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Antonio Mugica

Los Runrunes de Bocaranda de hoy 03.08.2017: MEDIO: Apuro electoral
MEDIO
¿BAYONETAS?:
El más grave peligro con el ilegal e inconstitucional llamado a montar una asamblea constituyente es el que al violar una vez más -y claramente con trampa- el “hilo constitucional de Venezuela” cualquier uniformado que quiera levantarse contra el gobierno de Maduro tendría como excusa la recuperación de la democracia. El nerviosismo reinante en el alto gobierno, en todas sus instancias, se multiplicó con el reconocimiento de fraude en la votación no solo por Rondón, el único Rector que no es miembro del PSUV, sino por la bomba explotada por Smarmatic que confirma lo que todos sabíamos desde antes de las elecciones del régimen. La repetitiva consigna de los hermanitos Rodríguez -por cierto, muy responsables ambos de las contrataciones con la firma montada por el fallecido Alfredo Anzola y el actual presidente global de la firma Antonio Mugica- de que “el chavismo recuperó su votación histórica” se viene abajo con la confesión del propio Mugica. Éste habla solamente de un millón de votos dudosos quizás no queriendo perjudicar, mucho más, a su primer y más importante cliente, el CNE venezolano, que lo catapultó al estrellato electoral en el mundo. Además, queriendo dejar algo más limpio su nombre que el del PSUV y el tramposo régimen -confeso dictatorial- de Nicolás Maduro. Teniendo ya montado todo su tinglado en Venezuela sabe que para cualquier apuro electoral habrá que contar con sus máquinas y software. Por eso esa cifra que seguro está calculada para que de al menos siquiera un voto más al PSUV que a la MUD, como si el país estuviera dividido en dos toletes iguales. Si acaso el 13% del padrón electoral sería rojo como se comprobó el domingo. Recordemos que lo contado son votos no son electores pues podían votar varias veces, por sectores y territorio, y si promediamos al menos tres votos por cada uno llegan al 40% del padrón electoral empujados. Lo detallamos el martes en esta columna. Sin determinar cuánto es el porcentaje clientelar por su bolsa de comida CLAP que habían demorado su reparto en el último mes para llevarlos “hambrientos” hasta la mesa electoral …
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La historia detrás de la denuncia de fraude hecha por Smartmatic

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Desde el lunes, los representantes de la empresa que provee el sistema de votación al CNE, solicitaron se les permitiera validar la veracidad de los 8.089.320 de votos anunciados por el ente electoral

César Batiz | El Pitazo

La mañana del lunes, se efectuaron reuniones en Londres, Panamá y Caracas para evaluar los escenarios. Los accionistas manifestaron de inmediato su preocupación por el futuro de la compañía. Pese a que por esta elección del 30 de julio el CNE firmó un contrato por $60.000.000, según dato publicado por el medio Konzapata, para Mugica y los otros directivos se ponían en juego negocios existentes y los futuros a acordar con otros países.

El lunes en la tarde, uno de los directivos de la empresa presentó ante las autoridades del ente electoral, la propuesta de efectuar una auditoría para validar los resultados. Ante ese planteamiento, no hubo una respuesta afirmativa.

Uno de los aspectos que también llamó la atención de Smartmatic es que pasadas 24 horas, a las 10 de la noche del lunes, aún el CNE no había divulgado los resultados por mesas, una actividad que regularmente se realizó a la medianoche del día del proceso o a la mañana siguiente desde 2004. Al momento de la redacción de esta nota, pasada las 60 horas del cierre de los centros electorales, no aparecen esos resultados por mesas en la página del organismo electoral.

Hasta este miércoles, los directivos de la empresa experta en sistemas de votación no habían querido declarar públicamente, pues se dieron un tiempo para hacer la investigación, esa que reveló la diferencia de al menos 1.000.000 de votos entre los resultados del CNE y el análisis de Smartmatic, que la firma dio a conocer desde Londres. Pero la cifra puede crecer, al igual que el desprestigio del CNE, en las próximas horas.

La mañana de este martes, Antonio Mugica, presidente Smartmatic, empresa de origen venezolano que provee del sistema de votación al Consejo Nacional Electoral, pero que hoy día tiene su sede principal en Londres, denunció que entre los resultados electorales dados por la máxima autoridad del ente electoral, Tibisay Lucena, y las estimaciones de su compañía, existe una diferencia de al menos 1.000.000 de votos.

