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Arco Minero

Kapé-Kapé: Nuevo informe de la ONU confirma que en el Arco Minero reina la violencia e ignominia
En el informe sobre violación de derechos humanos en comunidades indígenas de 2021, Kapé Kapé señaló que la violencia minera está presente en los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro

 

La Asociación Civil Kapé-Kapé afirmó que en el nuevo informe de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU se confirma que en el Arco Minero del Orinoco, en el estado Bolívar, reina la violencia e ignominia. 

La organización reiteró que  los actores estatales y no estatales han cometido violaciones «contra la población local, en el marco de la lucha por el control de las zonas mineras. Entre ellos figuran privaciones arbitrarias de la vida, desapariciones, extorsiones, castigos corporales y violencia sexual y de género».

Kapé-Kapé hace énfasis en la proliferación de la onda expansiva de destrucción minera, que a su paso ha atropellado a comunidades indígenas completas.

Un claro ejemplo de esto son los enfrentamientos que se produjeron en 2019 tras el intento de la oposición de trasladar ayuda humanitaria a Gran Sabana desde Brasil.

De acuerdo con el informe de la ONU, «las poblaciones locales, incluidos los pueblos indígenas, están atrapadas en una violenta batalla entre actores estatales y grupos armados criminales por el control del oro». 

En el informe sobre violación de derechos humanos en comunidades indígenas de 2021, Kapé Kapé señaló que la violencia minera está presente en los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro.

De acuerdo con el estudio, los Yekuana, Sanemá, Pemón, Wottuja, Piapoco, Jivi, Kariña y Warao son las más perjudicadas por la invasión de la minería ilegal en sus territorios.

En 2022,  se ha recrudecido la lucha por los territorios de los pueblos indígenas. En lo que va de año, al menos 8 indígenas han muerto en conflictos relacionados con la presencia de grupos armados en territorios indígenas.

*Puede leer también: ESPECIAL | Viaje a la fosa de la devastación del Arco Minero del Orinoco

Twitter Space | Arco Minero del Orinoco: devastación y violación de derechos humanos

Las periodistas de investigación Lisseth Boon (Runrunes), Lorena Meléndez (Runrunes) y María Ramírez (Correo del Caroní) se unieron en un Twitter Space en el que hablaron sobre la deforestación, contaminación, pobreza, corrupción y violencia al sur del Orinoco, aspectos que documentan rigurosamente en Viaje a la fosa de la devastación del Arco Minero del Orinoco, un trabajo especial publicado el 18 de septiembre por este portal.

Caos y daño ambiental

Boon contó que emprendieron este trabajo hace 10 meses con el propósito de explorar la situación del Arco Minero del Orinoco después de la pandemia. «Teníamos la información de que la explotación aurífera del sur del país había continuado, a diferencia de otras regiones  donde estaba paralizada la vida y producción de otros rubros. Nos aliamos con Transparencia Venezuela, que además utilizó parte de este material para un informe sobre economías ilícitas, y por supuesto, un aliado natural, que es el Correo del Caroní, especializado en el tema minero y ambiental por estar radicado en Bolívar».

Precisó que durante la pandemia aparecieron nuevas empresas y plantas industriales para el procesamiento de oro con el uso de cianuro.

«También, encontramos mucho más molinos, unas empresas muy misteriosas, desconocidas, algunas con muros altos y con unos letreros sin registro de identificación fiscal ni mayor información completamente a la vista de los de los transeúntes de la troncal 10, que es la carretera internacional que une a Venezuela con Brasil y es la que atraviesa los municipios mineros. La deforestación está a la vista. Antes era más difícil acceder a estas zonas, que habían sido impactadas por toda la explotación aurífera en el Arco Minero del Orinoco. Ahora podemos ver cómo va avanzando y se han talado árboles ahí; hay remoción de tierra, los principales ríos que bordean estas poblaciones mineras están completamente contaminados y con sedimentos producto de toda esta actividad minera y de sus residuos».

