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Bancarrota

Empresario venezolano pierde planta farmacéutica Unipharma en EEUU

 

 

  • Entre los activos bajo control de la financiera se encuentra la propiedad intelectual, de la marca GlutaDose.
  • El caso se terminará de resolver ante una Corte Federal de Bancarrotas de Florida, Estados Unidos.  

La multinacional financiera Morgan Stanley ejerció una acción legal en contra del empresario farmacéutico Raimundo Santamarta por incumplimiento de contrato.

La institución financiera hizo un préstamo por más de $60 millones de dólares al laboratorio farmacéutico Unipharma, propiedad de Santamarta, por lo que, ante el incumplimiento, procedieron legalmente a tomar el control de la empresa.   

El abogado Paul Singerman, quien representa a la empresa en la bancarrota no pudo ser contactado al cierre de esta nota. 

#PasandoLaCuarentena | Cirque du Soleil permite disfrutar de sus espectáculos online y gratis
La invitación de parte del equipo del Cirque du Soleil es a que las personas se mantengan en sus casas resguardados del peligro de contraer COVID-19

Luego de que se declarara en bancarrota, el Cirque du Soleil ha publicado en YouTube algunos videos de sus espectáculos con una excelente calidad visual, para el disfrute del público.

Se trata de una oportunidad de que los fanáticos del Cirque du Soleil puedan ver algunas de sus actuaciones desde casa, debido a la pandemia de COVID-19.

El pasado viernes 3 de julio estrenaron su CirqueConnect “Lo mejor de” con algunos de los mejores números aéreos con artistas como “O”, Alegria, Varekai y muchos más.

La invitación de parte del equipo del Cirque du Soleil es a que las personas se mantengan en sus casas resguardados del peligro de contraer COVID-19, virus que ha atacado fuertemente a muchos países del mundo.

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Cirque du Soleil en bancarrota

A finales del mes de junio, se declaró en bancarrota, al tiempo que los principales inversores de la compañía, con el apoyo de la provincia de Quebec, presentaron un plan de reestructuración.

En un comunicado, la empresa informó que debido a esta situación despedirán a unas 3.840 personas, y establecerá dos fondos, por valor de 20 millones de dólares para compensar a su personal y a los contratistas.

Además, el presidente y consejero delegado del circo, Daniel Lamarre, declaró: “Durante los pasados 36 años, Cirque du Soleil ha sido una organización muy exitosa y rentable”.

Sin embargo, “sin ingresos desde el cierre forzado” de todos sus espectáculos debido a la Covid-19, la dirección “ha actuado de forma decisiva para proteger el futuro de la compañía”.

“La intención de volver a contratar una sustancial mayoría de los empleados despedidos cuando lo permitan las condiciones económicas, una vez que se cancelen los cierres obligatorios y se puedan reiniciar las operaciones”, añadió.

Con información de La Vanguardia

José Guerra aseguró que Pdvsa está en bancarrota

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José Guerra, diputado y presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, aseguró que la disminución de la calificación de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) en el Standard & Poor’s Financial Services LLC demuestra la bancarrota en la que se encuentra la empresa.

El parlamentario lamentó la caída que ha tenido Pdvsa durante 2016, pues la producción bajó 300.000 barriles diarios, 12% menos en comparación con 2015, sumado a la caída de los precios del petróleo.

Guerra aseguró a La Patilla que la estatal no tiene dinero para invertir, sino que todo lo que perciben “es para pagar la deuda y, con los pocos dólares que le quedan, metérselo al Banco Central para respaldar las inversiones”, añadió.

Asimismo, manifestó que Pdvsa debe cancelar los bonos, pero se desconoce si realmente cuentan con el dinero para dicha cancelación.

The Washington Post: Gobieno venezolano está prácticamente en banca rota

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El diario estadounidense  The Washington Post dedicó su editorial a la crítica situación que está viviendo Venezuela.

En el escrito hacen énfasis a la situación económica social y política que vive el país luego de la muerte del fallecido presidente Hugo Chávez.

