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Maduro rechazó la extensión del infame decreto de Obama sobre Venezuela
La Casa Blanca publicó la extensión del decreto, al considerar que «las circunstancias» del país suramericano, que sufre una «erosión de las garantías de los derechos humanos», «no han mejorado y continúan representando una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior» de EEUU

Foto: EFE

Nicolás Maduro rechazó este viernes, 3 de marzo, la extensión del «infame» decreto del gobierno de Estados Unidos de «emergencia nacional», declarada en 2015 sobre Venezuela.

«El Gobierno de Joe Biden, antes de ayer, firmó el decreto por octava vez declarando a Venezuela, una amenaza inusual y extraordinaria contra la seguridad nacional de los Estados Unidos de Norteamérica», dijo Maduro en un acto público.

Asimismo, señaló: «(Han pasado) ocho años desde que, el mes de marzo de 2015, firmó Barack Hussein Obama por primera vez ese decreto infame».

En este sentido, el oficialista aseguró, durante la actividad, transmitida por el canal VTV, que, desde la emisión de la Orden Ejecutiva 13692, el 8 de marzo de 2015, por parte de EE.UU., han pasado «ocho años de sanciones criminales y de agresiones».

«Con la clase obrera unida, Venezuela va saliendo adelante, va saliendo airosa, va venciendo las sanciones, va venciendo el bloqueo, va enfrentando y derrotando al imperialismo, a todos sus decretos», agregó Maduro en el acto, celebrado en el estado Bolívar.

La Casa Blanca publicó este miércoles, 1 de marzo, la extensión del decreto, al considerar que «las circunstancias» del país, que sufre una «erosión de las garantías de los derechos humanos», «no han mejorado y continúan representando una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior» de EEUU.

Al respecto, el Ejecutivo venezolano expresó el jueves, a través de un comunicado, que el gobierno estadounidense continúa con «la criminal política de agresión en contra del pueblo venezolano, mediante la imposición ilegal de medidas coercitivas unilaterales», a la vez que condenó la «afirmación infundada» de que el país caribeño «representa algún tipo de amenaza contra la nación» norteamericana.

*Con información de EFE

Biden prorrogó el decreto Obama en el que se considera a Venezuela una amenaza para la seguridad
Desde que se emitió este decreto, fue prorrogado cada tres meses por Barack Obama y por su sucesor, el republicano Donald Trump.

Foto: EFE

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, extendió por un año más el decreto que califica al gobierno de Venezuela como una amenaza inusual para la seguridad de ese país.

Mediante un comunicado que publicó la Casa Blanca, Biden explica que «las circunstancias» descritas en la orden inicial «no han cambiado».

Este decreto se renueva desde el 2015, cuando el expresidente estadounidense Barack Obama lo implementó el 8 de marzo de ese año.

«El presidente publica en el Registro Federal y transmite al Congreso un aviso que indica que la emergencia continuará vigente más allá de la fecha de aniversario», señala el texto de la Casa Blanca.

En ese sentido, se amplía por otro año el Decreto Ejecutivo 13692, el cual contempla sanciones y restricciones de visa para algunos funcionarios del gobierno de Maduro.

Desde que se emitió este decreto, fue prorrogado cada tres meses por Obama y por su sucesor, el republicano Donald Trump.

Cabe recordar que Nicolás Maduro ha expresado su esperanza de que se abra un diálogo “directo, valiente, sincero y de entendimiento” con el gobierno estadounidense.

Sin embargo, el oficialista consideró que “no ha habido ninguna señal” de mejoría con la llegada de Biden a la Casa Blanca con respecto al mandato de Trump, con respecto a las sanciones impuestas al régimen chavista.

Asimismo, el chavismo exige el levantamiento de sanciones que pesan en contra de varios funcionarios, así como en el sector petrolero. Por el lado contrario, la oposición venezolana y EEUU piden elecciones libres y transparentes, y la liberación de presos políticos.

De acuerdo con una nota de Infobae, el apoyo de Maduro a Vladímir Putin, presidente de Rusia, separa aún más la postura de EEUU del chavismo, por la guerra en Ucrania.