Boon dijo que el panorama ha cambiado considerablemente: «Cada vez aparecen nuevas empresas y esto desdice mucho del control y de la organización que pretendía crear el gobierno al decretar esta zona como el Arco Minero del Orinoco bajo la supervisión de la Corporación Venezolana de Minería, que está omnipotente, omnipresente en todas partes, está como ese sello, esa aparente presencia, que es la que autoriza y aparentemente vigila y controla toda la actividad de la explotación aurífera en en el sur del país»

Señaló, además, que lo más notorio es el caos y «un impacto no solamente ambiental, sino en la vida de los pueblos mineros, de la gente, de las comunidades indígenas. Eso es lo que lo que pudimos constatar con este viaje».

Comunidades sitiadas por grupos armados 

Ramírez, por su parte, relató que en la pandemia la minería ilegal se expandió, lo cual, por supuesto, repercutió negativamente sobre las comunidades indígenas. «Lo que ha pasado con la expansión minera es que prácticamente la invasión de los territorios ha sido totalmente evidente. No es solamente que estas minas han sido ocupadas por grupos armados, sino que los grupos armados también han instalado sectores comerciales, tarantines, ventas clandestinas, aunque son a plena vista de todos los transeúntes y de todos los que los que pasan por esta vía internacional».

Narró que durante la pandemia se creó una zona que comercial «controlada por los grupos armados que ha afectado totalmente en la vida de esta comunidad, no solamente por por la presencia de ellos, sino también porque los alimentos han aumentado porque hay tráfico de drogas y, por supuesto, de armas».

Además de eso, continuó Ramírez, tuvieron noticia de un caso reciente: un conflicto por una invasión de un galpón. «Pudimos ver que prácticamente alrededor de las comunidades indígenas y en territorios indígenas también se están construyendo molinos y plantas sin consulta previa». 

En Viaje a la fosa de la devastación del Arco Minero del Orinoco, el lector «encontrará casos emblemáticos de indígenas asesinados durante estas invasiones de territorio. Pero no solamente eso, sino también podrá conocer esta explosión demográfica, gente atraída por la explotación del oro que ha viajado al sur de Bolívar a unirse a esta actividad. Esta explosión demográfica ha colapsado mucho más los precarios servicios públicos que hay en esta zona, y prácticamente estos municipios, que son los que de donde se extrae el oro, están en las peores condiciones de servicios, de seguridad, de educación y de salud».

Durante su intervención, Ramírez también resaltó que los grupos armados que son conocidos en el sur del estado Bolívar tienen rodeadas estas comunidades. «Estos grupos armados no se conforman con que han invadido en estos territorios indígenas, sino que también ahora quieren controlar las minas que explotan las propias comunidades indígenas. Estas comunidades indígenas con las que hablamos defienden la explotación de esos territorios como una forma de sustentar sus gastos. Ellos dicen ‘si nosotros pedimos en este momento, por ejemplo, que el gobierno nos resuelva algún problema que tenemos, sabemos que no lo va a resolver’. Por eso ellos defienden esa explotación como una forma de sustentar sus gastos. Pero los grupos avanzan».

Escándalos y contrabando

Meléndez hizo referencia a los nombres de civiles y militares del gobierno que están vinculados con la minería y tienen su control. Asimismo, se refirió a asesinatos y secuestros ligados a estas tramas y a empresas que han sido asociadas a escándalos políticos.

«Hay un personaje que es Eduardo Enrique González. Salió en los titulares de prensa en el año 2018 porque que el fiscal Tarek William Saab lo mencionó y acusó de ser el zar del oro. Dijo que lo lo apodaban ‘el Tati’ y que el hecho de estar al frente de esta empresa, que se llama molinos La Vanguardia, le permitió extraer y contrabandear 150 kilos de de oro, que para ese momento equivalían a unos 6 millones de dólares. Lo cierto es que, si bien hubo un señalamiento por parte de Saab, y se libraron supuestamente órdenes de detención, nunca se supo qué pasó con ellos», sostuvo.

Visite el especial: Viaje a la fosa de la devastación del Arco Minero del Orinoco

Minería ilegal profundiza crisis de derechos humanos 

En un informe divulgado este 20 de septiembre, la Organización de las Naciones Unidas reveló que las violaciones de los derechos humanos siguen ocurriendo en el Arco Minero del Orinoco.

