bcv archivos - Página 4 de 101 - Runrun

bcv

BCV reporta inflación de de 28,5% en mayo
Los datos oficiales de mayo son superiores a los del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), el cual estimó una variación de los precios de 19,6%

 

Este miércoles, 16 de junio, el Banco Central de Venezuela actualizó el Índice Nacional de Precios al Consumidor en mayo y reportó una variación mensual de 28,5%, superior a la registrada en abril, que se ubicó en 24,6%.

El ente emisor indicó que la variación acumulada de la inflación en los primeros cinco meses del año fue de 264,8%, mientras que el aumento anualizado (mayo 2020-mayo 2021) continuó mostrando una tasa de cuatro dígitos (2.719,5%). Por lo que que Venezuela se mantiene en el escenario de hiperinflación en el que entró en noviembre de 2017. 

Los datos oficiales de mayo son superiores a los del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), el cual estimó una variación de los precios de 19,6%, impulsado por el aumento en el grupo de servicios del hogar, así como por el incremento de la liquidez monetaria del BCV.

De acuerdo con las variaciones del INPC por sectores que publicó el BCV para el cierre de mayo, el segmento de Equipamiento del Hogar registró el mayor incremento de precios con una variación de 63,4%. Según el OVF el incremento mensual de este rubro fue 10,6% en el mismo período.

El indicador de precios del sector Salud subió 41,3% en mayo, según el BCV, mientras que para el OVF el incremento fue de 13,8%.

Según la data del ente emisor también subieron por encima del promedio general: Servicios de Vivienda excepto Teléfono (+36,8%); Servicios de Educación (+36,1%); Transporte (+30,8%) y Vestido y Calzado (+30%).

Alimentos y Bebidas No Alcohólicas registró una variación mensual de 24,9%, superior en 2,4 puntos porcentuales a la reportada por el OVF.

*Con información de TC/B&N

¿Por qué hoy se compra menos con el dólar que en 2019?
La inflación venezolana no puede medirse en dólares, porque el dólar es una mercancía más que cambia de precio en esa inflación, no es un activo de valor fijo

 

@daniellahoud

Vivir en Venezuela es una experiencia que puede ser sobrecogedora. Primero porque ningún día es igual y uno termina aprendiendo que la historia no se repite, aunque los errores sean casi siempre los mismos. Lo primero es entender que la pérdida en el poder de compra es además de producto de una emisión importante de activos monetarios, resultado de una caída importante de la demanda de dinero. De hecho, el FED ha elevado impresionantemente la base monetaria y la  subida de precios no es equivalente a esa elevación de los medios de pago.

Demanda de dinero

Algún desprevenido dirá “es que ellos producen y por eso no hay alza en los precios”, pero no. Realmente es la demanda de dinero, porque todos aceptan el dólar y todos quieren esa moneda más que cualquiera otra. Entonces hay que entender que el fenómeno que vivimos necesita, además de un banco central profundamente irresponsable, un grupo de demandantes que no quieren la moneda que se emite. Si se realiza una encuesta, buena parte de la población prefiere otra moneda, nadie cree en el bolívar como unidad monetaria, y nadie creerá en cualquier moneda emitida por ese banco central que la emite irresponsablemente. La confianza es prácticamente irrecuperable.  

Cómo se mide la inflación

Otro elemento es la medición de la inflación. El bolívar no es el mismo activo de los años 40 al 70 del siglo XX. Hoy es una mercancía deplorable que ni siquiera es lo suficientemente estable para medir su propia pérdida de valor. Sin embargo, es un absurdo utilizar otra moneda para hacerlo, ni siquiera el dólar, porque no es la moneda de curso legal. El dólar también es un activo, con mucho más poder de compra que el bolívar, y con mucha mayor demanda que el bolívar dentro y fuera de Venezuela.

Pero, las valoraciones en dólares son subjetivas. Cuando estábamos muy mal, a mediados del 2019, el dólar tenía mucho más poder de compra que hoy, y eso no puede ser medida de la inflación, porque no es la moneda de curso legal en Venezuela. Es como si midiéramos nuestro poder de compra en papel toilet o en hamburguesas ¿Eso tiene sentido? Creo que no. Sin embargo hay gente que uno considera seria haciendo esas cosas.

En 1923 J. M. Keynes escribió su primer libro de temas puramente económicos, un texto que se denominó A tract on monetary reform (Un breve tratado sobre la reforma monetaria). En el mismo propuso la teoría de la paridad de compra para medir el poder de compra de las monedas con los índices de inflación de dos países y lo mostró como útil para fijar los tipos de cambio, que era una cosa que en 1923 no existía.

Luego, en 1930, escribió un libro menos famoso llamado Treatise on Money (El tratado del dinero), donde afirmó refiriéndose a la Teoría de la paridad de poder de compra de Cassel: “Yo pensaba antes que esta teoría era más interesante de lo que creo ahora… Las aplicaciones más recientes que ha hecho el profesor Cassel de su teoría me parecen que están viciadas por su supuesto implícito de constancia en la relación real de intercambio.” (Keynes, 1930: 84). Qué queda para los demás.  

La inflación venezolana no puede medirse en dólares, porque el dólar es una mercancía más que cambia de precio en esa inflación, no es un activo de valor fijo.

Suponer la constancia de valor es un error grave, quizá menor que medirlo en bolívares, por lo que todos esos índices que corren calculados por quien sea, no sirven. Les pregunto ¿su ingreso perdió poder de compra como alguno de ellos? Si usted sabe la suficiente estadística, descubriría, como Keynes, que “la obligación de los departamentos oficiales de estadística debería ser, ante todo, preparar un buen índice del poder de compra del dinero” (ídem.) Hasta hoy, casi cien años después, no se ha hecho. Sencillamente porque no es posible, no podemos escapar de la trampa de un Laspeyres (es decir un IPC).

