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Informe Otálvora: EEUU impacta fuentes de financiamiento de gobierno Maduro

 

John Bolton, asesor de Seguridad Nacional del Gobierno Trump. FOTO: EFE

EL GOBIERNO DE DONALD TRUMP ESTÁ UNIFICANDO SU VISIÓN y sus orientaciones de política exterior hacia los regímenes de Cuba, Venezuala y Nicaragua. Lo que hasta ahora eran susurros en Washington  finalmente quedó patente en un muy publicitado discurso que el asesor de Seguridad Nacional de EEUU, John Bolton, ofreció desde la “Torre de la Libertad” en Miami el 01NOV18.

En su discurso escrito, Bolton se refirió a una “troika de la tiranía” y a un “triángulo de terror” para referirse a la dictadura cubana y sus ramificaciones en Venezuela y Nicaragua. Los gobiernos de Miguel Díaz-Canel (“fachada de un nuevo mascarón”),  Nicolás Maduro y Daniel Ortega actuan en conjunto, son dictatoriales y representan una ola de “opresión, socialismo y totalitarismo” en el continente. Con ese diagnóstico como guía, el gobierno Trump asume que el “tema Venezuela” no está aislado de la política de EEUU hacia La Habana y que parte de las acciones de Washington para la redemocratización de Venezuela deben orientarse a presionar al régimen castrista. Cuba, Venezuela y Nicaragua son, por lo menos mientras Bolton mantenga su alta influencia en la Casa Blanca, parte de un mismo asunto.

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Bolton fue el emisario de la Casa Blanca sobre un nuevo esquema de sanciones contra el gobierno de Maduro, así como la ratificación de sanciones contra altos mandos cubanos y nicaraguenses. Mientras el asesor exponía en Miami los lineaamientos, simultamenamente la Casa Blanca divulgaba el texto de una nueva orden ejecutiva de Trump orientada a impactar fuertemente las fuentes de financiamiento del régimen venezolano. La Orden Ejecutiva del 01NOV18 permitirá al Departamento del Tesoro bloquear las propiedades en EEUU de personas y empresas involucradas en el negocio del oro manejado por el gobierno Maduro como su nueva proveedora de divisas en reemplazo a la desahuciada industria petrolera. El Departamento de Tesoro tras consultas con el Departamento de Estado podrá aplicar sanciones a agentes económicos de otros sectores y no sólo a quienes participan en el negocio aurífero. Con ello, la nueva orden ejecutiva se convierte en la mayor sanción aprobada por EEUU contra el régimen chavista al crear la base legal para inhibir practicamente cualquier actividad de empresas con el gobierno de Venezuela. Además, la orden ejecutiva autoriza sanciones contra personas o empresas que participen con “prácticas de corrupción” en “programas administrados” por el gobierno de Venezuela. Hasta ahora, Washington había experimentado con sanciones individuales contra altos jerarcas chavistas, con la prohibición a personas y empresas asentadas en EEUU de negociar con deuda estatal venezolana y con exigencias al sector financiero estadounidense para supervigilar las transacciones internacionales de los entes estatales venezolanos. Ahora, Trump ha ido a fondo aumentando el riesgo patrimonial que corre cualquier empresa que tenga intereses en EEUU y pretenda hacer negocios con el gobierno Maduro.

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Por cierto, la fecha y el lugar escogido para los anuncios de John Bolton no parecieran casuales. Faltando menos de una semana para las elecciones de medio término en EEUU, el discurso de Bolton cumplió con el doble propósito de enunciar líneas de política exterior hacia el hemisferio y, además, trasmitir un mensaje que mueva a electores latinos a los centros de votación a favor de los candidatos republicanos.

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En la agenda de cancillerias del continente y de Europa el día 10ENE19 está marcado con una palabra: “Venezuela”. De acuerdo con la actual Constitución, el “periodo constitucional”, el lapso del mandato presidencial, se inicia el día 10 de enero siguiente a la elección. Es decir, el gobierno encabezado por Nicolás Maduro que arrancó el 19ABR13 tiene su fin el 10ENE19.

Convocadas por su asamblea constituyente, Maduro se proclamó triunfador de las votaciones del 20MAY18 pero decenas de gobiernos no reconocen ese proceso y sus resultados. A medida que se acerca el año 2019 aumenta la expectativa sobre el significado que en términos operativos tendría ese no reconocimiento a un nuevo gobierno de Maduro.

