POR VARIOS AÑOS, el gobierno de Venezuela ha tenido el dudoso mérito de ser catalogado como poco cooperador en la lucha contra el narcotráfico según el informe anual del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Éste gobierno hace unos años acusó de cooperación con el narcotráfico y la guerrilla colombiana a tres militares de absoluta confianza del presidente Chávez y les revocó sus visas de ingreso al país. Los generales activos Henry Rangel Silva y Hugo Carvajal Barrios, directores en su momento de la policía política Disip, el primero, y la Dirección de Inteligencia Militar, el segundo, junto con el capitán retirado y ex ministro de Interiores Ramón Rodríguez Chacín fueron notificados de forma pública desde Washington.
Chávez sacó de Venezuela a los funcionarios de la DEA (Drug Enforcement Administration) y se ha resistido a cooperar de forma directa. Sin embargo últimamente ha estado enviando a los Estados Unidos y otras naciones a importantes narcotraficantes buscados internacionalmente.
Fue así que los más recientes deportados le valieron al gobierno chavista un reconocimiento por parte de la Embajada Americana en Caracas quien calificó como «un hecho valioso y positivo» la captura y deportación a ese país de los narcotraficantes Carlos Rentería Mantilla, Luis Tello Candelo y Carlos Ojeda Herrera por parte de las autoridades venezolanas.
Hace unos meses, en febrero había deportado, primero a Salomón Camacho, uno de los doce narcotraficantes más buscados por la DEA; el segundo fue Jean Marie Bonnamy, solicitado en Francia por tráfico de cocaína; y finalmente a Oscar Ospino Pacheco, imputado en Colombia por pertenecer al bloque norte de las Autodefensas Unidas (AUC), organización en la cual recae unos dos mil 700 homicidios aproximadamente. Todo este afán de sacar del país a narcos que han estado viviendo en el territorio por mucho tiempo y hasta con protección policial da pie a muchas suspicacias. Se habla en corrillos binacionales que podría ser parte de un plan arreglado con las autoridades estadounidenses para que en reciprocidad envíen a Venezuela a varios banqueros solicitados. En la lista de prioridades del gobierno estarían Nelson Mezerhane, Gonzalo Tirado, Pedro Torres Ciliberto, Eligio Cedeño y una docena más que están viviendo en Florida.
Tengo entendido que los funcionarios de inmigración explicaron que para ellos el caso de Cedeño es un asilo que está en trámites pues con las declaraciones de Chávez y la prisión de la juez Afiuni, que actuó de acuerdo con la ley venezolana, no habría justicia imparcial para el ex banquero. Con Mezerhane, aunque está ligado al banco que mas guerra ha recibido por parte del gobierno, su calidad de accionista de Globovisión le da un respiro ante la arremetida gubernamental venezolana. Quedarían Gonzalo Tirado y Pedro Torres Ciliberto a los que Chávez quiere ponerle la mano. Otros que están refugiados no son tan “bandera” para el régimen chavista.
