Pequeños jugadores, grandes lesiones - Runrun

El hombro en el niño no se ha desarrollado completamente y sufrirá modificaciones porque está en fase de crecimiento; si abusamos de ese hombro por el sobreuso como sucede con los lanzamientos  y lo pone en riesgo de sufrir modificaciones que repercutirán en la adultez hasta producir las lesiones permanentes pudiendo terminar con su carrera deportiva.

Es difícil de determinar porque muchas de estas lesiones comienzan de forma asintomática y cuando surgen los síntomas es porque hay un daño producido en el niño. Los síntomas por excelencia son dolor e incapacidad para lanzar como lo hacía regularmente. No afecta mucho sus movimientos en la vida diaria, pero  lo importante es  hacer prevención.   Inclusive hay un 50 o 60 por ciento de lanzadores o pitchers que ya deben tener cierto grado de lesión, pero son asintomáticos. Para evitar esto existen unas recomendaciones que las manejan todas las Ligas preinfantiles, infantiles, juveniles que es el número de lanzamientos.

Según el traumatólogo Enrique Salas, “deben tener indicaciones individualizadas de partidos y números de partidos por semana, lo cual va acorde a cada grupo etáreo”. Existen unas tablas de 10 a 12, de 12 a 13, de 13 a 14, de 14 a 15 y de 17 a18 años de edad. Tienen un número máximo permitido de lanzamientos por juego y un número de juegos semanales permitido. Por lo general, 2 juegos por semana,  con lo cual evitamos cualquier lesión. Es la prevención que a veces olvidan los padres o los managers emocionados con un partido o una final quieren dejar a su mejor pitcher realizar más lanzamientos y eso no deben hacerlo porque producirán daño.

El otro inconveniente es que el niño en su emoción no se quejará de dolor o intenta soportarlo por compartir con sus compañeros u otros motivos. Hasta que no le duela mucho el hombro, él no lo manifestará. Es deber de los managers o entrenadores de vigilarlos y detallar si el niño se soba el hombro terminando el juego, aunque haya hecho el número de lanzamientos reglamentarios o si cambia la forma de lanzar, pero eso son detalles sutiles que conoce el manager y los padres que son fanáticos de asistir a los juegos de sus hijos pueden prevenir una lesión permanente.

Para evitarlas, ya que se convertirán en un problema físico, lo ideal es respetar las normas, como son el número de pitcheos por partido, el número de juegos que puede lanzar y algo más, como es que a veces no lanzan, por ejemplo, 80 o 100 lanzamientos dependiendo del grupo etáreo y lanzaron 30. También cuentan con unas tablas que señalan el momento indicado para volver a lanzar. “El descanso reglamentario entre juego y juego dependerá del número de lanzamientos, así es que pueden ser 2 o 3 juegos a la semana”, sugiere Salas.

EMERGENCIAS DURANTE EL JUEGO


Las lesiones traumáticas no sólo le ocurrirán al pitcher porque no tiene tantos problemas en ese sentido, pero la lesión traumática en la cual se sale el hombro o que haya una fractura será por un choque con otro jugador o colisión, corriendo las bases, deslizándose en una base, buscando un flight y choca con otro jugador o una jugada en home puede producirle una luxación, contusión o una fractura. Pero, la lesión del jugador se produce de forma solapada, no aguda.

Acorde al grupo etáreo hay un determinado tipo de lanzamiento, tampoco los niños de 10 a 12 años no pueden lanzar curvas,  lo tienen prohibido y sólo pueden hacer lanzamientos en rectas. En las Tablas también está definido el momento en que pueden comenzar a lanzar la curva, el slider o distintos tipos de lanzamiento. No lo pueden hacer antes de tiempo porque pueden producirse lesiones como ha pasado en jóvenes y adultos que se han fracturado el húmero lanzando, que es raro, pero puede suceder.

Es importante que padres y managers les expliquen a los jóvenes las razones por las cuales no deben hacerlo. Comprendemos que los niños querrán ganar el juego, el reto de que no le bateen, pero no entienden que las lesiones pueden ser permanentes.

