La tasa de mortalidad de los pacientes de la organización que contraen COVID-19 es de 20%
Inicialmente Funcamama surgió como una fundación civil para dar apoyo emocional a las personas diagnosticadas con cáncer de mama en julio de 2012, pero a raíz de la emergencia humanitaria compleja decretada en Venezuela, la organización con asiento en Valencia, estado Carabobo expandió sus fronteras de atención al público en materia de salud.
La presidenta de la organización, Luisa Rodríguez Táriba, sostuvo que la incidencia del cáncer en las personas ha aumentado en los últimos años. “Pasamos de diagnosticar dos o tres casos semanales a dos diarios”.
De acuerdo a la Sociedad Anticancerosa de Venezuela, la tasa de mortalidad por la enfermedad pasó de 191,11 casos por cada 100 mil habitantes en 2015 a 198,91 en 2019.
Junto a un grupo de amigos, Rodríguez Táriba sintió la necesidad de hacer algo por las personas de su entorno que estaban padeciendo de esta enfermedad. “Yo trabajaba en la banca y tenía una estética en alianza con el Miss Venezuela, me interesaba mucho el empoderamiento de la mujer. Comencé con amas de casa, hoy en día el resto de la junta directiva de Funcamama son mujeres empresarias del estado Carabobo”, dijo.
“Anteriormente las personas no podían recibir medicamentos de alto costo si no habían cotizado en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, posteriormente eso cambió y la salud comenzó a ser un derecho de todos, pero en 2015 entramos en una crisis severa de medicamentos que encendió las alarmas”, dijo.
Hoy en día son escasos los medicamentos de alto costo que entrega el IVSS a las personas. El gobierno nacional culpa a las sanciones impuestas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de no permitirle comprar medicinas para posteriormente distribuirlas.
Ante este desamparo que vive el paciente venezolano, Funcamama empezó haciendo eventos para recolección de fondos y en la actualidad es una institución que atiende a alrededor de 150 personas diarias.
“Veíamos la falta de orientación en las personas y sentimos que debíamos hacer algo, no solo atendemos a pacientes sino que hacemos campañas de prevención y en algunos casos nos dedicamos al bien morir de las mujeres”, sostuvo Rodríguez Táriba.
La presidenta de la institución aseveró que antes de contar con sus propias instalaciones se dedicaron a hacer un mapa de salud en Carabobo. “Le decíamos a la gente donde se podía hacer una mamografía y a que médicos acudir”.
Ante la fuerte demanda, Funcamama pudo abrir su propio servicio de diagnóstico de cáncer de seno a un costo menor y transcurrido el tiempo abrió el de ginecología.
Crecimiento notable
En este momento, Funcamama cuenta con 54 médicos en 34 especialidades diferentes y poseen laboratorios de bioanálisis, anatomía patológica e inmunohistoquímica, además de una unidad de cardiología, rehabilitación cardiopulmonar, unidad de imagenología mamaria, ecografía general y consulta de infectología para las mujeres que viven con VIH.
“Nuestra población objetiva no son solamente personas con cáncer de mama, sino todas aquellas que padecen enfermedades no transmisibles, donde se incluyen las cardíacas y metabólicas”, manifestó Rodríguez Tariba.
Funcamama tiene cinco programas: infórmate (actividades de promoción y difusión a la comunidad), cuídate (promoción del autocuidado y la prevención), examínate (consultas y exámenes), quiérete (apoyo emocional y atención psicológica) y actívate (formación de personal y voluntariado).
“Aunado a eso trabajamos con tres universidades y dos tecnológicos en el estado Carabobo, creamos una cátedra de periodismo en salud, tenemos un programa de formación para los estudiantes de medicina que se llama ‘actualidad en mastología’, contamos con un plan de becas para que los jóvenes se especialicen en mastología en España y desarrollamos cursos de actualización para médicos hematólogos, oncólogos, radiólogos, ecografistas, anatomopatólogos, cirujanos generales y plásticos”, dijo Rodríguez Táriba.
Igualmente ofrecen apoyo emocional a enfermos, banco de pelucas, sostenes con prótesis externa, charlas y tertulias sobre nutrición y sexualidad, clases de yoga, bailoterapia gratuita, cine foros, actividades al aire libre, un taller de escritura creativa y otro de lectura.
“Hemos realizado 5 caminatas con un promedio de intervención de 5 mil personas, el año pasado no la hicimos por la pandemia”, agregó Rodríguez Táriba.
La presidenta de Funcamama informó que tanto consultas como exámenes son subsidiados. “Las ofrecemos a un 50% o 60% menos del precio del mercado. También tenemos acuerdos con clínicas privadas donde la gente se puede someter a cirugías a precios menores”.
Por los derechos de los enfermos
Funcamana no se queda en la atención y apoyo al paciente sino que hace incidencia en políticas públicas. “Somos parte de organizaciones de derechos humanos en el país, coordinamos el grupo interdisciplinario de emergencia humanitaria compleja del estado Carabobo y documentamos a las personas en cuanto a los derechos que tienen en materia de salud”, indicó Rodríguez Táriba.
La organización tiene alianzas con la ONG Convite, con quienes colaboran en la elaboración del informe de escasez de medicamentos. También con Acción Solidaria, Civilis y empresas privadas. “Hemos acudido cuatro veces a la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, enfatizó Rodríguez Táriba.
“Nuestro mayor desafío es enfrentar la vulnerabilidad del paciente y la falta de acceso a diagnóstico y tratamiento. Nuestra meta es poder seguir trabajando sin distingo de raza, credo, nivel socioeconómico y creencia política”.
Rodríguez Táriba aseveró que no se han convertido en franquicia porque no les parece ético, sin embargo han promovido la creación de organizaciones en estados como Barinas, Táchira y Falcón.
Los efectos de la COVID-19
Antes de la pandemia, en Funcamama trabajaban 112 personas, actualmente hay 83: 54 médicos y 19 en áreas de atención.
“El coronavirus nos afectó en el tema de la operatividad, duramos cerrados 15 días mientras acondicionábamos el espacio y al personal con las medidas de seguridad. Tenemos normas estrictas por las condiciones de las personas que vienen acá y el volumen de gente a diario”, sostuvo la directora de Funcamama.
Rodríguez Táriba indicó que el COVID-19 aunado a la crisis económica en Venezuela les obligó a rebajar la plantilla en el plano administrativo de 25 a 3 personas.
“Nos afectó la restricción de la movilidad, pero también el tema de la escasez de combustible porque las personas no tenían cómo llegar”.
La directora de la institución sostuvo que debieron hacer una inversión significativa para garantizar la sanitización. “Cada vez que un médico llega a nuestras instalaciones es sanitizado, se le entrega una máscara KN95, una careta plástica, bata, guantes, alcohol y gel antibacterial. Distribuimos mascarillas y guantes a todo el personal a diario. Tuvimos que contratar a una persona para mantenimiento. Nada más poner los avisos de COVID-19 y las alfombras de seguridad costó dinero”.
Rodríguez Táriba informó que la tasa de mortalidad de los pacientes de Funcamama que contraen COVID-19 es de 20%. “Hemos tenido médicos infectados, esto nos ha afectado psicológica, emocional y financieramente”.
Funcamama está operativo de lunes a sábado y atienden a personas no solo del estado Carabobo sino del resto del país. Quienes deseen establecer contacto pueden llamar al teléfono 04244328748.