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#23E

#23E ¿Por qué muchos no salieron a marchar?

Marcha 23 enero 2017

Foto: Cobertura del periodista Francisco Zambrano | Marcha del 23 de enero de 2017

 

Convocatoria con poca antelación, cambios a última hora en los puntos de salida, desgaste de la evaluación de la MUD y el desánimo entre los opositores, son algunos de los factores que condicionaron la asistencia a la marcha convocada para el lunes 23 de enero por la Mesa de la Unidad Democrática para exigir al Consejo Nacional Electoral el cronograma comicial para 2017.

El director de ORC Consultores, Oswaldo Ramírez, estima que la mermada asistencia a la marcha opositora obedece, en primer lugar, a factores que atañen estrictamente a la comunicación política. A su juicio, la convocatoria con poca antelación, el cambio en los puntos de salida y el desgaste de la MUD como convocantes influyó en la baja asistencia.

“A pesar de que un porcentaje importante de la población cree en la MUD y en su capacidad, hay un desgaste de la imagen de la coalición opositora como convocante. Tiene que venir un proceso de re-enamoramiento de la calle. Sin embargo, eso no se da sin objetivos políticos ciertos y concretos. Hoy la incertidumbre domina la escena, por lo que la activación política es mucho más lenta”, argumenta Ramírez.

El politólogo Juan Manuel Trak apunta que el proceso de diálogo bajó significativamente el nivel de conflicto y generó una desconexión con las expectativas de la ciudadanía. “No olvidemos que lo que vemos ahora le sigue a las multitudinarias marchas de septiembre y octubre de 2016, las cuales tenían el objetivo preciso de lograr el referendo revocatorio; las decisiones políticas, luego de noviembre del año pasado, le han restado credibilidad a dirigencia opositora”.

El segundo factor que apunta el director de ORC Consultores es que si bien la gente tiene una alta disposición a protestar, la narrativa de rescatar el derecho al voto aún no ha tomado cuerpo en la calle como para constituir, por sí sola, la razón para marchar. “La exigencia de elecciones debe venir acompañada de un mayor dominio del tema en la agenda mediática y pública”, sostiene.

“La dirigencia política tiene la responsabilidad de conectar las demandas de la gente con la acción política; en la calle, la exigencia es la resolución de los problemas cotidianos. No se puede esperar una conexión automática entre la defensa al voto y el cambio que la gente aspira. Sin un discurso coherente, las elecciones regionales pueden ser vistas como un objetivo de los partidos políticos, no vinculado con la solución de los problemas de la población”, argumenta Trak.

La búsqueda de alimentos es otro factor que pudo haber condicionado la asistencia de los manifestantes a la marcha del 23 de enero. “Ante el aumento de los precios, hay gente que sabe que si no va a su cola, simplemente no come. Para algunos es excluyente protesta versus cola de comida”, sugiere Ramírez.

¿Desánimo en las filas opositoras?

Es difícil ocultar el desencanto entre los opositores tras un 2016 que vio frustradas todas sus expectativas de cambio. “Sí creo que hay derrotismo y desencanto, una especie de marasmo en torno al qué hacer, cómo hacerlo, quién lo dirige y cuándo hacerlo. Muchos no quieren reconocer el liderazgo mientras que otros simplemente no quieren seguir a nadie”, señala el consultor político.

“La poca efectividad de las manifestaciones es un gran desmotivador. Ciertamente, una marcha por sí sola no genera ningún cambio, pero la gente sí percibe cuando las manifestaciones suman a favor de un objetivo claro. Esa es la diferencia: la gente tiene que saber que su participación en las manifestaciones contribuye a lograr un fin”, sostiene Trak.

El bache anímico, no obstante, es reversible. “Teniendo una comunicación coherente, dejando en los ciudadanos la percepción de una unidad real con objetivos políticos claros, hablando claro, es decir, sin cortapisas ni dobles agendas, y actuando coherentemente en función de esa comunicación, la oposición puede volver a motivar a sus partidarios. Lo que la MUD no puede hacer es seguir esperando que la ciudadanía respalde sus acciones si previamente no está claro hacia dónde conduce el rescate del derecho al voto”, dice Ramírez.

¿Qué debe hacer la MUD? “Organización, organización y más organización. Concretar la reestructuración de la que tanto ha hablado. La dirigencia tiene la responsabilidad de trascender sus rivalidades políticas a fin de luchar por un espacio democrático. La pregunta que queda es, ¿tendremos dirigentes a la altura de ese reto?”, cuestiona Trak.