Según el ministro de exteriores del gobierno socialista español, Josep Borrell, “la legitimidad democrática de Maduro acaba el 10 de enero”. Pero esa afirmación, no pareciera que representará, por ejemplo, una ruptura de relaciones diplomáticas por parte del gobierno de Pedro Sánchez que juega expresamente a mejorar sus relaciones con el régimen cubano. En declaraciones al portal español OKDiario del 17OCT18, Borrel dejó entrever una interpretación acomodaticia del dilema ante el “nuevo” gobierno de Maduro. Dijo Borrell que “Maduro ahora y hasta el 10 de enero tiene la legitimidad de unas elecciones que nosotros reconocemos (…) Nosotros no reconocemos gobiernos, reconocemos estados. Pero sí, hay un problema político, porque este señor a partir del 10 de enero no es un representante político”. Reconocer al “estado” y no al “gobierno” pareciera la fórmula que adelantará el actual gobierno español. Pero esa es sólo una de las opciones que se mueven a nivel internacional.

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El Grupo de Lima, el foro de análisis y concertación de políticas hacia Venezuela que reúne a más de una decena de gobiernos americanos, está reactivado. En los meses recientes el grupo vivió una suerte de crisis de identidad con evidentes diferencias entre sus miembros en el enfoque de la crisis venezolana sumado a cierto desinterés del actual gobierno de Brasil sobre el papel del grupo.

El 31OCT18 tuvo lugar en el Palacio de San Carlos sede de la cancillería colombiana, una reunión a nivel de vicecancilleres o representantes especiales en la cual se dieron cita enviados de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía. El evento fue copresidido por la anfitriona viceministra de Asuntos Multilaterales de Colombia, Adriana Mejía Hernández y el viceministro de Relaciones Exteriores de Perú Hugo de Zela. El encuentro convocado con carácter consultivo tenía como propósito inciair los preparativos para una próxima reunión de cancilleres que podría ocurrir a principios del mes de diciembre. El vicecanciller peruano resaltó que el encuentro en Bogotá sirvió para “renovar la unidad del grupo”.

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Según un comunicado de la cancillería peruana, el principal tema de la reunión del Grupo de Lima fue el inevitable 10ENE19. Los asistentes dedicaron largo rato para analizar las consecuencias de la declaración que los cancilleres del grupo emitieron el 21MAY18, pocas horas después de finalizadas las “elecciones” en las cuales Maduro se declaró ganador. En aquella ocasión los gobiernos miembros informaron que “no reconocen la legitimidad del proceso electoral desarrollado en Venezuela que concluyó el pasado 20 de mayo, por no cumplir con los estándares internacionales de un proceso democrático, libre, justo y transparente”. Ahora, pasados más de cinco meses de aquella declaración, el Grupo de Lima analizó en Bogotá “las acciones que adoptarán ante el inicio, el 10 de enero, del nuevo período presidencial de Nicolás Maduro, resultado de las elecciones consideradas como ilegítimas. En ese sentido, se evaluaron y exploraron diversas opciones y un amplio rango de alternativas de acción”.

En general, los gobiernos de EEUU, Europa y los miembros del Grupo de Lima no son partidarios de romper relaciones diplomáticas con Maduro lo que significaría el cierre de sus misiones diplomáticas en Caracas. Además, las relaciones entre la cancillería de Maduro y numerosas representaciones diplomáticas extranjeras en Caracas se encuentran virtualmente congeladas. El 10ENE19 se ha convertido en un reto para las cancillerías del Continente que procuran acuerdos de acción coordinada ante el régimen chavista. Las tomas de posesión de Andrés López Obrador como presidente de México el 01DIC18 y de Jair Bolsonaro el 01ENE19 como presidente de Brasil impactarán en la orientación de las acciones colectivas continentales de presión al gobierno Maduro. Estos cambios en la conducción de las dos principales economías latinoamericanas forma parte de las incertidumbres que las cancillerias del continente están evaluando. López Obrador no continuará con la política del gobierno de Enrique Peña Nieto de gran activismo en cuanto a la crisis venezolana. Bolsonaro por su parte ha ratificado una línea dura ante el régimen chavista pero, por ahora, se muestra poco afecto al trabajo en colectivo con sus vecinos suramericanos.

En su discurso en Miami del 01NOV18, John Bolton calificó a Bolsonaro, así como el colombiano Iván Duque, como líderes afines a EEUU en contraste con «los tres chiflados del socialismo» como calificó el asesor de Seguridad Nacional estadounidense a Maduro, Ortega y Díaz-Canel.