Claves | Afganistán: el temor por una amenaza terrorista renace 
La salida de las tropas estadounidenses estaba prevista desde la administración de Barack Obama y Donald Trump, pero le tocó al presidente Joe Biden llevarla a cabo de una forma abrupta que trajo consecuencias para la población civil 
En el mundo occidental temen que la nación vuelva a convertirse en santuario de extremistas
Talibanes han señalado que respetarán los derechos de las personas y darán espacio a la mujer 

 

@franzambranor

Los talibanes tomaron el control nuevamente de Afganistán el pasado domingo 15 de agosto con su entrada a la capital, Kabul. Después del retiro de las tropas estadounidenses, los fundamentalistas se fueron apropiando de las principales ciudades y actualmente amenazan con instaurar el régimen de terror que imperaba en la región centro asiática antes de la llegada de los soldados americanos en 2001, luego del ataque terrorista a las torres gemelas de Nueva York hecho por Al Qaeda, célula fundamentalista asentada principalmente en territorio afgano y en Paquistán. 

Las críticas por el abandono a la población civil afgana han llovido sobre la administración del actual presidente estadounidense Joe Biden, pero la salida del ejército americano era algo que estaba previsto desde la administración de Barack Obama y que terminó de acordar el republicano Donald Trump.

En Afganistán temen por los derechos humanos y, especialmente, por los de las mujeres que han sido violados por los talibanes bajo los preceptos de su ley islámica.

El efecto se ha visto reflejado en la estampida de cientos de ciudadanos a través de aeropuertos y fronteras. 

El mundo occidental teme que Afganistán se convierta nuevamente en el albergue de extremistas y terroristas. 

Aquí presentamos unas claves para entender el conflicto

1 – Talibán significa “estudiante” en la lengua pastún y es un movimiento que se consagró en 1989, cuando soldados por la Yihad (guerra santa) prometieron brindar orden y seguridad a la población afgana bajo estrictas normas fundamentalistas luego de una década de guerra con la extinta Unión Soviética. Cinco años después, los talibanes tomaron el control de Afganistán y derrocaron al presidente Burhanuddin Rabbani, instauraron un régimen basado en el riguroso apego a la ley islámica donde se permitía la ejecución por pena capital en plazas publicas y la amputación de miembros por delitos menores. Además, anularon prácticamente los derechos para las mujeres, a quienes prohibieron acudir a la escuela a partir de los 10 años y obligaron a usar permanentemente la burka (vestido que cubre todo el cuerpo a excepción de los ojos).

“Los talibanes, en un principio, contaban con el apoyo de Estados Unidos para atacar a la Unión Soviética ya finalizando la guerra fría, pero una vez que llegan al poder se radicalizan, aplican la ley islámica en su máxima expresión -especialmente contra las mujeres- y se convierten en un santuario para albergar a terroristas. Es una cultura muy compleja y heterogénea, pese a que aparentan lo contrario, la  Constitución de Afganistán reconoce a más de 14 grupos étnicos, cada tribu tiene jefes, aunque es islámica, hay enfrentamientos entre sunitas y chiitas, los talibanes son sunitas”, dijo el internacionalista, Félix Arellano. 

2 – Un lustro después de la llegada al poder de los talibanes en Afganistán, Estados Unidos sufrió el peor ataque terrorista en la historia. El 11 de septiembre de 2001, dos aviones comerciales impactaron la torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, otro aparato aéreo se estrelló contra uno de los costados del Pentágono (principal sede militar de la nación americana) y un cuarto que se dirigía a la Casa Blanca en Washington se estrelló antes que llegara a su destino. El saldo fue más de 3.000 muertos y centenares de heridos. El grupo terrorista Al Qaeda se adjudicó el ataque y, desde entonces, el gobierno del presidente George W. Bush emprendió una cacería en Afganistán y sus países vecinos, donde se creía que estaba el líder de la célula, Osama Bin Laden. La administración estadounidense culpó al régimen afgano del mulá Mohamed Omar de dar refugio a Al Qaeda.   

