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Aumento salarial

Denuncian que empleados públicos y pensionados llevan 655 días sin aumento salarial
Capriles tildó como una falta de compromiso con el sector trabajador que no se haya aumentado el salario durante el año que acaba de terminar, y aseguró que este gremio se prepara para retomar las protestas el próximo 9 de enero

 

Este martes, 2 de enero, el exgobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, denunció que empleados públicos y pensionados del país llevan 655 días sin aumento salarial.

La reacción se genera a propósito de un mensaje publicado por la cuenta «Bonos Protectores Social Al Pueblo», en donde se informa que el año 2024 inicia con nuevos ajustes en todos los programas de protección social. 

Según la publicación, el bono «Hogares de la Patria» y el bono «José Gregorio Hernández» ahora será de 162 bolívares, unos 4.5 dólares al cambio oficial. 

«El inicio de año trae a los trabajadores y pensionados 655 días sin aumento», dijo Capriles en su cuenta en la red social X (antes Twitter), donde agregó que, con lo que ganan, «muchos venezolanos» no pueden cubrir «ni el 10 % de sus necesidades básicas».

Capriles tildó como una falta de compromiso con el sector trabajador que no se haya aumentado el salario durante el año que acaba de terminar, y aseguró que este gremio se prepara para retomar las protestas el próximo 9 de enero.

«Docentes, personal de salud, empleados públicos, jubilados y pensionados no dejan de alzar la voz para ser escuchados en sus justos reclamos», aseveró.

Agregó que 2024 tiene que venir con mejoras inmediatas, y exigió un aumento salarial que beneficie tanto a empleados activos como jubilados.

Organizaciones sindicales y gremiales protagonizaron en 2023 numerosas protestas callejeras ante la ausencia de un aumento salarial, lo que afecta principalmente a los obreros y a los pensionados.

Entretanto, el Ejecutivo asegura que este año, cuando el país celebrará elecciones presidenciales, habrá aumentos salariales, aprovechando el incremento de los ingresos de la nación, principalmente por la flexibilización de algunas sanciones a Pdvsa por parte de Estados Unidos.

*Con información de EFE

 

Con más de 600 días sin aumento salarial y bonos devaluados: así “celebran” los profesores universitarios su día
El OBU indicó que en el año 2002, un profesor titular a dedicación exclusiva recibía por concepto de “aguinaldos” 5520 dólares, 21 años después solo recibe 144, depositados en cuatro partes

 

 

El Observatorio de Universidades (OBU) denunció que los profesores universitarios en Venezuela celebran su día sin un aumento salarial y con bonos devaluados. 

Un bono de fin de año devaluado, fraccionado y con 627 días sin aumento salarial, fue lo que recibieron los profesores en su día, según información del OBU en su cuenta en X, antes Twitter. 

El OBU indicó que en el año 2002, un profesor titular a dedicación exclusiva recibía por concepto de “aguinaldos” 5520 dólares, 21 años después solo recibe 144, depositados en cuatro partes. 

Hasta octubre de 2023, OBU registró 92 protestas de los universitarios por la reivindicación de sus derechos laborales.

El observatorio detalló que el empobrecimiento de los académicos se aceleró a partir del 2013 y actualmente la mayoría de los catedráticos en instituciones públicas obtienen menos de 1$ al día.

Cabe recordar que la inflación acumulada es de 176,7% según cifras del OVF, mientras que la Canasta Alimentaria Familiar se ubica en $493,53 según Cendas.

Profesores en Bolívar denunciaron que llevan dos años sin cobrar 

El presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Nacional Experimental de Guayana, Raúl Brito, denunció que los profesores hoy no tienen nada que celebrar. 

«¿Qué ha hecho el gobierno en estos años? Destruir las universidades. Una universidad que no genera conocimientos es una universidad muerta», dijo. 

Brito aseguró que continuaran en la calle exigiendo sus derechos y reivindicaciones laborales. 

profesores universitarios

CTV aboga por fijar un salario de emergencia mientras se discute cuál será el mínimo
Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras, señaló que la fijación del salario mínimo «es potestad del Ejecutivo»

José Elías Torres, secretario general encargado de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), reveló que en los diálogos con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) una de las prioridades es establecer un «salario de emergencia» para los trabajadores.

