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Comités de Abastecimiento, sacados del vertedero de la historia

CLAP

 

¿Qué puede uno decir? ¿Cómo se puede repetir semanalmente el rito de martillear sobre el teclado las letras que acaban con la virginidad de una hoja digital y llenar esta de contenidos negativos, sin caer en el lugar común, sin recitar la compilación de quejas e improperios, toda en mayúsculas y ventilada en redes sociales? Es difícil. La estupefacción que acompaña la furia hace cuesta arriba reaccionar más allá de la coloquial mentada de madre o el lamento, casi aullido, de desesperanza ante un futuro de mayor penuria garantizada. Pero hay que hacer el esfuerzo. Callar sería un proceder incluso más agobiante, ya que la falta de catarsis acumularía sin ninguna utilidad la frustración. “No se puede vivir con tanto veneno”, cantó una chica de al lado.

Así que aquí estamos de nuevo, como Zola ante la discriminación que desgarró a Francia, con otro “¡Yo acuso!” dirigido hacia la aberrante situación del Venzuela. Esta vez el señalamiento va a propósito del desabastecimiento crónico de productos que tiene a más de medio país deambulando las calles en busca de los bienes indispensables para no vivir como hombres de Cro-Magnon. Describir una por una las consecuencias de este flagelo solo podría derivar en una pérdida de tiempo para quien lea esto. Con toda seguridad el amigo lector está consciente de las colas, la reventa especulativa y los saqueos.

Sí conviene girar la atención hacia lo que el Gobierno ha hecho y sigue haciendo para acabar con el problema: controles y más controles. No importa cuántas veces los economistas les adviertan a las autoridades que este camino produce el efecto contrario al deseado.  La respuesta siempre será una encendida proclama de desprecio hacia la tecnocracia neoliberal y de fe inquebrantable en una planificación centralizada que se justifica con una supuesta “defensa del pueblo frente a los intereses reaccionarios y maquinaciones de la burguesía apátrida”.

Así, del control de cambio (en sí mismo una pésima idea comprobada) se pasó a la centralización de las importaciones mediante el Cencoex y la Corpovex. No solo el Estado asigna las divisas, sino que las despacha directamente al proveedor extranjero, a veces con retrasos de años. Se implementó además una regulación de la cadena de distribución, por la cual ni un gramo del producto se mueve sin que las dependencias del Gobierno lo sepan, so pena de multas y confiscaciones en caso contrario.

Pero el problema siguió, desde luego, toda vez que estas trabas más bien estrangularon el aparato productivo. Había que hacer otra cosa, algo que además fuera visible, que trascendiera los procesos de elaboración y transporte, ignorados por la mayoría de la población. Se fue entonces por los comercios, esos lugares donde el producto finalmente llega a las masas. La seguidilla de medidas tomadas en estos tres años para controlar la venta al detal es fácil de recordar: límites al número de unidades por cada compra, captahuellas, turnos semanales por terminal de cédula, presentación de partidas de nacimiento (en el caso de bienes para infantes), etc. Cada una de estas resoluciones fue acompañada por una promesa incumplida de que, gracias a ellas, en tantos meses se le torcería el brazo a las mafias del acaparamiento y el bachaqueo, y los productos a precio justo volverían a colmar los anaqueles.

Ahora Maduro se saca de la manga uno de sus ases favoritos: el llamado “poder popular”, las comunidades organizadas, esta vez bajo la figura de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Como ocurre con todas sus ideas cuando las estrena, ahora no hay alocución en la que el Presidente no se refiera a estas asociaciones comunitarias como la fórmula salvadora de nuestros desmanes microeconómicos. “¡Todo el poder para los CLAP!”, exclama reiteradas veces. Claro, porque no hay nada más prudente que otorgarle omnipotencia a algo que se acaba de crear, sin siquiera establecer un lapso de prueba para ver si la cosa funciona.