¿Por qué con un dólar compramos hoy menos que en 2019?

La razón está en que cuando el país estaba en la profunda recesión de 2019, el poder de compra de un dólar era mayor que hoy. Entre otras a un venezolano le costaba quizá más ganarse un dólar en 2019 que lo que le cuesta hoy. Por eso hoy es capaz de desembolsar ese dólar para comprar menos cosas, porque sabe que puede ganarlo de nuevo con menos esfuerzo. Esas cosas, que son las que medirían ese poder de compra, no pueden medirse para una comunidad, a lo sumo para una persona y su extrapolación no nos sirve.

De la misma manera, si consiguiéramos la forma de hacer una cesta tipo y un personaje tipo, para medir un promedio, nadie aseguraría que eso fuese representativo de toda la sociedad. Es la misma razón por la que el IPC no representa lo que nos ocurre a los individuos en la realidad. Algunos consideran que ese índice exagera, otros que el índice se queda corto. Porque la medición del poder de compra es eminentemente subjetiva, como todo en economía. Nos guste o no.

* Daniel Lahoud C. es economista e historiador, profesor de la UCAB

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El dólar escaló 30% en abril: ¿a cuánto llegará en lo que resta de año?
La liquidez superó la barrera del billardo. Para tratar de contener el ascenso del dólar el Banco Central asfixia al crédito. El impacto en el sistema financiero obligó a permitir un descuento del encaje

 

@vsalmeron

 

La cotización del dólar en el mercado oficial experimentó un alza de 30% en abril y rompió con la pasividad de marzo, mes en que solo aumentó 4%. La escalada impulsó el precio de productos y servicios, pero lo inquietante es que analistas coinciden en que el ascenso apenas comienza.

El promedio de las proyecciones de los panelistas de FocusEconomics, entre los que se encuentran bancos y firmas como BancTrust, Julius Baer y Oxford Economics, señala que el tipo de cambio oficial, que el seis de mayo inició la jornada en 2 millones 866 mil bolívares, estará en torno a 16 millones 900 mil bolívares al cierre del año.

Leonardo Buniak, analista de riesgo bancario y director de la firma Buniak & Company indica que “nuestra estimación para el cierre del año es un dólar en torno a 13 o 14 millones de bolívares, pero puede ser más alto porque todo va a depender de cómo se comporten los agregados monetarios”.

Entre las proyecciones que estiman un salto mayor destaca la de Ecoanalítica que calcula que el tipo de cambio oficial culminará este año en 18 millones de bolívares por dólar.

El hundimiento del bolívar golpeará con mayor fuerza a quienes no tienen ingresos en divisas y aumentará la desigualdad. De acuerdo con un estudio de Datanálisis realizado en febrero de este año, solo 21,8% de los venezolanos afirma que ellos o algún miembro de su familia recibe algún tipo de compensación laboral en moneda extranjera.

Los pagos indexados no son para la mayoría: solo 27,4% indica que ellos o alguno de sus familiares recibe algún tipo de compensación laboral calculada de acuerdo a la tasa del tipo de cambio paralelo, que suele ser ligeramente superior a la tasa oficial.

Además, el 35,4% de los ciudadanos señala que recibe remesas, pensiones o algún tipo de ayuda desde el exterior.

Reacción en cadena

Tras no ahorrar durante el período de los altos precios del petróleo, endeudarse masivamente, no realizar las inversiones necesarias para mantener la producción petrolera y generar una profunda recesión que merma la recaudación de impuestos, el gobierno está en bancarrota y recurre a la emisión de dinero.

Sin mayor control, el directorio del Banco Central autoriza la creación de bolívares que financian el gasto de ministerios, institutos, alcaldías y empresas públicas quebradas.

Durante el primer trimestre la administración de Nicolás Maduro contuvo el gasto, pero en medio del incremento de los casos de coronavirus lo aumentó en abril mediante el reparto de bonos a trabajadores del Estado y familias de bajos recursos. Además, el gobierno elevó la compra de insumos.

El gasto del gobierno activó una cadena conocida: las familias recibieron bolívares y rápidamente los gastaron en comercios que, a la brevedad, los cambiaron a dólares porque después de tres años en hiperinflación el bolívar es una moneda moribunda. 

Al mismo tiempo, las empresas que prestaron servicios o vendieron insumos al gobierno también recibieron bolívares que rápidamente cambiaron a dólares para proteger sus ingresos.

Así, el incremento de la demanda de divisas impulsó la cotización del dólar que es la referencia que utilizan empresas, comercios y particulares para calcular sus costos y establecer precios.

El billardo

El aumento de la cantidad de bolívares en la economía alcanzó dimensiones complicadas para la lectura. En la tercera semana de abril, último dato oficial, la liquidez superó la barrera del billardo. Un billardo es uno con quince ceros y equivale a mil billones.

Leonardo Buniak destaca que “por primera vez vemos un billardo como unidad monetaria. Si la liquidez sigue creciendo mensualmente a este ritmo, la estimación para fin de año es que estará en 5,7 billardos de bolívares”.

Además de impulsar el dólar, en términos generales, la inyección de dinero por parte del Banco Central desequilibra por completo la oferta y la demanda en la economía. Leonardo Buniak resume que “se entrega poder de compra para adquirir productos que no se han producido, esto tiene consecuencias inflacionarias”.