La misión internacional creada para investigar la situación de los derechos humanos en Venezuela dijo que, a pesar de la presencia militar, los grupos armados operan abiertamente y controlan minas y poblaciones, a las que someten a diversos abusos, que van desde asesinatos hasta explotación sexual de mujeres y niñas.

Según un informe de la misión, el gobierno no solo no ha hecho nada para prevenir o detener estos abusos, sino que agentes gubernamentales y de las bandas criminales actuarían en complicidad en algunas zonas del estado de Bolívar.

Según la investigación, las fuerzas del Estado atacaron en el municipio de Gran Sabana a poblaciones indígenas y perpetraron detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos, lo que muestra que la violencia en Venezuela afecta a las zonas más remotas del país y olvidadas -salvo para la extracción minera- por las autoridades nacionales.

Asimismo, se enfatiza que las actividades económicas en esa zona han creado oportunidades para que personas cercanas al poder se enriquezcan, en particular los miembros de la cúpula militar y política.

Con información de EFE

 

Kapé-Kapé: Implementación del Arco Minero aumentó la violencia contra las mujeres indígenas
Kapé-Kapé observó que la mayoría de los casos de violencia fueron de índole física y verbal: 19 casos en la primera y 1a en la segunda

La organización no gubernamental (ONG) Kapé-Kapé advirtió que la implementación del Arco Minero ha diversificado el impacto de la violencia contra las mujeres indígenas.

De acuerdo con el Informe de Violencia Hacia la Mujer Indígena, también se mantiene presente la violencia doméstica en las comunidades indígenas.

En el informe, la ONG manifestó preocupación, pues no solo se trata de manifestaciones de explotación laboral, prostitución, esclavitud sexual, tráfico y trata de mujeres, niñas y adolescentes. A estas se le suman las constantes denuncias sobre amenazas, hostigamiento, desapariciones y feminicidios».

 

Todas estas situaciones «dificultan aún más la posibilidad de las mujeres de salir de este espiral de violencia que atenta no sólo contra su propia salud y vida, sino también con la desarticulación familiar y comunitaria».

Según la organización, el 97% de las mujeres indígenas encuestadas manifestó haber sido víctima de algún tipo de violencia.

Por otra parte, se determinó dentro de los mismos el tipo de violencia presente, el agresor y el lugar de incidencia del hecho.

En tal sentido, Kapé-Kapé observó que en la mayoría de los casos de violencia fueron de índole física y verbal con (19 casos) en la primera y (11 casos en la segunda).

Con respecto al agresor, más de la mitad de las mujeres (62%) identificó como agresor a su esposo o pareja, siguiéndole en importancia otros actores como la guerrilla y la GNB, los jefes del trabajo ambos con un (11%).

Finalmente, ante la realidad que viven las mujeres indígenas de Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro, y en el marco de la celebración del Día de la Mujer Indígena este 5 de septiembre, la ONG Kapé-Kapé recordó la responsabilidad del Estado y las sociedades.

Denuncian destrucción de más de 1.200 hectáreas de selva virgen en Bolívar
En un informe ambiental, Fundaredes refirió que el Arco Minero del Orinoco «sufre una agresiva, irracional y desordenada explotación» que ha generado una «catástrofe ambiental» y la desaparición de bosques vírgenes en el sur del país

 

La ONG Fundaredes denunció el 14 de julio que «más de 1.200 hectáreas de selva virgen» en el estado Bolívar «han sido destruidas» como consecuencia de la explotación en el Arco Minero del Orinoco.

En un informe ambiental, la ONG refirió que el Arco Minero del Orinoco «sufre una agresiva, irracional y desordenada explotación«. Esto ha generado una «catástrofe ambiental» y la desaparición de bosques vírgenes en el sur del país.

«El denominado Arco Minero del Orinoco viene siendo sometido a procesos de extracción de diversos minerales explotados a gran escala y sin control. [Esto es una] acción estratégica del Estado para tratar de cubrir el déficit de ingresos por la crisis petrolera, el desmantelamiento de las industrias básicas y las erradas políticas económicas», aseguró Fundaredes.

Alertó de que en este territorio «se albergan actividades ilícitas como el extractivismo, deforestación, tala indiscriminada de grandes extensiones de bosques. Además de la minería ilegal por parte de organizaciones criminales».

