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Ministro Reverol asegura que estampida ocasionó muerte de 18 personas en club de El Paraíso

 

El ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, informó este miércoles que la causa de muerte de las 18 personas que se encontraban en un evento en el club El Paraíso, de Caracas, el pasado sábado, fue la estampida de 500 personas que se encontraban en el sitio, tras la activación de una bomba lacrimógena. 

Relató que luego de una riña originada en el sitio, un adolescente activó el artificio lacrimógeno, por lo que el Ministerio Público designó fiscales para dirigir la investigación conjuntamente con el Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas, CICPC.

“El gobierno deplora ese lamentable hecho ocurrido en ese club que fue clausurado como lo establece la Ley Desarme porque no cumplía con las condiciones mínimas de seguridad, y tenemos ocho detenidos como parte de las investigaciones que serán dadas a conocer en su debido momento”, acotó el ministro.

 

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La tragedia del Club Los Cotorros en tres escenarios

No tiene ningún rótulo que lo identifique, pero esa puerta metálica con un barniz gris oscuro es la puerta de entrada del Club Social El Paraíso, mejor conocido como “Club social Los Cotorros”, la única vía de escape que conocían las centenas de jóvenes que la noche de este viernes, 15 de junio, asistieron a una fiesta de DJ’s en uno de sus salones. Detrás de ella quedaron atrapados en las escaleras, apretujados en una avalancha humana, los muchachos que horas después pretendían huir de los efectos de un par de bombas lacrimógenas que supuestamente fueron lanzadas por tres menores de edad en medio de una pelea con botellas.

Los hechos, que ocurrieron entre la 1:00 y 2:00 am, dejaron al menos 17 personas muertas y varios heridos. Las víctimas eran menores de 25 años y, muchos de ellos, ni siquiera habían alcanzado la mayoría de edad y esa noche celebraban haber finalizado su bachillerato. Padres y demás familiares aguardaban durante la tarde del sábado por la entrega de los cadáveres. En horas del mediodía, todavía había dos que no habían sido identificados.

Primer escenario: El Club

Sobre los dos escalones que anteceden a la puerta metálica y en la jardinera se veían este sábado pequeños vestigios de lo acontecido. Los trozos de vidrio de una botella de anís estaban al lado de la entrada. En la acera había pedazos de los brazaletes de cartulina usados para el ingreso. En estos se leía “The Legacy”, el nombre de la fiesta, además de la fecha, lugar y logo, en un extremo, de “Rumba Caracas”, una “publicista de eventos”, tal como se describe en su perfil de Instagram. En un site, donde se promocionaba el festejo, indican que todo había sido producido por esta empresa.

Había también cuatro zapatos, sin su par, en una jardinera. Una vecina de la zona aseguró que pertenecían a personas que habían estado en la fiesta. Ella, que afirmó no haber escuchado nada, supo que el suceso se había desarrollado entre la 1:00 y las 4:00 am y que la estampida había hecho que la gente saliera corriendo por la calle.

Los padres de las víctimas, a través de los relatos de los amigos de sus hijos, han intentado reconstruir lo sucedido. Afirman que la pelea se originó en un baño entre dos grupos de muchachos. “Ahí se estaban cayendo a botellazos”, contó Edilia Rosario, la madre de Félix Eduardo Contreras Rosario, de 19 años. En medio de la trifulca, lanzaron una bomba lacrimógena.

El gas produjo una estampida que hizo que los asistentes a la fiesta quedaran prisioneros en el angosto pasillo de las escaleras. “Se quedaron atrapados en la salida de la puerta y tuvieron que sacar a más gente para poder llegar hasta donde estaba mi hijo”, relató Luis Berríos, padre de Kleiver Eloy Berríos Corona, de 17 años, quien salió del sitio con dificultades para respirar y murió antes de llegar al hospital. “Ahí hubo negligencia, no llegó ni la policía, ni los bomberos. Y los que llegaron no los ayudaron”, apuntó. Fueron los amigos de su muchacho quienes le aseguraron que otra bomba había sido lanzada en el medio del salón.