De acuerdo con el Banco Central de Venezuela, entre marzo de 2020 y marzo de este año la inflación registró un salto de 3.012%. 

Descuento y euros

Mientras con una mano el Banco Central crea dinero para financiar al gobierno, con la otra toma medidas para evitar que los bancos otorguen créditos que financien la compra de divisas y den un impulso extra al dólar.

Para bloquear el crédito el Banco Central obliga a los bancos a mantener como reservas 85% de los depósitos que gestionan -el encaje en la jerga financiera-y sanciona con multas severas a las entidades que no cumplen la orden.

Pero en vista de que en abril un grupo de bancos sufrió un problema severo de iliquidez e incumplió de manera reiterada con el monto de los depósitos a inmovilizar, el Banco Central permitió un descuento del encaje que solo se aplicará en mayo.

El descuento varía en cada caso y equivale “al monto de intereses pagados por cada banco por incumplimiento del encaje desde el cuatro de enero de 2021”.

La firma Síntesis Financiera explica en su informe El Tesorero que “es posible que la mayoría de los bancos estén cerca de eliminar su déficit de encaje, gracias a la deducción, pero seguramente habrá algunos que continuarán presentando déficit esta semana”.

Agrega que “lo breve del lapso de vigencia del descuento, apenas un mes, hace pensar que pronto se requerirán nuevas medidas”.

Síntesis Financiera destaca que las autoridades no han creado las condiciones para disminuir el encaje hasta proporciones normales -entre 20% y 30% de los depósitos- a fin de que el crédito fluya “sin presiones indebidas sobre el precio del dólar”.

La firma sostiene que es necesario que crezca la disposición de las empresas y las personas a mantener bolívares en sus cuentas y “lograrlo supone que las autoridades superen el desafío de credibilidad y confianza que permita atraer los capitales que demanda con urgencia la economía venezolana”.

Además de asfixiar el crédito, el Banco Central comenzó a vender euros en efectivo a través de los bancos a fin de aumentar la oferta de divisas y contener el ascenso del dólar, pero la oferta es muy baja y está muy lejos de satisfacer la demanda.

Banqueros consultados indican que desde marzo el Banco Central inyecta al mercado alrededor de 10 millones de euros a la semana, una cantidad que no ha logrado estabilizar al tipo de cambio.

Dólares en depósitos

La pulverización del bolívar alentó la circulación del dólar y la apertura de cuentas en divisas que ganan espacio en el balance de los bancos. Al cierre de marzo de este año las captaciones en dólares de libre convertibilidad ascienden a 270 millones y representan 46% de los depósitos.

Los balances indican que los cinco bancos líderes en depósitos en dólares son BNC, Mercantil, Venezuela, Bancaribe y Bancamiga, con lo que está en marcha una recomposición en el ranking de captaciones.

Un aspecto clave es que los bancos han ampliado las facilidades para movilizar los dólares a través de cuentas que permiten transferir divisas a clientes del mismo banco.

Además, ya existen cuentas en dólares con tarjetas de débito que funcionan para pagar en cualquier comercio del país y del exterior; retiro de efectivo en cajeros automáticos de otros países y transferencias de dólares desde una cuenta en Venezuela a una cuenta de otro banco en el extranjero y viceversa.

Las cuentas en dólares con tarjetas de débito permiten pagar en cualquier establecimiento del país mediante un sistema donde al cliente se le debitan dólares, pero el comercio recibe bolívares. 

Mercado de capitales

El 18 de febrero Fedecámaras le entregó al Gobierno un documento con sus propuestas y necesidades para reactivar la economía. Entre los puntos figura la “reactivación del crédito para financiar capital de trabajo, importaciones y pagos a proveedores”.

A comienzos de este año en vista de que los depósitos en dólares representan una porción sustancial de las captaciones, un grupo de bancos comenzó a otorgar préstamos en divisas, pero la Superintendencia de Bancos y el Banco Central frenaron el proceso.

Las autoridades intervinieron y prohibieron la entrega de créditos en dólares sin autorización previa. Banqueros consultados indican que desde entonces, aunque se han introducido solicitudes, no ha habido aprobación alguna y el crédito a las empresas sigue fuertemente restringido.

En este entorno empresas como Calox, Cargill y Montana Gráfica han aumentado la emisión de bonos a través de la Bolsa de Valores de Caracas y compañías como Impulsa sirven de canal para que el sector agroalimentario obtenga financiamiento. Pero el mercado de capitales es enano y es incapaz de sustituir a la banca.

Si bien la decisión del Banco Central de asfixiar el crédito bancario ha tenido algún efecto de contención en el alza del dólar, el precio a pagar ha sido una economía sin financiamiento a la producción y el consumo.

Asamblea Nacional de Guaidó aprueba pago a bufete que lleva caso del oro en Inglaterra
El monto aprobado por los diputados de la Comisión Delegada es de $3.720.687,43

Este martes, 6 de abril, la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional aprobó una ampliación del Fondo Especial de Litigios para pagar deudas por honorarios profesionales y gastos legales en el juicio sobre el control de las reservas de oro del Banco Central de Venezuela, que se encuentran custodiadas en el Banco de Inglaterra.

El monto autorizado es de $3.720.687,43 y será utilizado para pagarle al bufete Arnold&Porter. Según el acuerdo, que fue leído en la sesión pero no compartido o publicado a los periodistas, esta acción forma parte de la «protección de activos venezolanos en el exterior».

Mientras que el gobierno de Nicolás Maduro, contrató al abogado Sarosh Zaiwalla, para poder reclamar el oro. Además han acusado al gobierno interino de Juan Guaidó, de querer «robarse» estos recursos. 