 

Diario Las Américas

@ecotalvora

New York Times publica artículo anónimo que revela resistencia contra Trump

“SOY PARTE DE LA RESISTENCIA DENTRO DEL GOBIERNO DE TRUMP”. Bajo ese título, The New York Times tomó hoy la inusual decisión de publicar una columna de opinión anónima. Lo hemos hecho de esa forma a pedido del autor, un funcionario de alto rango en el gobierno de Trump cuya identidad conocemos y cuyo empleo estaría en riesgo por divulgar esta información. Creemos que publicar este ensayo de forma anónima es la única manera de ofrecer una perspectiva importante a nuestros lectores.

El presidente Trump enfrenta una prueba a su presidencia como la que ningún líder estadounidense moderno ha enfrentado.

No se trata solamente del alcance que puede tener la investigación del fiscal especial. O de que el país esté amargamente dividido respecto del liderazgo de Trump. Ni siquiera de que su partido pueda perder la Cámara de Representantes ante una oposición empeñada en derrocarlo.

El dilema —que él no entiende por completo— es que muchos de los funcionarios de alto rango en su propio gobierno trabajan diligentemente desde adentro para frustrar partes de su agenda y sus peores inclinaciones.

Yo sé que es así. Yo soy uno de ellos.

Para ser claros, la nuestra no es la popular “resistencia” de la izquierda. Queremos que el gobierno tenga éxito y pensamos que muchas de sus políticas ya han convertido a Estados Unidos en un país más seguro y más próspero.No obstante, creemos que nuestro primer deber es con este país, y el presidente continúa actuando de una manera que es perjudicial para la salud de nuestra república.

Es por eso que muchos funcionarios designados por Trump nos hemos comprometido a hacer lo que esté a nuestro alcance para preservar nuestras instituciones democráticas y al mismo tiempo frustrar los impulsos más erróneos de Trump hasta que deje el cargo.

La raíz del problema es la amoralidad del presidente. Cualquier persona que trabaje con él sabe que no está anclado a ningún principio básico discernible que guíe su toma de decisiones.

Aunque fue electo como republicano, el presidente muestra poca afinidad hacia los ideales adoptados desde hace mucho tiempo por los conservadores: libertad de pensamiento, libertad de mercado y personas libres. En el mejor de los casos, ha invocado esos ideales en ambientes controlados. En el peor, los ha atacado directamente.

Además de su mercadotecnia masiva de la noción de que la prensa es el “enemigo del pueblo”, los impulsos del presidente Trump son generalmente anticomerciales y antidemocráticos.

No me malinterpreten. Hay puntos brillantes que la cobertura negativa casi incesante sobre el gobierno no ha captado: desregulación efectiva, una reforma fiscal histórica, un Ejército fortalecido y más.

No obstante, estos éxitos han llegado a pesar del —y no gracias al— estilo de liderazgo del presidente, el cual es impetuoso, conflictivo, mezquino e ineficaz.

Desde la Casa Blanca hasta los departamentos y las agencias del poder ejecutivo, funcionarios de alto rango admitirán de manera privada su diaria incredulidad ante los comentarios y las acciones del comandante jefe. La mayoría está trabajando para aislar sus operaciones de sus caprichos.

Las reuniones con él se descarrilan y se salen del tema, él se involucra en diatribas repetitivas y su impulsividad deriva en decisiones a medias, mal informadas y en ocasiones imprudentes, de las que posteriormente se tiene que retractar.

“No hay manera, literalmente, de saber si él cambiará su opinión de un minuto al otro”, se quejó ante mí un alto funcionario recientemente, exasperado por una reunión en el Despacho Oval en la que el presidente realizó cambios en una importante decisión política que había tomado solo una semana antes.

El comportamiento errático sería más preocupante si no fuera por los héroes anónimos dentro y cerca de la Casa Blanca. Algunos de sus asistentes han sido personificados como villanos por los medios. Sin embargo, en privado, han hecho grandes esfuerzos para contener las malas decisiones en el Ala Oeste, aunque claramente no siempre tienen éxito.

Puede ser un consuelo escaso en esta era caótica, pero los estadounidenses deberían saber que hay adultos a cargo. Reconocemos plenamente lo que está ocurriendo. Y tratamos de hacer lo correcto incluso cuando Donald Trump no lo hace.

El resultado es una presidencia de dos vías.

Por ejemplo, la política exterior. En público y en privado, el presidente Trump exhibe una preferencia por los autócratas y dictadores, como el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, y muestra poca aprecio genuino por los lazos que nos unen con naciones aliadas que piensan como nosotros.