Explican que según cifras del Fondo Monetario Internacional, la economía del país se contraerá en 10 puntos en un año y la inflación podría llegar a un 720%, por lo que aseguran que el gobierno que lidera Nicolás Maduro “está prácticamente en bancarrota y sin esperanza de pagar su deuda con países extranjeros”.

The Washington Post,, argumenta que la mala gestión en temas políticos y sociales de la llamada “revolución” ha generado esta crisis. Una de estas fue el despido masivo de profesionales calificados de Petróleos de Venezuela, para colocar en puestos claves a figuras fieles al proceso, decisión que mermó la producción de la estatal.

Aunque la oposición ganó la mayoría parlamentaria el 6 de diciembre, no se ve un cambio a corto plazo. Para el impreso, la situación “desastrosa” que vive maduro es la herencia de la gestión de Hugo Chávez.

 

Para leer el artículo completo en The Washington Post, haga click aquí:

Ago 06, 2015 | Actualizado hace 9 años
Venezuela está cerca de la bancarrota otra vez

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Escrito por: Matt O’Brien

*Traducción libre de RunRun.es

Venezuela se queda sin comida, sin cerveza y sin dólares. En otras palabras, ya no va en a la bancarrota gradualmente. Estará en bancarrota muchas más temprano que tarde.

 

Y la culpa es del gobierno.

 

Ahora, más que en cualquier otro lugar, el socialismo debería haber trabajado en Venezuela. Después de todo, tiene las mayores reservas petroleras del mundo, por lo que debería haber tenido más que suficientes petrodólares para financiar una red de seguridad generosa. Pero en lugar de crear un estado de estilo noruego, Venezuela ha optado por uno más soviético. Todo comenzó cuando el difunto Hugo Chávez volvió la compañía petrolera estatal de ser en gran medida autónoma a ser poco más que su alcancía personal. Las ganancias llegaron, pero las nuevas inversiones no entraron, y, como consecuencia, la producción petrolera cayó un 25% entre 1999 y 2o13. Las exportaciones de petróleo cayeron el doble, ya que gran parte del crudo del país se queda en casa al precio extremadamente subsidiado de 1,5 centavos de dólar por galón.

Pero el gobierno de Venezuela no quería simplemente controlar los petrodólares. Quería controlar todos los dólares. Eso le daría el poder de decir a las empresas que necesitan dólares mantenerse en el negocio y a que precio, beneficios, y la producción que podrían ofrecer. Así, con este fin, el régimen ha creado un tipo de cambio de tres niveles que deje empresas y compinches -¿hay alguna diferencia? – obtener una bodega de dólares por lo que ahora es 100 veces menor que la tasa del mercado negro, que se supone son con los que se van comprar las importaciones.

El único problema es que esto crea escasez cuando funciona y empeora cuando no lo hace. Eso es porque el gobierno no sólo decidir quién obtiene dólares baratos, pero también lo mucho que ellos y todos los demás pueden cobrar. Las empresas que no reciben dólares al tipo de cambio oficial perderían dinero vendiendo a los precios oficiales, por lo que no lo hacen -dejan sus tiendas vacías. Pero incluso los que consiguen dólares baratos harían más dinero vendiendolos en el mercado negro que utilizandolos para vender productos a los precios oficiales, por lo que no los hacen -sus tiendas permanecen igual vacías. En otras palabras, no es rentable para las empresas sin subsidio abastecerse sus estantes, pero tampoco es lo suficientemente rentable para los subsidiados hacerlo. Es por eso que los supermercados de Venezuela no tienen suficiente comida, sus fábricas de cerveza no tienen suficientes lúpulo para seguir haciendo la cerveza , y sus fábricas no tienen suficiente pulpa para fabricar papel higiénico . Eso deja a Venezuela bien abastecido con una sola cosa: colas.