En diversas oportunidades, Maduro ha dejado ver que la «recuperación» de ese oro, permitiría la compra de vacunas contra la COVID-19, a pesar de que el gobierno interino de Guaidó aprobó un presupuesto de más de 30 millones de dólares, para adquirir dosis a través del mecanismos COVAX. 

Reporte de DDHH ante la Asamblea Nacional

En la sesión virtual de la Comisión Delegada, el comisionado presidencial para Derechos Humanos y Atención a las Víctimas, presentó su informe anual, ante la Asamblea Nacional, donde destacó que su oficina confirmó estadísticas de ejecuciones extrajudiciales por parte de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) identificando a 400 víctimas y 125 no identificadas.

«Esto se suma a las más de 2.500 registradas a nivel nacional por la Sra. Michelle Bachelet desde la Oficina de la Alta Comisionada. Hemos podido concluir que existe un patrón de ejecuciones que afecta de manera particular a jóvenes varones de escasos recursos debido a la militarización de la seguridad ciudadana», añadió.

Igualmente señaló que documentó 232 detenciones arbitrarias y que tuvo información de 106 otras víctimas que fueron presuntamente detenidas. Además 69% de las detenciones de trabajadores de la prensa fueron clandestinas y solo 31% siguieron procesos judiciales. 

Prado destacó que actualmente hay 320 presos políticos, donde 305 son hombres y 24 son mujeres. Además 206 son civiles y 123 son militares. «Estas personas privadas de su libertad por razones políticas han sido víctimas de la detención arbitraria, aislamiento, Tortura psicológica, tratos crueles degradantes e inhumano, retardos procesales injustificados y discriminación», agregó.  

En su discurso, Humberto Prado también se refirió a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA) donde reseñó que 79,3% de la población no tiene suficiente poder adquisitivo para cubrir la canasta básica. 96% de los hogares están en situación de pobreza y 79% en pobreza extrema.

Explicó que 13% de los ciudadanos tienen acceso a agua potable de forma constante, mientras que en el acceso a alimentos, el 27% de la gente se encontró en estado de mendicidad; 42% de los hogares tuvieron que rebuscar alimentos en la calle y 35% afirmó que consumieron alimentos que hubiesen preferido no haber comido.

Sobre los derechos de las mujeres, Humberto Prado indicó ante los diputados de la Asamblea Nacional, que documentaron un total de 212 femicidios, de las cuales 56 se reportaron en el extranjero. 

«La Comisión efectuó una encuesta nacional sobre el acoso sexual callejero, y en el Informe intitulado “Discriminación estructural y violencia de género en Venezuela hasta agosto de 2020: Ni una más Venezuela” determinamos que 86.4% de la población reporta que siempre o casi fueron víctimas de acoso sexual», expresó.

Además dijo que hay cerca de 10 millones de mujeres afectadas por la reducción de 326 toneladas de anticonceptivos. «La ONG Convite AC reportó una escasez igual al 78% de los anticonceptivos. Esto afecta el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos».

El comisionado reportó que hasta 2017, 109 personas habían sido asesinados por su orientación sexual. «Para 2020 podemos confirmar que hay cerca de 6.000 familias LGBTI que requiere protección legal y no la tienen. Igualmente, permanece vigentes muchas leyes que promueven la discriminación en contra de este grupo personas».

José Guerra: El cono monetario a efectos prácticos es inservible
José Guerra aseveró que mientras no haya una corrección de fondo de la política económica, no habrá mejora en el país

Los diputados de la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional, representada por Juan Guaidó, rechazaron la incorporación de tres nuevos billetes al cono monetario actual.

En la sesión virtual de este martes, 9 de de marzo, el diputado y economista, José Guerra aseguró que por la inflación el cono monetario ha perdido vigencia y a efectos prácticos es inservible. 

«La economía se ha dolarizado justamente por la falta de confianza en la moneda, porque al fin y al cabo la moneda es confianza», agregó.

También explicó que la emisión de los nuevos billetes por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) refleja la destrucción del bolívar, a través de este organismo con el financiamiento monetario e inflacionario del déficit fiscal.

«La causalidad es la siguiente, Pdvsa tiene un déficit por operaciones y se financia con la emisión de un pagaré, ese pagaré lo toma el BCV y emite el dinero para que Pdvsa tenga la caja, que a la vez se traspasa el gobierno para que gaste», indicó.

Guerra aseguró que la deuda actual de Pdvsa con el BCV es de 28 mil millones de dólares, por emisión monetaria. «Esto es prácticamente cinco veces el monto de las reservas internacionales en poder del BCV, entonces es un dinero potencialmente inflacionario porque no tiene respaldo en los activos externos del BCV», dijo.

El diputado agregó que esto ha generado devaluación en la moneda y se traslada a los precios, con lo que sigue el «círculo vicioso» de mayor devaluación e inflación. «La inflación vuelve a genera una nueva devaluación y así sucesivamente hasta completar el ciclo destructivo de la moneda nacional». 

José Guerra aseveró que mientras no haya una corrección de fondo de la política económica, no habrá mejora en el país. A su juicio esta política se debe orientar a parar «en seco» la hiperinflación, saneando las finanzas públicas, una economía que genere empleos y que se generen salarios dignos y un programa social que ayude a las familias necesitadas. 

Una distracción

Para la diputada Deyalitza Aray, la emisión de estos nuevos billetes, es una distracción «y por eso tenemos que rechazarla, es un paño caliente que se le pone a una economía ya suficientemente devastada y que agudiza aún más la crisis que tiene Venezuela».

