La lápida que puso Bolívar sobre todo aquello, un personaje que en las primeras horas de esos eventos era uno de los tantos importantes pero no el único, fue la de considerar a aquel magnífico legado del primer congreso de Venezuela como de ‘república aérea’
En cuanto al 5 de julio, habría que decir un par de cosas, como lector y ciudadano: pesa sobre el 5 de julio la lápida que le puso encima el propio Simón Bolívar apenas comenzar esa extraordinaria creación que fue la ‘primera República’.
Me explico. Luego de leer la investigación de la profesora, Carole Leal ‘La primera revolución de Caracas 1808-1811’, comprendo que el alcance de la fecha de hoy, 5 Jul, no es el que ha debido ser en sus 212 años de existencia .
¿Por qué?
El evento no solo declaró y luego dejó en acta la separación absoluta de la monarquía española (entregada momentáneamente a Napoleón) sino que produjo algo también de mucho valor político: la representatividad y el debate de ideas en la obtención de consensos. Porque para llegar a esa fecha que hoy se recuerda, hubo que pasar por niveles de creatividad, modernización y decisión políticas y jurídicas como jamás hubo en el territorio de la Capitanía General antes de ese momento.
No solo aquellos diputados lograron la independencia sino que sobre la marcha, a velocidad impensable, dinámica además motivada por la realidad de la época y por la propia situación de la corona de España, esos diputados lograron pensar y construir una estructura conceptual que diera legitimidad a la emancipación que pretendían, crearon instrumentos de elección y adjudicación, debatieron y acordaron, organizaron y propusieron a través del acuerdo parlamentario no solo un congreso que los reuniera colegiadamente, sino una constitución que sentara las bases de una nación, republicana según la entendían.
No fue poco el haber logrado aquello, además con ese nivel de pensamiento y creatividad que mostraron los protagonistas de la hora. El objetivo no solo era emanciparse sino también fundar de la nada el modo democrático de entender el poder y de contenerlo y administrarlo.
La lápida que puso Bolívar sobre todo aquello, un personaje que en las primeras horas de esos eventos era uno de los tantos importantes pero no el único, fue la de considerar a aquel magnífico legado del primer congreso de Venezuela como de ‘república aérea’ y a sus propulsores de ser llevados por ‘excesos liberales’ por la carta magna de corte federal que emanó de aquellos constituyentistas.
Esos calificativos por parte de Bolívar condenaron políticamente a aquel proyecto y fueron parte del origen de su fracaso.
Pero además, y esto lo señala con énfasis la profesora Leal, es inexcusable que la historiografía, que con los años vendrían a estudiar este hecho histórico, haya obliterado o escamoteado la valoración del trabajo de negociación política que aquellos hombres del primer congreso lograron y llevaron a término.
No es justificable que la historiografía haya tardado tanto en recomponer el asunto, tampoco que toda una nación, llevada de la mano de sus políticos y líderes, haya acompañado esa errada lectura, esa falta, esa disminución en la consideración de los hechos solo por el peso del ‘grande hombre’ en el que se convirtiera Simón Bolívar los años subsiguientes de la independencia y de Colombia.
Así que si vamos a conmemorar este 5-j deberíamos aprovechar de hacerlo con el espíritu de amplitud de miras y el de valoración sincera.
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