Pero ahora Venezuela se enfrenta a una nueva escasez. El petróleo alrededor de $ 50 por barril, lo que significa que el gobierno apenas tiene suficientes dólares para pagar lo que debe, y mucho menos repartir a las empresas. Por lo tanto, ha tenido que imprimir más dinero de lo habitual, del cual ya tiene bastante, a tratar de tapar el problema. El resultado, como se puede ver a continuación, ha sido un colapso total de la moneda venezolana, el bolívar. A juzgar por la tasa del mercado negro, que es el más cercano que hay a una real, el bolívar se ha desplomado de 79 bolívares por dólar en agosto pasado a 687 bolívares en la actualidad. Eso es una caída de 89% en el último año, con un 40% de eso en los últimos dos meses.

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A este ritmo, la hiperinflación no estará muy lejos, si no es que ya está aquí. Venezuela tenía oficialmente 68,5 % de inflación en diciembre pasado, la última vez que publicó los datos oficiales, pero este porcentaje debe ser mucho mayor ahora que los precios de importación aumentaron. Es sólo otro defecto, como Ricardo Hausmann señala, de una larga lista de ellos en Venezuela. La falta de alimentos, medicinas, y cualquier otro producto básico que se pueda imaginar es, en parte, el resultado del gobierno usando los dólares que tiene que pagar a los acreedores extranjeros en lugar de los nacionales. Hacer la moneda valer un poco más que el papel en que está impreso en es sólo otra manera de hacerlo.

La pregunta ahora es si Venezuela se quedará sin lo último que le queda, además de las colas de un día de duración. Y esa es la paciencia de la gente con un sistema económico que difícilmente podría fallar más de lo que ya lo ha hecho. Con las elecciones que se avecina, el Gobierno ha vuelto a hacer lo que siempre hace, robar a pocos para dar a los muchos, esta vez tomando almacenes de alimentos para convertirlos en una vivienda pública barata.

El gobierno de Venezuela no puede darse el lujo de decir que coman pastel, porque el pueblo de Venezuela en realidad no puede costeárselo.

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Puede leer el artículo original de The Washington Post AQUÍ

 

¿Para qué pagar la deuda? por José Guerra

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En mi artículo anterior comentaba que el escenario petrolero es tal que pareciera inevitable que este gobierno entre en default el próximo año y nos preguntábamos qué sentido tiene entonces cumplir con los compromisos de deuda externa en lo que resta de 2015. Ciertamente “default” es una mala palabra en círculos financieros y es comprensible que cualquier gobierno responsable trate de evitar semejante raya, pero aquí no tenemos la opción razonable de pagar hoy y mantener abiertas las líneas de crédito mañana. No, esa no es la disyuntiva en que se encuentra el país actualmente. Estos bárbaros nos han llevado al extremo donde debemos escoger entre un escenario malo, donde no pagamos hoy y se nos cierran las líneas de crédito mañana, y un escenario peor, donde pagamos hoy e igualito se nos cierran las líneas de crédito mañana. En ambos casos quedamos como un país maula, pero en el segundo quemamos hoy unas divisas escazas sin beneficio aparente, ni siquiera en la percepción de riesgo del país.

Ya lo advertía recientemente el ministro Menéndez, quien en una entrevista a su regreso de Ginebra se quejaba amargamente: “Cuando se paga el servicio de la deuda y ese mismo día sube el riesgo país, evidentemente es una conducta irracional.” En esas cándidas declaraciones, que recuerdan aquel “la banca me engañó” de Lusinchi, el ministro obvia que los acreedores evalúan no solo nuestra voluntad de pagar sino, más importante aún, muestra capacidad de pagar. Ciertamente, con cada pago de deuda nos ganamos un punto en buena conducta, pero al mismo tiempo nos quedamos con menos reservas para enfrentar futuros pagos y, dado el estancamiento económico del país, ver subir la prima de riesgo país es lo esperable. Es por ello que mientras a Perú, por poner un ejemplo, le pueden cobran 5% de interés en una emisión de deuda, a nosotros nos cargan intereses por encima del 20%, nada más por el riesgo que implica prestarle hoy a Venezuela.

