Ante el cuestionamiento que muchos de nuestros lectores hacen de un supuesto silencio mío en torno a la enfermedad del presidente Chávez debo recordarles que sólo he escrito en torno a su cáncer cuando hay noticias y no escribir para mantenerme ligado a su caso de forma diaria o semanal.

Pronto deberá realizarse un chequeo completo, entre el que se incluye el PET Scan (Positron Emmision Tomography), para conocer realmente cual es el avance o detención de su cáncer y las zonas que estarán afectadas. Si se lo hace en La Habana o Caracas dependerá solamente de su voluntad.

Hasta ahora la única novedad es la colocación de una especie de bombita conectada de forma sub-cutánea para lanzar micro dosis de un potente calmante en su muslo izquierdo cuando camina o sube escalones.

Aquí nuestro segmento de la próxima columna del martes: “Reitero que la procesión de su salud va por dentro. El efecto de los medicamentos y esteroides le dan la apariencia externa. El maquillaje ayuda a llenar los espacios más notorios de cualquier deterioro en su rostro. Por estos días debe hacerse su PET Scan. Allí sabrá cómo está el cáncer. Mientras “la bombita” con un potente calmante en su pierna izquierda le da la posibilidad de caminar y subir escalones con el dolor mitigado. Sin embargo, acostumbrados como estamos a su incontinencia verbal, al caudillo le dan vuelta en su laberinto muchos pensamientos encontrados. Los que lo enfrentan con una realidad que no desapareció solo por cambiar las palabras “patria, socialismo y muerte” por “independencia y patria socialista, viviremos y venceremos”. Solo el sábado expresó lo siguiente:

«Ustedes tienen razón, porque aún después de esta vida, cuando uno se vaya físicamente, yo sé que yo me quedaré con ustedes ¡Uh, ah, Chávez no se va! Pero, ustedes no se refieren solo a mí. Chávez ya no soy yo, Chávez se hizo un pueblo. Por eso yo digo tú también eres Chávez joven venezolano, tú también eres Chávez joven venezolana». Por cierto, NoticiasClic.com tiene dos trabajos fotográficos donde se aprecia el accionar del médico cubano que dirige y controla los movimientos del impaciente paciente. Más claro no canta un gallo, así sea el rojo del PCV…”