Sin embargo, observadores astutos han notado que el resto del gobierno opera por otro camino, uno en el que países como Rusia son denunciados por interferir y sancionados apropiadamente, y en el que los aliados alrededor del mundo son considerados como iguales y no son ridiculizados como rivales.

Por ejemplo, sobre Rusia, el presidente se mostró reacio a expulsar a muchos de los espías de Putin como castigo por el envenenamiento de un exespía ruso en el Reino Unido. Se quejó durante semanas de que altos miembros del gabinete lo dejaban atrapado en más confrontaciones con Rusia y expresó frustración por el hecho de que Estados Unidos continuara imponiendo sanciones a ese país por su comportamiento maligno. Sin embargo, su equipo de seguridad nacional tenía motivos para hacerlo —dichas acciones tenían que ser tomadas, para obligar a Moscú a rendir cuentas—.

Esto no es obra del llamado Estado profundo (deep state) —una teoría de conspiración que afirma que existen instituciones dentro del gobierno que permanecen en el poder de manera permanente—. Es la obra de un Estado estable.

Dada la inestabilidad de la que muchos han sido testigos, hubo rumores tempranos dentro del gabinete sobre invocar la Enmienda 25, la que daría inicio a un complejo proceso para sacar del poder al presidente. Sin embargo, nadie quiso precipitar una crisis constitucional. Así que haremos lo que podamos para dirigir el rumbo del gobierno en la dirección correcta hasta que —de una manera u otra— llegue a su fin.

La mayor preocupación no es lo que Trump ha hecho a la presidencia, sino lo que nosotros como nación le hemos permitido que nos haga. Nos hemos hundido profundamente con él y hemos permitido que nuestro discurso fuera despojado de la civilidad.

El senador John McCain lo dijo de la mejor manera en su carta de despedida. Todos los estadounidenses deberían prestar atención a sus palabras y liberarse de la trampa del tribalismo, con el objetivo mayor de unirnos a través de nuestros valores compartidos y amar a esta gran nación.

El senador McCain ya no está con nosotros, pero siempre contaremos con su ejemplo —un faro que nos guía para restaurar el honor a la vida pública y a nuestro diálogo nacional—. Trump puede temer a los hombres honorables, pero nosotros debemos venerarlos.

Existe una resistencia silenciosa dentro del gobierno compuesta por personas que eligen anteponer al país. Sin embargo, la verdadera diferencia será hecha por los ciudadanos comunes que se pongan por encima de la política, se unan con los adversarios y decidan eliminar las etiquetas para portar una sola: la de estadounidenses.

Williams Dávila denuncia presencia de grupos guerrilleros cerca de la Isla de Anacoco

 

El presidente de la Comisión Mixta en defensa del Esequibo, la Isla de Anacoco y la Fachada Atlántica, Williams Dávila, denunció, en la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional celebrada este martes, la presencia de grupos irregulares armados a menos de 500 metros de una alcabala del Ejército ubicada en la localidad de Casa Blanca, punto más cercano a la isla de Anacoco, en el municipio Sifontes del estado Bolívar.
Mostrando una imágen donde puede identificarse a los guerrilleros que hacen vida en suelo venezolano, y atribuyendo lo borroso de la gráfica al riesgo latente al que estuvieron expuestos los parlamentarios; Dávila detalló que fueron los propios oficiales de la FAN quienes advirtieron la presencia de los paramilitares en la zona sin hacer nada para limitar su actividad.
«Estos guerrilleros, con gorras estampadas con dos estrellas rojas, armas largas, fusiles automáticos; demuestran el Estado fallido que hoy tenemos en Venezuela, como esta desarticulado el Estado en esta zona del país, demuestra que no existe Estado en una zona tan importante como es la del Arco Minero», subrayó.
El diputado, al informar ante la plenaria sobre el viaje de la comitiva parlamentaria hasta la mencionada isla, reiteró que el hecho de que hoy Guyana pretenda judicializar el tema ante la Corte Internacional de Justicia, obedece «a la negligencia del régimen que no ha sabido defender la soberania del terrirorio nacional».
«La Asamblea Nacional, cumpliendo con su rol y su competencia, se hizo presente donde Maduro no se hace presente, para defender lo que siempre ha sido de los venezolanos», resaltó.
Adicionalmenten, el legislador merideño, cuestionó la falta de información que hoy existe entre los militares sobre el estatus de la disputa entre Venezuela y Guyana, cuando son estos los responsables de velar por la integridad del territorio nacional.
«Los militares que custodían la Isla de Anacoco no estaba al tanto de la demanda de Guayana. El Ministro de Defensa no les ha informado la realidad que hoy vivimos en el territorio», dijo.
Al respecto, destacó que entre las recomendaciones incluidas en el informe consignado a propósito de este viaje ante la directiva de la AN, exhortan a la FAN a asumir el control estratégico del territorio como les corresponde, según establece el texto constitucional.
EEUU niega su implicación en el presunto ataque contra Nicolás Maduro