En fin, la dinámica parece ser que grupos vecinales en cada comunidad se encargarán de vigilar férreamente que todos los establecimientos, públicos y privados, cumplan con los precios regulados y  el catálogo completo de demás controles aludidos previamente. Así, según Maduro, se pondrá fin al mercado negro. Pero todo indica que, a pesar de la “p” entre las siglas, más que estimular producción, los CLAP serán otra intervención más, viciada por la ineficiencia, la corrupción y la discriminación. Es ingenuo pensar que estos grupos funcionarán de forma verdaderamente descentralizada y ajena a los intereses del PSUV. La señal más visible es la designación de Freddy Bernal como encargado de dirigir los CLAP a nivel nacional.

Lo más triste es que, una vez más, parece que el oficialismo decidió hurgar en el vertedero de la historia universal para sacar esta idea. Es como si Maduro la hubiera copiado de uno de los casos que le fascinan: el Chile de Salvador Allende. Los habitantes del estrecho país tuvieron que lidiar en ese entonces con las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios, o JAP, abreviación que hasta rima con la de nuestros comités caribeños del siglo XXI. Habrá venezolanos que piensen que el drama que viven hoy no tiene precedentes en ninguna parte. A ellos les sorprendería saber que Chile, esa nación vista como modelo de desarrollo económico y democracia estable en la Latinoamérica actual, pasó por una experiencia muy similar.

En 1970 la izquierda regional celebraba la elección del socialista Allende como presidente de la nación austral. Pero aquel sabía que la situación era delicada, pues heredó de sus predecesores una tierra azotada por inflación aguda crónica y desigualdades sociales muy marcadas. Por desgracia, se equivocó en la forma de resolver los entuertos. Para empezar, intentó estimular la demanda mediante un gasto público desmedido. También ordenó una oleada de estatizaciones de empresas nacionales y extranjeras, sobre todo estadounidenses.

Aunque al principio todo esto, aunado a un fuerte aumento de los salarios, pareció dar excelentes resultados en 1971, al año siguiente las presiones de una inflación disimulada por controles de precios se hizo sentir con furia. Buena parte de los empresarios, enajenados por las políticas socialistas, dejaron de invertir, con la consecuencia de una caída drástica de la producción traducida en desabastecimiento espeluznante. Para colmo, el Gobierno liquidó una porción sustancial de las reservas internacionales, lo que significó menos recursos para combatir la escasez, así fuera con importaciones.

Para principios de 1973 el cuadro era uno familiar a los venezolanos del presente: inflación altísima, poder adquisitivo pulverizado, anaqueles vacíos y colas interminables. El Partido Comunista, uno de los miembros de la coalición de Allende, sugirió crear las JAP como forma de asegurar el aprovisionamiento de las comunidades por las propias comunidades. Pero como el problema estaba fundamentado en cuántos productos había, y no en dónde encontrarlos, el fallo no se corrigió. Los JAP terminaron siendo un espanto para los comerciantes y para buena parte de la población en general, debido a su sectarismo político. A los consumidores les ofrecían acceso a los bienes a precios regulados y sin horas de colas, pero a cambio les exigían lealtad al Partido Comunista o al Gobierno completo. Así se llegó a una sociedad más dividida y polarizada, en una crisis alarmante, lista para el golpe de Pinochet y todo el horror que le siguió.

Las desavenencias en torno a lo que pasó en esos días siguen hiriendo a Chile, al punto de que hoy se mantiene la disputa al rojo vivo entre dos explicaciones. Una es el relato que se acaba de hacer. La otra señala que hubo un sabotaje planificado y sistemático, impulsado por el sector privado y las clases altas. A ello se añade la mano peluda del Tío Sam, indignado por las expropiaciones de negocios norteamericanos en el país, que movió sus fichas para facilitar la rebelión militar. Personalmente, creo que hubo una combinación de ambas versiones: pésimas políticas económicas, cegadas por la ideología oficial, y una reacción deliberadamente desestabilizadora a la que no le importó pasar de una catástrofe a otra con tal de deponer al mandatario.

Esta visión desprovista de maniqueísmo pudiera poner límites al paralelismo para no caer en la explotación de la historia que hace Maduro cada vez que se compara con Allende para victimizarse. El socialismo chileno gobernó solo tres años, no 17. En ese lapso no tuvo el tiempo (ni, quizás, la voluntad) de ahogar el aparato productivo con tantos controles. Tampoco llegó a formar una maquinaria de represión tan eficaz como la de sus admiradores venezolanos, ni se enfrentó a una oposición política con escrúpulos en cuanto a los sacrificios humanos que podía implicar su salida violenta del poder. Finalmente, el caso se circunscribe en la Guerra Fría, cuando Estados Unidos hizo destrozos en su lucha contra todo lo que oliera a izquierda.