Igualmente aseguró que solo 1,9% de las transacciones se hacen en efectivo, el resto es de manera electrónica, transferencias o divisas. 

El diputado Ricardo Aponte añadió que la implementación de estos nuevos billetes, es una consecuencia del «nefasto y perverso desempeño económico del régimen». 

«Venezuela tiene la hiperinflación más larga de la historia y su ritmo de crecimiento ha sido mayor en los dos primeros meses del año», expresó. 

Venezuela: La misma hiperinflación con tres billetes nuevos
El Banco Central estrena billetes en medio de una severa escasez de efectivo. Tomando en cuenta los ocho ceros que Chávez y Maduro restaron a la moneda el nuevo billete de un millón de bolívares sería de 100.000.000.000.000, es decir, cien billones que no compran un kilo de café

 

@vsalmeron

 

El incesante incremento de los precios pulveriza la moneda y obliga a los venezolanos que necesitan efectivo a acudir continuamente al banco para retirar billetes con una exigua capacidad de compra.

En un intento por aliviar este desequilibrio el Banco Central de Venezuela pondrá en circulación a partir de esta semana tres billetes de mayor denominación: 200 mil, 500 mil y un millón de bolívares; este último multiplica por veinte al billete de 50 mil que, hasta ahora, fue el de mayor valor.

La devaluación es de tal magnitud que este billete de un millón de bolívares apenas equivale a 0,52 dólares al tipo de cambio oficial, pero por un tiempo las nuevas piezas podrían atenuar la escasez de efectivo y facilitar el pago del transporte público, una de las principales preocupaciones de los venezolanos de menos recursos.

Ante el meteórico incremento de los precios el Banco Central no fue capaz de abastecer de suficientes billetes a la economía, generando una severa escasez de efectivo que castiga a la población que no tiene cuenta bancaria, está fuera del sistema de pagos digital o utiliza busetas y autobuses.

“Con el billete de un millón de bolívares podría pagar tres pasajes, actualmente el de mayor valor es de 50 mil y necesito seis para un solo pasaje. Veremos cuántos billetes de un millón me entregan en los bancos”, dice Leticia Flores quien trabaja como cajera en un supermercado al este de Caracas.

Ante la escasez de efectivo los bancos aplican un anárquico racionamiento en la cantidad de billetes que se puede retirar diariamente en las agencias y en los cajeros automáticos.

“Mi día libre lo dedico a recorrer bancos para juntar para el pasaje, tengo que hacer colas de dos y tres horas en por lo menos tres agencias para retirar lo que necesito, ojalá ese billete del millón llegue rápido y el pasaje no aumente mucho, aquí los precios suben todos los días”, dice Leticia Flores.

El Banco Central envió un comunicado a las entidades financieras donde les indica que “la distribución especial de efectivo será realizada desde el 8 hasta el 31 de marzo de 2021”, lo que sugiere que los nuevos billetes tardarán al menos tres semanas en estar completamente disponibles.

Las cifras oficiales precisan que al cierre del 26 de febrero el efectivo representaba 1,8% de la liquidez monetaria (que aparte de monedas y billetes incluye los depósitos en la banca que se mueven por medios digitales) y en condiciones normales debería representar al menos 10%.

El Banco Central relajó las normas que restringen la liquidez para que los bancos compren los nuevos billetes con mayor facilidad.

El cohete

El mar de fondo es la hiperinflación. De acuerdo con el Banco Central de Venezuela en 2020 los precios acumularon un salto de 2.959% y en diciembre el avance fue de 77,5%. A este ritmo en poco tiempo se requerirá un fajo de billetes de un millón de bolívares para pagar el transporte público y la moneda seguirá desdibujándose. 

José Guerra, exgerente de investigación del Banco Central y miembro de la comisión de finanzas de la Asamblea elegida en 2015 explica que “al cabo de tres meses, de persistir los niveles de alzas de precios, el valor de los nuevos billetes se habrá pulverizado irremediablemente”.

Técnicamente Venezuela ingresó al túnel de la hiperinflación en diciembre de 2017. Para diagnosticar esta enfermedad la mayoría de los economistas emplea la definición que en 1956 estableció Phillip Cagan: un país sufre hiperinflación cuando la inflación alcanza 50% en un mes y culmina cuando en un período de doce meses no ha habido otro mes de 50%.

Tras no ahorrar durante el período de los altos precios del petróleo, endeudarse masivamente, no realizar las inversiones necesarias para mantener la producción petrolera y caer en una profunda recesión que merma la recaudación de impuestos, el gobierno se quedó sin recursos para cubrir el gasto y recurrió a la creación de dinero.

La economía es un juego de contrapesos y la inyección de dinero dinamitó el equilibrio entre la oferta y la demanda disparando los precios y la cotización del dólar.

En agosto de 2018 Nicolás Maduro admitió que “tuvimos que ir a la emisión de dinero para respaldar las misiones socialistas, la construcción de viviendas, el sistema de bonos, los aumentos bimensuales de salarios. Así es la vida, nos tocó jugar así”.

Inmediatamente prometió “una disciplina fiscal prusiana” para controlar la inflación, pero la caída en la recaudación de impuestos se profundizó y las sanciones de Estados Unidos, que consideran ilegítimas las elecciones en las que Maduro se reeligió como presidente en 2018, aceleraron el declive de la producción petrolera.

El ajuste

Para quitarle gasolina a la hiperinflación en 2020 el gobierno disminuyó el ritmo en la creación de dinero al punto que de acuerdo con Ecoanalítica el gasto público descendió a 15 puntos del PIB, el nivel más bajo en veinte años. Además, con severas regulaciones asfixió el crédito para evitar que la banca inyecte fondos a la economía.