 

EEUU niega su implicación en el presunto ataque contra el presidente de la República, Nicolás Maduro, realizado este sábado bajo el marco de la celebración del 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Un alto funcionario de la Casa Blanca negó este domingo que Estados Unidos estuviera detrás del presunto ataque con drones al mandatario. «Puedo decir inequívocamente que no hay participación del gobierno de Estados Unidos en absoluto», afirmó John Bolton, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, en una entrevista con la cadena Fox News.
De hecho, Bolton sugirió que «podría haber muchas cosas (detrás de lo sucedido), desde un pretexto establecido por el propio régimen de Maduro, a otra cosa», además de agregar que no hubo estadounidenses heridos en la explosión.
Asimismo, el asesor nacional se mostró abierto a que las autoridades venezolanas faciliten a Estados Unidos cualquier tipo de información que pueda estar vinculada al episodio, y suponga una violación de las leyes estadounidenses para investigar el caso, reseñó EFE.
 
Santos y su posible implicación
El presidente venezolano ha culpado en numerosas ocasiones a Estados Unidos de urdir un complot en contra de su Gobierno, aunque en esta ocasión atribuyó la autoría del ataque al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y a la «ultraderecha» de Colombia y Venezuela.
Según el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, el hecho se produjo con «artefactos voladores de tipo dron que contenían una carga explosiva».
El funcionario explicó que varios drones detonaron en las cercanías de la tarima donde Maduro ofrecía su discurso.
«Soldados de Franela» 
Un supuesto grupo anónimo se pronunció en Twitter para atribuirse la autoría de la «Operación Fénix», nombre con el que se ha referido al atentado.
Los presuntos autores, que se denominan «Soldados de Franela», aseguraron que son un conjunto de «militares y civiles patriotas y leales al pueblo de Venezuela (…) basados en argumentos legales y constitucionales».
EEUU niega que se haya planeado una invasión a Venezuela

 

Un portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca negó este 5 de julio que se haya planeado desde Estados Unidos una invasión a Venezuela, aunque sí reconoció que la opción militar continúa siendo una de las “herramientas” que Washington tendría a mano para “ayudar” a los venezolanos a “recuperar la democracia”.

La fuente -consultada por la agencia EFE- confirmó que Trump preguntó por la vía militar, pero dijo que lo que quería era “pedir opciones” a su equipo para tener un abanico entre el que elegir ante el “desastre humanitario que se estaba produciendo en Venezuela”.

“Preguntó sobre la opción militar, sobre la ayuda humanitaria, sobre las sanciones, sobre la cooperación internacional contra el régimen de (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro. Fue una (opción) dentro de una serie de cosas diferentes”, indicó.

El funcionario no aclaró si hubo conversaciones serias sobre la posibilidad de una invasión.

Lo importante, insistió, es que Estados Unidos “no ha tomado acciones militares” por ahora en Venezuela, aunque “seguirá considerando todas las opciones” porque ningún Gobierno estadounidense las descartaría en una situación como la del país caribeño.

Calificó la información aparecida en varios medios de comunicación sobre la supuesta decisión de Trump de querer invadir a Venezuela como “sensacionalistas”, porque llegan muchos “meses después” del episodio y “se centran solo en una de las opciones” que ha considerado EE.UU., sin fijarse en su actuación en la práctica.

“El presidente Trump ha motivado a la comunidad internacional para que trabaje unida para presionar a la dictadura de Maduro para que cambie su comportamiento autocrático”, indicó.

LeBron James: No importa quién gane el título de la NBA, no vamos a ir a la Casa Blanca

LeBron James tiene claro que ni los Cavaliers ni los Warriors tienen interés alguno en visitar a Donald Trump en la tradicional recepción de la Casa Blanca para los campeones de la NBA. El ganador de tres anillos (2012, 2013 y 2016) se mostró así de contundente en la víspera del tercer partido de las Finales en Cleveland (2-0 para Golden State) y sólo unas horas después de que el presidente de EEUU retirase la invitación a los Philadelphia Eagles, últimos campeones de la NFL.

