Consejo de Estado - Runrun
Redacción Runrun.es May 07, 2012 | Actualizado hace 5 años
Consejo de Estado

TRAS EL NOMBRAMIENTO DE LOS CINCO miembros principales dependientes de la Presidencia se pusieron en marcha toda clase de rumores, murmullos y reacciones no solo en el estamento militar comprometido con «el proceso» sino en los sectores civiles tanto radicales como moderados. Ya vimos dos colectivos, nada pacíficos, solicitar que Diosdado Cabello fuera el abanderado electoral si el caudillo decide retirarse.

Un pequeño grupo de los rojos mas cercanos al «único líder» indican que esos nombramientos de Rangel, Chaderton, Britto y Mundaraín fueron sugeridos por José Vicente y temen que se vaya a desarticular el proceso y su compenetración cívico-militar. En cuanto al Almirante Carlos Giacopini Martínez algunos lo tildan de «duro», «militarista» como su padre quien fue hasta ministro pérez-jimenista, nada amigo de Diosdado Cabello y su grupo mientras que otros lo ven como «estratega especialista en control de daños y hasta negociador». Respecto a este militar reproduzco parte del informe que el pasado 2 de Mayo escribió para www.runrun.es el analista Gabriel Reyes por considerarlo importante para entender el cruce del Rubicón que nos espera:

«Este quinteto es completado por el Almirante Carlos Giacopini Martínez, militar graduado en Italia, de dilatada carrera en la Armada, de incuestionable valor estratégico y amplio ascendente en el sector militar. Tal vez, la única persona que pueda anular cualquier liderazgo carismático inconveniente entre los oficiales superiores y con suficiente autoridad para evitar que la anomia militar degrade en niveles que permitan la generación de ingobernabilidad.como elemento disuasivo. Por esto no aparece ningún oficial de perfil elevado en la convocatoria. Es la hora del perfil bajo, y de anular el efecto perverso de los intereses oportunistas».

Bastante se habla del malestar de otros militares como el general Clíver Alcalá Cordones quien, supuestamente, al ver al caudillo enfermo estaría dispuesto a desobedecer la Constitución con tal de «mantener vivo el proceso chavista-bolivariano-cívico-militar». Recordemos que aquí escribí sobre el rechazo a su planteamiento en aquella reunión de militares cubanos y venezolanos con Chávez y Raúl Castro. Luego la insistencia por parte de Lula, Dilma y la Kirchner en alertar ante una temeridad como esa reiterando que ningún otro país aceptaría una patada a la lámpara democrática. Al tiempo que escribo dentro del estamento militar hay consultas y comentarios. Por ello las recientes declaraciones del ministro de la Defensa, Rangel Silva, volviendo a colocar el sentimiento chavista por encima de la institucionalidad al tiempo que acusa, junto a Jaua, Jorgito y otros personajes rojitos a los demócratas de estar preparando escaramuzas golpistas.

¿Y que de las asesorías de Nicaragua para la provocación de la ingobernabilidad auto-inducida?

¿Y las declaraciones de dos militares retirados que fueron parte de las conspiraciones de 1992 y que están gobernando como Wilmar Castro Soteldo y William Fariñas?

Juegan con desatar tempestades que pueden llevar a un deslave. Cuelo aquí un párrafo de la columna dominical de Carlos Blanco por considerarlo harto oportuno:

«Es tiempo de hablar. Ni el gobierno va a poder tener todo lo que quiere ni la oposición tampoco pero hay que hablar antes de que sea tarde. Hoy no hay demasiado tiempo»