3 – Apenas un mes después de los ataques en suelo americano Estados Unidos, junto a una coalición de países, lanzó la Operación Libertad, lo que significó la llegada de soldados extranjeros a tierra afgana y causó el repliegue de los talibanes dos meses después. Luego de una década de los ataques del 11S, la inteligencia estadounidense dio con el paradero de Bin Laden. Fuerzas especiales lo mataron en mayo de 2011 posterior a un intenso operativo en la localidad de Abbottabab en Pakistán, país vecino de Afganistán. En 2015, los talibanes admitieron que el mulá Omar había fallecido y luego de un año, su sucesor, el mulá Mansur fue víctima de un ataque aéreo estadounidense.    

4 – La llegada del ejército estadounidense a territorio afgano redujo, pero no desintegró, las fuerzas talibanes, que pese a la transición hacia un gobierno democrático en el país centro asiático, siguieron operando escondidos en el interior y en la frontera paquistaní. Los talibanes han seguido atacando objetivos específicos tanto en Afganistán como en Pakistán. Operando desde lugares montañosos y de difícil acceso para las tropas estadounidenses, los talibanes y sus socios de ISIS (Estado Islamico por sus siglas en ingles) han perpetrado masacres como el ataque a un colegio en la ciudad paquistaní de Peshawar con saldo de 156 muertos en 2014, el atentado en Mangora contra la joven activista por los derechos humanos y premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai en 2012 y el intento de asesinato al ministro de Defensa en Kabul en agosto de este año. “Los talibanes son dogmáticos y muy fervientes en sus creencias, se refugiaron en Paquistán a partir de 2001, salieron de Afganistán y comenzaron a organizarse para volver con el respaldo de la población fanática y la confianza de grupos tribales. A partir de ahí comienzan una larga sucesión de errores del gobierno estadounidense, comenzando por Barack Obama, pasando por Trump y concluyendo con Biden”, indicó Arellano.

5 – Desde la llegada al poder de Barack Obama, el gobierno estadounidense ha estado replegando sus fuerzas en Afganistán. Pese a elevar el número de efectivos a 100 mil, el demócrata decretó en diciembre de 2014 el inicio paulatino del cese de las operaciones de combate y centró la misión en la entrega de responsabilidades en materia de seguridad a las fuerzas afganas. Su sucesor en la Casa Blanca, el republicano Donald Trump, acordó con una representación talibán en el marco de las conversaciones de paz en Doha, Qatar en febrero de 2020, el retiro de las tropas americanas en un lapso de 14 meses. En abril de este año, el actual presidente estadounidense, Joe Biden, informó que su gobierno retiraría a sus soldados de Afganistán en un repliegue que se inició en mayo y concluiría en septiembre. En junio de este año, el departamento de inteligencia americano estimó que los talibanes podrían tomar el poder seis meses después de la salida de las tropas, posteriormente, cambiaron el escenario a 90 días y apenas este sábado 14 de agosto redujeron el lapso a 72 horas, periodo que finalmente se limitó a 24 horas.

Los propios talibanes dijeron que estaban sorprendidos con lo rápido que tomaron Kabul. “Queremos una transición pacífica”, dijo su portavoz Suhail Shaheen. “Las negociaciones se hicieron con los talibanes, no con el gobierno de Afganistán, eso los empoderó y los acuerdos que firma Trump le reconoce el poder al talibán. Joe Biden lo que hizo fue adelantar la salida y lo hace porque el Pentágono entendió que los grupos tribales respaldan al talibán, entonces las opciones eran, una cruenta guerra o una salida rápida, es obvio que esta salida tuvo problemas de comunicación y organización y eso es lo que estamos viendo”, sostuvo Arellano.

6 – Fuentes de la Organización de las Naciones Unidas calculan que alrededor de un millar de personas han perdido la vida entre julio y agosto de este año por la violencia emprendida por los talibanes, mientras que otras 250 mil han huido de Afganistán desde mayo, entre ellos el propio presidente, Ashraf Ghani y miembros de la embajada estadounidense que salieron abruptamente en helicóptero del país, repitiendo escenas como las de Vietnam en 1975 e Irán en 1979. El expresidente estadounidense Donald Trump criticó al actual ocupante de la Casa Blanca Joe Biden y calificó como “una locura” el hecho de retirar por completo a las tropas americanas antes de la población civil. Al menos cinco muertes se registraron en el aeropuerto de Kabul por la violencia que se desató ante las miles de personas que buscaban escapar. 