En una entrevista que concedió al Circuito Éxitos de Unión Radio, Torres señaló que establecer ese salario de emergencia no estaba en la agenda de esas reuniones, pero prioridad para varias organizaciones.

«Había que revisar una especie de salario de emergencia mientras terminan las negociaciones. Hay un monto inmediato para los trabajadores, para que puedan llevar algo a su mesa», señaló.

A juicio de Torres, es necesario establecer ese salario porque las protestas son una muestra de lo que piden los ciudadanos y que no significa que haciéndolo, las manifestaciones van a parar.

«Las protestas deberán seguir, pacíficas dentro del macro de la Constitución, porque eso nos ayuda a ver si el gobierno puede entender que hay una emergencia nacional en cuanto al hambre de los trabajadores», expresó.

 

El secretario general encargado de la CTV señaló que se podría avanzar un poco más en estas negociaciones, puesto que esta semana tendrán una reunión «para hablar del salario mínimo con números en la mano».

Con respecto a la fijación de un monto del salario mínimo, explicó que hay promedios, pero no se trata de dar un aumento, sino de frenar la inflación, entre otras acciones necesarias.

«Ya quedó prácticamente un compromiso de la reunión bilateral con el Ministro, que había que revisar eso», indicó José Elías Torres.

Asimismo, explicó que los trabajadores abogan por «unas políticas salariales que permitan sostenimiento en el tiempo» y que lo que otorguen ahora en febrero, no signifique descontento más adelante.

 

Por su parte, Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras, señaló que la fijación del salario mínimo «es potestad del Ejecutivo».

«El hecho que después de 20 años hayamos acordado que todos tenemos que participar en el diseño de la metodología para fijar ese monto, yo creo que ese avance es muy importante», dijo Fernández.

Asimismo, indicó que aunque no se acordó un monto, no significa que el sector privado no revise las remuneraciones de sus trabajadores.

«Lo que no se logró fue un monto sobre el salario mínimo, que repercute en las jubilaciones, en los pensionados, en la administración pública, porque en el sector privado los ingresos son superiores a ese monto», dijo.

OBU con pocas expectativas respecto a eventual ajuste salarial a trabajadores universitario
El Observatorio de Universidades calificó como una «burla» las nuevas tablas salariales para los profesores universitarios que han circulado recientemente a través de las redes sociales

 

El Observatorio de Universidades (OBU), a través de un comunicado, afirmó que no hay razones para estar optimistas con el reciente ajuste salarial anunciado por el gobernante Nicolás Maduro. 

OBU aclara que el pesimismo está justificado por la manera en que se han degradado progresivamente las condiciones salariales de los universitarios en los últimos 20 años.

«El salario mínimo de un profesor universitario en Haití es de 650 dólares y en El Salvador, 500 dólares. En Venezuela, hasta ahora, un docente del sector público clasificado en el nivel instructor (el más bajo del escalafón), solo gana 7 dólares y el titular (en el máximo renglón), recibe poco más de 11 dólares al mes por su trabajo«, cuestionó el observatorio.

El Observatorio de Universidades calificó como una «burla» las nuevas tablas salariales para los profesores universitarios que han circulado recientemente a través de las redes sociales. 

«Circulan unas tablas según las cuales un empleado en el máximo nivel tendría un nuevo salario mensual de 310, 73 bolívares (72 dólares aproximadamente), mientras que el obrero en el mayor renglón de la nómina ganaría 157,09 bolívares (36 dólares). El profesor titular a dedicación exclusiva, el más alto del escalafón, podría devengar según el referido instructivo, 522,16 bolívares (122 dólares), lo que lo mantendría muy rezagado con respecto de sus colegas de Haití, que lo superarían con más de 500 dólares de salario», se lee en el texto.

El OBU volvió a denunciar la manera cómo se le han despojado a los profesores y trabajadores universitarios sus derechos laborales.

Jubilados y pensionados convocan a concentración frente al IVSS para este 9 de marzo
Condenan el reciente aumento salarial inconsulto hecho por el gobierno 

Este próximo 9 de marzo, pensionados y jubilados se congregarán a las puertas de las oficinas del Seguro Social en todas las entidades de la nación, como medida de protesta ante el nuevo aumento del salario mínimo, el cual consideran como inconstitucional.