Una agencia de viajes, un restaurante y un autolavado son los negocios más cercanos a “Los Cotorros”. Pero allí nadie sabe nada de lo que pasó la noche del 15 de junio. Apenas vieron que los bomberos pasaron por el sitio cerca de las 9:00 am y que Protección Civil hizo lo mismo una hora después. El edificio nunca fue acordonado.

Segundo escenario: el Pérez Carreño

Asfixia. Esa fue la causa de muerte que señalaron los médicos del Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño, al oeste de Caracas, a los familiares de las víctimas que llegaron allí. La sala de espera de la zona de Emergencia estaba abarrotada. Muchos eran familiares Luis Roniel Guerra Alfonso, un técnico en computación de 20 años que vivía en Carapita. A la fiesta asistió con su novia, Yennifer Esther Bárcenas Márquez, quien también murió con él, y con su hermano Gregory, de 17 años, quien quedó hospitalizado por los golpes sufridos durante la estampida. Sus parientes indicaron que no había dicho palabra sobre lo sucedido porque aún estaba en shock.

Varios padres llegaron directamente al Pérez Carreño tras enterarse de lo sucedido. Hasta allí arribó Edilia Rosario a buscar a su hijo Félix. Él había salido alrededor de las 10:00 pm de su apartamento en San Agustín del Norte. “Él había pedido permiso porque él tiene un bebé de 15 días de nacido. Nos dijo que se iba al apartamento de un amigo a ver un juego. Pero a las 2:00 am, unas vecinas nos tocaron la puerta y nos dijeron que había pasado algo en un club y que Félix estaba allí y no podía respirar y que lo habían llevado al hospital. Pero Félix no estaba allí. No salió vivo de Los Cotorros y su cadáver lo trasladaron directamente a la Clínica Popular de El Paraíso, donde habían llevado a otros cuerpos.

Félix estudiaba en la Universidad Alejandro de Humboldt. También era cantante y quería grabar un disco. Cuando su madre halló su cadáver, estaba sin zapatos ni medias. Tampoco tenía su reloj ni su teléfono celular. “No entiendo cómo por lucrarse habían metido a tanta gente ahí”, reclamó.

A pocos metros de la sala de espera está la entrada de la morgue del hospital. “Eso solo se abre cuando entregan los cadáveres”, comentó un trabajador de una funeraria que estaba en el lugar. Frente a la puesta, aguardaban estacionados dos jeeps de la División de Homicidios del Centro de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Los funcionarios aprovechaban de entrevistar a los familiares de las víctimas que permanecían allí. Hasta el mediodía del sábado, había dos jóvenes inconscientes que no habían sido reconocidos ni buscados por sus familias.

Tercer escenario: la morgue de Bello Monte

Estaba abarrotada. Había gente dentro de la sala de espera, en los pasillos que flanquean la entrada, a las afueras. Poco después de las 2:00 pm, los allegados de las víctimas habían arribado en pleno a la Medicatura Forense de Bello Monte, a donde llevaron todos los cuerpos. Allí se confundían con los parientes de las presuntas ejecuciones extrajudiciales cometidas un día antes por las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana en Petare y en Ciudad Tiuna, y con los de otros caídos que habían muerto baleados.

Aunque el nombre de Luis Berríos, de 47 años, apareció en las informaciones preliminares de la tragedia, fue en la morgue en donde se aclaró que quien había muerto era su hijo Kleiver Eloy, un estudiante de 4to año de bachillerato que solía ayudarlo en su carnicería luego de salir de clases. La familia, consternada, declaró varias veces a la prensa y reclamó la forma en la que el joven fue trasladado, por uniformados, hasta el hospital. “Uno no sabe cómo se los llevaron de allí, si le tiraron a otros muchachos encima y por eso lo terminaron de matar”, comentó el papá.

Varios parientes de Jorghen Olier Castro Hernández, de 17 años, también estaban en la morgue. Había salido de su casa en Caricuao rumbo a la fiesta a celebrar con sus compañeros de clase. Todos acababan de graduarse de bachilleres en un colegio de El Paraíso. No solía festejar en las noches, pero esa ocasión era especial. Cuando su padre, un funcionario de la Policía Nacional, lo fue a buscar, se encontró con la tragedia. Al muchacho ya se lo habían llevado al Pérez Carreño.