Subrayó que parques nacionales e indígenas en la zona están «afectados directamente por actividades irracionales e ilegales de extracción de sus riquezas minerales y madera».

Insistió en que esta situación ha empeorado con la actuación de grupos armados irregulares que se dedican al narcotráfico y al contrabando de minerales. Estos «operan en la zona con conocimiento y, en algunos casos, con anuencia de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela».

Homicidios fronterizos en Bolívar

El mismo día, Fundaredes informó que durante el primer semestre del año se registraron 362 homicidios en seis estados fronterizos, luego de que se sumaran 42 asesinatos en junio.

Según la data de la ONG, se computaron 91 homicidios en enero, 67 en febrero, 71 en marzo, 56 en abril y 35 en mayo.

La cifra semestral supone una disminución de un 38 % respecto al mismo lapso del año pasado. En ese momento se contabilizaron 593 homicidios en Amazonas, Apure, Bolívar, Falcón, Táchira y Zulia.

Asimismo, de enero a junio de este año, hubo 159 desapariciones o secuestros, 8 más que en el primer semestre de 2021, cuando ocurrieron 151.

Antonio José Monagas Feb 19, 2022 | Actualizado hace 1 mes
Cultura de perversión
El festejo realizado sobre la cúspide del tepuy Kusari constituyó un delito ético amparado por la impudicia de un régimen corruptor y corrupto

 

@ajmonagas

La política es profusa en cuanto a las implicaciones de cualquier acontecimiento que ocurre en el plano social. Sin despreciar, su imbricación con la cultura. De ahí que hablar de “cultura de perversión” compromete en principio manejar el problema en cuestión con la ayuda de un lenguaje debidamente construido.

Aunque para lo que esta disertación busca, será suficiente explicar por “cultura”: las ideas, costumbres y condiciones intelectuales y artísticas que son propias de una sociedad o grupo. Y que son empleadas para fundamentar una forma de vida. Además, está el concepto de perversión, cuya acepción más solicitada involucra: cualquier treta o ardid utilizado con un propósito desvirtuado, viciado o equivocado (intencionalmente).

Los réditos de la cultura de perversión

De manera que referir “cultura de perversión”, es destacar el desarrollo de un modo o práctica de vida basado en todo lo que devenga de cuanta distorsión sirva como canal que conceda indistintos lucros. Sin medida de consecuencia alguna.

Fomentar una “cultura de perversión” requiere del poder necesario para tentar al vulgo a asumir la corrupción como modelo capaz de proveer lo posible.

Pero en el menor tiempo y sin mayor esfuerzo. Según lo determine la ambición, lo manifieste el egoísmo y lo provoque la codicia. Y ahí, entra el juego de la perversión. O dicho de otra forma, entra la perversión en el juego de la política.

Ya el poeta latino Ovidio, decía: “A una inteligencia pervertida, cualquier cosa la corrompe”.

El caso recién acontecido, expuesto por el festejo realizado sobre la cúspide del tepuy Kusari, monumento natural situado en el Parque Nacional Canaima, cuya orografía, ecología y geografía es respetada como patrimonio de la Humanidad, no solo representó una grosera violación a la naturaleza madre. También constituyó un delito ético amparado por la impudicia de un régimen corruptor y corrupto. De un régimen desvergonzado para el cual todo atropello a la civilidad es coincidente con lo que sus insolencias provocan.

Otra matriz del mismo problema

El régimen no diferencia entre un acto de deshonestidad y otro de perversidad. Su preocupación va en dirección de seguir apostando a mantenerse en el poder a costa de lo que sea. Transgredir normas que colisionan con oscuros intereses, conveniencias y circunstancias, no constituye problema alguno que dificulte la administración de gobierno. O la responsabilidad que determina la Constitución en cuanto a los preceptos que propugnan justicia, igualdad, democracia.

Incluso, respecto de la normativa que regula la Administración y Manejo de Parques Nacionales y Monumentos Naturales (Véanse los artículos 19: Sobre “Actividades Prohibidas en los Parques Nacionales” y 20: “De las Actividades Prohibidas”, del Reglamento Parcial sobre Ordenamiento del Territorio en cuanto a Parques Nacionales, administrados por INPARQUES)

Así que, para el régimen oprobioso, poco vale si algún agravio o ultraje ocurre en lugares sagrados, soberanos o autónomos. Para el régimen, la desproporcionalidad fundamentada por delitos, transgresiones o fechorías es un problema que no toca la sensibilidad del funcionariado.

