EN MEDIO DE ESTE ARDID de la guerra económica -infantil si no fuera por sus consecuencias malvadas- contra el gobierno venezolano no le ha ocurrido nada mejor al presidente Maduro que ordenar la detención de los ejecutivos de las empresas Farmatodo y Dia a Dia señalándolos como golpistas de nuevo cuño.
Nuevo cuño que tiene una Ley de Precios Justos pero con prisión injusta similar y a veces mayor que la pena contra asesinos, violadores o secuestradores. Cosas insólitas que dependen y dependieron del dedo de Chávez y hoy de Nicolás. Cuando no se quieren reconocer sus propios errores o acusar a sus muy cercanos corruptos de uno u otra acción negativa contra el país o sus ciudadanos se recurre a la acusación de imaginarios enemigos o al imperial país del Norte.
Con relación a las empresas mencionadas en esta nota conseguimos detalles de los encuentros y engaños del ministro de la presidencia Carlos Alberto Osorio Zambrano a sus directivos.
Hace unos días, dos semanas para ser más precisos, el militar ministro se topó en una de las tiendas Farmatodo con uno de los hermanos Zubillaga propietarios de la firma. Le habló muy bien de las operaciones de la cadena y prometió llamarlo para una reunión en los próximos días. Así fue que el jueves 29 de enero se reunió con Rafael Zubillaga y volvió a darle las gracias por “la exitosa operación que hacen en sus comercios”. Fue el mismo ministro quien salió a decir 48 horas después que los dueños de Farmatodo no habían dado la cara. Al oír eso dos directivos de la empresa, el presidente ejecutivo y el vicepresidente de operaciones, Pedro Luis Angarita Azpúrua y Agustín Antonio Álvarez Costa, salieron a reunirse de forma voluntaria con Osorio que estaba en una sucursal. Allí mientras hablaba con Maduro vía telefónica no tuvo la voluntad de decirle a su jefe lo inconveniente de las detenciones ordenadas y sobre todo no fue capaz de enfrentarlas y mucho menos de decirle la verdad al presidente. Un verdadero cobarde en su actuación ante todos los empleados y funcionarios que allí estaban presenciando el encuentro del que salieron “invitados al Sebin” los dos ejecutivos. Osorio le dio “casquillo a Nicolás” me dijo un rojo amigo mientras que Villeguitas ha sido un reconcomiado oportunista que hace de todo para divertir al Rey”. Un día después, Osorio y Villeguitas avalaron la detención como un “chantaje” para tenerlos presos y así controlar la cadena de farmacias. Por cierto, un viejo sueño del gobierno de tener una cadena similar. Le tienen la vista puesta desde que Chávez vivía.La acusación contra ellos es de boicot y desestabilización por presuntamente ocasionar colas en uno de sus establecimientos, informó el Ministerio Público.
Lo mismo hicieron hoy con el director general del supermercado Día a Día, Manuel Andrés Morales Ordosgoitti, quien fue detenido el pasado 02 de febrero, por presuntamente incurrir en irregularidades en la distribución de productos de primera necesidad.
En la audiencia de presentación, el fiscal 73º nacional, Israel Paredes, imputó al directivo por la presunta comisión de los delitos de boicot y desestabilización de la economía. El mismo deseo de apropiarse de la cadena de 35 Practimercados DíaDía está vigente pues como están localizados en zonas populares la gente los compara con las sedes de Mercal, cuando las hay cerca, y prefieren la calidad en locales y atención por parte de los privados.
Las mentiras del ministro Osorio -también las del vicepresidente Jorge Arreaza- han sido en ambos casos flagrantes pues sabiendo que los productos “acaparados” han sido sacados del contexto de los almacenes de depósito de donde se reparten a la red de tiendas montan el show mediático buscando excusas para su fantasiosa “guerra económica desde el imperio mismo”.
Caos y más caos. Escasez y más escasez. Socialismo y más socialismo. Deterioro a pasos agigantados de lo poco que queda de la producción y prestación de servicios por parte de la empresa privada. Y con Polar, la que no pueden robarse, le ponen precios a sus productos de tal forma que pierdan dinero. Ahogamiento en cámara lenta. Increíble el masoquismo rojito. Negocios raspando la olla.