El informe del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello precisa que el declive del gasto “ha ocurrido principalmente por la suspensión del pago de los intereses de la deuda pública externa, el recorte de los gastos en inversión pública, mantenimiento y adquisición de insumos, el atraso en el pago a proveedores y la caída del valor real de los salarios, pensiones y bonos del Sistema Patria”.

Pero la hiperinflación no ha cesado porque a pesar del ajuste, el déficit en las cuentas del gobierno se mantiene en 8 puntos del PIB y la administración de Nicolás Maduro, aunque en menor medida, sigue creando dinero.

En este entorno la hiperinflación, que experimentó un salto de 9.586% en 2019 perdió impulso en 2020, pero continúa fuera de control y en niveles muy elevados. Según el último informe de Focus Economics, la firma AGPV proyecta que este año acumulará un avance de 2.230% y Fitch Solutions de 2.149%.

Sin opciones

José Guerra afirma que “no hay salida a la hiperinflación porque ante la caída del ingreso petrolero y la falta de financiamiento, el gobierno tiene que financiarse con la emisión de dinero del Banco Central”.

“En promedio el gobierno recibía unos 48 mil millones de dólares por exportaciones petroleras, esto ha caído a niveles en torno a 4 mil millones y tras siete años de recesión la recaudación de impuestos es muy baja. Esto no tiene solución sin financiamiento no inflacionario que tendría que venir de los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, por ejemplo”, agrega José Guerra.

Luis Zambrano Sequín, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y Leonardo Vera, profesor de la Universidad Central de Venezuela, escriben en un análisis que “la situación de extrema precariedad de las finanzas públicas indica que la única vía para darle a la gestión fiscal un impulso mínimo vital inicial es acudiendo al financiamiento y la ayuda internacional”. 

“Los recursos deben provenir de fondos internacionales de tipo concesional, preferiblemente, créditos puentes, donaciones y otras fuentes de recursos de desembolso rápido y sin pesada condicionalidad. Esto mientras Venezuela gestiona ante los organismos multilaterales un paquete de préstamos”, explican.

El aislamiento internacional del gobierno de Nicolás Maduro mantiene cerrada esta posibilidad y todo apunta a que la creación de dinero no se detendrá.

La digitalización

Consciente de que en poco tiempo los nuevos billetes perderán todo significado el gobierno quiere disminuir el uso del efectivo y ampliar los medios de pago digitales, en especial en el transporte público. El 26 de febrero Nicolás Maduro señaló que “tenemos una sorpresa: el bolívar digital. Ya daremos más detalles de eso”.

La idea es crear un sistema con tarjetas prepagadas que los usuarios del transporte público podrán comprar y recargar mediante pago móvil, tarjeta de débito en los puntos de venta o trasferencia bancaria. Las autoridades del Banco Central les solicitaron a las entidades financieras privadas un plan en este sentido.

La posición de la banca es que existen limitaciones importantes: deficiente servicio de internet, constantes fallas en el sistema eléctrico, población no bancarizada en una magnitud relevante y atraso tecnológico por años de poca inversión en el sistema financiero.

En el transporte público es fundamental la rapidez en el pago para evitar largas colas y retrasos en el servicio, por eso se emplean tarjetas con un chip y antena incorporada que permiten pagar con solo acercar la tarjeta a un lector. Es lo que se conoce como pago sin contacto.

La mayoría de los bancos venezolanos no tienen esta tecnología y cambiar las tarjetas actuales por las de contacto implicaría una inversión importante en momentos en que las ganancias del sistema financiero han caído a niveles ínfimos en medio de la contracción del crédito.

Resta de ceros

Convencido de que la economía había ingresado en un ciclo virtuoso, en una nueva etapa que necesitaba un símbolo suficientemente representativo, en enero de 2008 el directorio del Banco Central puso en circulación al “bolívar fuerte”, restándole tres ceros a los billetes, monedas y todos los precios de la economía.

Pero la economía tomó un camino muy distinto al señalado aquel día y el bolívar fuerte sucumbió a manos de la inflación. Ante la muerte de la moneda, la noche del 17 de agosto de 2018 Nicolás Maduro lanzó el bolívar soberano, restando otros cinco ceros.

Pero el bolívar soberano se ha hundido velozmente y la disparada de los precios hace que los equipos informáticos en las empresas y los bancos, así como los puntos de venta en el comercio, tengan severos problemas para procesar cifras con una larga fila de ceros a la derecha.

Fuentes del Banco Central explican que el gobierno contempla la posibilidad de una nueva resta de ceros durante el primer semestre de este año a fin de evitar el colapso de las transacciones.

Si los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro no hubiesen restado ocho ceros a la moneda, el billete de un millón de bolívares que comenzará a circular esta semana sería de 100.000.000.000.000, es decir, cien billones de bolívares que prácticamente no valen nada y no alcanzan para comprar un kilo de café.

BCV anunció la incorporación de tres nuevos billetes al cono monetario
Los nuevos billetes, de 200.000, 500.000 y un millón de bolívares, comenzarán a circular «paulatinamente» desde el próximo 8 de marzo

El Banco Central de Venezuela (BCV) anunció este 5 de marzo la incorporación de tres nuevos billetes al cono monetario, equivalentes a 200.000, 500.000 y un millón de bolívares, que será el de más alta denominación, con un valor de 52 centavos de dólar, según la tasa oficial.