CUANDO HAY UNA LESIÓN


La mayoría de las lesiones se resuelven con reposo y fisioterapia. Hay algunas que requerirán cirugía, pero dependerán de la severidad. Son inusuales las rupturas del manguito rotador en este grupo etáreo, tendría que provocarlas una caída con el brazo extendido, pero si hay algo denominado “pinzamiento interno” donde se involucran unas estructuras en el hombro que se llama el labrum que es como una corona ubicada alrededor de la glenoidea  donde se articula el húmero. Se empieza a pinzar por la biomecánica del lanzamiento que es un poco contraria a la naturaleza, es una extensión e hiper rotación del brazo, con una aceleración máxima para después soltar la pelota y desacelerar. “En esta biomecánica juega  un rol importante la orientación de los padres y ser cuidadoso en sus lanzamientos porque una vez que suelta la pelota, por ejemplo, el niño debe seguir el movimiento del brazo, no frenarlo de inmediato  porque se puede lesionar”, indica el especialista del Centro Médico Docente La Trinidad.

En niños que comienzan a lanzar a edades tempranas se producen cambios adaptados en el hombro, como el aumento de la rotación externa del mismo. Cambios que si son controlados serán beneficiosos para el lanzador en el futuro.

ROL DE LA FISIOTERAPIA


Viene dado de forma preventiva y curativa porque aparte del conteo de lanzamientos, respetar las normas de descanso, la fisioterapia tiene mucho que ver porque el lanzamiento no es un acto sólo del hombro y del brazo, sino que es una cadena de eventos iniciados desde que se apoya el pie hasta que lanza la pelota. Cuando un eslabón en esa cadena falla puede repercutir en una lesión en el hombro, pero ésta pudo haber empezado por una rodilla o debilidad en los músculos del tronco por lo tanto la fisioterapia irá orientada a mejorar la estabilidad del tronco, fortalecer los músculos alrededor del hombro y mejorar la elasticidad del jugador.

“La fisioterapia tiene un rol preventivo y curativo, la cadena de eventos es importante porque un manager se puede dar cuenta que empieza a lanzar distinto a como lo venía haciendo un jugador y la lesión puede estar en la rodilla o si tiene una ampolla en el pie que lo motiva a apoyar distinto cambiando todos los eventos hasta soltar la pelota”, explica Salas.

De manera sencilla, un niño puede lanzar a determinada velocidad, le ponemos unos patines y le indicamos lanzar a la misma velocidad, pero no podrá porque hay una serie de eventos que van desde el comienzo del apoyo del pie hasta que suelta la pelota.

PRIMEROS AUXILIOS


Están dirigidos a los eventos traumáticos, que en el caso del hombro serían colisiones. Están destinados a inmovilizar, proteger, colocarle hielo, reposo y dependiendo de la severidad, asistir a una emergencia. Todo entrenador o padres deben saber ciertos aspectos básicos como es observar detalladamente lo que sucedió para determinar si chocó o si lanzando sintió que el brazo le sonó, escuchar lo que expresa el joven jugador y  palparlo. Si se ve una deformidad en el brazo lo indicado es no tocarla y correr a una emergencia. Si el joven puede seguir moviendo el brazo con una pequeña molestia colocarle hielo, retirarlo del juego y darle reposo. En caso de persistir las molestias a los 4 días cuando va a lanzar de nuevo, no dejarlo lanzar y  consultar al médico.

Las estadísticas americanas nos dicen que menos del 10 por ciento de los entrenadores voluntarios o en los colegios y liceos tienen algún tipo de instrucción de primeros auxilios y observación de las lesiones. El objetivo es que  apoyados en este tipo de docencia,  los padres y  entrenadores tengan conocimiento de estos detalles que preservarán la salud de sus hijos, las acciones a tomar ante dolores y eventos traumáticos, pero sobre todo aprender sobre la prevención basada en el conocimiento de las reglas, de las normas de pitcheo, contaje de pitcheo, el uso de implementos a usar (casco, guantes, etc.) respetar las reglas de seguridad.

Por Blanca García Bocaranda para Runrun.es

garbo64@gmail.com