“Gracias a la existencia de este robusto sistema automatizado de votación es que podemos saber, sin lugar a dudas, que en las pasadas elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente hubo manipulación del dato de participación”, aseguró Smartmatic en un comunicado leído por Mugica en Londres.

Esta declaración de la empresa fue el resultado de horas de análisis de los escenarios que enfrentarían de quedarse callados ante lo que desde un principio observaron como irregularidades en la votación. Estaba en riesgo el prestigio de una compañía, que aunque nació en Venezuela, hoy en día es internacional y responsable de los procesos de votación en 12 países, entre ellos Brasil, Argentina y EEUU, donde participaron en las primarias del gobernante partido Republicano. El Pitazo tuvo acceso a información que revelan lo que ocurrió antes de hacer la denuncia.

Solo horas después de culminado el proceso electoral para la elección de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, la duda existía entre los directivos y gerentes de Smartmatic. Tal como lo dijo el rector del CNE, Luis Emilio Rondón, ellos sabían de las fallas en las auditorías y el Sistema de Autenticación Integral (SAI). Por ejemplo, conocían que en el centro electoral habilitado por la contingencia en El Poliedro de Caracas, fallaron las captahuellas.

De acuerdo con la información obtenida, cuando llegaron los resultados de la elección, los representantes de la compañía solicitaron unos permisos para analizar la data recibida en la sala de totalización. Nunca se les permitió realizar tal operación alrededor de esos 8.089.320 votos. Esa cifra les pareció muy extraña.

Almagro: Se confirma el fraude electoral más grande de la historia de Latinoamérica

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El secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo que en Venezuela se confirma «el fraude electoral más grande de la historia de Latinoamérica» después de que la empresa encargada del recuento de votos en las elecciones de la asamblea nacional constituyente denunciara que hubo «manipulación».

«Se confirma el fraude electoral más grande de la historia de Latinoamérica en porcentaje y millones de votantes #Venezuela», escribió Almagro en su cuenta de Twitter.

La empresa encargada del recuento de votos en Venezuela, Smartmatic, denunció que hubo «manipulación» del dato de participación en las elecciones a la constituyente del domingo.

Según el Poder Electoral venezolano votaron más de 8 millones de personas, una cifra rechazada por la oposición y la Fiscalía.

«Una auditoría permitiría conocer la cifra exacta de participación. Estimamos que la diferencia entre la cantidad anunciada y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores», indicó el consejero delegado de la empresa, Antonio Múgica, en una rueda de prensa en Londres.

La firma ha sido la encargada de proporcionar la plataforma tecnológica de votación y servicios para las elecciones en Venezuela desde 2004.

No obstante, en la última votación no hubo presencia de auditores de la oposición, que se consideran fundamentales como testigos del proceso, según los argumentos de la compañía.

El presidente del Parlamento venezolano, Julio Borges, anunció que esta Cámara de mayoría opositora solicitará a la Fiscalía venezolana una investigación de la «manipulación» de los resultados electorales denunciada por Smartmatic.

«No solo ha ocurrido un fraude: es un delito que comienza por la propia cabeza del poder electoral», dijo Borges en el Palacio Federal Legislativo antes de iniciar la sesión de hoy.

Almagro, al frente de la OEA desde mayo de 2015, ha denunciado constantemente al gobierno de Maduro desde pocos meses después de su llegada a Washington y «desconoce» la constituyente por «su nulidad de origen» e «inconstitucionalidad».

 

Smartmatic denuncia manipulación en elección de Asamblea Nacional Constituyente

LucenaTibisay

«Gracias a la existencia de este robusto sistema automatizado de votación es que podemos saber, sin lugar a dudas, que en las pasadas elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente hubo manipulación del dato de participación», aseguró este miércoles Smartmatic, la empresa que se encargó del conteo de votos de la polémica última elección en Venezuela.

Según las cifras oficiales, el gobierno venezolano aseguró que la elección tuvo un 41,53% de participación con 8 millones de venezolanos en las urnas.

Sin embargo, Smartmatic estima «que la diferencia entre la cantidad anunciada y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores».

«Una auditoría permitiría conocer la cantidad exacta de participación», dijo la compañía en una conferencia de prensa convocada en Londres.

Smartmatic ha proporcionado la plataforma tecnológica de votación y servicios para las elecciones en Venezuela desde 2004, incluyendo la elección del domingo para la Asamblea Constituyente.

Sin embargo, en el caso de la última votación no hubo presencia de auditores de la oposición, fundamentales como testigos del proceso, explica la firma.