7 – Voceros de los talibanes dijeron que respetarán los derechos de las personas, en especial, los de las mujeres y que serán más flexibles con algunos preceptos de la ley sharia que rige la vida religiosa y moral de los musulmanes. “Eso es difícil de creer, porque su religión dice lo contrario, por eso el desespero de la gente por salir del país, especialmente las personas mayores que recuerdan la época del terror y los asesinatos masivos que se cometen. Hay que darles el beneficio de la duda. Lo que preocupa a Occidente es que Afganistán se vuelva a convertir en una cuna de terroristas y eso tiene consternados y presionados a los gobiernos vecinos de China, Rusia, Paquistán e Irán”, señaló Arellano.

Amrullah Saleh, quien fungía como vicepresidente de Afganistán hasta el pasado 15 de agosto, anunció que se encuentra en el valle de Panshir, al noroeste de Kabul al frente de la resistencia. “No decepcionaré a millones de personas que me han escuchado. Nunca estaré bajo el mismo techo que los talibanes. Nunca”, escribió en su cuenta de Twitter. 

EEUU en alerta ante artefactos explosivos enviados a los Clinton, Obama y CNN

UNA SERIE DE EXPLOSIVOS enviados a las viviendas de Hillary Clinton, del ex presidente Barack Obama y a las oficinas en Nueva York del canal de noticias CNN fueron interceptados por las autoridades el miércoles, en un inusual intento de violencia contra figuras despreciadas por sectores de derecha.

El gobernador del estado de Nueva York Andrew Cuomo dijo que su despacho recibió un paquete similar, y el FBI dijo que la Deborah Wasserman Schultz, representante demócrata por Florida, también recibió uno aunque en ese caso parece ser que fue porque el responsable puso la dirección de ella como remitente y fue devuelto. El lunes se había descubierto un artefacto similar a la entrada de la vivienda del filántropo multimillonario George Soros.

No ocurrió explosión alguna y nadie resultó lastimado.

Los sucesos tienen lugar dos semanas antes de unas elecciones que servirán de referéndum sobre el gobierno de Donald Trump y en que la balanza del poder en el Congreso podría cambiar. Todo esto en medio de un ambiente político ya crispado en torno a temas candentes como inmigración, los jueces de la Corte Suprema y la violencia sexual contra las mujeres.

La Casa Blanca rápidamente condenó los envíos. El vicepresidente Mike Pence escribió en Twitter que ello “no tiene lugar en este país” y el presidente Donald Trump lo retuiteó con el comentario: “Estoy totalmente de acuerdo”.

Todos los artefactos parecen venir de la misma persona, dijo John Miller, director del departamento antiterrorista de la Policía de Nueva York.

Se pudo conocer que el dispositivo enviado a las oficinas de CNN en Manhattan está construido con un tubo y cables, y que parece ser el mismo tipo de dispositivo dirigido a los Obama y los Clinton.

CNN evacuó sus oficinas en Manhattan debido al hallazgo de un paquete sospechoso y una unidad de explosivos de la policía acudió al lugar.

Un funcionario informó a The Associated Press del hallazgo de un “artefacto explosivo funcional” en la casa de Hillary y Bill Clinton en Chappaqua, una localidad suburbana de Nueva York.

La fuente, que pidió permanecer anónima, dijo a la AP que los explosivos enviados a los Clinton parecía semejante a uno descubierto el lunes en la casa del filántropo Soros.

Se informó que el remitente de uno de los paquetes enviados era Wasserman Schultz, una referencia irónica a la ex presidenta del Comité Nacional Demócrata.

El Servicio Secreto dijo que el paquete dirigido a Obama fue interceptado el miércoles en Washington.

Ni Clinton ni Obama los recibieron ni estuvieron en riesgo de recibirlos debido a las medidas de seguridad que los protegen, dijo el Servicio Secreto en un comunicado.