Los nuevos billetes comenzarán a circular «paulatinamente» desde el próximo 8 de marzo, según un breve mensaje del BCV en el que aseguran que «vienen a complementar y optimizar el actual cono monetario, para cumplir con los requerimientos de la economía nacional».

Actualmente, el billete de más alta denominación es el de 50.000 bolívares, unos dos centavos de dólar al cambio, por lo que el uso del papel moneda venezolano ha desaparecido de manera casi total en favor de las tarjetas.

Sin embargo, la economía venezolana atraviesa una dolarización transaccional de facto y, mayoritariamente, los precios aparecen denominados en la divisa estadounidense, cuando los comercios lo muestran.

Las tres nuevas especies monetarias tendrán en su anverso la imagen del Simón Bolívar, un diseño casi idéntico al que tienen los billetes que hoy están en desuso.

Los de 200.000 y 500.000 bolívares cuentan con la imagen del mausoleo del Libertador, integrado en el Panteón Nacional, mientras que el de un millón muestra en su reverso la imagen conmemorativa del Bicentenario de la Batalla de Carabobo, decisiva en la Guerra de Independencia.

La última vez que se amplió el cono monetario fue en junio de 2019, cuando se incorporaron los billetes de 10.000, 20.000 y 50.000 bolívares, que entonces equivalían a 1,62; 3,25 y 8,14 dólares, respectivamente.

En agosto de 2018, en Venezuela comenzó a circular un nuevo cono monetario, luego de que el Gobierno de Nicolás Maduro ordenara eliminarle cinco ceros a la moneda nacional, el bolívar, que entonces se llamaba bolívar fuerte y pasó a llevar el apellido de «soberano», como una medida con la que buscaba enfrentar la hiperinflación en la que vive el país desde noviembre de 2017.

En 2008, el entonces presidente Hugo Chávez lanzó otro proceso de reconversión monetaria que le quitó tres ceros a la moneda, con lo que pasó a llamarse bolívar fuerte.

Es decir, a la moneda actual, denominada oficialmente bolívar soberano, le han sido amputados ocho ceros.

Sudeban frena los créditos en dólares: ¿Qué está pasando en la banca?
Un grupo de bancos comenzó a prestar en divisas, pero la Superintendencia prohíbe los créditos sin su autorización previa. Seis bancos controlan 88% de los depósitos en dólares. Los excluidos del sistema financiero operan en un submundo de maletines y tasas exorbitantes

 

@vsalmeron

 

El 21 de enero la Superintendencia de Bancos contuvo el avance de la dolarización al enviar una circular a las entidades financieras donde prohíbe otorgar créditos en moneda extranjera “sin la previa autorización del Banco Central de Venezuela y de esta Superintendencia”.

En vista de que los depósitos en dólares representan una porción sustancial de las captaciones, un grupo de bancos comenzó a otorgar préstamos en divisas a clientes que consideran de bajo riesgo; pero las autoridades han intervenido en el proceso.

La esencia del negocio bancario es captar dinero y prestarlo. Banqueros explican que los depósitos en dólares, que crecen día a día a través de las cuentas en divisas, pronto serán la columna principal del balance; por lo tanto, si las autoridades limitan los créditos en dólares la banca se reducirá a una plataforma que solo facilita pagos, transferencias y retiros de efectivo.

Leonardo Buniak, analista de riesgo bancario y director de la firma Buniak & Company, considera que “la Superintendencia busca formalizar lo que de manera informal ya estaba ocurriendo, la intermediación en dólares es una realidad”.

Formalmente la moneda sigue siendo el bolívar, pero avanza una dolarización de facto, similar a la que ocurrió en los años noventa en países como Perú y Bolivia, donde la hiperinflación desquició la economía. 

Estudios del Fondo Monetario Internacional demuestran que un paso crucial para la profundización de la dolarización es que al menos la mitad de los depósitos y créditos del sistema financiero estén en dólares y la banca venezolana camina en esta dirección.

Los depósitos en divisas que tienen “libre convertibilidad” y se emplean para otorgar créditos corresponden al Convenio Cambiario Uno. Buniak & Company precisa que al cierre de diciembre de 2020 estos depósitos se ubicaron en 234 millones de dólares.

El ranking de captaciones elaborado por Buniak & Company indica que seis bancos controlan 88% de los depósitos de libre convertibilidad: Nacional de Crédito BNC es líder con 36,9%, seguido de Mercantil con 17,2%, Venezuela 11,5%, BOD 9,7%, Bancaribe 8,6% y Banesco 4,46%.

Crédito en gotas

Por ahora el financiamiento bancario es incipiente en dólares e ínfimo en bolívares. Víctor Zapata es arquitecto y tiene una Visa Signature con la que no puede comprar un refresco. La tarjeta le financia hasta un máximo de un millón de bolívares que equivalen a poco más de medio dólar y una Coca Cola de dos litros cuesta un dólar y medio.

“También tengo una Master Black que tampoco sirve para nada. La verdad es que el crédito desapareció”, dice Víctor Zapata quien dice que hace dos años hacía mercado con una de sus tarjetas.

Entre las causas que explican el poco crédito destaca que el Banco Central lo limita con la idea de disminuir los préstamos para la compra de divisas y contener el aumento en la cotización del dólar que, desde el punto de vista de las autoridades, es la principal causa de la inflación que se mantiene a un ritmo de dos dígitos al mes.

Además, el bolívar se ha devaluado aceleradamente y su capacidad de compra se evaporó al punto que el billete de mayor denominación equivale a 0,02 dólares.