Vuelvo entonces a mi pregunta inicial: ¿qué sentido tiene rebanar aún más las importaciones para cumplir con los compromisos externos este año si ya se avizora que, paguemos o no paguemos en 2015, es casi inevitable un default de deuda en 2016? ¿No resultaría más cónsono con la retórica oficialista despotricar de Wall Street y desviar esos 6 mil millones de dólares para aliviar un poco las penurias del pueblo en vísperas de elecciones?

Para entender esta paradoja de política hay que remitirse a la lógica misma de la toma de decisiones en el madurismo: aquí la economía va en piloto automático y no se cambia nada que pueda afectar la tajada de alguna de las poderosas mafias que apuntalan el régimen, sin importar lo impopular o contraproducente que pueda resultar. Que si proponen la simplificación cambiaria, salta la mafia de la sobrefacturación y mata la iniciativa. Que si proponen ajustar el precio de la gasolina, salta la mafia del contrabando de extracción y mata la iniciativa. Y así sucesivamente con los puertos, las cabillas, el cemento y cuanto negocio fraudulento se ha podido redondear la nomenclatura del régimen.

En el caso de la deuda externa, son dos los agentes (uno externo y otro interno) que presionan para que los pagos se hagan puntualmente a trocha y mocha. Por un lado está el gobierno cubano, que conserva una calificación de crédito un peldaño por encima de la nuestra, pero que claramente se vería arrastrado por un default venezolano, algo que no se pueden permitir precisamente ahora que entran en la recta final de su normalización de relaciones con los grandes centros financieros del mundo. Por otra parte, tenemos una boliburguesía forrada en bonos de la deuda externa y que será la primera en acusar el golpe cuando este gobierno, tarde o temprano, se declare en moratoria. Esa boliburguesía, que no se encuentra con semejante portafolio precisamente por habérselo ganado con el sudor de la frente, presiona inclementemente bajo la consigna de agarrando aunque sea fallo. Así se completa ese ciclo financiero perverso que permitió transformar dineros públicos en fortunas privadas a una escala sin precedentes. Precisamente para eso amigo lector es que nos apretamos el cinturón, para eso es que hacemos cola, para eso es que pagamos. Aquí uno describe los hechos, no lo que uno desea que ocurra.

 

Para mayor entendimiento, a continuación reproducimos el artículo anterior de José Guerra  publicado en el diario La Razón el 28 de junio.

 

 

Las cuentas no cuadran

 

Los analistas de la banca internacional y las calificadoras de riesgo no se ponen de acuerdo sobre la posibilidad de que Venezuela cumpla o no con los pagos de deuda externa previstos en lo que resta de 2015. Pero sobre lo que si hay consenso es que resulta inevitable que el país no pueda pagar su deuda externa en 2016. Sencillamente las cuentas no dan.

Me disculpan mis colegas si simplifico algunos detalles técnicos, pero lo que quiero es sacar unas cuentas de pulpero que cualquiera pueda entender. Hecha la aclaratoria, lo primero que hay que hacer es olvidarse que van a venir los chinos, rusos o qataríes a rescatarnos. Con ese cuentico nos quiso marear Maduro en su periplo turístico a principios de año, pero a estas alturas queda claro que los chinos no financian crisis de balanza de pagos, los rusos no tienen con qué y los qataríes no echan dinero bueno en saco roto.

Si revisamos los flujos, al país le entran unos 2 mil millones de dólares mensuales por exportaciones petroleras pero lo que sale por importaciones y sobrefacturación es un poco más que eso, por lo que la diferencia (el déficit) debe ser cubierto de alguna manera: empeñando oro, vendiendo a descuento cuentas por cobrar, rematando algún activo menor o, en última instancia, echando mano de las reservas internacionales, y es precisamente por ello que las mismas han caído 5.900 millones, es decir un 27% en lo que va de año. El problemilla es que el nivel de reservas totales (líquidas y oro) ya se aproxima peligrosamente al monto que debemos pagar a Wall Street este año y el que viene, unos 16 mil millones de dólares. Como cualquiera que haya estado al borde de la bancarrota le podrá contar, uno no puede simplemente agarrar la reservas, pagar la deuda y listo, quedarse en cero. Así no funcionan las cosas.