La Casa Blanca condenó los “recientes intentos de ataques violentos al presidente Obama, el presidente Clinton, la secretaria (de Estado) Clinton y otras figuras públicas”

“Estos actos de terrorismo son despreciables y cualquiera que resulte responsable será procesado conforme a la ley”, dijo la secretaria de prensa Sarah Sanders en un comunicado en que aludió a los remitentes de los paquetes como “estos cobardes”.

Hillary Clinton no se encontraba en la casa familiar porque asistía a eventos de campaña demócratas en Florida el martes y miércoles. Estuvo en un acto con la ex secretaria de Salud Donna Shalala, candidata al Congreso por Florida.

Bill Clinton se encontraba en la casa en Chappaqua en momentos que se interceptó el paquete en instalaciones del condado de Westchester, dijo una persona familiarizada con sus horarios. La persona dijo que el artefacto fue examinado en esas instalaciones y nunca estuvo cerca de la casa de los Clinton.

Un funcionario policial dijo a la AP que el paquete hallado en la casa de Soros parecía ser una bomba de tipo caño y se encontraba en un paquete colocado en un buzón fuera de los portones de la finca. Un empleado de Soros lo abrió cerca del portón, dijo el funcionario.

 

*Con información de Associated Press

Más de 1.800 personas han sido asesinadas en Estados Unidos por violencia armada en 2018

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El tiroteo de este miércoles en una escuela secundaria en Parkland (Florida), en el que murieron al menos 17 personas, es el último ejemplo de una retahíla de cifras escalofriantes. Las estadísticas son un duro golpe de realismo detrás de la epidemia de violencia armada que sacude sin fin Estados Unidos.

En el mes y medio que lleva 2018, han fallecido en EE. UU 1.816 personas por violencia armada, según los últimos datos del registro de la organización Gun Violence Archive. Eso equivale a una media de 40 muertos al día.

En escasas seis semanas, otras 3.125 personas han resultado heridas por disparos. Ha habido 30 tiroteos masivos, que reciben esa consideración cuando hay al menos cuatro muertos. La organización no incluye en sus estadísticas los fallecidos por suicidio. Dentro de esos parámetros, la entidad estima que 15.590 personas murieron por armas de fuego en 2017 en la primera potencia mundial.

La avalancha de muertos por violencia armada convierte a EE. UU en una anomalía en el mundo desarrollado. No hay una cifra exacta de cuántas armas de fuego hay en manos de civiles en el país, pero se calcula que son unas nueve por cada diez ciudadanos. Es la proporción más alta del planeta. El Servicio de Investigación del Congreso calculó, que hace tres años antes había unas 310 millones de armas. La población estadounidense es de 321 millones de habitantes.

La Constitución estadounidense ampara el uso de las armas de fuego, que muchos consideran parte del ADN nacional. Sus defensores recelan de cualquier cambio que dificulte la compraventa por una combinación de temor al intervencionismo del Gobierno y la creencia que las armas son necesarias para defenderse. El presidente Donald Trump y los republicanos defienden esa posición. Cada matanza acentúa la brecha con el colectivo que opina lo contrario: que para atajar la epidemia de violencia lo que hay que hacer es limitar el acceso a pistolas y rifles.

El ritual se repite tras cada matanza en los últimos años. Inicialmente, impulsado sobre todo por políticos demócratas y organizaciones sociales, se reabre el debate sobre un mayor control a las armas de fuego. Pero se tarda poco en que el debate decaiga por la falta de consenso entre los legisladores propiciado por el rechazo de muchos políticos conservadores y la presión del poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle (NRA en sus siglas inglesas).

El último cambio legal significativo en todo EE. UU es de 2007, cuando se amplió la prohibición de venta a personas con trastornos y delincuentes.

En un primer momento, la muerte en 2012 de 20 niños y seis adultos en una escuela de Connecticut pareció un punto de inflexión. El entonces presidente, Barack Obama, propuso extender el control de antecedentes, prohibir los rifles de asalto y limitar el número de balas. Pero no logró los votos suficientes en el Congreso.