BBC Mundo le preguntó director de la empresa, Antonio Mugica, si había discutido sus hallazgos con el gobierno de Venezuela y las autoridades electorales, pero (después de una larga pausa) el ejecutivo respondió negativamente.

«Pasamos los dos últimos días asegurándonos de que esto que estamos diciendo es verdad, que es preciso», dijo.

«No sentimos que alertar a las autoridades del CNE antes de hacer esta declaración fuera lo correcto», explicó.

Y luego elaboró: «Pensamos que a las autoridades no les iba a gustar lo que teníamos para decir».

Mugica aclaró que la cifra de un millón de votos era una primer estimación y que para tener un número más preciso había que realizar una auditoría.

Cuando se le preguntó sobre la credibilidad de sus señalamientos, también dijo que los números estaban ahí para quien quiera analizarlos.

«Lo que puedo asegurar es que las cifras oficiales y las que arrojó el sistema no concuerdan».

Entre 2004 y 2015 Smartmatic participó en 14 elecciones, estableciendo más de medio millón de máquinas para votar, y procesó más de 377 millones de votos en Venezuela, según información provista por la empresa.

Las controversias de Smartmatic 

La empresa, que afirma haber ayudado a millones de votantes a depositar más de 3.700 millones de votos en elecciones alrededor del mundo, no es ajena a las controversias.

En la propia Venezuela, la oposición en su momento denunció que el sistema no había evitado fraudes durante el referendo revocatorio de 2004, pero el proceso fue validado por observadores electorales de la Unión Europea, el Centro Carter y la OEA.

Candidatos perdedores también denunciaron fraude en comicios manejados por Smartmatic en Filipinas.

Pero esta es la primera vez que la empresa entra en contradicción con las autoridades electorales de un país.

Nacida en Venezuela, pero ahora con sede en Londres, Smartmatic fue acusada en sus orígenes de tener vínculos demasiado estrechos con el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez.

Pero dada su cada vez mayor presencia internacional, la empresa puede haber decidido que su credibilidad es mucho más importante que cualquier vínculo que haya podido tener con la revolución bolivariana.

Smartmatic siempre lleva su 'sanbenito', incluso en EEUU

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A la derecha, el lord Mark Malloch-Brown, chairman de Smartmatic, junto al presidente y CEO del IFES, William Sweeney.

 

Apareció Edward Snowden y decretó el terror. A cuatro días de las elecciones en EEUU, el 4 de noviembre, una denuncia (con demostraciones prácticas) sobre vulnerabilidades en el sistema de escrutinio de los votos salió a la luz en prensa abierta y digital.

Víctor Suárez

@VV_Suarez

Sonó el nombre de George Soros y se decretó el terror(ismo). También estaba circulando una petición ciudadana, firmada por más de 126 mil personas, que sería llevada al Congreso para que decidiera sobre la paralización del proceso electoral hasta tanto no fueran retiradas máquinas de votación instaladas en circuitos de 16 estados considerados cruciales, por cuanto pertenecerían a una empresa en la cual el magnate Soros tendría intereses, y que se temía que los resultados fueran inclinados a favor de su candidata Hillary Clinton.

 

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Antonio Mugica, fundador y gerente general de Smartmatic

 

El candidato republicano Donald Trump había estado reclamando durante meses que las elecciones estarían siendo «manipuladas» y advirtió a sus partidarios de que el fraude electoral podría dejarlo fuera de la Casa Blanca. Finalmente amenazó con no aceptar los resultados, a menos que ganara. Y ganó.

El asunto no comienza enteramente así. El 27 de octubre se presentó en el programa «Sala Situacional» de CNN el representante Sean Duffy, republicano por el estado de Wisconsin. Esparce rumores: «No tengo evidencia, no lo he verificado. Son artículos que he leído. Escuchamos que una de las empresas de George Soros ha proporcionado algunas de las máquinas para algunos de estos estados. Y, obviamente, el señor Soros se aferra a la izquierda … No lo he verificado personalmente todavía».

Ese comentario había sido desmentido una semana antes por el portal caza-rumores Snopes, y tres días antes por The Washington Post y Buzzfeed, luego de que había emergido en sitios conservadores tipo The Caller.

El objetivo de los aguijones multilaterales era la empresa tecnológica de origen venezolano Smartmatic, que a última hora debió hacer grandes esfuerzos legales, publicitarios y de mercadeo para disipar las dudas y desentenderse del problema, si es que lo hubiera.

