La paloma de Fidel habría inspirado al pajarito de Maduro - Runrun
La paloma de Fidel habría inspirado al pajarito de Maduro

EL REPORTE DEL PERIODISTA Guillermo Llona apareció en el diario español ABC (www.abc.es) el pasado 17 de abril. Llona, interesado en el fenómeno venezolano del “pajarito” que con frecuencia se le aparecía a Nicolás maduro y éste lo razonaba diciendo -seguidor como es de Sai Baba y creyente de la reencarnación- que era el espíritu del presidente fallecido Hugo Chávez, decidió irse a la historia de Cuba, empezando la revolución fidelista en 1959, para revisar si había antecedentes de algo parecido dada la cercanía con los Castro y la preparación revolucionaria que en Cuba recibió el nuevo presidente venezolano.

Para su sorpresa quedó registrado que Fidel Castro había tenido un encuentro místico con un ave durante su entrada triunfal en La Habana.

Más abajo coloco el reporte completo de ABC pues como Maduro sigue teniendo encuentros con pajaritos que silban o no pero que le revolotean cerca, vale la pena estar enterados del guión cubano que damos por sentado seguirá repitiendo el alumno de los Castro.

Un pajarito también bendijo a Fidel

Como Nicolás Maduro, el dictador cubano tuvo un encuentro místico con una ave durante su entrada triunfal en La Habana

Guillermo Llona

«¡Desde la vida eterna nos vigila!», advirtió Nicolás Maduro a sus compatriotas refiriéndose a su antecesor en el cargo. Durante una visita a la casa natal del difunto líder bolivariano Hugo Chávez, el actual presidente de Venezuela también quiso barrer para casa la espiritualidad de sus conciudadanos cuando confesó que el fundador del chavismo se le había aparecido en forma de «pajarito chiquitico». Se supone que de esta manera, post mórtem y transfigurado, Chávez bendijo a su sucesor. En cualquier caso, aquella revelación divina no fue la primera de losrevolucionarios latinoamericanos: Fidel se le adelantó.

Tras la llegada de Castro a La Habana la noche del 8 de enero de 1959, el líder revolucionario -aún no comunista- dio un discurso durante el que una paloma blanca, de las muchas que a modo de celebración se habían soltado, se posó en su hombro derecho. La paloma, que simboliza al Espíritu Santo en la religión cristiana y al dios Obataláde la santería -muy popular en la isla-, cargó de misticismo las palabras del nuevo mandamás. En ese momento, se hizo la magia: las palabras de Castro se convirtieron en sermón y aquel mitin en encuentro con la divinidad. «La gente pensaba que Fidel era el enviado de Cristo», contóJuan Almeida, el único comandante negro de la guerrilla que se había hecho con el poder en Cuba.

Existen muchas teorías sobre el místico encuentro de Castro con aquella ave -como la que sostiene que habían impregnado el uniforme del barbudo con feromonas de palomo-, pero quizás la más popular sea la que dio a conocer el ya fallecido periodista cubanoLuis Ortega. Según contaba este, Luis Conte Agüero, «una especie de sacerdote de la Revolución», entrenó a la paloma blanca para dotar de carisma a la llegada del líder revolucionario a La Habana. «Era una sorpresa que quería darle a Fidel Castro. Fue una noble idea. Aquella paloma, entrenada por él, iba a servir para subrayar el sentido histórico del movimiento. Iba a subrayar el carácter evangélico de la jornada revolucionaria. Sabía que Fidel era supersticioso y que se estremecería ante el milagro de la paloma», escribió Ortega.

Pero nada sucedió como Conte Agüero había previsto. En cuanto soltó la paloma, esta voló libre y se perdió en la oscuridad de aquella noche. Y entonces, cuando parecía que la tramoya se venía abajo, ocurrió: «Otra paloma apareció de no se sabe dónde y se posó en el hombro de Fidel. La nueva paloma era todavía más blanca y hermosa que la de Conte. Fue una revelación que dejó al pobre Conte temblando. Lo que él había preparado cuidadosamente como un truco de publicidad, se había convertido en un verdadero milagro», contaba Ortega.

«Si tú silbas, yo silbo»

Como Fidel, Maduro también tuvo un encuentro místico con una ave. Según aseguró, cuando se encontraba rezando solo en una capilla, apareció un «pajarito chiquitico». «Lo sentí ahí [a Hugo Chávez] comodándonos una bendición, diciéndonos: “Hoy arranca la batalla. Vayan a la victoria. Tienen nuestras bendiciones”. Así lo sentí yo desde mi alma», contó el actual presidente venezolano en el patio de la casa en la que nació el fundador del movimiento bolivariano, en la ciudad Barinas. Como el «pajarito» empezó a silbar, Maduro hizo otro tanto. «Me lo quedé viendo y también le silbé. “Si tú silbas yo silbo”, y silbé. El pajarito me vio raro, silbó un ratico, me dio una vuelta y se fue. Y yo sentí el espíritu de él, de Hugo Chávez», aseguró.