Tampoco cambió nada la muerte de 49 personas en 2016 en una discoteca de Orlando, en ese momento el peor tiroteo múltiple en EE. UU. Un simpatizante yihadista empuñó un rifle semiautomático. Resurgió el debate sobre la prohibición a la venta de esos fusiles, que se había levantado en 2004, pero superada la conmoción y varios votos fallidos, el impulso reformista decayó.

Y tampoco ha alterado suficientemente las conciencias de los legisladores nacionales la muerte de 58 personas el pasado mes de octubre en Las Vegas, el peor tiroteo de la historia del país. Un hombre abrió fuego desde la ventana de su hotel a los congregados en un festival de música country. Tenía una veintena de armas y trucó algunas de ellas para hacer que los rifles semiautomáticos dispararan con la potencia de un automático. En los días posteriores a la matanza, la cúpula republicana del Congreso e incluso la NRA apoyaron dificultar la venta del objeto utilizado para alterar los rifles, pero el debate se ha difuminado desde entonces.

Thomas Shannon: “La paciencia de la región con Venezuela tiene un límite”

 

Thomas-Shanon

 Por: Jan Martínez Ahrens

 

Uno de los cerebros de la diplomacia estadounidense analizó para EL PAÍS  la situación en Venezuela, Cuba y México.

Thomas Shannon es el gran referente de Latinoamérica dentro del Departamento de Estado. Diplomático de carrera, embajador, subsecretario con George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump, su visión destila años de conocimiento directo del hemisferio. Con ese bagaje, habla con prudencia, pero sin titubeos sobre Venezuela, Cuba, el muro de México, los dreamers y el propio Trump. Es miércoles en Nueva York y Shannon acaba de participar en el Foro de Economía Global, organizado por la Cámara de Comercio España-EE UU y EL PAÍS.

Pregunta. El presidente Trump quiere construir un muro fronterizo con México y que lo paguen los mexicanos. En amplios sectores de México esto se percibe como una agresión.

Respuesta. El presidente no lo entiende como un acto de agresión sino como una manera de asegurar al pueblo americano que, después de décadas de inmigración ilegal, tenemos la capacidad de saber quién está entrando en los EE UU y por qué. No es un rechazo al migrante, sino que queremos tener capacidad de asegurar nuestras fronteras y que la migración sea ordenada, segura y predecible. Entiendo las sensibilidades y las respeto. El asunto, de hecho, tiene su controversia en el Congreso de EE UU.

P. Al Congreso le ha pedido el presidente que financie el muro con México a cambio de regularizar a los dreamers.

R. Hasta cierto punto todos somos dreamers. El propio presidente Trump ha mostrado su cariño y respeto hacia ellos. Pero insisto, necesitamos políticas sostenibles. Si no hay apoyo del Congreso, si estamos gobernando por decreto, todo lo que hace un Ejecutivo puede ser derribado por el próximo. Nuestro sistema empuja al acuerdo en las políticas más importantes. Si queremos tener una estrategia de migración, en este caso para los dreamers, es el Congreso el que debe buscar un pacto. El presidente está en el lugar correcto: está forzando al Congreso a tomar las medidas necesarias.

P. ¿Y en el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte? ¿Qué pasa si fracasa la negociación?

R. Después de décadas de Tratado se han formado unas impresionantes cadenas de valor que realmente conectan los mercados de Norteamérica. Deshacerlas sería obra de Hércules. Por eso los tres países tienen buenas razones para acercarse en la renegociación, y hacerlo con mucha seriedad y con el propósito de tener éxito.

P. Venezuela es el punto más caliente de Latinoamérica. ¿Después de las sanciones, cuál es el siguiente paso de EE UU?

R. Habrá que esperar a ver qué pasa con las elecciones regionales. Pueden representar otro empujón para sentar al Gobierno en la mesa y que busque con la oposición una salida pacífica y democrática a la crisis. Nuestra política y nuestras sanciones tratan de forzar un acuerdo. Dicho metafóricamente: cuando uno está fundiendo acero, necesita mucho calor en el crisol. Pero al final del día son los venezolanos quienes tienen que encontrar una solución. Fue el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero quien dijo que el problema de Venezuela es de convivencia. Y el mismo presidente de la Asamblea, Julio Borges, afirmó una vez que los venezolanos son los que deben decidir si quieren reconciliarse o pelear.