Pero eso no evita que Venezuela pueda aprender de la lección de su vecino al otro extremo de la calle suramericana. Las crisis económicas son capaces de generar monstruos cuyo legado se añade a la sucesión de capítulos turbios en el paso de los países por las décadas. Todavía estamos a tiempo de una solución civil. Con apoyo militar indispensable, dirán algunos. Pero tendría que ser esencialmente civil. Esperemos que así sea. No me gustan las juntas de control de precio. Tampoco las de gorilas con uniforme.

@AAAD25

Detuvieron a dueños de supermercado en Falcón por desechar 4 toneladas de pollo

Hallaron cuatro toneladas de pollo en un botadero de basura en Falcón

Foto: Cortesía Diario Nuevo Día

Autoridades detuvieron a los dueños de un supermercado del estado de Falcón por desechar 4.000 kilos de pollo que estaban descompuestos, considerado un delito de acaparamiento.

Efectivos de la militarizada Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y fiscales de la Superintendencia de Precios Justos ejecutaron el arresto, tras encontrar los empaques de pollo identificados con las etiquetas del local en el vertedero municipal de Dabajuro, en Falcón, precisó el superintendente William Contreras.

Las autoridades allanaron el Hipermercado Occidente y encontraron otros 2.000 kilos de carne en mal estado y productos lácteos vencidos, alimentos con sobreprecios.

Ante ello, la Controlaría Sanitaria ordenó el cierre definitivo del supermercado, según una nota de la agencia venezolana de noticias, que no especificó cuantos fueron los detenidos.

El acaparamiento de alimentos está tipificado como un delito en la ley venezolana. El gobierno lo considera como un estrategia de la guerra económica que atribuye a empresarios de derecha para desestabilizarlo, al generar desabastecimiento y malestar popular.

En medio de una severa crisis económica, agravada por la caída de los precios del crudo -fuente casi exclusiva de las divisas del país petrolero-, los venezolanos enfrentan una escasez de dos tercios de los productos básicos, lo que a diario provoca largas filas en los supermercados.

Hace dos semanas, la Fiscalía a tres altos directivos de distribuidoras estatales de alimentos por corrupción, pues enormes cantidades de productos básicos iba a parar al mercado negro.

Privadas de libertad 336 personas por acaparamiento, boicot y contrabando de alimentos

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La directora general contra la Delincuencia Organizada del Ministerio Público, Yurima Gil Trías, aseguró que desde el 1º de enero y hasta el 9 de marzo de este año se ha logrado la privativa de libertad de 336 personas, presuntamente incursas en delitos de acaparamiento, desvío, boicot y contrabando de alimentos básicos y combustible, además de otros tipos penales de naturaleza económica.

Durante su participación en el programa En Sintonía con el Ministerio Público, transmitido este jueves 10 de marzo por Radio Nacional de Venezuela, Gil dijo que en esta materia en lo que va de 2016, se han procesado a 811 personas en los respectivos tribunales de control.

Al destacar la actuación apegada a la legalidad de los fiscales del Ministerio Público en estos casos, señaló que se busca aminorar los ilícitos penales que atentan contra la seguridad alimentaria de la población venezolana.

También informó que la semana pasada fue incautado un cargamento de 30 toneladas de caraotas en un galpón privado del estado Carabobo.

Adelantó que el fiscal de la causa ordenó la experticia fitosanitaria y realizó las diligencias en un tribunal de control de la entidad federal, a fin de que este producto, luego de las verificaciones técnicas, se coloque a la disposición de los consumidores.

 

En Abastos Bicentenario

Gil indicó que como consecuencia de los operativos anticorrupción en los Abastos Bicentenario del país, el Ministerio Público presentó en tribunales de control a 56 personas, de las cuales 31 fueron privadas de libertad bajo la presunta comisión de los referidos delitos, así como de otros como desestabilización a la economía, asociación para delinquir y los relativos a la Ley contra la Corrupción.

Tales delitos se han previsto en las leyes Orgánica de Precios Justos, y contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.