Capriles: Esta será la última movilización convencional, la próxima será sorpresa

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El gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonsky, expresó desde la concentración hacia el CNE de este 23 de enero que esa sería la última movilización convencional que se anuncia, pues la próxima «será sorpresa».

Un relanzamiento de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es necesaria, consideró Capriles, a quien las condiciones del país y la debilidad del gobierno «que lo único que tiene es el control de las instituciones» le hacen pensar que «el gobierno puede perder», por lo que hizo un llamado a la organización.

 

 

Se refirió también al llamado a diálogo del gobierno al decir que «tuvimos un dialogo inútil». “El diálogo es lo normal en una democracia, pero si no hay democracia no hay diálogo”, dijo Capriles, y preguntó a los mediadores cómo el gobierno cumplirá ahora los acuerdos si los anteriores no fueron cumplidos.

 

Por último, el gobernador publicó una foto del diputado Gilber Caro, quien fue detenido por el Sebin bajo una presunta acusación de portar armas y explosivos, a pesar de su inmunidad parlamentaria y cuyos derechos han sido quebrantados a lo largo del proceso penal que las autoridades han aplicado en su caso.  

Manifestantes y PNB se enfrentaron con gases lacrimógenos y piedras en Táchira

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Organismos policiales del estado Táchira lanzaron bombas lacrimógenas a los manifestantes que se dirigían a la sede regional del Consejo Nacional Electoral (CNE) quienes exigen el cronograma electoral en el marco de la manifestación nacional organizada por la oposición.

La marcha, que salió desde la parte alta de la ciudad, en la redoma de «Batidos El Tigre», llegó a una cuadra del CNE, donde un cordón de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) desde tempranas horas de la mañana resguardaba el paso hacia la sede. Al intentar romper el cordón, los efectivos intentaron hacer retroceder a la sociedad civil y estudiantes con gases lacrimógenos, quienes a su vez atacaban con piedras a los PNB.

Tras la alteración, la situación retornó a la calma, pero los manifestantes continuaron en el lugar. De acuerdo a periodistas de la región, los opositores entregaron paquetes de Harina Pan a los policías y a las 12 del mediodía cantaron el himno nacional.

Minutos después del mediodía, los alrededores del CNE se mantenían calmados, con presencia de manifestantes en el lugar.

 

Estos son los cuatro puntos de concentración para la manifestación del #23E

 

 

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En Santa Mónica, Santa Fe, Av. O’Higgings y Parque del Este son los cuatro puntos donde se concentrarán a partir de las 10 a.m. los asistentes a la manifestación convocada por la Mesa de la Unidad Democrática para exigir el cronograma electoral el próximo lunes 23 para dirigirse hacia la sede del Consejo Nacional Electoral.

El diputado Juan Guaidó de Voluntad Popular dio a conocer los cuatro puntos de concentración la mañana de este viernes. Indicó que saben que el gobierno colocará piquetes en varios puntos para impedir el paso de la marcha sin embargo dice que se mantendrán en la calle y no descarta ir al Palacio de Miraflores porque “no es un pecado”.

Guaidó hizo un llamado de movilización generan el toda Venezuela a “calentar” la calle hasta lograr el cambio en el país. «Nos urge liberar a Venezuela desde las calles. Las elecciones municipales y gobernadores no son un regalo”, dijo el diputado Juan Guaidó.

El 23 de Enero hoy por Elías Pino Iturrieta

#23E58

 

Los sucesos del 23 de Enero de 1958 se han conmemorado de manera diversa a través del tiempo. Inmediatamente después del regreso de la democracia representativa fue entusiasta la celebración de la fecha, pero después los fastos se volvieron rutinarios y vacíos. El filósofo José Luis da Silva ha estudiado la evolución de los discursos relacionados con tales ceremonias en un libro publicado por la UCAB que da cuenta de su languidecimiento. Mientras el suceso se aleja en el tiempo y el sistema restaurado se asienta, según podemos comprobar en su acuciosa investigación, los actos apenas se ajustan sin pena ni gloria a las necesidades del protocolo como para no dejar. Solo en ocasiones excepcionales, cuando toman la palabra en el Congreso pesadores y políticos como Miguel Otero Silva y Luis Castro Leiva, se vuelve con entusiasmo y rigor sobre la trascendencia del hecho.