La única manera que no se tranque el serrucho es que el flujo que entra por exportaciones pase a ser dramáticamente mayor al que sale por concepto de importaciones y sobrefacturación, y es allí donde el panorama petrolero de mediano plazo no da lugar a esperanzas. Ya Arabia Saudita lanzó una línea estratégica cuyos efectos sobre el mercado se van decantando y las mejores previsiones para el 2016 ponen el precio promedio del crudo marcador Brent entre 70 y 80 dólares por barril, lejos de los 100 dólares por barril que se necesitaría para cubrir el déficit externo venezolano.

¿Y si le damos otra vuelta a la tuerca y reducimos aún más las importaciones? Bueno, las luchas intestinas en el gobierno sabotean reiteradamente los esfuerzos por imponer un mecanismo de racionamiento en serio, tipo  comunista. ¿Y si le ponemos un parao a los boliburgueses y recortamos la multimillonaria sobrefacturación? Pregúntenle a Giordani si eso es posible. ¿Y no habrá un dinerito guardado por allí que a nadie se le ocurrió robar? ¿Qué pasó con el “Dios proveerá”?. En finanzas, poner las esperanzas en algún milagro insospechado resulta tan criminal e irresponsable como poner la vida de un paciente con cáncer en manos de la decrépita medicina cubana. Ya se sabe el triste desenlace.

Lo cierto es que el país hoy necesita un rescate de al menos 25 mil millones de dólares, algo que conocen bien quienes nos ven desde afuera. Lo que pasa es que la banca internacional lo pone en términos un tanto eufemísticos, como que “la probabilidad de un evento crediticio en 2016 se ubica en 77%”. Pero si lo traducimos en términos prácticos, el diagnóstico es sencillo: el que tenga un bono venezolano pagadero en dólares en 2016, mejor no cuente con esa plata. En medio de este panorama, lo más desconcertante es que cumplir con los compromisos externos este año solo será posible infringiendo mayores penurias al pueblo y erosionando de manera irreversible la popularidad del gobierno. Si además ya se avizora que, paguemos o no paguemos en 2015, es inevitable un default de deuda en 2016, surge entonces la gran interrogante: ¿pagar para qué?

 

@JoseAGuerra

Malaysia Airlines: se declaró en quiebra técnica y despide a 6.000 trabajadores

MalaysiaAirlines

 

Malaysia Airlines está «técnicamente quebrada» y tendrá que prescindir de aproximadamente 6.000 trabajadores, informó este lunes el nuevo presidente de la compañía, Christoph Mueller.

El anuncio sigue a la nacionalización de la aerolínea luego de los problemas causados por la desaparición de su vuelo MH370 sobre el océano Índico en marzo del año pasado y el trágico derribo de su vuelo MH17 sobre territorio ucraniano cuatro meses más tarde.

Aunque Mueller, quien asumió el puesto hace menos de un mes, reconoció que el declive en el desempeño de la línea aérea había empezado «mucho antes de los trágicos sucesos de 2014«.

Efectivamente, como resultado de un mercado regional cada vez más competido, Malaysia Airlines había venido registrando pérdidas durante varios años.

Pero los trágicos incidentes del 2014 terminaron convirtiéndose en la gota que derramó el vaso, forzando la nacionalización de la compañía y llevando a la contratación de Mueller, quien es conocido en el mundo de la aviación como «Terminator» por su tendencia a reducir drasticamente la fuerza de trabajo de las aerolíneas a su cargo.

 

 

«Rebranding»

Por lo pronto, Mueller informó que la empresa les había hecho «ofertas de trabajo» a 14.000 de sus actuales 20.000 empleados le ofreció un nuevo contrato en Malaysia Airlines Berhad (MAS Bhd), la nueva sociedad creada para reemplazar a la aerolínea a partir del 1° de septiembre de 2015

Pero el ejecutivo –que en el pasado ya lideró la recuperación de la aerolínea irlandesa Air Lingus, la alemana Lufthansa y la belga Sabena– dijo que no estaba seguro de que todos fueran a aceptarlas pues muchos probablemente ya tendrían ofertas de empresas rivales.