Explicó que las investigaciones de los fiscales del Ministerio Público apuntan hacia irregularidades en los Abastos Bicentenario de los estados Aragua, Anzoátegui, Barinas, Lara, Monagas, Miranda, Carabobo, Bolívar, Mérida, Portuguesa, Sucre, Zulia, Vargas y Distrito Capital.

 

Cultura preventiva

Al ser consultada sobre el combate a los flagelos de la extorsión y el secuestro, resaltó el abordaje preventivo de la institución, a través de charlas informativas en comunidades organizadas, planteles educativos e instituciones públicas y privadas en general.

Enfatizó que el uso de las redes sociales y las nuevas plataformas tecnológicas para exponer aspectos de la vida privada de las personas, “las hace blanco perfecto de estas acciones delictivas”.

Invitó a la población a denunciar las extorsiones y los secuestros en las fiscalías superiores, las unidades de atención a la víctima y de orientación ciudadana del Ministerio Público, tanto en el Área Metropolitana de Caracas como en el interior del país.

Igualmente, exhortó a los venezolanos a utilizar la línea telefónica gratuita 0800FISCA00 (08003472200) para denunciar este tipo de irregularidades. “Hay que denunciar los hechos constitutivos de delitos y no solo quejarnos”, reflexionó Gil.

 

 

Ministerio Público acusó a cinco funcionarios de la PNB por corrupción en Caracas
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El Ministerio Público acusó a cinco funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que fueron detenidos el pasado 14 de agosto, por presuntamente haber exigido un millón de bolívares al propietario de un local comercial de cauchos en Caracas, para evitar la apertura de un procedimiento por los delitos de acaparamiento y especulación.
El fiscal 93º nacional, Dáyiso Rodríguez, acusó a los oficiales Michael Israel Clemente Pacheco (28), Marcos José Paredes Montilla (28), Jesús Omar Villanueva Trujillo (42), Alexis José Blanco Valera (25) y Leomar Germán Mangiacapra Celada (23) por la presunta comisión de los delitos de concusión y agavillamiento.
Tales delitos están previstos en la Ley Contra la Corrupción y el Código Penal, respectivamente.
En el escrito presentado ante el Tribunal 8º de Control del Área Metropolitana de Caracas (AMC) los representantes del Ministerio Público solicitaron la admisión de la acusación, el enjuiciamiento de los efectivos policiales y que se mantenga la medida privativa de libertad contra ellos, quienes permanecen recluidos en la Zona 4 de la PNB, ubicada en el sector Piedra Azul de Baruta, estado Miranda.
De acuerdo con la investigación, el pasado 13 de agosto, los policías efectuaron un procedimiento en un local comercial dedicado a la venta de neumáticos en Catia, donde consiguieron que el encargado de la tienda les entregara la cantidad de 300 mil bolívares, a cambio de no aplicar sanciones por presuntos delitos de acaparamiento y especulación.
Ante esta situación, el supervisor de la tienda interpuso la respectiva denuncia ante el Ministerio Público, por lo que se coordinó una entrega controlada de otros 700 mil bolívares en efectivo que también exigían los funcionarios policiales para el día siguiente.
La acción judicial, autorizada por el Tribunal 8º de Control del AMC, se llevó a cabo en las proximidades de la Plaza Capuchinos de Caracas, donde los hoy privados de libertad huyeron en un vehículo al avistar a una comisión de funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar.
Sin embargo, en horas de la tarde, los cinco PNB fueron aprehendidos finalmente en la sede de este cuerpo policial en El Helicoide.
Fiscal General: Van 1711 personas privadas de libertad por contrabando y acaparamiento

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* Con información del Ministerio Público

 

La fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, informó que desde enero de este año hasta la fecha, un total de 1.711 personas han sido privadas de libertad por presuntamente incurrir en delitos de contrabando, acaparamiento y boicot de alimentos básicos y otros productos estratégicos.

Al intervenir en su programa “Justicia y Valores”, Ortega Díaz ratificó a la directora General Contra la Delincuencia Organizada, Yurima Gil Trías, en la coordinación de los 185 fiscales en todo el país, quienes fueron dispuestos a enfrentar legalmente a quienes «pretenden la desestabilización de la economía venezolana».

