Escribía hace poco sobre el cambio de apreciación que sobre la crisis venezolana van teniendo los llamados facilitadores del diálogo MUD-PSUV. De una visión más cercana al régimen que los contactó vía intermediarios (algunos no tan “sanctos”) en Dominicana, las realidades que han percibido y comprobado los ha marcado definitivamente. Mis conversas con sus pares y amigos en el exterior nos permiten conocer el cambio experimentado en sus apreciaciones originales. Todos ya aceptan que hay demasiados presos políticos, sin juicios ni pruebas y que para ellos son “rehenes” al mejor estilo de los secuestrados por las FARC. Eso lo han comprobado cuando el gobierno puso en libertad a varios de ellos solo con una orden. Demostrada, con pruebas irrefutables, también  la no separación de poderes y el cogobierno militar. El dominicano Leonel Fernández conoció en carne propia la falta de palabra del propio Maduro cuando le pidió, dada su experiencia, presentarle un plan económico para solucionar la crisis venezolana. Leonel lo presentó -vía Unasur pues el intermediario fue Samper- y ni siquiera le contestaron. Martín Torrijos va por el mismo camino, quien ha presenciado escenas terribles en las calles cercanas a su hotel donde la gente come de las bolsas de basura. En otros temas considerados en los diálogos ha palpado la falta de palabra del oficialismo. Sabe de los negocios de funcionarios rojos con el actual gobierno de su país. Rodríguez Zapatero es el menos afectado pero ya no tercia solo para el lado oficial. Monseñor Claudio Celli se ha expresado angustiado de lo que visto. Algunas de sus palabras: “Es indudable que la situación está muy fea. No solamente a nivel político, sino a nivel social, económico. No hay comida, no hay medicinas. Es innegable que el país está enfrentando una situación muy difícil”…  “Hay militares por doquier. En las partes de Caracas por las que pasé hay retenes en todos lados, policías, militares”. Cosas veredes Sancho dijo El Quijote. La incorporación del gobernador aragüeño el-Aissami, rechazado por los demócratas por su tenebrosa aureola, terminó fortaleciendo el planteamiento opositor que pedía incorporar otros matices rojos además del madurismo burocrático. Hoy en ese sector se juega a dos bandas y no solo con Jorgito que era el más duro. “Cosas veredes amigo Sancho”…