Parece razonable tal conducta. Solo cuando la necesidad lo impone, los trabajos de los hombres para la adquisición de metas relacionadas con el bien común se reconstruyen como asunto próximo, caliente y urgente. De lo contrario, desfilan en el repertorio de los momentos que suelen recordarse por inercia, sin que por su olvido se nos vaya la vida como pueblo. Así ha sucedido con la memoria del derrocamiento de Pérez Jiménez, extraviada poco a poco en los rincones de la amnesia. Chávez en el principio de su mandato quiso desprenderse de una evocación que le resultaba incómoda, no en balde significaba la derrota de uno de los cabecillas de las fuerzas armadas por cuya obra no ocultó reverencia, pero después le dio la vuelta al rompecabezas hasta convertirlo en un regocijo relacionado con las tropas bajo su mando que, ahora sí, nos harían prósperos y felices. ¿No había sido esencialmente, el 23 de Enero de 1958, un movimiento de uniformados al cual debía asociarse para anunciarlo como un capítulo del trabajo de sus antecesores que él continuaba para bien de la patria? Sin embargo, la conmemoración “socialista” no tardó en caer en el fastidio de las que la habían precedido para que se volviera a las pompas sin hueso estudiadas por Da Silva.

Hoy no se advierte entusiasmo en torno a lo que entonces sucedió. La lejanía de los hechos, ya comentada, pero quizá la proximidad de una gesta predominantemente civil e indudablemente cívica, como la sucedida el 6 de diciembre, han aconsejado una distancia mayor. Pese a que también el pueblo se jugó el pellejo en 1958 para salir de Tarugo, es evidente cómo las fuerzas armadas pusieron entonces más carne en el asador. ¿Será por eso que el enero de renacimiento democrático pasa hoy por debajo de la mesa, sin que ni siquiera la nueva AN haya anunciado las ceremonias de rigor? Mala cosa, si es así, debido a que, justo ahora, los civiles levantados pacíficamente con el arma de su voto tienen mucho que decir a los militares que se han enseñoreado como apéndices de un partido político que se resiste a la pérdida de una pretendida hegemonía, que se han mostrado, sin que para esto exista cabal explicación, como supuestos continuadores de una tradición iniciada en 1958 que condujo al recato de los cuarteles y al predominio de una autoridad sin uniforme.

Hechos fundamentales de la actualidad, como el control del Ejecutivo sobre el resto de los poderes públicos, ahora con la trabajada excepción de la AN;  como la pérdida cada vez más evidente de la convivencia democrática acorralada por una bandería de orientación hegemónica; como la exagerada e indeseable participación de los militares en la política de todos los días, contraria a la historia contemporánea y a la sensibilidad de la ciudadanía, imponen la obligación de mirar con ojos curiosos los sucesos de 1958, para ver cómo se han desvirtuado y traicionado. También pavorosos hechos puntuales, como el vejamen al que fueron sometidas hace poco en una prisión militar la madre y la esposa de Leopoldo López, nos conminan en el mismo sentido. No solo para que el profesor Da Silva le dé nuevo rumbo a sus investigaciones, es decir, para que la historia se torne más transparente y útil; sino también para que los venezolanos quedemos en paz con nuestra conciencia. Hay fechas que no deben permanecer en el limbo.

 

 

@eliaspino

El Nacional

Carta abierta a la nueva mayoría democrática por Jesús Chuo Torrealba

#23E

Ayer sábado 23 de Enero, los demócratas venezolanos (es decir: la inmensa mayoría del pueblo) conmemoró el derrocamiento de la penúltima dictadura que sufrió nuestro país. Y lo hicimos como debe ser: en asambleas populares que promovieron el encuentro de los victoriosos diputados de la Unidad con el también victorioso pueblo que los llevó, a punta de votos, hasta sus curules.

 

23 de enero de asamblea y calle

El perfil de estos eventos que se realizaron ayer en Caracas y en varias otras ciudades del país retratan lo que es ya el trabajo de la nueva mayoría democrática: trabajo intenso de nuestros diputados, construyendo desde el ámbito parlamentario soluciones concretas al drama económico y social que azota a todo el país y especialmente a los más pobres, y activismo partidista y ciudadano en las calles, solidarizándonos directamente con el pueblo que es víctima del hambre y del crimen. Y en ambos escenarios de lucha la nueva mayoría democrática debe adelantar, simultáneamente con la búsqueda de mejoras económicas y sociales para la población, la búsqueda del cambio político urgente, pues sólo así el poder dejará de ser parte del problema y empezará a ser parte efectiva de la solución.