P. Pero el presidente de EE UU ha llegado a apelar a la opción militar.

R. El presidente mantuvo una serie de reuniones y llamadas telefónicas con todos los líderes del hemisferio y estos le comunicaron la importancia de la no intervención. Pero lo que el presidente está expresando es que la paciencia de la región tiene un límite. No se trata de una amenaza, sino de decir que Venezuela es un país demasiado importante para dejarlo a la deriva por años. Mire, el pueblo venezolano ha mostrado una resiliencia y una fuerza para superar la adversidad impresionantes, y eso ha permitido al país atravesar momentos de escasez que hubieran causado explosiones en otros lugares. Pero sería un error pensar que la paciencia y capacidad del pueblo venezolano representan la apatía. No es así. Es un país que requiere una solución a su crisis política.

P. ¿Hay peligro de golpe interno por parte de los militares?

R. Desde 1958, las fuerzas armadas venezolanas no se han metido en política doméstica. Y es muy importante que, con todos los problemas que les aquejan, incluidas las acusaciones de corrupción, mantengan una posición institucional y constitucional.

P. Cuba se ha vuelto otro foco de crisis. ¿Por qué han expulsado a diplomáticos cubanos por los ataques sónicos si no saben si fueron ellos los culpables?

R. Tuvimos que expulsar a diplomáticos cubanos para subrayar la importancia del problema. Hemos sufrido unos 50 ataques contra 21 cargos de nuestra embajada. Todo ello ha ocurrido en un país que controla el movimiento de nuestros diplomáticos. Es cierto que no hemos identificado al culpable, pero Cuba es el responsable del bienestar y la seguridad de los diplomáticos. En un Estado como el cubano y con unos servicios de seguridad como los que tiene y que controlan a nuestros cargos, ellos deben saber lo que está pasando. Es difícil que no lo sepan.

P. ¿Y quién podría ser?

R. No lo sabemos.

P. En febrero, Raúl Castro se retira. ¿Temen algún cambio en la relación con EE UU?

R. Si uno lee el último discurso del vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, fue de tono fidelista e indica que dentro del partido comunista hay tendencias. Cualquier persona que quiera sustituir a los Castro tendrá que sustituir a los Castro, es decir, a los dos. Pero este es un tema cubano, no tenemos mayor influencia.

P. ¿Cómo ven la situación de España y lo que está ocurriendo con Cataluña?

R. España es un gran aliado y amigo, un país con quien hemos establecido una relación de beneficio mutuo y nuestro interés es profundizarla, estrecharla. No es mi propósito entrar en temas internos. Pero España unida es más fuerte que una España desunida. Eso no quiere decir que no respetemos la diversidad política, lingüística e histórica. Al norte, nosotros tenemos a Quebec con las mismas ganas y la misma trayectoria. Pero Quebec es más fuerte dentro de Canadá. Y desde nuestro punto de vista, Cataluña también lo es.

“ESPAÑA UNIDA ES MÁS FUERTE QUE UNA ESPAÑA DESUNIDA”

P. ¿Cómo ven la situación de España y lo que está ocurriendo con Cataluña?

R. España es un gran aliado y amigo, un país con quien hemos establecido una relación de beneficio mutuo y nuestro interés es profundizarla, estrecharla. No es mi propósito entrar en temas internos. Pero España unida es más fuerte que una España desunida. Eso no quiere decir que no respetemos la diversidad política, lingüística e histórica. Al norte, nosotros tenemos a Quebec con las mismas ganas y la misma trayectoria. Pero Quebec es más fuerte dentro de Canadá. Y desde nuestro punto de vista, Cataluña también lo es.

Trump anula programa que protegía a los soñadores de la deportación

dreamers

El secretario de Justicia Jeff Sessions anunció este martes en rueda de prensa que será anulado el programa conocido como DACA, que protegía a los «dreamers» o «soñadores» de la deportación. El futuro de 800 mil jóvenes queda en incertidumbre.

El programa de la era de Barack Obama protegía a los jóvenes inmigrantes que habían llegado a Estados Unidos como niños junto a sus padres.