Desde entonces, y hasta el final de la campaña electoral venezolana, Nicolás Maduro ha recurrido en numerosas ocasiones a la imagen del «pajarito», ya sea de madera sobre un sombrero nicaragüense o vivito y coleando sobre su hombro, para ganarse el voto de los indecisos más supersticiosos. Puro «socialismo mágico».

 

El pasado mes de abril ABC se refería a las peculiaridades del «pajarito» que se le apareció a Maduro:

El «pajarito» que encarna el espíritu de Chávez, según Maduro, es un pito güé

Un ave de mal agüero para los supersticiosos. Y un «tirano» para los taxonomistas

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«¡Miren qué bonito, me lo regaló una compatriota de Nicaragua!», comentaba hace unos días Nicolás Maduro mostrando un sombrero de paja adornado con un pájaro de vistosos colores (amarillo, negro, pardo) durante uno de sus mítines.

Nicolás Maduro, nuevo Presidente de la República Bolivariana de Venezuela tras ganar a Henrique Capriles, candidato que aglutina a las fuerzas de la oposición, en las elecciones del domingo, se refería al pito güé, cuya característica principal, su grito agudo y prolongado, le ha granjeado varios nombres: benteveo; quetubí, pitaguá; pitojuan… Cada persona cree escuchar una palabra diferente saliendo de su pico.

A pesar de no ser un buen cantor, destaca por su «locuacidad». Quienes comparten hábitat con él (las sabanas, las praderas, las estepas, las sierras y las selvas tropicales de América) identifican su voz sin dificultad. La población de pito güé, que se extiende desde Texas (EE.UU.) hasta Chile, en principio, se encuentra fuera de peligro, según BirdLife Internacional. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza(IUCN) cataloga al benteveo como «Especie bajo preocupación menor».

El pito güé es muy hábil a la hora de llenar el buche. Cuando otea una presa desde el aire se lanza rápido sobre ella, como un halcón (con el cuerpo en ángulo de 45º). Y cuando se fija en un renacuajo o pequeño pez cerca de la superficie se transforma en un martín pescador (aletea sobre el agua sin zambullirse). Aunque es, sobre todo, insectívoro (razón por la que resulta complicado criarlos en cautividad como mascotas) no le hace ascos a los gusanos, los reptiles, los pichones, la fruta…. Gracias a su dieta, el benteveo ayuda a diseminar las semillasdel laurel, del ligustro y de la tala, por ejemplo.

Hostil

Durante la corta campaña electoral se ha hablado mucho del «pajarito» del líder del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Maduro, y de su compañera Cilia Flores. Ya que Capriles no ha presentado en sus intervenciones públicas a posible primera dama alguna.

Los pito güé no esconden su amor. Cuando macho y hembra se eligen, rozan sus pechos, mantienen erguidas sus cabezas, aletean contra las ramas y lanzan fuertes gritos. Y ambos, entre los que no se evidencia diformismo sexual, construyen juntos el nido.

El benteveo pertenece al orden de las aves paseriformes (de pequeño tamaño). Y dentro de éstas, al suborden de los tiránidos, pues, aunque es amistoso por regla general, se muestra hostil contra los predadores y competidores que ponen en jaque a su prole y su territorio.

Pájaro «malo»

Para los guaraníes, pueblo sudamericano que ocupa algunas demarcaciones de Paraguay, Argentina y Brasil, el benteveo nunca miente. Hay quien lo considera un pájaro de mal agüero por ese motivo y dependiendo de a qué hora cante (por la mañana anuncia«embarazo» y por la noche, «casamiento») y de dónde lo haga (si es cerca de la casa avisa de una próxima «visita» de parientes; si lo hace sobre el techo de la casa significa «discordia» familiar).
Una leyenda guaraní asegura que el benteveo es la reencarnación de Sagua-á, un niño de ocho años que se portaba fatal con su abuelo. Cuando éste estaba a punto de fallecer pidió un vaso de agua a su nieto: «Mi vida se apaga como un pito güé». El chico no solo no auxilió a su yayo, sino que se burló de él repitiendo las últimas palabras del anciano. Cuando los padres de Sagua-á regresaron a casa tras una dura jornada en el campo encontraron el cadáver del abuelo y a un pájarito que no hacía más que repetir «pito güé».