 

EL SUEÑO AMERICANO

A pesar de todas sus petulancias, el sistema electoral en Estados Unidos no ha culminado de implementar el voto electrónico. Desde 2002 están trabajando en ello. El Congreso creó un Programa de Asistencia Electoral y se han estado distribuyendo fondos federales por cerca de 3.000 millones de dólares con el fin de actualizar las votaciones estatales y locales. Aunque en 2016 han sido utilizados diversos dispositivos electrónicos (computadoras con pantalla táctil) en algunas localidades, lo cierto es que tres cuartas partes de los votantes usaron papel y urna en las elecciones presidenciales. De manera que falta muchísimo para que sea culminada la transición desde el uso de aquella tarjeta perforada hasta el voto electrónico pleno, incluyendo el voto en línea. Muchos de los paseos que hacía la TV por los recintos electorales el día de la elección mostraban a funcionarios que contaban a mano papeletas depositadas en urnas de cartón.

Por el monto de los fondos involucrados, por el extenso mercado estadounidense, refinada tecnología y compleja legislación, las grandes empresas del sector hacen lobbies grandiosos para que el horizonte se les despeje 360 grados. Esperan un efecto cascada. El modelo que escoja EEUU serviría de ejemplo para otros mercados, aunque si a ver vamos muchos países ya se le han ido arriba.

En esa carrera se encuentra Smartmatic. En EEUU no ha podido entrar con la fuerza que quisiera, pero considera que se está acercando al mingo. Nació en medio de turbulencias (2000). En las elecciones venezolanas de 2004 y posteriores se le acusó de acunar fraude y de contar entre sus accionistas a personeros gubernamentales que hacían dudar de su fiabilidad. Lo ha desmentido mil veces. Sin embargo, los gobiernos de Chávez y Maduro no han dejado de blasonar: «Tenemos el mejor sistema electoral del mundo…, refrendado por el Centro Carter». En 2005 adquirió Sequoia Voting Systems, una empresa con bastante tradición en EEUU, pero una disputa sobre inversiones extranjeras (rebote de las políticas de obstrucción a China) le obligó a venderla en 2010 a la canadiense Dominion Voting Systems. A ésta fue que a la que experimentalmente le hackearon las máquinas y Snowden puso en ridículo.

Su expansión internacional ha sido notable en los últimos 8 años. De minúsculas oficinas en Caracas, mudó su cuartel general a Boca Ratón (Florida, EEUU), luego instaló oficinas comerciales principales en Londres y asentó bagajes en Barbados, Brasil, Panamá, Reino Unido, Países Bajos, Filipinas y Taiwán. Trabaja mucho en África, México y América del Sur. Mantiene un centro de excelencia en Estonia y diversifica sus objetivos empresariales hacia terrenos alejados del voto pero no del votante, como gestión de identidad (registro civil, censo electoral, proyectos de registro y autenticación biométrica de personas). Su envión más novedoso se encuentra en servicios de transporte y seguridad ciudadana para Ciudades Inteligentes (Smart Cities). Ya no sólo se sientan en sus directivas aquellos chicos que se mataban por un sorbete, sino que ha hinchado el vagón gerencial con figuras corporativas de gran ascendencia comercial y política, regional y mundial. En estos momentos su fundador y gerente general, Antonio Mugica, ni siquiera recordará que nació en Venezuela ni que su capital semilla manó de las arcas de ese país.

Uno de esos gerentes es el chairman (presidente del Consejo de Administración), el lord inglés Mark Malloch-Brown, veterano del sistema de Naciones Unidas y ministro de Estado para África, Asia y ONU durante el gobierno del laborista Gordon Brown.

 

WE THE PEOPLE

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El 21 de octubre, tres semanas antes de las elecciones, apareció una petición en uno de los sistemas digitales de recolección de firmas en torno a pronunciamientos cívicos (petitions.whitehouse.gov), en el que se pedía a la gente que respaldara lo siguiente: «We the people ask congress to meet in emergency session about removing George Soros owned voting machines from 16 states» (Nosotros, el pueblo, pedimos que el Congreso se reúna en sesión de emergencia para la eliminación de George Soros de la propiedad de máquinas de votación en 16 estados). Entre los estados señalados se encuentran Arizona, Colorado, Florida, Michigan, Nevada, Pennsylvania y Virginia.

Ello, por supuesto, abrió el debate. ¿Interviene Soros en la gestión de las elecciones? ¿Las máquinas en liza son de Smartmatic? ¿Soros posee alguna parcela de Smartmatic?

