El dólar se ha vuelto barato y las empresas venezolanas, en medio de fallas de servicios públicos, poco financiamiento y baja competitividad difícilmente pueden competir con los precios de los productos importados. La exoneración de aranceles agrava el desequilibrio
Para el asombro de empresarios, banqueros y comerciantes el Banco Central de Venezuela ancló la cotización del dólar y durante seis meses y medio ha mantenido al billete verdinegro en un rango de entre 4 y 4,5 bolívares.
La administración de Nicolás Maduro tiene como meta que la estabilidad del dólar ayude a desacelerar el incremento de los precios frenando el costo de las importaciones y oxigene la confianza en el bolívar, la moneda que, tras cuatro años de hiperinflación, los venezolanos sustituyeron por el dólar en la mayoría de las transacciones.
Si bien la confianza en la moneda está lejos de recuperarse, el gobierno sí ha logrado que los precios aumenten a un ritmo más lento. Desde septiembre del año pasado, la inflación mensual es de un dígito y la de enero de 2022 es la más baja en ochenta meses.
Para estabilizar al dólar el gabinete económico, bajo la asesoría del exministro de finanzas de Ecuador, Patricio Rivera, aplica un drástico ajuste que aminora la demanda de dólares y mantiene constante la oferta de divisas.
Es indispensable que haya suficientes bolívares para comprar dólares y el gobierno disminuye la cantidad con una despiadada reducción del gasto público, en salarios, pensiones e inversión. Al mismo tiempo, mediante controles, acabó con la posibilidad de que el crédito bancario se use para comprar dólares.
En el flanco de la oferta, como las sanciones de Estados Unidos le impiden hacer transferencias, cada semana el Banco Central les entrega a los bancos alrededor de 50 millones de dólares en efectivo que son vendidos a empresas y particulares.
Fuera de competencia
Si bien con la estrategia para anclar al dólar el incremento de los precios se ha desacelerado la inflación sigue siendo muy alta; por ejemplo, el 6,7% de enero supera la inflación anual de Colombia, Ecuador y Perú.
La combinación de un tipo de cambio anclado con una inflación que, aunque ha perdido impulso todavía es muy elevada, tiene consecuencias: mientras el precio del dólar no varía todo lo demás se encarece y el dólar se vuelve barato.
El resultado es que se estimulan las importaciones y para las empresas venezolanas es muy difícil competir con los precios de los productos importados en medio de las fallas de servicios básicos, reducción del mercado por el empobrecimiento de la población y poco acceso al crédito.
Explica que las importaciones con un dólar barato exacerban las ineficiencias de las empresas venezolanas. “Es un tema de productividad; por ejemplo, ¿Cuántas mayonesas tienes que hacer para que tu precio compita con el de mayonesas importadas que son parte de una cadena global donde el costo por unidad es ínfimo y la capacidad de producción está robotizada?”
Hermes Pérez, profesor de la Universidad Metropolitana y quien administró la mesa de cambio del Banco Central, señala que “anclar el tipo de cambio en un contexto en que los precios siguen subiendo muy rápido causa más daños que soluciones”.
“Una empresa venezolana produce en medio de fallas de energía eléctrica, de agua y combustible. Aparte, tiene costos extra para enfrentar la inseguridad. En estas condiciones tiene que competir con empresas extranjeras que además se benefician del tipo de cambio, esto es dañino para la industria nacional”, añade.
Aparte del tema cambiario, la administración de Nicolás Maduro abarata las importaciones exonerando del pago de aranceles e IVA a una larga lista de productos.
Conindustria, la cámara que agrupa a la industria privada, señaló que “la continua exoneración de aranceles e impuestos a los productos foráneos sigue causando estragos”. La industria es un sector clave para impulsar el empleo y las exportaciones.
Asdrúbal Oliveros indica que “el gobierno busca reducir la inflación por la estabilización de márgenes, es decir, como tienes un producto importado que es muy barato no puedes ajustar el precio porque sales del mercado”.
Más dolarización
En diciembre del año pasado la vicepresidenta y ministra de finanzas, Delcy Rodríguez, dejó en claro que el gobierno descartó permitir una profundización de la dolarización que autorice, por ejemplo, que los bancos den créditos en dólares.
Asdrúbal Oliveros indica que, con mayor dolarización, el gobierno podría reducir la inflación sin el desajuste cambiario que golpea a las empresas. “La profundización de la dolarización es la vía para estabilizar la inflación y no la contención de la tasa de cambio; pero lamentablemente el gobierno ve esto de una forma diferente, quiere recuperar el bolívar”.
“La dolarización funciona como un ancla de precios, en la medida en que permitas más transacciones en dólares -como los créditos en dólares- las expectativas se anclan al dólar y se reduce la inflación”, explica Asdrúbal Oliveros.
“El año pasado la inflación en bolívares fue de 686% y 40% en dólares, en la medida en que profundices eso, la tasa de inflación de la economía venezolana va a estar más cercana a la variación en dólares”, agrega.
La resistencia
Una pregunta clave es si el gobierno tiene cómo mantener el anclaje del dólar en lo que resta de año o, en un escenario intermedio, solo permitir un ascenso lento que no genere incertidumbre.
Para que el Banco Central continúe vendiendo dólares en las cantidades apropiadas es fundamental la producción de petróleo, el precio del barril y la estrategia para evadir las sanciones de Estados Unidos. El petróleo es la principal fuente de dólares.
Tras una caída de 13% respecto a diciembre, la producción de enero según datos oficiales fue de 755 mil barriles diarios. El descenso acabó con los incrementos consecutivos de producción que comenzaron en agosto de 2021.
El declive se produjo porque los problemas para vender crudo diluido, difícil de colocar en el mercado por su alto contenido de agua, obligaron a frenar la producción para aliviar el exceso de inventarios.
En los precios del petróleo la tendencia es favorable. El precio del barril Brent se cotiza sobre 90 dólares y las proyecciones apuntan a nuevas alzas.
Morgan Stanley espera que los precios del Brent lleguen a 100 dólares por barril en la segunda mitad del año y en su último reporte destacó que el mercado se dirige a un triple déficit: inventarios, capacidad disponible e inversión.
Tomando en cuenta que el gobierno vende el petróleo a descuento por las sanciones de Estados Unidos, Ecoanalítica proyecta que este año las exportaciones petroleras generarán suficientes ingresos para garantizar la venta de dólares por parte del Banco Central.
“Supongamos que el ingreso es más bajo, de solo 10 mil millones de dólares. En este caso, la venta de dólares por parte del Banco Central sería 15% de los ingresos. El gobierno va a tener dólares para vender en las cantidades que la economía demanda, el problema es que es una política donde son mayores los costos que los beneficios”, afirma Oliveros.
Las reservas internacionales, el tanque de dólares que tiene el Banco Central, se ubica en 10.868 millones de dólares, pero este monto incluye 5.000 millones en Derechos Especiales de Giro que no han ingresado y barras de oro. Los dólares en efectivo son pocos.
Hermes Pérez indica que “las reservas líquidas eran 780 millones en noviembre y vender el oro para hacerlo efectivo no es fácil en momentos en que el Banco Central no tiene sistema Swift”.
“Las intervenciones cambiarias tienen un límite, el Banco Central tiene poco margen de maniobra”, advierte Hermes Pérez.