La compañía malasia espera que Mueller, de 52 años, la «reinvente» a partir del 1° de septiembre con una nueva imagen de marca que le permita dejar atrás el estigma del desastre que vivió en 2014 con dos tragedias aéreas.

«Vamos a proceder a una segunda ronda de (ofertas de trabajo) dentro de dos semanas y eso va a permitirles a otros aceptar nuestras propuestas, lo que podría terminar cambiando los números (de empleados despedidos)», explicó.

Además del recorte de personal, se espera que suprima rutas de larga distancia poco rentables, pero Mueller aseguró que estos planes todavía no serán divulgados para no dar pistas a la competencia.

El plan consiste en reducir las rutas europeas más costosas y potenciar los enlaces regionales, sin que la nueva Malaysia Airlines Berhad pierda su proyección internacional.

En marzo pasado 239 personas, incluyendo pasajeros y tripulantes, desaparecieron cuando el vuelo MH370 se desvaneció en pleno vuelo mientras cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín. El avión todavía no ha sido encontrado.

Cuatro meses más tarde, el vuelo MH17 fue derribado por lo que parece haber sido un misil tierra aire mientras sobrevolaba el territorio de Ucrania, causando la muerte de 298 personas.

Por el momento, sin embargo, la aerolínea opera normalmente.

La empresa también dijo en un comunicado que espera volver a generar ganancias dentro de un par de años.

 

* Con información de BBC Mundo y La Nación

Moody's: Venezuela entrará en bancarrota si el petróleo baja a sesenta dólares

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La agencia de calificación de riesgo Moody’s advirtió este miércoles de un creciente riesgo de bancarrota para Venezuela si el precio del barril de petróleo, tras desplomarse en torno al 40 por ciento desde junio pasado, baja a 60 dólares, informa Efe.

«Una caída en los precios de petróleo hasta los 60 dólares (por barril) aumentaría de forma significante el riesgo de impago» en Venezuela, indica la agencia en su informe titulado «Volatilidad del precio mundial de petróleo: Países exportadores de petróleo con limitadas herramientas políticas son los más expuestos».

El estudio de Moody’s señala que entre los países más vulnerables no está solo Venezuela, sino también Rusia, frente a otros países productores mejor preparados, como México y Arabia Saudí.

«Los exportadores que gastan más y que dependen fuertemente de los ingresos petroleros y que tienen menor capacidad para hacer los ajustes necesarios serían los más negativamente afectados», explica Moody’s.

«Rusia y Venezuela formarían parte de esta categoría porque sus ingresos llegan en gran medida del petróleo y porque tienen un alto gasto que podría ser políticamente difícil de cortar», concluyen los analistas de la agencia.

En todo caso, la agencia de calificación no deja de destacar que una eventual recuperación del «oro negro» haría probable que la cuenta corriente de Venezuela vuelva a ser positiva. Eso aliviaría las presiones sobre las finanzas exteriores y la capacidad de manejar la deuda externa de Venezuela, un país clave de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Moody’s destaca además que, pese a su sostenida y marcada bajada, la cotización del barril de crudo, en comparación con otras de años pasados, se mantiene a un nivel históricamente alto.

México y Arabia Saudí

Mientras que Venezuela y Rusia siguen vulnerables ante una bajada mayor de los precios, México y Arabia Saudí están «bien preparados» para afrontar la devaluación del crudo, incluso si éste cae hasta los 60 dólares por barril. «En el caso de México, ello se debe a una exposición relativamente limitada al precio del crudo en sus cuentas externas y a su política presupuestaria conservadora», explica Moody’s.

La agencia de calificación calcula que el precio del barril Brent, de referencia para Europa, se venderá en 2015 a una media de entre 80 y 85 dólares, 20 dólares menos que el pronosticado en mayo pasado. En su reunión ministerial del pasado 27 de noviembre, la OPEP decidió en Viena dejar sin cambios su cuota de producción, lo que causó una fuerte caída de los precios.