Los desequilibrios de Venezuela

La anomia, entendida como desorganización social resultado de la incongruencia de normas sociales, no es un problema más serio a los ojos del régimen que el efecto del choque de intereses políticos con rendimientos económicos. Pues estos desacomodan el negocio de la corrupción.

El desequilibrio que padece Venezuela es de inconmensurable magnitud. No solo es el que se dio con la violación del tepuy Kusari, lo cual ha sido una ofensa tanto al pueblo de Canaima, a los ancestros y comunidades indígenas, como a la fauna y flora local, a la biodiversidad y al conjunto de ecosistemas (únicos) que ocupan la Gran Sabana. Además, que el hecho en sí mismo ha representado un desprecio hacia la cultura pemón, ya que esta milenaria comunidad de habitantes originarios del soberano escudo guayanés considera a los tepuyes sagrados.

Haber irrespetado el Parque Nacional Canaima es comportamiento que acostumbra modelar el régimen cuando advierte la proximidad de la defenestración que está obligando el desbalance de sus equivocadas ejecutorias. Es el mismo proceder que sigue al momento de lesionar la autonomía universitaria. O cuando la desesperación llama al miedo que domina sus acciones. Siempre endosadas por la represión, el odio, el resentimiento y la intimidación.

Aun cuando tal hecho no es el primero que delata al desgobierno del régimen en ejercicio de obscenos sobornos, incontables extorsiones y desmedidos chantajes, no podría dejarse de aludir el ecocidio del Arco Minero, cuya explotación supera toda atrocidad registrada por la historia venezolana. Así pues, que podría caracterizarse el discurrir de Venezuela, como la secuela que arrastra al hecho pérfido de coexistir -a contraflujo- bajo la influencia de una cultura de perversión.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Después de todos estos años o la madre de Frankenstein
No hay posibilidad de mea culpa en un país de constante simulación, de constante refundación, de eterna juventud, de falsas reservas morales, de aprovechadores y cínicos. «El país de la alegría»

 

@YsaacLpez

Al recuerdo de mi primo Domingo Hidalgo López/ A la presencia de mi sobrino Felipe López Lugo, dedico

«Detrás de todos estos años, detrás del miedo y el dolor, vivimos añorando algo, algo que nunca más volvió. Detrás de los que no se fueron, detrás de los que ya no están, hay una foto de familia donde lloramos al final. (…) Tratando de mirar por el ojo de la aguja, tratando de vivir dentro de una misma burbuja, solos, solos…»

Yo cuento un país en ruinas. Un país que cree que fue mejor, feliz, pero que por culpa de la roja conspiración perdió el rumbo. La memoria es corta. El pueblo no siempre tiene la razón. De ayer medio me acuerdo, de anteayer no. Las noticias de indígenas cazados como chigüires, los tratos de la corrupción de amantes-secretarias privadas y de ministros destacados, los muchachitos disfrazados de Chávez, la muchedumbre feliz en los petrodólares de 2010 −profesores universitarios incluidos− mientras los bárbaros desmontaban la institucionalidad… Todo eso son inventos de las revistas.

Metáfora de los ciegos. Luz que no encontramos. En el espacio público nos vemos, nos mostramos. Un país de sabelotodos, de incontinentes verbales. De los que tienen todas las respuestas a los males del extravío. De gente que no sabe callarse la boca.

El país destemplado, con una moral y una ética sinuosas, de aceptación de canalladas. El profesor que toma fotografías a documentos únicos con flash sabiendo que eso acorta la vida de los materiales que deberían utilizar nuevas generaciones es tan criminal como aquellos que devastan fuentes de agua en el Arco Minero del Orinoco. Nada importa después que pase yo, nada importa después de que yo saque provecho.

El régimen juega a normalizar el caos. Unos seres en harapos escarban la basura de la esquina, mientras los bodegones rebosan de productos y de clientes. La oposición juega a liderar un nuevo reparto, a recoger las sobras del negocio. No puede con el dominio militar y pacta el reparto.

