio de hace unos meses. Le Monde relata a un Moscú bajo embargo como si se tratara de una réplica de la gran hambruna estalinista de 1932-33 (Roquefort, niet. La tomate italienne, le saumon norvégien, l’artichaut français, aussi, ont disparu, remplacés par d’autres produits venus de Turquie, d’Afrique du Sud ou d’Argentine). La inflación, la fuga de inversores, la caída del consumo, el creciente desempleo, la escalada de precios (Apple, Samsung, Ikea y muchas otras empresas que dependen de divisas extranjeras suspenden las ventas), Putin los atribuye a «factores externos» y reconoce que su gobierno no ha diversificado suficientemente la economía y sigue siendo dependiente de las exportaciones de hidrocarburos (68% del volumen total en 2013 fue al mercado internacional). «Están tendiendo un nuevo Muro de Berlín, pero ahora es un Muro Virtual», dijo desde su Kremlin, como si aquel muro no lo hubiera construido la desaparecida RDA a instancias de la antigua URSS.

Las sanciones comenzaron en julio pasado contra las mayores empresas estatales e individualidades afectas al régimen (la petrolera Rosneft, en proceso de privatización violenta; los grandes bancos VEB, VTB, Sberbank y Gazprombank, algunos de los cuales han visto huir a sus socios extranjeros; los fabricantes de armas, que son los de mayor crecimiento mundial). En el ministerio de Finanzas estimaron las pérdidas iniciales en 40 mil millones de dólares. El capital europeo y estadounidense le está vedado a Rusia.

¿Qué piensan los rusos? Cuando fui a Moscú en verano de 1985, el gobierno de Mijaíl Gorbachov había anunciado alzas de precios en algunos productos esenciales, entre ellos el vodka y el pan. Las colas eran impresionantes. Miles de jubiladas y jubilados acampaban delante de los comercios antes del amanecer, justo cuando iba a dormir la juma de ayer, como dice el canto original del cubano Compay Segundo. Las colas en las licorerías duplicaban las de los fiambres. Un músico barbudo que llenaba el estuche de su contrabajo con botillería de la fulminante Stolichnaya, me pidió que le ayudara a sostener su contenedor. No había embargo. Mucho peor. El socialismo real estaba comenzando su implosión, como efectivamente sucedió seis años después. En 1998 Rusia debió enfrentar las consecuencias de cesación de pagos de su deuda externa. Una década más tarde también debió lidiar con una recesión que fue planetaria y no exclusiva. Hoy nuevamente la Federación Rusa enfrenta dificultades. Según el instituto de medición y análisis Fundación de Opinión Pública (FOM), la mayoría de los rusos (70%) están convencidos de que las sanciones occidentales afectan la economía nacional, y que solamente 13% cree que no. 54% reconoce que les ha afectado personalmente.

Pero los medios progubernamentales difunden que Putin está ganándole el pulso a Obama, adornándole con que la revista Forbes le ha proclamado Hombre del Año por segunda vez consecutiva. Por ejemplo, Russia Beyond The Headlines adula: «Hay 7.200 millones de personas en el mundo, pero los EEUU solo temen a un hombre: Vladimir Putin. Eso es porque, en prácticamente todos los frentes de la nueva guerra fría, el presidente ruso está ganando por goleada el desafío colectivo de Occidente». Ofrece un tablero de posiciones, según el escenario del conflicto, al estilo Serie Mundial de béisbol.

Siria: Putin-1, Obama-0
Crimea: Putin-1, Obama-0
Ucrania: Putin-1, Obama-0
Gasoductos: Putin-2, Obama-0
Forbes: Putin-2, Obama-0

Rusia responde a las sanciones. En agosto decretó un embargo alimentario contra la Unión Europea, EEUU, Australia y Noruega. Nada de frutas, legumbres, pescado, leche, carne de cerdos, bovinos y aves. Apenas 17% de las personas encuestadas por la FOM considera que esas contra-sanciones han afectado «de manera mínima» a sus destinatarios.