«El programa es inconstitucional», dijo Sessions en rueda de prensa, y añadió que el presidente Donald Trump estaba haciendo lo que prometió en campaña.

Patrick Duddy: Estados Unidos no necesita del petróleo venezolano como antes

PatrickDuddy

Patrick Duddy, último embajador estadounidense en Venezuela, sufrió el ataque verbal de Hugo Chávez en primera persona: «Tiene 72 horas, a partir de este momento, el embajador yanqui en Caracas para salir de Venezuela. ¡Váyanse al carajo, yanquis de mierda!», dijo el ex presidente en un acto político en 2008. Por entonces, quien ejerció como diplomático en Caracas en representación de George Bush y de Barack Obama de 2007 a 2010 tuvo que salir del país durante nueve meses, y fue declarado persona no grata por el gobierno venezolano. Ahora, jubilado del servicio exterior, Duddy dirige el Centro de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte.

-¿Qué comparación hace entre la Venezuela de hoy y la de 2007, cuando Hugo Chávez estaba en el poder y usted era el embajador norteamericano?

-Chávez era presidente en otra época: Venezuela tenía muchísimos más ingresos petroleros. Nicolás Maduro ha tenido que tratar con las consecuencias, por un lado, de las políticas económicas del entonces presidente Chávez, cuyo modelo, aun cuando yo estaba ahí, estaba dando señales de que iba a fracasar. Además de la caída de los precios del petróleo, hubo siempre indicaciones de las tendencias totalitarias del chavismo: calificaban el movimiento como una revolución y amenazaban con la lucha para mantenerse en el poder.

-¿Era inevitable la crisis en Venezuela o empeoró aún más con Maduro?

-Parcialmente es debido a la caída de los precios del petróleo, pero también del modelo económico y social; porque no sé cuántas industrias y compañías fueron expropiadas y nacionalizadas, y prácticamente ninguna está funcionando. La economía privada de Venezuela es básicamente moribunda y eso es intencional. No hubo la inversión que se necesitaba hacer en el sector petrolero y el gobierno no logró mejorar el funcionamiento de otras industrias.

-¿Qué opina de las sanciones económicas que impuso Estados Unidos a los dirigentes chavistas?

-Estados Unidos ha tratado de evitar medidas que podrían hacer la situación para los ciudadanos venezolanos más difícil; no han querido castigar al pueblo mismo, sino castigar a los individuos que consideren responsables por lo que ha pasado.

-Sin embargo, el gobierno norteamericano ha amenazado también con un embargo económico al país. Cuando lo implementaron con Cuba, no funcionó como quisieron.

-Hay gente que hace ese argumento y a mí me parece que después de 50 años de sanciones económicas, difícilmente se puede argumentar que han tenido los resultados deseados. Igualmente, me parece que estamos hablando de otra cosa cuando se trata de Venezuela, por el hecho de que Estados Unidos todavía es su socio más importante en cuanto a petróleo, y no hay otra industria que le esté generando divisas. Además, Estados Unidos ya produce más petróleo que antes y tiene muchísimos socios. No necesitan del petróleo de Venezuela como en el pasado.

-¿Cómo podría afectar la sanción económica a Venezuela?

-Si fuera el caso que Estados Unidos dejara de comprar petróleo, me parecería una situación bastante complicada para Venezuela porque gran parte de lo que ellos producen tiene que ser refinado dentro de Estados Unidos, por el carácter de su producción. Hoy en día, hasta ellos necesitan importar petróleo liviano y dulce para mezclar con su producción. Allá en Venezuela las refinerías no están funcionado tal como deben, porque tampoco han sido cuidadas y no han hecho las inversiones necesarias para mantener esa industria.

-¿Cree que Rusia puede suplir la demanda?

-Rusia es un activo socio de Venezuela, pero es un productor de petróleo, no principalmente un mercado, y tampoco tiene la misma capacidad para refinar como Estados Unidos. China es otro socio importante para Venezuela, al cual se le exporta bastante. Pero China le ha prestado muchísimo dinero a Venezuela, entonces parte del petróleo venezolano ya no genera divisas porque es usado para pagar las deudas.