A Jorghen Olier le encantaban los deportes, el fútbol sobre todo, y era fanático del Caracas FC. Además, era músico, estudiaba guitarra y tenía pensado irse a Chile en los próximos meses.

A las 6:00 am, los allegados de Alejandro José Durán Escobar, de 21 años, se enteraron de su muerte. Desde hace un tiempo, vivía solo en El Hatillo, donde estudiaba Ingeniería Electrónica en una universidad privada y trabajaba en una heladería. La distancia lo había alejado de su familia. Los amigos de allá, que habían ido a la fiesta con él, fueron quienes se comunicaron con los parientes para darles la mala noticia.

“Ella tenía prohibido ir a ese club, porque ahí ya habían pasado cosas, allí va mucho delincuente”, aseveró Lucy Castellano desde una de las sillas plásticas de los pasillo de la morgue. Esa orden se la había dado a su hija, Angie Gianella Castro Castellano, de 17 años, quien había salido de casa con la excusa de asistir a una fiesta en el mismo edificio donde vivía. Pero el festejo no era allí, sino en Los Cotorros, donde su madre le había pedido que no fuera.

La mamá se enteró alrededor de las 2:30 am, cuando quienes acompañaban a la muchacha la llamaron para decirle que la habían trasladado a la Clínica Amay, en la urbanización El Pinar de El Paraíso, porque tenías problemas para respirar. Hasta ese momento, pensaba que solo había tenido un accidente, pero al llegar al sitio, la encontró muerta en la entrada del centro de salud.

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“Estaba en el piso junto con otra muchacha que también estaba muerta. Nunca la atendieron porque esa clínica no tiene nada. La dejaron ahí tirada”, denuncia Castellano.

Angie se había graduado de bachiller el año pasado. Desde entonces, trabajaba en Arturo’s y hacía un curso de inglés en el Centro Venezolano Americano. Quería irse del país a estudiar Arquitectura en Argentina, donde vive su hermana mayor desde hace seis meses. Solo la frenaba un problema que tenía con sus papeles. En cuanto lo solucionara, su hermana mayor le enviaría el pasaje. Ese era el trato.

La menor de las víctimas de la tragedia se llamaba Giovannina Victoria Gómez Suárez y tenía 14 años. También murieron Adriany Paz, de 16 años; Keismel Nazareth Tovar Ramírez y Lourdes Caterina Palacios Navas, de 21 años; Leslie Alexandra Peñuela Coronado, Marcos Javier Altuve, Cristóbal Ramón Altuve, Adrián Alejandro Blanco Morales, Jorge Alexander Castro Hernández y Yois Yanine Betancourt Castro. Hasta la tarde del sábado, una víctima estaba sin identificar.

@loremelendez

Al menos 17 muertos deja estallido de bomba lacrimógena en fiesta en el Paraíso

Al menos 17 jóvenes resultaron muertos en horas de la noche de este viernes cuando se produjo una avalancha humana en las instalaciones del club Los Cotorros, de El Paraíso, donde se celebraba una fiesta estudiantil con motivo del fin de año escolar de la Escuela Técnica José de San Martín ubicada en el oeste de Caracas.

Según versiones policiales la avalancha habría sido ocasionada por un adolescente quien, luego de una pelea con otros jóvenes habría activado una bomba lacrimógena trifásica en el recinto al que asistieron unas 500 personas, entre graduandos y sus acompañantes. La explosión de la lacrimógena provocó el pánico entre los asistentes, quienes intentaron salir del local aplastando a sus compañeros.

Las víctimas fueron trasladadas hasta el hospital Miguel Pérez Carreño, la Clínica Popular de El Paraíso, la Clínica Loira y la Clínica Amay.
El reporte policial identifica a algunos de los muertos como: Luis Eduardo Barrios Cevedo (46), Castro Jorhgen Alexander (19), Adrián Alejandro Blanco (16), Guerra Alfonso Luis Roniel (19), Altuve Valenzuela Marcos Javier (18).

 

 

Otra importante cantidad de los fallecidos no portaba documentación para el momento de los hechos, entre ellas, se encontraban seis muchachas con edades aproximadas entre los 18 y los 20 años y un joven también en el mismo rango de edad.