Los intelectuales −historiadores, politólogos, ilustres hombres del pensar− se dividen entre cuestiones de distinto rango. Según los intereses serán más o menos críticos. Favorecerán la adoración al liberalismo, la socialdemocracia, el fortalecimiento del libre acceso a las oportunidades…

Un país sin legados, sino con falsas herencias. Donde la reflexión se sustituye con la reacción aprovechadora.

Qué quieres que diga para que me pongas a salir en la televisión, para que me entrevistes, para que suene en tu emisora o me dejes escribir en tu revista.

Muchos de los que hasta ayer ocupaban cargos públicos, prestaban su pluma a elogiar a «el proceso» o erguían sus pechos orgullosos tras sus camisas rojas hoy se travisten de intelectuales críticos, de articulistas comprometidos con el cambio, de escritores anhelantes de la libertad. Payasos que juegan a que nadie los reconozca.

Circo y manicomio. Lugar de lágrimas y fiesta sin fin. Desorden. Bochinche. Las excrecencias se extienden en las aceras. Los zamuros parecen gallinas en su corral. Cloacas chorrean por toda la avenida. Todas las palabras son grosería. Denigración y atropello. Al fin ganaron, hablamos como ellos.

No hay posibilidad de mea culpa en un país de constante simulación, de constante refundación, de eterna juventud, de falsas reservas morales, de aprovechadores y cínicos. «El país de la alegría».

Hace poco murió en España la escritora Almudena Grandes, autora de la novela La madre de Frankenstein que cuenta los males de «la madre patria» a través de la historia de Aurora Rodríguez Carbelleida, quien mató a su hija de cuatro tiros y fue recluida en el manicomio de Ciempozuelos, donde pasó sus últimos días construyendo muñecas de trapo a las cuales pasaba horas mirando para transferirles su espíritu.

Así nosotros ante una geografía de hilachas, ante un cuero sin brillo, ante una parcela que no se enfrenta a sí misma en sus múltiples miserias. Pisadero de mulas empeñado en llamarse país.

El exilio no es el de Ángel Rama o Alfredo Zitarrosa, el de Tomás Eloy Martínez o Mario Benedetti, no. El exilio son los free cover en los solares de Orlando del Pollo Brito. Los otros destierros, las otras penas, tienen menos cobertura. Nadie quiere saber de ese sufrimiento, a menos que sirva para tirarle otra raya al tigre.

Como canta Carlos Varela: «Detrás de toda la nostalgia, de la mentira y la traición, detrás de toda la distancia, detrás de la separación (…) Detrás de todos estos años, detrás del miedo y el dolor, vivimos añorando algo, y descubrimos con desilusión: que no sirvió de nada, de nada, de nada… O casi nada que no es lo mismo, pero es igual».

28 de noviembre de 2021.

* Historiador. Profesor. Universidad de Los Andes. Mérida

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Laureano Márquez P. Oct 21, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Zapatero y la mina de oro
Nunca imaginé que con Zapatero se estaba hablando en sentido literal, de una mina mina, de pepitas de oro, pues, con mercurio y destrucción medioambiental

 

@laureanomar

Tengo tiempo escuchando el comentario de que Zapatero tiene una mina de oro en Venezuela. Siempre pensé que la afirmación se hacía en sentido metafórico, es decir, que la situación venezolana y la consiguiente viajadera al país de Bolívar constituía una mina de oro para el susodicho porque sacaba de ello provecho colateral, pero nunca imaginé que se estaba hablando en sentido literal, de una mina mina, de pepitas de oro, pues, con mercurio y destrucción medioambiental. Esta información se desprende (o despluma) de las acusaciones del Pollo (no Brito, sino el otro) y también de unas declaraciones de esa señora que nunca ha tenido Piedad con nosotros.

Particularmente creo que no se debe desprestigiar a nadie, por muy mal que esa persona le caiga a uno, máxime si la persona tiene una extraordinaria capacidad para desprestigiarse a sí misma. Así que hasta no verle la pepita en la mano, no doy por cierta la información. Me parece que los que tenemos alguna responsabilidad comunicacional, debemos manejar las informaciones con cuidado. Sin embargo (todo tiene un sin embargo), como en el humor la creatividad vuela, es inevitable imaginar toda la “explotación” que la minería del humorismo podría hacer de una noticia así.

