El Presidente no deja de culpar a la 4ta por los problemas de la 5ta y combina Ilusión y Miedo en su oferta - Runrun

EL AFÁN DEL COMANDANTE PRESIDENTE de culpar de todos los males de estos once años, y de paso de los cuarenta anteriores, a la llamada cuarta república está causando incredulidad y rechazo entre sus seguidores. Tras haber culpabilizado a la IV por el derrumbe que tapió a una familia en el barrio Blandín el caudillo se dio cuenta de la respuesta de sus seguidores en uno de los rápidos mítines de campaña que ha montado a lo largo y ancho de Venezuela para promocionar a sus candidatos  “sin cara” a la Asamblea.

La exageración de Chávez, estimulada por la certeza que tiene de que en la elección del domingo entrarán muchos candidatos de la oposición unida, ya cae en lo que puede considerarse ridículo. Sin embargo la aceleración de las campañas de publicidad dura y ofensiva contra la oposición ha arreciado en las últimas horas.

Los medios afectos al régimen insisten en ligar ésta elección al golpe de hace 8 años y a la eliminación -de inmediato que entren a la Asamblea los opositores- de todos los “logros de la revolución” que incluyen desde las misiones hasta los acuerdos internacionales como el ALBA.

Un trabajo aparecido en El Nacional con una entrevista al psiquiatra José Luis Uzcátegui da cuenta de la atrocidad con la que la campaña de Chávez combina la ilusión de ofertar a futuro -aunque lleva once años en el gobierno- con la provocación de miedo entre los electores.

Las amenazas a la población no afecta al chavismo crecen a medida que se acerca la elección. Uzcátegui cree que una votación masiva servirá de catarsis colectiva frente a esos mensajes intimidatorios. Su frase: “el miedo puede convertirse en hidalguía” indica lo importante del voto dominical.

Otro punto clave en su mensaje sería: Después de 11 años de experiencia trágica, la ciudadanía tiene más recursos para movilizarse pues el espíritu de supervivencia ha estado presente”.

Otro experto, esta vez en opinión pública, Gabriel Reyes en el mismo trabajo del diario, indica que “no sufragar significa darle la espalda a nuestro futuro y al de nuestras familias”. Enfatiza diciendo que esta votación entre democracia y comunismo pudiera afectar nuestra forma de vida casi irreversiblemente”.