 

17 años contra 17 días

Desmantelada no por “la oposición” sino por el país la maniobra del gobierno con el llamado “decreto de emergencia económica”, que en vez de resolver la crisis sólo buscaba endosar falazmente “la culpa” de la misma a la nueva AN. Algo insólito, por lo torpe y poco creíble: ¡un gobierno que tiene 17 años destruyendo la economía e incubando la crisis, quiere ahora hacerle creer al país que el responsable de la crisis es una Asamblea Nacional que el viernes 22 de enero, cuando rechazo el decreto tramposo, esta cumpliendo apenas 17 días funcionando! ¡17 años contra 17 días! Ahora la minoría gobiernera, aturdida, sin reflejos, actuando de error en error, sin liderazgo y sin brújula, solo atina a decir: “¿Bueno, digan entonces donde están las propuestas de la oposición?”

 

Maduro: mucho ayuda el que no estorba…

A la minoría gobiernera le respondemos con claridad: proponer al país medidas concretas y viables para solventar la crisis es una responsabilidad del gobierno. Si el Ejecutivo no quiere asumirla entonces que renuncie: ¡mucho ayuda el que no estorba! Si Maduro y los escombros de su gobierno no saben qué hacer, no pueden hacerlo o no quieren pagar el costo político de proponer y adoptar las medidas que requiere con urgencia el país, entonces que de un paso al costado, y que permita (tanto a la nueva mayoría democrática como a los sectores del oficialismo que no quieran inmolarse junto a la ineficiencia y corrupción madurista) construir en forma consensuada una solución constitucional, electoral, democrática y pacífica, que destranque el escenario político y genere el clima de estabilidad y gobernabilidad que es indispensable para detener la caída de la economía e iniciar la mejora sostenible de las condiciones de vida de la población.

 

Venezuela necesita no un “paquete” sino un compromiso

Pero si ciertamente no es responsabilidad de la oposición anunciar “medidas” o “recetarios”, si es un deber de la nueva mayoría democrática que en breve será poder señalar al país cual es la orientación estratégica necesaria no sólo para vencer la crisis, sino además para convertirla en oportunidad. También en ese sentido somos claros: ningún actor político o social tiene el poder, la capacidad o los recursos para enfrentar y resolver la crisis por si solo. Es tan amplia y profunda la crisis generada por 17 años de destrucción del aparato productivo venezolano, por 17 años de ineficiencia “ideológica”, por 17 años de saqueo y corrupción, que ningún actor puede, en solitario, resolver el entuerto y reconstruir lo destruido. El gobierno, en su inmadura soberbia sectaria, pretendió imponerle al país una receta, su receta, contenida en el fallido decreto de emergencia que no consultó con nadie. Nosotros planteamos hacer lo que ya se inicio en la Asamblea Nacional: Consultar a todos los actores sociales, gremiales, académicos, científicos y políticos , a todas los movimientos sociales auténticos, a los trabajadores, a los empleadores, a los emprendedores, a los jubilados y pensionados, a los estudiantes, a todos, y construir no sólo un “recetario”, sino un compromiso.

 

La fuerza es la unión

En efecto: así como en 1958 la Venezuela unida logró primero el derrocamiento de la dictadura a través de la Junta Patriótica y luego décadas de estabilidad y crecimiento gracias a la cultura de entendimiento y acuerdo expresada en el Pacto de Punto Fijo, en 2016 la Venezuela unida necesita impulsar una salida política constitucional a la crisis, si es consensuada mejor, y simultáneamente construir un pacto que garantice al país la estabilidad política necesaria para el crecimiento económico, a su vez indispensable para financiar la inclusión y el desarrollo social.

 

Cinco objetivos de un pacto venezolanista

Ese pacto de la Venezuela unida puede tener cinco objetivos muy claros: pan, porque hoy el hambre es el principal enemigo a derrotar; trabajo, porque es la única manera sostenible, autónoma y decente de lograr el pan; seguridad, porque seguridad ciudadana frente al hampa, seguridad jurídica para las empresas, y seguridad de las personas en el acceso a las medicinas son elementos indispensables para garantizar la vida y la productividad; democracia, porque sin poderes autónomos que se regulen mutuamente los corruptos seguirán como en estos 17 años saqueando las riquezas del país y abusando del poder; y libertad, porque esa es la vocación histórica del pueblo venezolano.

 

El nuevo puerta a puerta…

Esa es la estrategia. La táctica es sencilla, pero poderosa y eficiente: desde la Asamblea Nacional, ser caja de resonancia de la Venezuela que lucha, denunciando ineficiencias y corruptelas y construyendo soluciones; desde la calle, retomando el puerta a puerta, el casa por casa, el cara a cara con el pueblo, esta vez no para buscar votos sino para acompañar al pueblo en su lucha para defenderse de la crisis, realizando en barrios y urbanizaciones jornadas médico-asistenciales, buscando medicinas y llevándolas a donde son requeridas con urgencia, y haciendo en los sectores más pobres ollas comunes, sancochos populares, organizados por el liderazgo comunitario y financiados por la solidaridad de todo el barrio, para que por lo menos ese día cada habitante del sector tenga por lo menos una comida caliente, un plato humeante que además de valor nutricional tendrá el valor agregado de la solidaridad activa y el aprendizaje concreto de la importancia de la organización popular.