Apenas esta semana Maduro anunció un aumento del salario mínimo para empleados del gobierno, pensionados y jubilados a medio Petro, lo que equivale a 126 bolívares. 

Edgar Silva, representante de la Coordinadora de Pensionado y Jubilados venezolanos, explicó que para que dicho ajuste sea constitucional, debe cumplir con el artículo 91 de la Constitución, que ordena al gobierno homologar el mínimo y las pensiones de acuerdo al costo de la canasta básica familiar, cuyo monto en marzo se ubica en 896 dólares.

Alejandro Armas Jun 14, 2019 | Actualizado hace 3 semanas
La verdadera faz del bolívar

HASTA HACE NO MUCHO CORRESPONDÍA Nicolás Maduro anunciar muchas de las decisiones que su régimen tomaba en materia económica. Por años, emulando a su antecesor, presentó esas nuevas ante ante grupos de simpatizantes y empleados públicos obligados a marchar en respaldo de la elite chavista. Luego este tipo de actos se volvió menos frecuente y Maduro optó por hacer sus dichosos anuncios económicos encerrado en Miraflores o algún otro lugar de acceso restringido, acompañado solo por sus colaboradores cercanos. Últimamente, ni eso. Del más reciente aumento salarial decretado por el régimen nos enteramos gracias a la Gaceta Oficial. Parece que la alta jerarquía chavista se ha dado cuenta de la nula credibilidad de su mensaje más allá de un reducido grupo de fanáticos, y de la consiguiente falta de entusiasmo entre la población. Ello explicaría también por qué unos tuits escuetos del Banco Central de Venezuela fueron los primeros en pregonar la introducción de billetes de 10.000, 20.000 y 50.000 bolívares dizque soberanos. En cambio, el cono monetario creado en 2017 lo anunció Maduro con tono apoteósico.

La propaganda totalitaria siempre intentará engañar a los oprimidos en absolutamente todos los aspectos de sus vidas. Pero hacerlo con los cotidianos es bastante difícil. Nada más cotidiano que la microeconomía. Todos tenemos que manejar dinero e ir al mercado a proveernos de víveres. Mentirle a la gente sobre el uso del dinero es en tal sentido harto complicado, razón por la cual un Estado que ha perdido la confianza de los ciudadanos como garante del valor de la moneda no puede recuperarla solo con trucos baratos y la propaganda en torno a estos. La confianza en el bolívar está pulverizada. Las políticas económicas del chavismo arrasaron con ella. Por eso espontáneamente la moneda nacional ha sido reemplazada por otras o por el trueque. No hay eliminación de dígitos o emisión de billetes nuevos que pueda cambiar esto.

Si bien el chavismo llevó a extremos nunca antes vistos el maltrato al bolívar, en honor a la verdad no fue quien lo inició. El Estado venezolano ha estado plagado de irresponsabilidad fiscal y monetaria al menos desde los años 70. Se ha gastado sin control y las medidas para contener la inflación han tenido poco éxito, con algunas excepciones. El resultado ha sido devaluación tras devaluación y un bolívar que da cada vez menos poder adquisitivo a quienes lo tienen. Empero, como ya se dijo, fue el sistema actual el que llevó las cosas al extremo. Hugo Chávez fue un botarate compulsivo que no se detuvo ante nada para conseguir dinero para financiar irresponsablemente sus sobreestimadas “inversiones sociales”. Haber contado con la mayor bonanza petrolera de la historia no le bastó. Así que, empezando con aquel tristemente recordado “millardito” en 2005, usó al Banco Central de Venezuela para cubrir los gastos de su gobierno.