Rusia se va al foso. Putin aseguró ayer jueves que la economía se recuperará en dos años, pero su ministerio de Finanzas pronostica que la desaceleración aparecerá el próximo año en un nivel de menos 3.5%-4% si el barril de petróleo cayese a 60 dólares, cosa que ya ha ocurrido. Con todo, Rusia no pretende «de ningún modo» romper relaciones con Europa y Estados Unidos, aunque igualmente «restableceremos y ampliaremos nuestras relaciones con el continente sudamericano y continuaremos nuestra cooperación con África y con los países de Oriente Próximo».

NEGOCIOS LATINOS

Desde hace años EEUU ha estado relamiéndose la pérdida de poder e influencia en América Latina y el Caribe. El presidente Kennedy se encolerizó cuando México no rompió relaciones con Cuba en el momento de su expulsión de la OEA en 1962 y se convirtió en único puente aéreo con tierra firme americana, así como el generalísimo Francisco Franco se engallegó cuando el presidente Lázaro Cárdenas acogió a la República Española en el exilio en 1939. En el Chile de Allende la CIA y la IT&T le ganaron al G2 a costa de 16 años de dictadura pinochetista. En Perú perdió ante el nacionalismo de Velasco Alvarado. En Panamá hubo de ceder el Canal. A Dominicana se la entregaron a Joaquín Balaguer. A Grenada la invadieron. Y así les iba, dicen que fue a la cañona, Anacaona. La juntilla Castro-Chávez le puso la papa aún más dura. Con el ALBA, con Petrocaribe, con el petróleo como moneda de alta fidelidad. Más tarde con Mercosur, Celac, Unasur. EEUU termina rezagado, refugiado en su norte encogido.

Mientras, Rusia acelera este año su política de pastoreo en terreno latinoamericano. También China. Pero de rusos es este cuento chino. En julio pasado Putin pasó seis días felices en América Latina. Al volver a Moscú declaró: Rusia debe “recuperar su presencia en esta región del mundo extremadamente interesante y llena de perspectivas”.

Primera escala, Cuba: Condonación del 90% de la deuda contraída con la URSS, estimada en 31.700 millones de dólares. El resto será pagado en 10 años, pero reinvertible en la isla. Participación en la Zona Económica Especial de Mariel, investigación en la plataforma petrolífera colindante con el Golfo de México, construcción de una central hidroeléctrica y provisión de equipos de transporte. Presunta reactivación (el diario inglés The Guardian dice) de la base militar Lourdes, que los soviéticos utilizaron durante 40 años para interceptar las comunicaciones de radio y telefonía de Estados Unidos.
Nicaragua: Suministro de trigo, maquinaria agrícola, estación terrestre del sistema de geolocalización por satélite Glonass (el GPS ruso), colaboración en la construcción del proyectado Gran Canal Interoceánico, alternativo al Canal de Panamá.
Argentina: Firma de proyectos conjuntos en energía, transporte, aviación civil, sanidad, utilización del espacio con fines pacíficos. Acuerdos en los sectores de la energía nuclear, jurisprudencia y comunicaciones.
Ultima escala, Brasil: Con la excusa de que Brasil entregaba a Rusia la sede del próximo Mundial de Fútbol en 2018 y la realización de la VI Cumbre de los países del bloque denominado BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), fueron firmados acuerdos en energía, aviación, cooperación técnica militar y aduanera, así como un memorándum sobre el sistema satelital Glonass.
En Brasil, Putin también se reunió con los presidentes de 11 países sudamericanos. Con tres de ellos (Nicolás Maduro, Venezuela; José Mujica, Uruguay; y Evo Morales, Bolivia), selló negociaciones bilaterales.
El Pentágono quedó perplejo ante los resultados de ese despliegue relámpago. El Eje Bolivariano recibió contraprestaciones por los favores concedidos. De los once países que votaron contra la resolución de la ONU que declaraba ilegal el referéndum sobre la anexión de Crimea en marzo de este año, cuatro fueron latinoamericanos: Bolivia, Venezuela, Cuba y Nicaragua. Argentina, Brasil, Uruguay y Ecuador se abstuvieron. La resolución fue aprobada, sin embargo.