El reporte además contempla en el registro de heridos a Alexandra Yorganis Yepes Poveda (17), Rangel Zapata Coromoto (18) y dos jóvenes más también indocumentados. Otro grupo de jóvenes se encontraba recluido en las salas de emergencia de los centros de salud mencionados, muchos de ellos en grave estado de salud, por lo que el número de decesos ocasionados por la tragedia podría incrementarse.

 

 

Cabe destacar que el club Los Cotorros tiene capacidad para 150 personas y al parecer habían más de 500 personas en él para el momento del suceso.

El lugar del suceso fue acordonado por el Cicpc, organismo que inició las investigaciones para determinar las responsabilidades a que hubiere lugar, entre las que se encuentran la del autor del ataque, así como la responsabilidad del propietario del establecimiento.

 

 

Por su parte, el Ministro Nestor Reverol en un contacto telefónico con Venezolana de Televisión (VTV, se refirió al hecho asegurando que se están haciendo las debidas averiguaciones para esclarecer el hecho y establecer responsabilidades. Informó que por el suceso hay siete personas detenidas, entre ellos dos menores de edad,  de los cuales uno está acusado de ser el autor material del hecho. La dueña del local también se encuentra detenida.

 

Detonaron bomba lacrimógena en estación Petare del Metro de Caracas

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La mañana de este viernes reportaron la detonación de una bomba lacrimógena en la estación Petare del Metro de Caracas.

Al lugar llegaron efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) para atender la situación.

A través de la cuenta de Twitter del Metro de Caracas se informó de la captura de 4 presuntos vinculados con el hecho.

Este es el segundo incidente con una bomba lacrimógena en el Metro. El pasado martes en la mañana también detonaron una en la estación Plaza Venezuela, lo que generó tensión y el cierre temporal de la estación.

Accionaron bomba lacrimógena en estación del Metro Plaza Venezuela

MetroDeCaracasoficial

 

La mañana de este lunes fue accionada una bomba lacrimógena en la estación Plaza Venezuela del Metro de Caracas.

Usuarios de Twitter que se encontraban en la estación indicaron que la situación se volvió un caos debido a que la gente comenzó a correr y muchos cayeron al suelo.

El evento fue atendido por el personal de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y el personal de Metro, quienes procedieron a desalojar la estación para evitar que los pasajeros fuesen afectados por los gases. Hasta los momentos no se han reportado heridos ni afectados, sin embargo el sistema presenta un fuerte retraso.

 

 

Por su parte, el Metro de Caracas informó a través de su cuenta en Twitter que lo sucedido se debió a un acto de saboteo por parte de un usuario y que se encuentran investigando para determinar responsabilidades.

 

 

En declaraciones al portal de noticias Unión Radio, El presidente del Sindicato de Trabajadores del Metro de Caracas, Edinson Alvarado desminitió que las dos bombas lacrimógenas lanzadas la mañana de este lunes en la estación Plaza Venezuela fuesen activadas por funcionarios de la GNB y la Policía Nacional Bolivariana. Descartó que vayan a permitir algún paro o actividad que pretenda paralizar el subterráneo. “Fue un atentado terrorista, al lanzar la bomba en cuarto vagón y luego lanzar otra, menos mal que activamos el protocolo de seguridad; es un atentado contra el pueblo. El llamado es a estar alerta ante las acciones de la derecha”.

 

 

Joven impactado por una lacrimógena salió del coma tras 40 días

ÓscarNavarrete

 

El joven Óscar Navarrete logró salir este miércoles del estado coma en el que entró el pasado 18 de mayo luego de ser impactado por una bomba lacrimógena en el pecho, que le generó una arritmia y le colapsó los pulmones.

El muchacho resultó herido por la fuerte represión por parte de los cuerpos de seguridad contra una manifestación que se realizaba en Altamira. Inmediatamente fue llevado a un centro médico por sus compañeros y después de 40 días en coma el joven se recupera satisfactoriamente.

“Agradezco a Dios y a todo el equipo médico de La Floresta por toda la colaboración y el apoyo incondicional que le dieron a mi hijo, quien se está recuperando y saliendo de esto”, expresó Carmen Ruíz, madre de Navarrete.