Naturalmente, la inflación se mantuvo elevada y llegó un momento en el que los billetes de mayor denominación no bastaron para las transacciones del día a día. En 2007 el Ejecutivo y el Banco Central anunciaron algo que dejó perplejos a muchos venezolanos por inusual: una reconversión en la que se eliminarían tres ceros de la moneda. Si bien por un tiempo se cumplió el propósito de facilitar las transacciones, economistas advirtieron entonces que la medida no solucionaría de ninguna forma los problemas fiscales e inflacionarios de la nación. Con la arrogancia que lo caracteriza, el chavismo ordenó a su aparato de propaganda desmentir estas advertencias (no hace mucho alguien extrajo del baúl de los recuerdos una cuña que atacó a los medios que transmitieron las alertas sobre la futilidad de la reconversión, caricaturizándolos como un villano de cómic bautizado “Mediomalo”). Tanta seguridad tenían las autoridades monetarias en el futuro del bolívar que le pusieron el ridículo adjetivo “fuerte”. Encabezadas por Rodrigo Cabezas, Armando León y Gastón Parra Luzardo, llegaron a pontificar que tendrían que pasar al menos 20 años para que Venezuela necesitara un billete de Bs 200 (el de mayor denominación emitido entonces era de 100).

Hecho el retoque y con todo “costando mil veces menos”, el gobierno de Chávez siguió con su despilfarro… Y la inflación siguió aumentando. Nicolás Maduro no enderezó el rumbo luego de entrar a Miraflores. Cero sorpresas. Se trata de un hombre adicto a las doctrinas de la extrema izquierda desde su militancia adolescente en la Liga Socialista, receptor de formación política en Cuba en su adultez temprana y, ya como Presidente, asesorado por economistas marxistas incluso más radicales que los que rodearon a Chávez. Sujetos como el tristemente célebre Alfredo Serrano, quienes han negado sistemáticamente que la inflación monstruosa obedezca a la generación desbordada de bolívares para financiar el gasto público, sobre todo después de que se acabara la bonanza petrolera y la recaudación tributaria fuese arruinada.

Pasó lo que tenía que pasar. Venezuela cayó en hiperinflación en 2017, trayendo de vuelta a Latinoamérica una pesadilla que asoló a varios países de la región en los años 80 y 90. Así pues, los billetes del bolívar se volvieron mucho más inservibles de lo que sus predecesores eran una década antes. Muy a pesar del pronóstico hecho entonces, solo hicieron falta nueve años para introducir un billete, no de Bs 200, sino de 100.000. Las señales de la calamidad eran obvias. Pero el régimen, con el absoluto desprecio por la calidad de vida de los ciudadanos que lo caracteriza, ni siquiera entonces tomó las medidas que urgía tomar. Solo por poner un ejemplo, en julio del año pasado la liquidez monetaria creció un degenerado 82%. Ah, pero es que por esas fechas ya estaba listo el siguiente truco de prestidigitación para simular que se estaba haciendo algo por corregir el desastre. ¡Otra reconversión! Y esta vez no de tres ceros, sino de cinco. El bolívar “fuerte” se convirtió en el aun más ridículo bolívar “soberano” y por enésima vez Maduro prometió que la recuperación económica estaba a la vista.

La hiperinflación ha seguido haciendo estragos y, tal como previeron los expertos cuando se lanzó el tercer cono monetario de la era chavista, los billetes no tardaron en volverse obsoletos. Por eso ahora, con mucha más pena que gloria, llegan las piezas de hasta 50.000 bolívares “soberanos”. Esto es 5.000.000.000 en términos de bolívar “fuerte” y 5.000.000.000.000 en términos de bolívar a secas. Cinco billones. Cinco millones de millones. Todo esto es parte del tan cacareado legado de Chávez, preservado por Maduro y compañía. Esa es la verdadera faz de nuestra moneda, sin el maquillaje de las dos reconversiones, hinchada y morada tras la golpiza brutal del puño rojo rojito.

Por desgracia, no hay razones para ser optimistas sobre lo que viene. Este año el régimen por primera vez ha intentado frenar la inflación retirando dinero de la calle. Pero en vez de admitir su responsabilidad, discretamente ha puesto a la banca, la otra fuente de masa monetaria, a pagar los platos rotos. Al aumentar drásticamente los encajes (porcentaje de los depósitos captados que obligatoriamente se deben congelar en el BCV como reserva), el crédito ha sido restringido. Entre eso, el desplome del consumo por parte de ciudadanos empobrecidos y una economía paralizada por apagones reiterados, la inflación mensual pasó de tres dígitos a dos. Sin embargo, el incremento desmedido en los encajes ha puesto a los bancos en severos aprietos de liquidez y el sacrificio del crédito es otro problema para empresas que ya tienen el agua al cuello. Supone un riesgo de reducir aun más la productividad y agravar la depresión económica. Y para colmo, los mismos especialistas que por años advirtieron sobre la catástrofe en proceso alertan hoy que las nuevas medidas del régimen tampoco cumplirán por mucho tiempo su objetivo de frenar el aumento de precios. Los golpes al bolívar siguen y la caja de cosméticos para disimular el daño se está quedando vacía.