“Hemos decidido fortalecer las acciones de este equipo de profesionales del Ministerio Público y por eso, se incorporan 12 expertos para coadyuvar en este trabajo de contribuir a la paz del país”, destacó Ortega Díaz.

 

Presentarán a 3 gerentes de Abastos Bicentenario en Anzoátegui

La Fiscal General también se refirió a la audiencia de presentación de tres directivos de Abastos Bicentenario y otra persona más,  quienes fueron aprehendidos por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional debido a presuntas irregularidades en los trabajos de recuperación y rehabilitación de los referidos centros de distribución de alimentos en la avenida Intercomunal de Puerto La Cruz y la redoma de Guaraguao, respectivamente.

En este sentido, los fiscales 55° nacional auxiliar, 5° y 20° de Anzoátegui, Mariaolga Daboin, María del Valle Martínez y Yulimar Amaricua, respectivamente,  imputarán a los gerentes de los abastos bicentenarios de la Región Oriente, Elio Jesús Caraballo; de Puerto La Cruz, Pablo Martínez Cedeño; y de Guaraguao, José Reinaldo Piña Fernández, y al subcontratista Aníbal Nieves, por delitos previstos en el ordenamiento jurídico venezolano.

 

La importancia de denunciar

En el programa radial, Ortega Díaz sostuvo que la denuncia es determinante para activar todo el sistema penal y, por ende, vencer a la impunidad.

“La denuncia es la participación que hace una persona a las autoridades que se cometió un delito. La misma la puede hacer la víctima del hecho punible o quien tuvo conocimiento de éste”, precisó.

Explicó que las denuncias penales deben consignarse ante el Ministerio Público, a través de las unidades de atención a la víctima, las fiscalías superiores y municipales, además de las distintas direcciones y el Despacho de la Fiscal General de la República, ubicado en la sede principal de la institución, en la avenida México de Caracas.

Igualmente, dijo que se pueden denunciar hechos punibles en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, la Policía Nacional Bolivariana, Guardia Nacional Bolivariana y cuerpos de seguridad regionales y municipales.

“En los medios de comunicación social se ejerce el derecho a la libertad de expresión de los ciudadanos, pero no son órganos receptores de denuncias”, aseveró Ortega Díaz.

Privan de libertad a conductor de ambulancia por acaparamiento de productos de primera necesidad

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El Ministerio Público logró privativa de libertad para Jacinto Esaú Díaz Ávila (53), por ocultar artículos de primera necesidad dentro de una ambulancia privada que conducía el pasado 13 de abril de 2015 en la población de Biscucuy,  municipio Sucre del estado Portuguesa.

Durante la audiencia de presentación, los fiscales 1º y auxiliar del primer circuito de la referida jurisdicción, Javier Uzcátegui y David Correa, respectivamente, imputaron al hombre por la comisión de delito de acaparamiento, previsto y sancionado en la Ley Orgánica de Precios Justos.

Sobre la base de  los elementos de convicción expuestos por la representación fiscal, el Tribunal  1º  de Control del primer circuito de Portuguesa dictó la medida privativa para Díaz Ávila, quien permanecerá recluido en la sede de la policía regional.

La situación fue detectada el citado día, cuando  una comisión  policial  observó que la ambulancia se encontraba estacionada a la altura del sector Río Anus de la carretera nacional Biscucuy – Guanare.

Posteriormente, los funcionarios detectaron una situación irregular respecto a la unidad de emergencia, por lo que procedieron a revisarla.

Tras el procedimiento, hallaron en la parte posterior del vehículo el cargamento de 14 cajas de jabón de pasta azul, 17 cajas de jabón de tocador, 32 potes de lavaplatos de diferente marcas y contenido, cuatro bultos de detergente en polvo de varios kilos y dos bultos de harina de maíz con 40 kilogramos aproximadamente.

En virtud de esta situación, el conductor fue aprehendido de inmediato y puesto a la orden del Ministerio Público.