«No me sorprende. Es un gesto típicamente suyo», valoró James al conocer la última decisión de Trump sobre el equipo que sorprendió a los New England Patriots en la Super Bowl. El alero, de 33 años, se ha mostrado siempre muy combativo contra el inquilino del 1600 de Pennsylvania Avenue.

«Ganar el campeonato es algo más grande que recibir una invitación para la Casa Blanca, especialmente con él como anfitrión», valoró James el gran ídolo de los Cavs, que promedió 40 puntos en los dos partidos disputados en Oakland.

A comienzos de año, James publicó un vídeo donde criticaba abiertamente la vgestión de Trump. «El trabajo ‘número uno’ en América lo ocupa una persona que no entiende a la gente», subrayó el ’23’.

Trump prorrogó decreto que declara a Venezuela como una amenaza para EE UU

Casa-blanca

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, extendió este viernes, 2 de marzo, el decreto que declara a Venezuela como amenaza para el país norteamericano, luego de considerar que el gobierno de Nicolás Maduro erosiona las garantías de derechos humanos, persigue opositores políticos, reduce la libertad de prensa, ataca con violencia a quienes protestan y practica arrestos arbitrarios, todo ello en medio de una «exacerbada presencia de una significativa corrupción» en la administración de Caracas.

El decreto inicial – la Orden Ejecutiva 13692 –fue firmado el 8 de marzo de 2015 por el presidente Barack Obama y un año después él mismo lo prorrogó, tal como la Casa Blanca lo ratificó este viernes.

En agosto de 2017, Trump firmó otra orden ejecutiva con respecto al caso venezolano debido a la violación de derechos humanos que se evidenció durante los cuatro meses de protestas del año pasado, además de los ataques contra la democracia y la profundización de la crisis humanitaria.

En el documento, Trump asegura que las circunstancias descritas en ambos decretos no han mejorado, y que continúan representando una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos.

Todd Robinson: “Todo está encima de la mesa en cuanto a estrategias para Venezuela”
El encargado de negocios de Estados Unidos en Caracas, Todd Robinson, señala que las medidas que ha tomado la Casa Blanca contra el gobierno venezolano no son la causa de la crisis económica, y atribuye la culpa al régimen chavista y su “incapacidad para administrar y manejar la economía y la política” del país

 

@pppenaloza

TODD ROBINSON PASÓ DE GUATEMALA A GUATEPEOR. Como embajador de Estados Unidos en la nación centroamericana entre octubre de 2014 y septiembre de 2017, el diplomático norteamericano recuerda que las autoridades le invitaron a “trabajar directamente con ellos”. Pero aquí en Caracas, adonde llegó en diciembre como encargado de negocios de la legación de EEUU, ya ha sido atacado personalmente hasta por el mismísimo canciller Jorge Arreaza. “Las situaciones son diferentes”, admite.

Robinson no le teme a la candela. Tan es así, que su primera excursión por la capital incluyó una fotografía en la plaza Bolívar, a escasos metros de la célebre “esquina caliente”, donde a diario militantes del chavismo despotrican del “imperio”. Lejos de rehuir de los temas más candentes de la relación bilateral y la política local, el nuevo enviado de Washington se mete de lleno en la polémica y ha prometido que contribuirá con el “retorno de la democracia” en Venezuela.   

El proceso de negociación se presentó prácticamente como el único mecanismo para encontrar una salida pacífica y democrática a la crisis política del país. Ante la incapacidad de las partes de llegar a un acuerdo, ¿teme que Venezuela caiga en la violencia?

Hemos visto manifestaciones, saqueos de los supermercados, violencia por parte de los agentes de seguridad en contra de venezolanos y venezolanas comunes. Entonces, hemos visto algo de la violencia y protestas. La verdad es que las negociaciones, el diálogo, son difíciles y toman tiempo. Creo que para lograr éxito hay que tomar este tiempo, hay que asegurar que las dos partes están negociando con buena fe. Después de lo que hemos visto en República Dominicana, no estoy seguro de que el régimen esté negociando con buena fe.

¿Cree que el gobierno chavista ha cerrado de manera definitiva la vía electoral para lograr el cambio político en el país?

Creo que es complicado. Parece que ellos quieren controlar todo el sistema para asegurar su victoria en cualquier competencia electoral. Entonces, ha sido difícil negociar con un régimen que aparentemente sabe de sus debilidades. No voy a decir que la vía electoral está cerrada, pero las condiciones hoy en día no existen para una competencia abierta, transparente y justa entre las dos partes. Tengo la esperanza de que el gobierno va a entender esto y seguirá en las negociaciones para lograr algo mínimo para hacer una competencia exitosa.

