ALTO

CANCELÓ ¿EL PASEO?:

Tras la fracasada Cumbre de los No Alineados, donde su pobre poder de convocatoria quedó demostrado, a Nicolás no se le ocurrió nada mejor que cancelar su anunciada participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Con todo listo para pasearse una vez más por la gran metrópoli que tanto le gusta al mandatario no le pareció prudente sentirse aislado, rechazado o al menos provocar incomodidades a muchos de los 135 jefes de Estado y de gobierno que desde el martes participan en el debate anual de más alto nivel de la diplomacia mundial. Toparse en los pasillos no con Obama o con el Rey de España sino con los presidentes Temer de Brasil,  Macri de Argentina o Granger de Guyana  por solo citar tres, lo obligó a enviar a su “boxeadora internacional” y canciller Delcy Eloína. La primera denuncia que hizo fue contra Estados Unidos por haber enviado un avión a sobrevolar la mini-cumbre margariteña. Extraño, por decir lo menos, que si eso pasó el sábado no haya sido hasta el martes cuando lo anunciaron. El tal avión aclaró la embajada estadounidense no irrumpió en el espacio aéreo venezolano, era un pequeño Dash-8 que vigila las naves del narcotráfico y sus coordenadas estaban muy lejos de lo que se inventaron para llamar la atención sobre el ignorado evento en la isla. Sin embargo vale la pena explicar cuál era la agenda que había anunciado la cancillería venezolana para que su presidente “se luciera en NYC”. Buscando prensa muy local, casi panfletaria, tenía prevista el día de ayer, hoy y mañana, diversos encuentros centralizados todos en el distrito del Bronx donde Chávez había regalado combustible y patrocinado muchos encuentros con la iglesia protestante local. Su primera cita era con representantes de sindicatos ayer. Hoy jueves iba a presidir la inauguración de un mural de Chávez en The Point, un parque de murales de artistas populares, escuelas y vecinos, en el mismo distrito. En la noche asistiría a un encuentro ecuménico de líderes protestantes en Latino Pastoral Action Center, también en el Bronx. Buscando aplausos mañana viernes visitaría los proyectos de agricultura urbana financiados por Citgo, y luego tenía prevista una rueda de prensa privada con medios en inglés y en español en la sede de la misión diplomática de Venezuela en la ONU, a la cual no fueron invitados periodistas venezolanos destacados en Nueva York. Para cerrar su “apretada e importante agenda” en la noche iría a un concierto de Hip Hop denominado Concierto de la Solidaridad Latinoamericana, en el mismo Bronx. Por supuesto que anular su viaje no significa nada para Venezuela. Mientras los líderes del mundo hablan de futuro, de progreso, de impulso a sus economías, del medio ambiente, de las nuevas fuentes de energía y de cómo evitar las guerras y buscar la paz el venezolano tenía una agenda de muy escasa importancia. Ni un encuentro bilateral. No podía volver a retratarse con Rohuani, Evo, Castro y con Correa pues fueron las fotos más importantes en Porlamar. Aunque los medios rojos promocionen el éxito margariteño –donde por cierto siguen siendo los cacerolazos de Villa Rosa lo más recordado- nadie tiene duda del descalabro sentido por los miembros del NOAL que seguirán yendo a dónde los inviten con gastos pagos. La crónica de la agencia de noticias árabe Al Jazeera, que no es del imperio, es brutal: “A  la última reunión del grupo de los No Alineados, en 2012, tuvo la asistencia de 35 presidentes. A esta no vino prácticamente nadie… “Los delegados se quejaron en privado de la pésima organización de la cumbre. Retrasos, hoteles en mal estado, y esto a pesar de todos los esfuerzos del gobierno por hacer que la isla brillara, pintando los caminos, dándole abastecimiento a los supermercados para que se viera abundancia, y después de haber militarizado la isla que está azotada por el crimen”. Otro  detalles significativo  fue la prohibición a los embajadores acreditados en Caracas de llevar sus propios choferes “pues no estarían supuestamente preparados para emergencias o contingencias no previstas”. Risas y malestar generalizado.