Militares y policías luchan contra empresarios

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Por Dulce María Rodríguez

 

El plan operativo para afrontar el contrabando, boicot, especulación, acaparamiento y usura, presuntos delitos que el gobierno ha denominado “Guerra económica” esta en ejecución. El Nacional conoció el documento con el plan, el cual fue elaborado por la Jefatura de Estado Mayor de la Guardia Nacional Bolivariana, tiene carácter “Confidencial” y una extensión de 22 páginas que llegan a 50 con 12 anexos. Incluye referencias legales como la Constitución de la República, 29 leyes, códigos y reglamentos. Está suscrito por Padrino, en alusión al general en jefe de la GNB Vladimir Padrino López y con acuse de recibo de Oviedo, referido al comandante general de la GNB mayor general Gabriel Ramón Oviedo.

 

1- Involucrados en el plan

El gobierno considera a los industriales, distribuidores, comerciantes y hasta la economía informal una fuerza opositora, de acuerdo con el documento. Pareciera que con mucho poder, ya que asignan a 24 comandos zonales de la Guardia Nacional Bolivariana, más su Comando de la Guardia del Pueblo, el Comando de Vigilancia Costera, el Comando de Apoyo Aéreo. Además de las Direcciones Nacionales de los Servicios de Policía Administrativa Especial: de Resguardo Nacional, de Seguridad de Guardería Ambiental, de Resguardo Minero y de Investigaciones Penales, el objetivo del mantenimiento del orden interno y de contrarrestar los ataques de la Guerra Económica.

En el plan también se establece como amenaza el contrabando y se asocia a la delincuencia, a la especulación vinculada con la economía formal e informal, al acaparamiento que ejecutan los comerciantes, la extracción de hidrocarburos vinculada asimismo con la delincuencia organizada. Además a bandas criminales de Colombia que por medio de empresas extraen productos de forma irregular.

Los comandos de la GNB realizarán “labores de vigilancia, seguimiento, fiscalización, supervisión y control de las cadenas de producción, importación, distribución, almacenamiento y acopio de los productos de la cesta básica, productos de carácter estratégico e interés nacional y productos potenciales no procesados por el Estado para evitar su desvío y fuga”, dice el documento.

 

2- Labores de inteligencia del poder popular

Como si fuera poco con los 24 comandos zonales de la GNB y sus 3 comandos de vigilancia y apoyo, más las 4 direcciones de los Servicios de la Policía Administrativa Especial, también en el plan operativo le asignan “labores de inteligencia al Poder Popular, productores, distribuidores, comercializadores y toda persona natural o persona jurídica y patriotas cooperantes aliados al proceso revolucionario”.

Si los patriotas cooperantes detectan presuntos ilícitos deben avisar al Comando Superior de la zona y las autoridades correspondientes a su jurisdicción para ejecutar las acciones pertinentes.

 

3- Seguimiento y control

Se destaca en negritas en el referido documento, que se debe “conformar una Sala de Seguimiento y Control para la búsqueda, procesamiento y análisis de información a fin de generar los insumos necesarios para la toma de decisiones. En este sentido, entre otras actividades deberá elaborar mapeo geo-referenciado de los productores, rutas habilitadas, rutas no habilitadas, lugares de mayor ocurrencia de delitos, organizaciones delictivas (bandas nacionales o internacionales), depósitos, almacenes, silos, localización de oficinas públicas que otorgan guías, permisos, autorización para el aprovechamiento, distribución y comercialización de los productos y bienes”.

 

4- Propósito y uso

El plan ya fue puesto en práctica, cuando la Superintendecia de Precios Justos y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, fiscalizaron la cadena de Practimercados Día Día. El asesor legal, Álvaro Prada, aseguró que las medidas tomadas por el gobierno en contra de la empresa no tienen justificación, porque ellos conocen la cantidad de mercancía que ingresa al almacén y la que sale. “La empresa ha cumplido con la ley y nunca ha acaparado, especulado ni participado en ningún tipo de boicot. Todos los despachos de productos del almacén central son autorizados por el Ejecutivo por medio del Sistema Integral de Control Agroalimentaria (SICA) del Ministerio de Alimentación. Esto es transparente”, dijo.