 

Lucha social y cambio político

 

Y todo esto esta íntimamente relacionado con la búsqueda del cambio político, porque precisamente organización popular, movilización solidaria y unión estrecha de la base social y el activismo democrático son las claves para lograr eso que el 6D ya vimos que además de necesario es posible: el cambio de verdad, pacífico y contundente. ¡Pa’lante!

 

@ChuoTorrealba

La Razón

Proyectarán Tiempos de Dictadura el #23E en la Plaza Los Palos Grandes

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Con motivo de cumplirse 58 años del movimiento cívico-militar que derrocó al gobierno del General Marcos Pérez Jiménez, Cultura Chacao proyectará la película documental Tiempos de Dictadura, Tiempos de Marcos Pérez Jiménez, en un evento que bajo el título “23 de enero: 58 años del 58. Cultura democrática”,  tendrá lugar este sábado 23 de enero a las 6:30 p.m. en la Plaza Los Palos Grandes, y contará con la presentación de Miguel Pizarro.

Escrita y dirigida por el cineasta venezolano Carlos Oteyza, esta cinta retrata la época vivida en Venezuela durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, en la década de los 50, a través de innovadoras animaciones, conmovedores testimonios e impactantes imágenes, con la participación de importantes figuras del acontecer político, social y cultural del país, como son Yolanda Moreno, Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Oscar Yanes, y Mario Suárez, entre otros.

El público podrá asistir a esta proyección el sábado 23 de enero a las 6:30 p.m. en la Plaza Los Palos Grandes, ubicada en la tercera avenida de Los Palos Grandes, entre 2da y 3era transversal. La entrada es libre.

 

23 de enero, consenso entre demócratas por Claudio Fermín

MarcoPérezJiménez

 

A fines de 1957, Pérez Jiménez anuncia ante el Congreso la realización de un plebiscito. No habría elecciones. Vulgar maniobra para reelegirse. Abuso que se sumaba a recurrentes violaciones a la Constitución y a una década de terror, de asesinatos desde el gobierno y de violaciones de los derechos humanos.

El plebiscito se realiza el 15 de diciembre. Pérez Jiménez se declara ganador. Ese fue el detonante para que un país cansado de la sanguinaria dictadura militar protestara desde los más variados frentes.

La Junta Patriótica, constituida en junio por la Unión Republicana Democrática y por el Partido Comunista de Venezuela, se ampliaría en agosto con la participación de Acción Democrática y de Copei. Llaman a las Fuerzas Armadas a manifestarse. La Fuerza Aérea se alza en Maracay el 1° de enero de 1958.

Los estudiantes protestan seis días después. También manifiestan el Colegio de Ingenieros, la Asociación de Periodistas, las federaciones obreras y los empresarios. El 21 de enero se produce la huelga de la prensa y estalla la huelga general. El 22 se sublevan oficiales en la Escuela Militar y el 23 de enero huye el dictador.

La Junta de Gobierno que lo sucede convoca elecciones, libera los presos políticos y los exiliados, luchadores de décadas que habían enfrentado cárceles, persecuciones y destierros, regresan al país.

Políticos de experiencia se ponen de acuerdo y el 31 de octubre de 1958 Acción Democrática, Copei y Unión Republicana Democrática suscriben el Pacto de Punto Fijo. Se comprometen a respetar el resultado electoral, a gobernar juntos y suscriben un programa mínimo.

Gana Betancourt las elecciones y Venezuela cambia. Algo sin antecedentes: Acción Democrática integra gobierno con los perdedores URD y Copei. El canibalismo es sustituido por la cohabitación política para defender la democracia.

Enfrentan alzamientos militares y guerrillas financiadas y tuteladas desde Cuba. Incorporan a trabajadores, empresarios y a la Iglesia en venezolanista frente.

Le entregan al país una nueva Constitución impulsada y suscrita por todos los factores políticos, no por la trasnochada imposición de autócrata alguno. El consenso se convierte en herramienta de gobierno en una sociedad que desconocía ese método de conducción.

Por todo eso, el 23 de enero es una fecha histórica trascendente, que no admite falsificaciones.

 

@claudioefermin