Al estrés hay que atacarlo desde distintos ángulos - Runrun

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El estrés de por sí no es una enfermedad. Es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones no conocidas. El daño ocurre cuando se sale de control y genera una lista de patologías que aparecerán con el tiempo y dependiendo del paciente.

La médico fisiatra Alida Domínguez hace una distinción entre lo que llama el estrés común y el «patológico». La principal diferencia entre ambos es su durabilidad en el tiempo: el primero termina una vez que la situación estresante fue resuelta -como puede ser por ejemplo un examen o una situación conflictiva con una persona-, mientras que el segundo impide que el cuerpo recupere su balance normal.

Las situaciones amenazantes disparan el estrés, que a su vez libera una serie de sustancias en el cuerpo que activan el sistema nervioso simpático. Es el caso de la adrenalina y el cortisol, las cuales van a aumentar el azúcar en la sangre y los aminoácidos y son las que van a permitir hacer frente estas situaciones.

«El problema está cuando las situaciones estresantes son múltiples y permanentes en el organismo y ocurre un desbalance en la producción, no solo de estas sustancias, sino de las células de manera normal; y este desbalance conlleva a males» que van a impedir desarrollar las actividades cotidianas, explica Domínguez.

Indica que cuando el cuerpo está bombardeado de situaciones estresantes -y aclara que los motivos de consulta fisiátrica más frecuentes que se están observando es dolor generalizado que sugiere estrés-, el organismo no puede regresar a sus niveles de «equilibrio».

En la lista que menciona la fisiatra se incluye la inmunodepresión y alteraciones emocionales tipo ansiedad y depresión.

Añade también que se puede alterar el sistema hormonal, como es el caso de la tiroides, un problema más frecuente de lo que se cree, asegura Domínguez; o la fibromialgia, aunque aclara que las situaciones emocionales no son la única causa de estas enfermedades.

Otro síntoma frecuente es el dolor crónico. Domínguez explica que este puede aparecer en varias partes del cuerpo, pero principalmente en los músculos extensores y, de estos, los que más carga de trabajo tienen: los cervicales y lumbares. También pueden intensificar patologías ya presentes, como puede ser el caso de la gastritis.

«Todas las enfermedades están relacionadas con la forma en cómo manejamos nuestro entorno», dice la especialista.

Terapia multimodal

Lo primero que debe hacer un paciente es identificar la durabilidad de los síntomas. Si persisten de manera prolongada, es hora de asistir a un especialista, ya sea médico, psicólogo o psiquiatra.

El profesional atenderá al paciente con terapia multimodal, es decir, atacar el problema desde distintos flancos dependiendo de lo que se requiera: puede ser medicación, terapia emocional y fisioterapia.

El control del estrés también va a depender de las facultades psicológicas de cada quien, algo que cualquier persona puede desarrollar. También ejercicios al aire libre y de estiramiento.

El Universal