Sin embargo, conociendo la capacidad de almacenamiento de la cadena de practimercados y sus niveles de inventarios, el gobierno inspeccionó su almacén el 2 de febrero y los acusó de presunto acaparamiento y boicot. Acto seguido, ordenó que Pdval que los asumiera y la mercancía de su almacén en La Yaguara fue trasportada a la distribuidora estatal. Además privaron de libertad a su director ejecutivo, Manuel Morales y a su abogado externo Tadeo Arrieche.

 

5- Los comandantes

Son responsables de seleccionar el personal que realizará las labores de control, seguimiento e investigación como Policía Administrativa Especial de Apoyo a la Administración.

Emplearán personal militar y civil de acuerdo con su capacidad profesional y técnica según los servicios requeridos.

Garantizarán que el personal en los puntos de control y en tareas de investigación cuenten con el marco legal correspondiente.

Impartirán cursos y talleres.

Realizarán labores de inteligencia con los patriotas cooperantes aliados al proceso.

Buscarán información en distintas instituciones que posean registros criminalísticos nacionales e internacionales.

Harán seguimiento y análisis a las informaciones de interés difundida por los diferentes medios de comunicación para identificar actores relacionados con organizaciones criminales o delincuencia organizada.

 

Ejes de actuación y anillos de control

El plan se ejecutará dividiendo al país en los ejes: central, costero y fronterizo.

Eje central: realizará el control y seguimiento al sector productor: agroindustria, industrias, almacenes, empaquetadoras, empresas de transporte terrestre, sistema de distribución y comercialización de alimentos y productos estratégicos.

Eje fronterizo: harán seguimiento en los depósitos, almacenes, distribuidoras de productos de primera necesidad y del combustible en las plantas termoeléctricas.

Eje costero: se enfocará en los puertos y muelles habilitados o no, para actividades aduaneras: importación, exportación y tránsito. También hacia las empresas propietarias de embarcaciones destinadas a la pesca.

Los niveles de control que llevará a cabo la GNB se dividen en tres anillos:

Primer anillo: supervisión, registro y control a centros de producción. Los comandos de cada estado realizarán labores de registro en los centros de fabricación de productos animales y vegetales, y de resguardo de materias primas. Supervisaran las operaciones de importación y tránsito de productos de la cesta básica, aseo personal e higiene del hogar e identificarán los destinatarios. Además evitarán la extracción de recursos exportables.

Segundo anillo: control a centros de distribución. Registrarán las empresas distribuidoras en cada jurisdicción y abrirán una carpeta con el historial: registro mercantil, RIF, copia de la cédula de identidad de los propietarios y representantes legales y sus números telefónicos, registro de la actividad, y guía de SADA. Establecerán mecanismos de seguimiento para evitar el desvío de los productos sujetos a control. Identificarán destinatarios y rutas de circulación.

Tercer anillo: control en lugares fronterizos y destino final. Realizarán fiscalizaciones a centros de recepción, acopio, almacenamiento y distribución de grandes cantidades de productos objetos de control. Patrullarán las principales vías de comunicación con países vecinos y ubicarán caminos improvisados y los desactivarán. Además efectuarán control migratorio.

 

Acciones previstas

Los comandos de cada zona deben realizar:

-La identificación y registro de personas naturales y jurídicas, dedicadas a la producción primaria y al procesamiento de los productos de primera necesidad, materiales estratégicos y otros sujetos al plan.

-Verificar la capacidad instalada de producción, almacenamiento y distribución. Si la empresa es privada o pública, tipo de rubro que fabrica.

-Control del despacho: red de distribución, destino final y guías de movilización. Identificarán a las personas propietarias de las unidades de transporte utilizados para el traslado de los productos o empresas prestadoras del servicio, su flota, embarcaciones o aeronaves, según corresponda.

-Deben abrir la carpeta de Registro o Historial por cada establecimiento.

-Verificar las infraestructuras de almacenamiento, depósito y refrigeración localizadas en la zona. Precisar si es propio o arrendado. Realizar visitas de investigación.

-Contrastar la permisología, registro o autorizaciones de las empresas dedicadas a la producción, distribución y comercialización.

-Investigar a personas naturales o jurídicas cuando existan elementos de convicción sobre la presunta comisión de delitos económicos.

-Los comandantes deberán identificar las vías principales y secundarias habilitadas para el transporte de los productos sujetos de control y seguimiento.

-El comando de operaciones establecerá los anillos de control.