EL ESPALDARAZO QUE EL COMANDANTE-presidente dio la tarde del jueves al ministro de Energía Rafael Ramírez solo se equipara con un respaldo otorgado en las actividades de la Mafia Siciliana o de la Cosa Nostra entre miembros de esas cofradías del crimen y la corrupción.

Ignorar la responsabilidad de los militares y civiles rojos rojitos en el terrible caso de la putrefacción de millones de kilos de comida en contenedores recibidos hace más de un año en las aduanas controladas por el régimen y con muchos de esos denunciados por los medios desde los años 2008 y 2009, incluyendo nuestra denuncia sobre la leche contaminada traída de China, ampliamente reseñado después por la periodista Patricia Poleo en amplios y documentados reportajes en el periódico El Nuevo País.

Ahora que le estallan en la cara al gobierno estos casos, con pruebas extraordinarias de su desidia, ineficiencia, ineficacia, corrupción y deshonor para con los hambrientos, los enfermos y los pobres sin recursos lo que ha hecho el caudillo es ignorar lo que está detrás de esas comisiones mil millonarias y tratar de echarle la culpa a los medios, los empresarios o la Polar. Nunca una culpabilidad de su gente. El hecho de detener al miembro de la junta directiva de Pdvsa, Luis Pulido, es para “asegurarle al país que llegará hasta sus últimas consecuencias”. Nada más falso con el apoyo incondicional a ese ministro Ramírez “que es un ejemplo” y quien deberá encargarse de limpiar las evidencias y borrar las cartas y memoranda cruzada entre despachos oficiales respecto a esos cargamentos.  Lo mismo que hacen con las casas de bolsa en las cuales los rojos-rojitos tenían negocios con Santos.