La carambola entre el magnate de las finanzas mundiales George Soros y el presidente  de Smartmatic es posible establecerla debido a que éste es miembro del Consejo Global de Open Society Foundations, una red de 22 organizaciones sin fines de lucro creada por Soros que se dedica a asuntos tan dispares como la reducción de la pobreza y la resolución de conflictos. La empresa ha dicho que su lord no ha trabajado ni trabaja con, ni para Soros y que en su capital no interviene Soros. Repitió una vez más: «El señor Soros tiene cero propiedad en nuestra empresa. Smartmatic no tiene vínculos con partidos o grupos políticos en ningún país y se rige por un estricto código de ética que prohíbe a la empresa hacer donaciones a cualquier campaña política de cualquier tipo.» Esto último no se lo terminan de creer en Venezuela.

 

ESCRUTADORAS HACKEADAS

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Más tarde, a 96 horas de abrir las urnas, una empresa especialista en ciberseguridad advirtió que las máquinas escrutadoras utilizadas en California, Florida y New Jersey son vulnerables y que están expuestas a que se alteren los resultados electorales en cualquier fase de la votación. Lo demuestran. Utilizan tarjetas de memoria de 25 dólares para sobreescribir el software empotrado y así falsear los resultados. Lo hacen limpiamente.

La empresa, llamada Cylance, dijo que fueron capaces de hackear el modelo Sequoia AVC Edge Mk1. Esta es una variante de la pantalla táctil de la Sequoia AVC Advantage.

No es la primera vez que una denuncia de este tipo es publicada, sólo que ahora lo hace la revista Fortune, una de las más prestigiosas de EEUU. La revista Politico lo expuso así en una portada reciente: «Advantage es una de las más antiguas y vulnerables máquinas de votación electrónica en Estados Unidos». El artículo detallaba cómo un grupo separado de académicos también había sido capaz de hackear estas máquinas, incluso infectando a Edge con un software malicioso que la convertía en medio para jugar Pac-Man.

En la demostración de Cylance, los investigadores fueron capaces de alterar la memoria de la máquina, así como el rastro de papel que creó para cambiar el recuento de votos y registros de precintos.

Y a 48 horas de la elección apareció el vengador Edward Snowden, quien se remite a los hallazgos de Cylance, y muestra a sus 2.4 millones de seguidores en Twitter lo fácil que es hackear una máquina de votación en EEUU con una tarjeta de memoria de 24 libras. «(Las autoridades tienen) poco tiempo para remendar esta vulnerabilidad, pero todavía pueden prohibir el uso de este modelo».

Como el retintín continuaba, no había más remedio que continuar explicando.

Smartmatic tuvo que reiterar que no tenía intereses en Sequoia, que la había vendido a la canadiense Dominion, que esas máquinas no eran suyas y que, finalmente, no estaba involucrada en las elecciones presidenciales de EEUU de este año. «No estamos desplegando nuestra tecnología en ningún condado de EEUU en estas elecciones», señaló en un comunicado.

Por ahora…

El sanbenito es persistente. Sistemas no fiables, asociaciones tenebrosas o no deseables, puros rumores y campañas…

Ese chaparrón en medios y su correspondiente esfuerzo para capearlo quizá no le haya venido mal a Smartmatic. Mientras 90 millones de estadounidenses estaban votando, las mayores empresas de tecnologías electorales de todo el mundo estaban discutiendo en cónclave el futuro del universo. En el hotel Marriot Marquis, en Washington, se reunía entre el 6 y el 10 de noviembre el Programa Elecciones en USA 2016 (USEP) y la séptima Conferencia de la Asociación Global de Elecciones (GEO-7), bajo los auspicios de la International Foundation for Electoral Systems (IFES). Entre los puntos principales a discutir se encontraba la evaluación de una década de reformas electorales en Estados Unidos.

Ranqueada entre las grandes se veía a Smartmatic. Antonio Mugica, pontificando sobre la construcción de confianza en la administración electoral, y al lord Mark Malloch-Brown junto al presidente y CEO del IFES, William Sweeney.

Mientras en Caracas le embargan los bienes por un tema laboral con un empleado. El Estado le adeuda 53 millones de dólares. No se sabe si va a continuar aportando tecnología y equipos al CNE, en momentos en que se discute la posibilidad de elecciones simples o de megaelecciones. Un tema adicional para la Mesa de Diálogo…