Los paramédicos contaron que el joven de estuvo unos minutos sin signos vitales pero los especialistas de la salud lograron revivirlo y lo trasladaron a terapia intensiva.

 

Juez otorgó libertad plena a estudiantes detenidos en El Rosal

estudiantes

Libertad plena otorgó el juez 43 de control a los estudiantes de la USB, UCV y UCAB, que fueron detenidos el pasado jueves 29 de junio en El Rosal y vejados por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana.

Así lo dieron a conocer integrantes del Foro Penal Venezolano, luego que la tarde de este domingo finalizara la audiencia. El juez de la causa, dio un receso de 30 minutos para dar a conocer la decisión.

Los jóvenes fueron trasladados al Palacio de Justicia el pasado sábado en la mañana y hasta horas de la noche no los habían trasladado a los tribunales.

En vídeos que se colgaron en redes sociales, se percibía como los integrantes de la PNB montaban en un camión sin ventilación a los estudiantes no antes de encerrarles bajo una nube de gas lacrimógeno.

El propio Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, había solicitado la libertad para los estudiantes, en vista que la Fiscalía no llegó a acusar.

 

 

INFOGRAFÍA Y VIDEO | A Neomar Lander lo habría matado una bomba disparada por la PNB
“Una cosa es lo que digan allá afuera, y otra cosa es lo que hacemos aquí”, afirmó un experto del Cicpc, y seguidamente aseguró que el adolescente de 17 años de edad fue impactado por una bomba que emanaba calor, disparada a poca distancia por un funcionario policial
A casi tres semanas del asesinato del joven manifestante, patólogos, bomberos, funcionarios del Cicpc, expertos de la extinta PTJ y abogados analizan para Runrun.es las causas de la muerte. Descartan la versión oficial y esperan el resultado de la investigación realizada por el Ministerio Público

 

Infografía: Juan Carlos Hernández

Edición del video: Abrahan Moncada

NEOMAR LANDER SALIÓ EL MIÉRCOLES 7 DE JUNIO a protestar contra el Gobierno de Nicolás Maduro con la esperanza de conseguir un mejor país. Viajó desde Guarenas a Caracas para marchar junto a su madre, su usual compañera en esta clase de eventos, y se reunió con el grupo de manifestantes con los que entabló amistad los últimos meses. Sin embargo, ese día Lander dejó a su mamá en Las Mercedes y partió a la avenida Libertador, en Chacao, con otros manifestantes. Lo siguiente que su madre supo fue que había muerto.

La marcha convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para ese miércoles salía desde 15 puntos de Caracas. Ese día protestas en varios puntos de la ciudad fueron reprimidas. La movilización opositora que se dirigía al Consejo Nacional Electoral alcanzó la avenida Libertador cuando fue su turno de ser reprimida.

Lander se encontraba en Las Mercedes protestando en compañía de su madre y el grupo de manifestantes de la “La Resistencia”. Después de las 3:00 pm, el joven se fue con varias personas a la avenida Libertador de Chacao. Allí, él y los “escuderos” hacían frente a funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

Infografía Muerte Neomar actual

A través de los videos captados desde un edificio y los relatos de algunos testigos se pudo conocer que Lander se ubicó, junto a otros manifestantes, en la calle que da acceso a la avenida Libertador por Chacao, en dirección este-oeste desde la avenida Francisco de Miranda. A pocos metros se encontraba un contingente de oficiales de la PNB en la parte alta, muy cerca del Centro Comercial Lido.

En uno de los videos se observa cuando el adolescente de 17 años de edad se separa del grupo y se va adentrando por la rampa hacia una especie de túnel que conduce a la Libertador. Allí se vé cuando lanza un fuego artificial que explota en el aire cerca de los funcionarios. El joven da vuelta en dirección este, para regresar con sus compañeros, pero en ese momento se escucha una detonación. Se puede ver a un funcionario de la PNB salir de formación, y queda oculto tras un árbol apuntando con su escopeta modelo M79 -desde la parte alta de la avenida Francisco de Miranda- hacia Neomar Lander, sin respetar la indicación de accionar su arma en un ángulo de 45 grados.

