TRAS LOS ANUNCIOS PRESIDENCIALES de que el día de ayer martes en su programa radial televisado “En Contacto con Maduro” iba a revelar lo que sería “el sacudón del gobierno” y las tan esperadas medidas económicas más urgentes, y ninguno de dichos temas fueron tratados las interrogantes afloraron apenas terminó el espacio en el que con audífonos al mejor estilo de un disc-jockey nos distrae semanalmente.

La sorpresa fue global, no solo entre nosotros, pues los bancos y organismos financieros mundiales apostaban a que algunas de las sugerencias de acción que se habían elaborado tras las reuniones con “asesores” franceses, gringos, brasileros y venezolanos iban a ser implementadas.

Maduro, solo en el programa con un Rafael Ramírez sentado en el improvisado estudio, corrió la arruga hasta el próximo 15 de agosto a sabiendas de la gravedad de la crisis económica.

Hace momentos nos dieron la razón del frenazo de acciones tan anunciadas: el gobierno chino encabezado por el presidente Xi-Jinping y quien es el jefe del Banco del Pueblo Chino,  Zhou Xiaochuan, no aprobaron la propuesta venezolana para otro préstamo multimillonario. No consideraron suficientes las medidas ofrecidas para enderezar la economía venezolana ni las condiciones en que se enmarcaría el crédito que podría ir de 17 mil hasta 25 mil millones de dólares.

Los chinos sugirieron un encuentro en Brasil entre los dos mandatarios y sus respectivas autoridades financieras para resolver el asunto.

Nos enteramos también que China no ve con buenos ojos una salida de Rafael Ramírez de PDVSA pues es el único negociador venezolano con el que se entienden. Ya antes tanto el canciller Elías Jaua como algunos altos militares en el gobierno de Maduro habían tratado de negociar créditos en el continente amarrillo.

Por todo ello esta tarde recibimos las noticias desde Brasil tras la reunión de los presidentes de UNASUR con los mandatarios de los BRICS: El presidente Nicolás Maduro dijo que durante la reunión de los mandatarios de Unasur con sus colegas de los Brics se propuso una alianza entre el Banco del Sur y el recién creado Banco de Desarrollo de las cinco naciones emergentes. «Tienen el mismo objetivo: la construcción de un nueva arquitectura financiera que beneficie el desarrollo económico en condiciones de equidad para nuestros países. Sacar el capital especulativo financiero, que saquea nuestras economía y comienza a promoverse la inversión productiva creadora de trabajo, de riqueza«, dijo el mandatario a su salida de la reunión.