De sus palabras se deduce que aún cree en la posibilidad de rescatar la negociación.

Yo soy un diplomático, mi trabajo, mi mundo, es el de la negociación y el diálogo hasta el último momento. Yo, por parte de mi gobierno, no voy a cerrar esa posibilidad, pero tengo que decir que en este momento de acuerdo con lo que ha dicho la oposición, no estoy seguro de que el gobierno esté negociando con buena fe.

El Secretario de Estado declaró que “en la historia de Venezuela y otros países sudamericanos, muchas veces el Ejército es el agente del cambio cuando las cosas están tan mal”. ¿Estados Unidos cree que la Fuerza Armada venezolana debe pronunciarse en este momento de crisis?

Yo diría que no podemos darnos el lujo de descalificar a ningún sector en la negociación para una Venezuela mejor. Es evidente que el sector militar tiene mucha influencia en el futuro del país y si ellos pueden ayudar, no vamos a decir que no. Creo que en este contexto, el secretario de Estado está diciendo que si ellos pueden jugar un papel positivo para abrir la política, para generar un ambiente más confiable para mejorar las situaciones, bienvenidos.

Ese tipo de declaraciones son tomadas por voceros del gobierno del presidente Nicolás Maduro para denunciar la supuesta intención de Estados Unidos de promover un golpe de Estado en Venezuela.

Yo soy diplomático y jamás voy a apoyar una situación de golpe de Estado. Estamos apoyando las instituciones democráticas, inclusive a la Asamblea Nacional, pero más que todo a la Constitución de Venezuela. Es importante que todos entiendan que la Constitución debe marcar el contexto del futuro del país. Por eso nosotros llamamos a la Asamblea Nacional Constituyente ilegítima, porque es ilegítima en cuanto a los artículos y las reglas de la Constitución.

El Secretario de Estado planteó la posibilidad de aplicar un embargo al petróleo venezolano. ¿El gobierno de Estados Unidos podría ejecutar esa medida en el corto plazo?

Podría. Yo entiendo que todo está encima de la mesa en cuanto a estrategias para Venezuela. Sin duda, las sanciones han sido efectivas hasta ahora para identificar a los miembros del régimen que son corruptos o los que han jugado un papel en contra de la institucionalidad y la Constitución de Venezuela. Seguramente vamos a ver más acciones como estas. No voy a detallar exactamente cuáles, pero por lo que he visto y oído de Washington, las sanciones van a continuar. Han tenido un efecto y son una manera de llamar la atención de este régimen.

Sin embargo, el gobierno venezolano sigue desmontando el Estado de Derecho en abierto desafío a la comunidad internacional. De hecho, ha dicho que “a más sanciones, más elecciones”, y ha convocado unos comicios sin garantías de transparencia y equilibrio. ¿Eso demuestra que las sanciones son insuficientes en este caso? ¿Qué otras medidas podría aplicar Washington contra el régimen chavista?

Las sanciones han jugado un papel bastante importante. Sabemos que cuando llegó la delegación (del gobierno) a Santo Domingo su primera queja fueron las sanciones, entonces, sabemos perfectamente que están funcionando muy bien. La democracia es mucho más que las elecciones, es la institucionalidad, y es el rol del ciudadano que debe tomar responsabilidad por su propia vida, con sus comunidades. Veo equivocada la posición de los que dicen que las elecciones son la respuesta a las sanciones. La respuesta más correcta es la democracia total, la institucionalidad, el Estado de Derecho, la Constitución, la participación del pueblo venezolano tomando su responsabilidad. Esto es democracia.

¿La salida del subsecretario Thomas Shannon puede afectar de alguna manera la política de Estados Unidos hacia Venezuela?

La salida de Tom Shannon, alguien que ha trabajado por años el tema de Venezuela, un funcionario de mucha experiencia en la región, hará mucha falta para nosotros. Pero seguimos trabajando, tenemos un equipo excelente en Washington y aquí en la embajada, vamos a caminar hacia el futuro, vamos a seguir preguntando y buscando consejos del embajador Shannon. Es un amigo mío, personalmente me ha ayudado en mi carrera y sin duda la salida de Shannon afectará no solo nuestra relación con Venezuela, sino con el hemisferio y en el mundo.

