RECORDANDO LA ÚLTIMA CRISIS con Colombia debemos visualizar aquel llamado del Presidente Chávez al ministro de la Defensa, Gral. Gustavo Rangel Briceño, ordenándole “de inmediato” enviar los tanques de guerra a la frontera para estar preparados ante cualquier contingencia que consideren los vecinos. En ese momento, días atrás, el presidente Uribe había autorizado bombardear y entrar a territorio ecuatoriano para acabar con la vida del jefe guerrillero Raúl Reyes y su compañía de guerrilleros narco terroristas de las FARC.

Si nos retrotraemos al momento veríamos la cara del entonces ministro sorprendido y sin pararse de su asiento ante aquella “emergencia” que le planteaba su Comandante en Jefe. Al día siguiente entenderíamos que nada había pasado pues los tanques tenían que ser desplazados en gandolas, de alto peso, cuyo paso por los bastantes puentes en el camino a la frontera no se lograría pues éstos no aguantaban el tonelaje del camión con el tanque arriba; no tenían comunicación entre si ya que los radios no funcionaban, teniendo que habilitar teléfonos celulares para el contacto entre las unidades y el apresto operacional demoraría al menos una semana.

Igual situación debemos pasar en estos momentos, aunque entendemos que muchos de esos tanques fueron llevados a posteriori a algunas guarniciones en la zona de fronteras.

Anoche supimos que no hubo ninguna movilización de tropas pero que se dio la orden de alerta a las alcabalas -en y hacia la frontera- y a las unidades y guarniciones con el temor de que Colombia intente un acto parecido al que tuvo con Ecuador.

Hasta ahora lo que se sabe es que en el día será el propio ministro actual, General en Jefe Carlos Mata Figueroa, quien visitará las guarniciones fronterizas -y otras áreas claves- para estimular a las tropas a estar alertas ante “el enemigo”.

El gran temor que tiene el caudillo venezolano es que Colombia envíe uno de los pequeños aviones a control remoto, llamados Drone o teledirigidos, a uno de los campamentos detectados de las FARC y lo bombardee. Ante ese hecho ¿Qué podrá decir Venezuela? ¿Era o no de la guerrilla? ¿Las coordenadas eran las anunciadas? ¿Tendría que comerse la reacción?

He allí el dilema…mi querido Watson.