Artista archivos - Runrun

Artista

La víctima fue José Antonio Sánchez, pintor y escultor, al que asesinaron dentro de su vivienda en Las Lomas de San Cristóbal

 

@yamilejimenez

 

José Antonio Sánchez, de 64 años de edad, fue encontrado atado de manos y pies en su residencia, ubicada en la urbanización Las Lomas de San Cristóbal, estado Táchira. El hecho ocurrió el pasado 19 de mayo en horas de la mañana.

El hombre era un destacado pintor y escultor. Vivía solo y en su residencia trabajaba y exhibía sus obras. La quinta “Lis”, así se llamaba su vivienda, era sitio de encuentro de cultores del Táchira.

El cuerpo del artista plástico fue trasladado a la morgue de San Cristóbal y retirado al día siguiente por una tía de Sánchez, pues el escultor no tenía hijos y sus hermanos están fuera del país.

Según la minuta policial, la víctima fue amarrada por su homicida, quien procedió a asfixiarla para robar algunos objetos como un televisor, un microondas y teléfonos celulares, entre otras pertenencias del pintor.

Se conoció que fue el jardinero de Sánchez quien notificó a las autoridades sobre el suceso. Esta muerte ha consternado a sectores vinculados al arte y la cultura en la entidad.

Táchira

José Antonio Sánchez fue hallado sin vida, atado de pies y manos. Tenía 64 años

Venezolano presenta “Imaginarium” su primera exposición en Estados Unidos

diaz

 

El reconocido joven venezolano Alejandro Plaza cuya propuesta artística se basa en el neo-pop y neo-cinetismo presenta su primera exposición individual en Estados Unidos titulada “Imaginarium” del 30 de julio al 3 de octubre, en Canale Díaz Art Center. La muestra, bajo la curaduría de Adriana Herrera, se compone de 23 piezas que incluyen un lujoso carro deportivo  y un piano, ambos intervenidos por el artista. Plaza ha expuesto sus obras en Venezuela, Dinamarca, Francia, República Dominicana y Estados Unidos.

“Esta exhibición representa para mí algo especial porque, el proceso creativo, me llevó a hacer realidad personajes que he venido moldeando, en mi mente, desde hace dos años. Aquí podrán contemplar la evolución de la técnica y percibir el carácter particular de cada una de las piezas”, comenta el artista quien agradece el apoyo de Canale Díaz Art Center.

En la muestra se destaca la intervención de un Porsche Carrera 911 4S, en colaboración con Prestige USA Sport Cars, en el que se aprecia la transformación del blanco en un espacio multicolor. “La idea era convertir un vehículo deportivo en una obra de arte. Decidí usar la deformación de planos teniendo en cuenta que, la línea del carro,  ameritaba una paleta de colores elegantes y llamativos”, expresa. También Plaza mostrará cómo revolucionó, con su estilo, la superficie de un Grand Piano de cola de la exclusiva casa Steinway & Sons.

Como es característico del artista esta vez, junto a Canale Díaz Art Center, realizará una actividad especial a beneficio de Maestro Cares Foundation, organización dedicada a la educación y creación de ambientes sanos y seguros para niños y niñas de América Latina. Plaza ha colaborado anteriormente con la Fundación Amigos del Niño que Amerita Protección (FUNDANA) en Venezuela y con el Hospital de Investigación Infantil St. Jude en Estados Unidos.

La exposición estará abierta al público a partir del 30 de julio y hasta el 3 de octubre en Canale Diaz Art Center de 10 AM a 6PM. Para mayor información pueden visitar la web: www.canalediaz.com.

 

Captura de pantalla 2015-09-01 a la(s) 17.15.49

Captura de pantalla 2015-09-01 a la(s) 17.15.37

Luis Brito y la muerte. Por María Gabriela Méndez

luis brito 3

La periodista venezolana María Gabriela Méndez rinde homenaje al maestro Luis Brito, Premio Nacional de Fotografía (1996), quien murió la mañana del domingo 1ro de marzo de 2015. Es un cálido «retrato» del artista y del amigo, de un hombre que vivió con intensidad para ambas cosas 

 @magamendez

 

“Este país es la muerte de sus creadores”. La última vez que lo entrevisté, en noviembre de 2013, Luis trajo a su memoria esa frase que le había dicho Aldemaro Romero, una vez, mientras él lo retrataba. Se refería Romero a ese país que, por intereses o por envidias, le había negado por años el Premio Nacional de Música. Luis recordaba esas palabras que le hacían verse en un espejo: el fotógrafo, uno de los más grandes de Venezuela y Latinoamérica, miraba hacia atrás y se daba cuenta de que su obra no formaba parte de ninguna de las colecciones de los museos venezolanos.

luis brito 1

No estar representado en su propio país —no por ambición de reconocimiento, que no le hacía falta a su extrema humildad, sino por amor a su país— era una herida profunda en su corazón. Caer en cuenta le hizo tomar una decisión: donar su obra a museos de cualquiera de los tres países que más amaba, después de Venezuela, claro: España, Italia o Colombia.