¿Por qué Estado Unidos no ha incluido en su lista de sancionados al primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello?

Es cierto, pero no quiere decir que no vamos a tocarlo a él también. Tenemos un proceso rígido y tenemos que seguir este proceso de investigación. Estamos en eso, pero el señor Cabello sí está en la lista de la Unión Europa y Canadá. Nosotros estamos trabajando como un equipo con nuestros aliados en la comunidad internacional y vamos a seguir haciendo esto.

¿En qué estado se encuentra el caso de Joshua Holt (ciudadano norteamericano detenido en Ciudad Caribia en junio de 2016 y que permanece encarcelado bajo los cargos de porte ilícito de armas de guerra, terrorismo y espionaje)? ¿Existe algún tipo de negociación con el régimen chavista para lograr su liberación?

Voy a decir que nosotros hemos puesto la responsabilidad de su caso en el canciller (Jorge Arreaza). Creo que él puede y debe resolver la situación, estamos listos para hablar con él sobre el caso, pero la responsabilidad se queda con él.

La profundización de la crisis económica está provocando un aumento de la emigración en el país. ¿Maneja cifras recientes sobre el crecimiento de la comunidad venezolana en Estados Unidos y las solicitudes de asilo?

Hemos visto y escuchado que los números de los venezolanos cruzando la frontera son altos. Es importante no vincular las sanciones o las acciones de la comunidad internacional con la situación económica en el país. La situación económica ha venido empeorando por años antes de las sanciones, son las acciones del régimen, la incapacidad para administrar y manejar la economía y la política que las han provocado. No son las sanciones, es la incapacidad del gobierno de cumplir sus promesas al pueblo venezolano.

Los voceros del gobierno de Maduro suelen atacar a Estados Unidos en público y culparlo de todos los males del país. ¿En privado repiten el mismo discurso? ¿Se ha sentido incómodo o atacado aquí en Caracas?

Sí, he tenido dos reuniones con miembros del gobierno venezolano y las dos reuniones fueron muy malas. La experiencia fue de ataques directos a mi persona, mi país y mi equipo. Solo puedo decir que si este es el tipo de relaciones que ellos quieren entre Estados Unidos y Venezuela, está bien, pero yo espero un mejor tratamiento para mi equipo y más respeto para las relaciones entre dos países que tienen mucho en común. Inclusive, muchos venezolanos están viviendo en Estados Unidos. Los dos pueblos merecen mejores relaciones y la vía está abierta para tener mejores relaciones entre los dos países, pero el gobierno de Venezuela tiene que quererlo. Estamos aquí listos para tratar con ellos.

¿Con quiénes fueron esas reuniones?

La primera con el canciller y la segunda con un vicecanciller.

El presidente Maduro afirmaba que nada peor que la administración Obama para su régimen, pero ahora identifica a la administración Trump como la mayor amenaza contra la revolución. ¿Qué espera de las relaciones, en el marco del aumento de la conflictividad en el país?

La lección de esto es que la política pública de Estados Unidos está fundada en la institucionalidad. No importa si es una administración demócrata o republicana, vamos a seguir esta línea por las fallas en el régimen de Maduro. Vamos a seguir trabajando hasta que haya un cambio en el manejo de la política pública de este régimen.

Desde hace tiempo no se veía a un diplomático de Estados Unidos que saliera a la calle y se involucrara con la gente. ¿Por qué viene ese cambio? ¿Qué ha levantado en esos intercambios que ha tenido caminando por Caracas?

Cada jefe de misión es diferente. Tenemos tareas diferentes, pero más que todo tenemos personalidades diferentes. Esta es mi personalidad. Si nosotros vamos a ayudar en las relaciones entre nuestros países, yo tengo que aprender del país, tengo que hablar con la gente, tengo que salir a la calle, tengo que ver la realidad. Y no solo yo, mi equipo también, vamos a estar en la calle, vamos a hablar con los venezolanos y venezolanas directamente para entenderlos y espero que, con ese entendimiento, podamos ayudar.

¿Tiene miedo a que el gobierno decida declararlo persona no grata?

No, no tengo ningún temor, no es una amenaza para mí.

¿Existe alguna similitud entre lo que vivió en Guatemala y este momento acá?

Creo que las situaciones son diferentes. En Guatemala, estábamos trabajando directamente con el gobierno. Nos invitaron a trabajar directamente con ellos y con sus instituciones. Aquí no hay relaciones, no hay intención de trabajar, es más, ellos han invitado a otros países a trabajar. Y está bien, es su derecho como gobierno.