 

@AAAD25 

Primero Justicia propone aumentar a 20 dólares el salario mínimo del sector público

EN BRASIL, UN TRABAJADOR GANA, como mínimo, 296 dólares mensuales. En Chile, 452 dólares; en Colombia, 265 dólares; y en Haití, el país “más pobre del hemisferio occidental”, 78 dólares.

En Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, un trabajador de la administración pública apenas percibe 5,4 dólares al tipo de cambio oficial, que el Banco Central de Venezuela lo sitúa en 3.302,24 bolívares. Por esta razón, se encuentra en situación de “pobreza extrema” de acuerdo con Naciones Unidas, pues percibe menos de 1,25 dólares diarios.

Por este motivo, el diputado José Guerra, del partido Primero Justicia (PJ) y miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), propuso aumentar en mayo a 20 dólares el salario mínimo del sector público, así como también llevarlo en 3 meses a 1 dólar diario “para que el trabajador pueda comer”.

Señaló que quienes devengan poco más de 5 dólares son los 3 millones de pensionados y jubilados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) y los cerca de 500.000 trabajadores públicos. “Son casi 4 millones de venezolanos que ganan 5 dólares. Desde Primero Justicia constituimos lo que llamamos el Observatorio de Salarios”, dijo el parlamentario desde la sede de PJ, ubicada en Los Palos Grandes.

Entretanto, el ingreso mínimo de un trabajador que labora en el sector privado es de, aproximadamente, 20,60 dólares, tres veces más el salario de la administración pública. “Estos no son salarios adecuados, son muy deficientes. Nosotros estamos claros de que con este nivel salarial no hay reactivación de la economía. Las empresas pueden producir, pero quiénes les compran a las compañías. La economía enfrenta una restricción de demanda porque el salario es absolutamente insuficiente”, expresó Guerra.

Ni un préstamo
El parlamentario indicó que en el mes de marzo la banca nacional no pudo prestar ni un bolívar por la política “draconiana” de encaje bancario marginal que el gobierno de Nicolás Maduro elevó a partir del 11 de febrero de 60% a 100%, aumento que imposibilitó a la banca otorgar créditos.

Guerra aseguró que la medida ha causado un problema serio de parálisis de la actividad económica. “Se está congelando el tipo de cambio a expensas de una contracción brutal de la actividad económica que amenaza con paralizar y liquidar lo que queda vivo del aparato productivo venezolano. Esta restricción monetaria que aplica el Banco Central está secando totalmente de bolívares a la economía”, explicó.

El gobierno ha limitado la capacidad de la banca para otorgar créditos con la implementación del encaje legal, una política monetaria que obliga a las instituciones financieras mantener un porcentaje de los depósitos totales en el BCV, y que no les permitirá cumplir con la nueva sentencia de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), de aumentar el límite máximo de las tarjetas a crédito a 775.00 bolívares.

Esto opinan algunos economistas de los anuncios económicos de Maduro #29Nov

EL PRESIDENTE NICOLÁS MADURO incrementó hoy en 2,5 veces el valor del salario mínimo en el país, que aplica para la mayoría de los trabajadores públicos, y lo ubicó en 4.500 bolívares o poco más de 52 dólares por mes, si se atiende la tasa de cambio oficial.

“A partir de mañana (…) el valor del salario mínimo y las pensiones será de 4.500 bolívares”, dijo Maduro en una alocución transmitida en cadena de radio y televisión.

El incremento es parte de los “factores de corrección” que introduce Maduro a su programa de “recuperación económica” que cumplió ayer 100 días desde su implementación.

Estos anuncios fueron criticados por algunos economistas, que, vía Twitter, coincidieron en que el incremento del salario mínimo tendrá un impacto negativo en la ya mellada economía del país.