A los dos segundos se escucha una detonación, se observa un destello, se ve humo de lacrimógenas y luego aparece el cuerpo de Lander tendido en el asfalto boca abajo. Al fondo, tras una cortina de humo y a unos 10 metros del  joven, se observa una silueta que se mueve. Ese sería el funcionario que disparó en forma horizontal y de frente contra el joven una bomba que emana fuego, que impactó en el lado derecho del tórax de Neomar Lander causándole la muerte y quemaduras.

Al escuchar la segunda detonación, el grupo de espectadores que grababa lo que ocurría desde un edificio aledaño gritó: “lo mataron, lo mataron…”. Seguidamente, la cámara enfocó el cuerpo del joven tirado boca abajo en la calle, y luego fue recogido por dos de sus compañeros de “La Resistencia” que buscaron atención médica. Miembros de la Cruz Verde intentaron reanimarlo, ya que no tenía signos vitales y fue llevado a la Clínica Ávila, donde confirmaron su fallecimiento.

Video: Clips El Nacional y Cortesía

 

Lander participaba en las protestas desde abril, a pesar de vivir en Guarenas. Él se trasladaba a la ciudad cuando había protestas convocadas por la oposición, donde periodistas y fotógrafos lo inmortalizaron en imágenes con el rostro cubierto y pancartas con los colores de Venezuela. El joven de 17 años de acuerdo a allegados hacía un curso de bartender.

La protesta continuó luego de la muerte de Neomar. La represión también. El lugar donde dio su último respiro fue escenario de enfrentamientos. La azotea de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura, ubicada en Chacao, fue tomada por hombres que disparaban contra los manifestantes, impidiendo incluso el acceso de la policía judicial y los medios de comunicación al sitio donde había muerto Neomar Lander, lo que impidió resguardar de inmediato el lugar donde cayó herido.

La polémica sobre qué y quién mató a Neomar Lander también continuó. Inmediatamente después de que el joven murió, funcionarios y dirigentes del oficialismo comenzaron a rea el supuesto fallecimiento del adolescente a consecuencia de la explosión de un mortero, que habría tenido en su poder.

Lo que vieron los patólogos

Las versiones oficiales sobre la muerte de Lander presuntamente con un explosivo de fabricación artesanal comenzaron a circular desde antes de que se tuviera el resultado de la autopsia del joven, sin pruebas, ni elementos que confirmaran esta información.

Mientras, los expertos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y del Ministerio Público se disputaban el derecho a realizar los exámenes forenses al cadáver en la Morgue de Bello Monte. Finalmente el cuerpo del joven habría sido evaluado por expertos de ambas instituciones, aunque la responsabilidad de presentar el resultado del examen quedó en manos del Cicpc.

“Nunca había visto una herida así”, aseguró asombrado un patólogo muy experimentado que presenció el procedimiento y que pidió no revelar su identidad. Descartó de plano que hubiera sido un mortero el objeto que causó la herida y la muerte de Neomar Lander. “Si hubiese sido un mortero el daño sería mucho mayor, hubiera comprometido o destrozado dedos, manos y hasta el cuello”.

Agregó que el cadáver presentaba “tatuajes de pólvora en la parte interna de los brazos, herida necrosada en el tórax producto de quemadura y aunque la herida era un poco irregular, no se compara con la que hubiera producido el estallido de un explosivo (como un mortero). No toco la cara”. Lander también tenía pequeñas quemaduras en parte de la pierna derecha, por lo que se presume que se agachó o dobló la pierna para protegerse al ver venir el proyectil.

En entrevistas concedidas a distintos medios de comunicación, Antonieta de Dominicis, vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Medicina Forense y ex jefa de Anatomía Patológica de la División de Medicina Legal del Cicpc, ofreció su opinión con base a la herida que presentaba Neomar Lander. “La fractura de los arcos costales puede haber producido perforación a nivel del pulmón derecho, el cual va a sangrar y pudo haber producido un hematórax…”, dijo a Efecto Cocuyo.

Otras patólogas que pudieron revisar el cadáver coinciden en que la lesión que presentaba Lander no pudo ser ocasionada por un mortero, y aunque no se atrevieron a asegurar que se tratara de una bomba lacrimógena, no dudaron en afirmar que el joven fue impactado por un objeto contundente.