Así, por intermedio de una amiga común, la fotógrafa venezolana Beatriz Grau, hizo el contacto con María Elvira Ardila, curadora del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBo) y donó 90 obras. Ardila conocía a Brito como uno de los fotógrafos latinoamericanos importantes, e inmediatamente aceptó la donación.

Cuando hablé con la curadora me contó que el día que recibió las obras, quedó impactada: “Me emocioné con cada una de las series”. Luego de la conmoción, decidió que esas 90 obras, ahora parte de la colección, no debían ir a las bóvedas sin antes ser mostradas al público. “Luis Brito en un comienzo no pensó que íbamos a hacer la exposición. Él solo quería dejar legado en un sitio seguro”.

Su exposición, Fotografías. Donación a la colección, un recorrido por tres de sus más emblemáticas series, coincidió felizmente con la celebración de los 50 años del Museo de Arte Moderno de Bogotá. Ardila me dijo algunas bellas palabras sobre Luis: “Brito es de los artistas íntegros, honestos, generoso con el público. Y, además, técnicamente sorprendente”. Ella estaba feliz de que la obra de Brito formara parte del MAMBo.

En esos días que estuvo en Bogotá, hizo amigos nuevos. No había quien no se rindiera ante su bondad, su sencillez, su simpatía. Todos quedaron enamorados de él. Sin reservas. Así era ese hombre.

luis brito 2

Conocí a Luis Brito antes de conocerlo. Lo vi muchas veces en la Escuela de Nelson Garrido. Lo entrevisté una vez, luego otra y otra. Lo visité en la clínica, en uno de esos sobresaltos de salud. Nos vimos en las exposiciones, en los bautizos de libros, en charlas, en reuniones, en marchas. Comimos arepas de chicharrón en Los Ilustres. Pero no conocí a Luis Brito hasta ese mayo de 2011 que coincidimos en Roma. Le ofrecí una habitación en el apartamento donde yo vivía. Fue lo mejor que pudo pasar. Pasamos juntos una semana maravillosa: me mostró la ciudad donde vivió por ocho años, me llevó a ver el Moisés de Michelangelo, fuimos a tomar fotos a las puertas de Via Cavour, arrancó hojas de laurel –esas que usaban los emperadores romanos- de arbustos vecinos al Coliseo y después las usó para hacer unas caraotas memorables; visitamos la tumba de un amigo y en el cementerio tomamos fotos de ángeles caídos de un cielo inmensamente azul, a lo Eleanor Rigby; comimos pizza al taglio, fuimos al mercado de Portaportese con Leomary (su sobrina y luego amiga), bebimos Peroni, viajamos a Umbria, a un apiario, con uno de sus amigos; fuimos a Trastevere, y nos detuvimos en el edificio donde vivió, en el justo momento en que caía, a centímetros de él, un matero. Aquella mata que casi lo mata fue para él una señal, un revuelo del destino que reconocía su presencia luego de tanto tiempo. Visitamos a sus amigos, quienes lo adoraban con un fervor que pocas veces he visto, lo vi llorar de emoción en esos abrazos que él daba como si no hubiera mañana, lo vi convertir escenas de la realidad en obras de arte, lo vi hacer fotos con una cámara portátil, mínima: lo vi hacer magia.

Me contó por qué había empezado esa serie que luego tituló ¿Recuerdas a Eleanor Rigby? Fue el día que se enteró del asesinato a John Lennon. Estaba en el Cairo y, con la noticia, que sentía tan pesada como la muerte de un familiar, se fue al cementerio. “Miré al cielo y un ángel estaba atravesado en una construcción”, me dijo. Entonces allí, con ese duelo, nació la imagen primigenia de los cielos azules como fondo de los ángeles. Luego vinieron los ángeles en cementerios de varias ciudades.

Me mostró la serie que le había hecho al actor, coreógrafo y bailarín inglés, Lindsay Kemp. Y me contó la historia detrás de esas fotos en el camerino: Luis lo había retratado y tiempo después, en una visita de Kemp durante un Festival de Teatro de Caracas, preguntó por Brito que en ese momento estaba viviendo en Roma. Cuando fue a Roma lo contactó para pedirle que le tomara las fotos de su presentación. Así lo hizo. Lindsay Kemp escogió 57 fotos entre diapositivas y blanco y negro que le había tomado Brito. Cuando le quiso pagar, Luis no aceptó. “Yo no sirvo para que me estén pagando. A cambio le pedí algo más valioso: que me dejara entrar al camerino”. El resultado, es esta maravillosa serie de retratos donde se le ve transformarse, cambiar, maquillarse, ser otro: Una noche en el camerino.

Hoy nos levantamos con esta terrible noticia. Y yo he vuelto a ver sus fotos, las que me regaló, la de los paseos juntos, he vuelto a leer sus correos, sus chat, las entrevistas que le hice. Y no puedo dejar de pensar en esa frase: “Este país es la muerte de sus creadores”. Esa vez me preguntó, triste, “¿Dónde están la plaza Armando Reverón, Jacinto Convit o la Autopista Jesús Soto? Parece que los civiles no existen para este país”.

Su obra, tan luminosa como su alma, sobrevivirá a los desatinos de un país que parece indiferente.