APORTE VENEZOLANO

Rusia es el segundo gran vendedor de armas, con 27% de la torta mundial, solo superado por EEUU, que detenta 29%. En Latinoamérica, Venezuela es gran cliente. Vasili Brovko, gerente de comunicaciones del consorcio ruso Rostec, productor de armamento, apuntó a principios de año que mantenía contratos con Venezuela por 12.000 millones de dólares. “Son aviones, helicópteros, sistemas de defensa antiaérea, coches Lada, camiones Kamaz y, en general, un gran abanico de productos”, divulgó la agencia EFE.
En materia energética, las cajas registradoras rusas tintinean a toda vela. En mayo la petrolera Rosneft firmó un contrato con Pdvsa en el que se comprometió a adelantar 2.000 millones de dólares a cambio del suministro de 1,6 millones de toneladas de petróleo y 7,5 millones de toneladas de derivados en los próximos cinco años. Rosneft y Pdvsa trabajan en cinco proyectos conjuntos de extracción de crudo.

EL CAMBIO LO HARAN LOS CUBANOS

Las avanzadas rusas en territorio latinoamericano son las que intentaría detener o neutralizar el presidente Obama con su apertura hacia Cuba y probables eventos sucedáneos. Una carambola a tres o cuatro bandas. Algunos analistas creen que ha llegado tarde. Aaron Klein, corresponsal de The Jerusalem Post y presentador de programas de radio en Nueva York (Aaron Klein Investigative Radio, AM 970 The Answer), considera que el presidente Obama ha demostrado ser un negociador tan débil que no hay garantía de que, al igual que con Rusia e Irán, Cuba simplemente archivará las concesiones y seguirá trabajando contra EEUU como siempre lo ha hecho. La casi totalidad de la oposición interna y la mayamera de primera generación se han mostrado contraria. Algunos políticos republicanos y demócratas que tienen en el estado de Florida su base de apoyo electoral, han manifestado que boicotearán en el Congreso las peticiones de Obama para levantar el embargo y financiar un programa de reconciliación.

Eliécer Ávila, aquel jovencito estudiante de Ingeniería Informática que en 2008 encaró y puso en ridículo públicamente al hasta entonces poderoso presidente de la Asamblea Nacional cubana Ricardo Alarcón, no es tan pesimista. Cuando lo entrevisté en Madrid el año pasado para la columna Inside Telecom que me publicó durante 18 años el diario El Universal de Caracas, se estaba fogueando como político promisor. En mayo de este año anunció su movimiento Somos + (somosmascuba.wordpress.com), al igual que la bloguera Yoany Sánchez tiene su 14ymedio.com. Hoy viernes 19 en la mañana vi a Eliécer en Televisión Española declarando desde La Habana, sin odios, sin rencores, divisando nuevas posibilidades en el próximo devenir: «El cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba era necesario y útil aunque no haya ocurrido con todas las garantías que muchos hubiéramos querido. El gabinete de Obama no actuó a la ligera, sino que hizo un riguroso análisis y llegó a las mismas conclusiones que hemos estado planteando muchos de los actores de la sociedad civil en Cuba y el pueblo en general, del que siempre formaremos parte».
Y concluye: «Hoy tenemos el camino más despejado para centrarnos en los temas que nos interesa promover y desarrollar. La política de EEUU nunca favoreció moralmente a la sociedad civil ni a la oposición. El Gobierno (cubano) logrará salirse con la suya solo si logra ubicar a las fuerzas vivas de la sociedad civil como empecinados obstaculizadores del progreso y el bienestar, aprovechando el limitado criterio que tiene la mayoría de los cubanos sobre el significado de esas dos metas. Ese es un lujo que no le podemos permitir».

No he escuchado aún alguna relación entre el caso Obama-La Habana y el caso Obama-Moscú. Y mucho menos que el sexto juego de esa Serie Mundial podría quedar así:
Cuba: Castro-0, Obama-1. Quizá se lo lea a Moisés Naím.

v.suarez.jimenez@gmail.com