Expertos en homicidios y balística responden sin dudar

Funcionarios expertos en homicidios y balística del Cicpc también fueron consultados por RunRun.es. Aunque pidieron no revelar su identidad, no titubearon al referirse al homicidio: “Lo mató el impacto de un objeto contundente o proyectil disparado a corta distancia por uno de los policías. Para mí fue una bomba lacrimógena, de eso no tengo dudas. Y digo proyectil, porque el término define a un objeto que se proyecta o se lanza con fuerza con un arma de fuego”, aseguró uno de los especialistas. Otro de sus colegas coincide en que se trató de un objeto contundente disparado por un funcionario policial, pero considera la posibilidad de que pudiera tratarse de una bomba aturdidora.

Ambos descartan completamente la versión oficial de la muerte por explosión de un mortero y sobre esa teoría defendieron el trabajo criminalístico y científico que hacen los investigadores dentro del Cicpc: “Una cosa es lo que digan allá afuera, y otra cosa es lo que hacemos aquí. A ese muchacho lo mató el impacto de una bomba”, confirmó y continuó con la explicación técnica del hecho.

El comisario Luis Godoy, quien fue jefe de la División contra Homicidios de la antigua Policía Técnica Judicial, con más de 20 años de experiencia, aseguró con base en los videos y testimonios que existe 90% de probabilidad de que una bomba lacrimógena fuese la causante de la muerte del menor de edad.

El comisario planteó que la fuerza con que salió disparada la bomba lacrimógena perforó el pecho de Lander, justo en el momento en que se accionó el artefacto para que saliera el gas lacrimógeno contenido. Por el aspecto de la lesión no se trataría de una explosión, sino de una lesión presumiblemente ocurrida por una llamarada que parece provenir desde dentro de la piel, posiblemente ocasionada por la deflagración de la pólvora de la lacrimógena, señaló Godoy.

Coincide con el análisis de Cristian Fuentes, quien fue bombero por más de 5 años y es experto en seguridad. “Lo que creo que ocurrió fue el impacto directo con una bomba y la deflagración (quema de la pólvora) se generó directamente sobre la piel. Es como si tuvieras un chorro de fuego, algo similar a un volcán, que lo prendes y salen fuegos artificiales hacia arriba. Agarra ese volcán y pégatelo al cuerpo, te va a generar una quemadura desde adentro hacia afuera. Algo así fue lo que le sucedió al muchacho. ¿Qué le pegó? no sé. Pudo ser una bomba de aturdimiento, de esas que llaman flashbang, que ocasiona un impacto de sonido fuerte y genera gran cantidad de luz por una quema exagerada de la cantidad de pólvora y los elementos químicos que tiene. Y esto le impactó justo en el pecho”.

El comisario Mario Del Giudice también formó parte de la extinta PTJ, ha escrito varios libros de criminalística y es experto en armamento y balística, explicó que dependiendo de la evidencia que se colectó y que quedó en el lugar del hecho se puede precisar cuál fue el proyectil que mató a Neomar Lander. Pero para eso es necesario un manejo adecuado de las evidencias.

“En este caso fue una bomba lacrimógena, posiblemente trifásica, con una función muy distinta, con una mecha que tiene pólvora, eso se llama deflagración y va echando candela. Como esa bomba no se hizo para ser disparada a corta distancia, no explotó, impactó. Y en la medida que fue deflagrando la pólvora iba echando humo, pero no completamente”, explicó el comisario, que también es profesor de postgrado.

Godoy recalcó que en la lesión de Lander, observada a través de una fotografía difundida por redes sociales, se nota una marca oscura de forma semicircular que pudiese ser el cartucho de pólvora que penetró en el pecho del joven. Una captura de los objetos encontrados en la escena del suceso muestran una bomba lacrimógena con sangre seca en su interior.

“El tuvo la mala suerte de que a parte del impacto fuerte que le pudo haber ocasionado la muerte, la bomba deflagró exactamente al momento del contacto en el pecho”, dijo el comisario Luis Godoy, quien destacó que otro elemento a considerar al evaluar la lesión era la contextura física de Lander, quien era bastante delgado.