Sería un contrasentido que un régimen que le exige una disculpa al rey Felipe VI por la conquista de América, el genocidio de la población aborigen y la expoliación del oro, regalase a un expresidente español –justamente– una mina en la que se roba el oro, se destruye el medio ambiente y se asesina a la población aborigen por la que, por lo visto, se siente mucho menos respeto del que les tenía Isabel la Católica cuando le escribió al almirante Colón reprehendiéndole: “¿quién le ha dicho a usted, señor Colón que mis vasallos son sus esclavos?”. Quizá la leyenda de El Dorado a estas alturas algunos todavía están en capacidad de creérsela.

Uno podría imaginarse al personaje  en el sótano de su casa en Madrid (caracterizado por el excelente humorista español José Mota) con una bata de cuero en una fragua fundiendo lingotes justo en el momento en que le llama su compañero Pedro Sánchez para sostener un diálogo como el que sigue:

–Hola, ¿Está José Luis Rodríguez Zapatero? Que se ponga… José Luis, que parece que el Pollo ha hablado.

–Joder, tío, en España cada vez se ven cosas más raras.

–¡El Pollo de Venezuela!, quiero decir.

–Imposible, yo he viajado muchas veces y allí pollo, no hay.

–Por Dios, que no existe, José Luis, el tío este, Carvajal. Ha dicho que tienes una mina de oro allí en América. ¿Qué tienes que decir?

–Oro reluce, plata no es, el que se lo crea muy bobo es. Mira Pedro, esto tenemos que hablarlo, pero hoy no, ¿eh?, ¡Mañana! Es que hoy estoy fundido…

–Solo quiero que me digas la verdad.

–Yacimiento…

–¿Cómo?

–Digo que ya, si miento, él dice la verdad, pero no miento. Todo esto es una aleación de la oposición venezolana. Encima, Mercurio está retrógrado, así que no es un buen momento. Te tengo que colgar, ya sabes que el tiempo es oro. Adiós, hasta luego, Lucas.

Al cierre de esta emisión, hemos conocido que al Pollo se lo llevan también extraditado para los Estados Unidos, al parecer a toda prisa. No sabemos si esto tiene algo que ver con la supuesta mina. Sin embargo, lo que sí es cierto es que cada vez que abre la boca, alguien del oficialismo de allá se hunde. Quiera Dios que no le toque compartir celda con el otro extraditado y que todo esto termine en riña colectiva en los patios de la prisión.

En todo caso, volviendo a lo de la mina: si es cierto o no, seguramente con tanta gente de braga anaranjada tan bien informada y dispuesta a hablar, se terminará sabiendo. Porque al final, la verdad, como el oro, brilla.

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Humano Derecho #197 con Karina Estraño, fundadora del movimiento Todos por el Futuro

@_humanoderecho

¿En qué se enfoca el trabajo de la organización?, ¿cuáles son las acciones desde lo individual que pueden generar pequeños cambios? ¿Tienen algún proyecto de trabajo para el futuro? Conversamos de estos y otros temas con Karina Estraño, fundadora y coordinadora general del movimiento por el clima Todos por el Futuro, quien nos hablará acerca de los temas relacionados con sus proyectos.

Todos por el Futuro es un movimiento ambiental que fomenta la formación y el activismo climático en Venezuela. Además promueve el cumplimiento del marco legal y tratados nacionales e internacionales para la adaptación y mitigación al cambio climático y la participación ciudadana para avanzar hacia el desarrollo sostenible y para la defensa de nuestro ambiente y derechos humanos.

«En el sur del Orinoco tenemos el 80 % de nuestras reservas hídricas y ahí somos privilegiados en cuanto a nuestras fuentes de agua dulce. Sin embargo, la minería ilegal lo que genera son acciones de contaminación en esas fuentes de agua».

Presentado por Génesis Zambrano (@medicenmouzo) y Luis Serrano (@akaLuisSerrano). Somos el radio web show semanal que mezcla la buena música con gente que ayuda a gente. Transmitido por diferentes plataformas del país, es producido por RedesAyuda y Provea.

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