Para cerrar el grifo del crédito el Banco Central obliga a las entidades financieras a congelar a manera de reservas la mayoría del dinero que reciben en depósitos. En vista de que disponen de menos fondos para prestar, los bancos reducen el financiamiento a quienes quieren protegerse comprando dólares, pero también a las empresas que intentan producir, a los comercios y a las personas.

Hasta la semana pasada los bancos estaban obligados a inmovilizar como reservas -mediante lo que técnicamente se conoce como el encaje- 93% de los depósitos; pero la insuficiencia de liquidez de un grupo de entidades financieras encendió las alarmas y obligó al Banco Central a disminuir la proporción hasta 85%. En la mayoría de los países el encaje es inferior a 20%.

Un aspecto clave es que para reducir la posibilidad de que el crédito se utilice para compra divisas el directorio del Banco Central aplicó otras medidas. Ahora, prácticamente todos los préstamos en bolívares están indexados y el monto del crédito fluctúa de acuerdo a la cotización del dólar en el mercado oficial. Además, la tasa de interés máxima aumentó desde 6% hasta 10%.

En estas condiciones la disminución del encaje tendrá un impacto leve. Síntesis Financiera explica en su informe El Tesorero que “la reducción de la tasa de encaje es una medida en la dirección correcta: aumenta la liquidez disponible para el financiamiento. Pero no basta con estimular la oferta crediticia, toda vez que es pequeño el universo de empresas que está en condiciones de asumir el riesgo de financiarse con créditos indexados al dólar”.

Leonardo Buniak señala que los bancos estaban incumpliendo el encaje en 75 billones de bolívares y en primera instancia utilizarán la liberación de fondos para cubrir este déficit.

Datos de la consultora Ecoanalítica indican que el total de préstamos de la banca venezolana es enano y representa menos de medio punto del PIB, mientras que en el resto de los países de América Latina asciende a 30 puntos. 

Techo bajo

Tras seis años consecutivos en recesión, la actividad de las empresas se redujo y muchas utilizan la quinta parte de su capacidad. Un número relevante de compañías financia la producción con capital propio, en vista de que necesitan montos bajos, pero el esquema comienza a agotarse en un entorno donde sectores como alimentos y productos de cuidado personal han tocado fondo y tienen la posibilidad de aumentar las ventas este año.

Francisco Acevedo, vicepresidente de Conindustria, explica que “las empresas se redujeron mucho y han podido financiar la actividad con capital propio, pero a medida que haya algún crecimiento se va a sentir la falta de financiamiento”.

El poco crédito de la banca fluye por dos vías. En el primer esquema, las compañías con músculo financiero reciben créditos en divisas a través de las sucursales que los bancos venezolanos tienen en otros países como Panamá, República Dominicana y Curazao.

La Superintendencia de Bancos no controla las sucursales en el exterior por lo que esta autopista sigue libre, pero solo disponible para empresas con recursos, capaces de colocar en garantía una suma en dólares que, en la mayoría de los casos, asciende a más de la mitad del crédito que reciben.

Quienes no califican para recibir créditos de las sucursales en el exterior tienen como opción los préstamos en bolívares indexados al dólar, que resultan bastante costosos. Francisco Acevedo explica que se reciben bolívares que hay que cambiar en divisas para obtener materia prima y este es un paso que implica costos transaccionales, los plazos son cortos, generalmente pagarés de treinta o sesenta días y la banca cobra comisiones. 

“Al tomar en cuenta todos estos aspectos, el costo del financiamiento puede alcanzar una tasa de 24% anual en dólares”, dice Francisco Acevedo.

El mercado de capitales

Otro grupo de empresas utiliza el pequeño mercado de capitales, que comienza a resurgir de sus cenizas y se financian a un costo inferior al crédito bancario colocando papeles comerciales en bolívares. Este es el caso de compañías como Topenca, Y&V Ingeniería, Novaro Foods o Alimentos FM.

En este momento están en proceso de colocación papeles comerciales por un monto de 592 mil millones de bolívares y en diciembre Ron Santa Teresa colocó papeles comerciales en divisas por 300 mil dólares.

“El tema con el mercado de capitales es que es muy pequeño, hablamos de montos que están muy por debajo de las necesidades de las empresas”, dice Francisco Acevedo.

 Los intermediarios

 Los operadores del mercado informal de créditos se han dolarizado a tasas exorbitantes y ante la virtual desaparición de los préstamos para personas en la banca, tienen un nicho a explotar. Un intermediario, quien dice representar a un grupo de inversionistas, me explica las condiciones para un crédito en divisas: tasa de interés entre 10% y 15% mensual más una comisión de 15%. Además, debo entregar mi vehículo como garantía mediante un contrato de venta pura y simple. 

El monto del crédito debe ser menor a la mitad del valor de mercado del vehículo y el dinero se transfiere a una cuenta en dólares, en un banco nacional o en el exterior.

“Aparte se hace un documento privado donde consta que es un préstamo y las condiciones. A los inversionistas no les interesa quedarse con el vehículo, esto es un negocio”, agrega el intermediario.

También actúan intermediarios para “bancarizar” dólares en efectivo. Uno de ellos, que exige reservar su identidad, me explica que opera con comercios que reciben dólares en efectivo y necesitan transferirlos a una cuenta en el exterior, desde donde pagan sus importaciones.

“Si se trata de comercios pequeños los bancos no les prestan el servicio de transferirles las divisas al exterior. Entonces, los dólares en efectivo los recibo en maletines y les transfiero a su cuenta en el exterior. Por este servicio cobro una comisión de 4% sobre el monto del efectivo”, explica.

La dolarización de facto generó un área gris donde afloran mecanismos para suplir el poco crédito y las trabas para movilizar el dinero.