Las bombas lacrimógenas, cuyo cartucho mide 40mm de diámetro, son disparadas desde una escopeta modelo M79 con una velocidad entre 70 y 80 metros por segundo, alcanzando distancias entre 350 y 450 metros. Godoy explica que la pólvora de la bomba empieza a quemarse apenas deja el cañón, y en segundos puede alcanzar altas temperaturas capaces de dejar quemaduras. “Esa es la quemadura que existe en el pecho”.

NeomarLander

“Las quemaduras por fuegos artificiales no se presentan de esa manera”

Cristian Fuentes atendió centenares de casos de personas con lesiones ocasionadas por fuegos artificiales, como morteros, en su carrera como bombero. Luego de revisar imágenes de la herida sufrida por Neomar Lander explicó: “Las quemaduras con fuegos artificiales no se presentan de esa manera. En primer lugar, porque de una detonación cerca del cuerpo siempre va a generar una explosión y esa explosión va a tener un levantamiento de la piel, y un desprendimiento de la piel de manera rasgada. Además de avulsión de los miembros, en el caso de la mano, es decir se te arrancan o desprenden los dedos por la fuerza de la detonación”.

El comisario Godoy, ex jefe de homicidios de la PTJ, coincide en que si la lesión hubiera sido ocasionada por la explosión de un mortero, Lander presentaría mutilaciones en las manos y perforaciones mayores en el tórax y el rostro. Destacó igualmente que en el video no se observa ningún tipo de humo blanco cerca del cuerpo de Lander, el que habría quedado producto de la detonación del presunto explosivo.

Añadió que la lesión de Lander presenta bordes definidos y su figura es circular, en lugar de poseer los bordes indefinidos y forma irregular como sucede con las heridas producidas por explosiones de artefactos caseros o morteros.

Mientras que Del Giudice precisó que la magnitud de la herida presentada por Lander está relacionada con corta distancia a que fue disparado el proyectil.  “Si hubiese sido un mortero ahí hubiera quedado solo la correa y el pantalón”, dice exagerando un poco, para dar una idea gráfica de la magnitud del daño que puede causar un explosivo de ese tipo.

El ex bombero explicó la razón de algunas de las lesiones tenía Lander: “Las quemaduras en el brazo son heridas de defensa; él trató de poner el brazo para esquivar el trancazo y una posible esquirla del plástico de la bomba le pudo haber cercenado parte del dedo meñique”. Fuentes insistió en que si la víctima hubiese tenido un mortero se hubiese quedado sin mano y sin pecho.

Similar al caso Pernalete

El comisario Luis Godoy comparó el caso de Neomar Lander con el de Juan Pablo Pernalete, el joven que fue asesinado durante una protesta el 26 de abril por el impacto de una bomba lacrimógena disparada horizontalmente y a quemarropa por un funcionario de la GNB. “Es exactamente lo mismo que pasó con Pernalete. A ambos les fue disparada una bomba lacrimógena de manera horizontal por un funcionario de seguridad del Estado. Sin embargo, la bomba que impactó a Pernalete no explotó, y solo fue una contusión que partió la vértebra y esta perforó el pulmón”, afirmó.

“El pronunciamiento del Ministerio Publico debería ser igualito al del caso de Juan Pernalete”, asegura también el comisario Del Giudice, y advierte que las pruebas que se deben realizar en estos casos no son solo el protocolo de autopsia. Además debe haber inspecciones en el sito del hecho y se deben hacer experticias fisicoquímicas y biológicas, entre otras para determinar con certeza lo ocurrido.

Los consultados concluyen que Neomar Lander no fue víctima de una muerte accidental. “Si lo mató una bomba disparada por un PNB eso fue un homicidio calificado, por motivos innobles, pues el funcionario sabía que una bomba disparada a corta distancia y en forma directa se convierte en un objeto letal”, explicó el abogado Joel García, especializado en Derechos Humanos. En este caso la responsabilidad por el homicidio del adolescente recae sobre el funcionario que disparó, pero también sobre toda la cadena de mando de la PNB, incluyendo al director de este cuerpo de seguridad.