CON SU SABIDO ACCIONAR tras bastidores, de noche o con teléfonos satelitales, la figura del capitán Ramón Rodríguez Chacín, ex ministro del Interior
y pieza clave en la relación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, pasa largos períodos en los que desaparece de la escena pública. De repente se muestra en medio de la selva cargando a rehenes recién entregados o en una rueda de prensa con su comandante presidente. Siempre el factor sorpresa es clave en este militar de la marina entrenado en Estados Unidos, Israel, Francia e Inglaterra al tenor de los famosos Navy Seals.

El marino ha estado en el cargo del Interior en dos oportunidades como refiere Wikipedia:

En el 2002, fue designado por el presidente Chávez, en el cargo de ministro de interior y justicia en reemplazo del expulsado Luis Miquilena. En ese cargo, el 11 de abril durante el transcurso del Golpe de Estado, en la cual terminó con la imposición como presidente por parte de los militares al empresario Pedro Carmona Estanga, este último no solo ordenó la destitución como ministro a Rodríguez Chacín, sino también su detención y encarcelación. Resultó liberado y volvió asumir el cargo ministerial el 13 de abril, cuando Chávez mediante un contragolpe retomó el poder.

El 4 de enero de 2008 es nombrado nuevamente como Ministro del Interior y Justicia, cargo que cesa en septiembre del mismo año, debido a que ayudó a proteger en territorio venezolano al padre de la ex canciller de Colombia Maria Consuelo Araujo, el ex ministro Alvaro Araujo Noguera quien estaba acusado de ser patrocinador de grupos paramilitares y secuestro.

Referencia obligada es su saludo a los guerrilleros que le entregaban a varios rehenes en la selva colombiana cuando les dijo en clara y fuerte voz algo asi como: «Estamos con Ustedes su lucha es nuestra lucha…, saludos de nuestro comandante».

El capitán sigue relacionado a través de sus múltiples viajes, con varias cédulas falsas ya denunciadas en su momento, con los grupos irregulares colombianos. Por eso reaparece ahora cuando se habla de un apoyo económico a la campaña de Antanas Mockus en Colombia por su intermediación y la del Tte.Cnel Erling Rojas Castillo, hasta hace poco viceministro de secretaría de la Presidencia de la República cuando fue defenestrado por órdenes de la ministra recién nombrada como lo escribí en mi columna del 8 de abril del presente año: «El jefe de protocolo presidencial fue echado por la ministra de Secretaría, Isis Ochoa, miembro del FFM, quien discutió y se fue de las manos con el coronel Erling Rojas Castillo, quien fungía de viceministro, y al botarlo nombró a un jovencito de 25 años, José López, en el cargo.»

Erling Rojas Castillo fue el número uno de la promoción de 1987, “general de brigada Tomás Montilla”,en la que su segundo compañero fue el todopoderoso ministro Diosdado Cabello. Ha formado parte del primer anillo presidencial. Su último cargo publico y notorio fue el de Viceministro de Relaciones Presidenciales del Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia, del que salió como mencionamos arriba. Antes fue director General de Custodia y Rehabilitación del Recluso, adjunto al Ministerio de Interior y Justicia. Antes fue vicepresidente de Venezolana de Televisión (VTV).

Hoy se supo que Rojas Castillo es quien ahora se ocupa de manejar la relación con los grupos irregulares fronterizos y habría sido el intermediario para llevar un «aporte venezolano a la campaña de Antanas Mockus». La entrega se habría hecho en la zona fronteriza del estado Apure disimulada como una recolección de colombianos residentes de este lado de la frontera.

El interés demostrado -en forma pública,grosera y alevosa- por parte del presidente venezolano tratando de evitar que Juan Manuel Santos llegue a la presidencia del hermano país sería el marco perfecto para unir todas las piezas de este rompecabezas de color rojo rojito.

Las amenazas de cerrar la frontera, romper relaciones, presionar para el deterioro económico de Colombia más allá de lo que ya ha logrado, haría que Chávez  «se juegue a Rosalinda» en esta contienda electoral colombiana.

De comprobarse -cosa dificil pues el régimen venezolano en estos once años se ha preocupado, con éxito, a no dejar huellas, trazos o recibos de sus andanzas y regalias financieras a grupos extranjeros- sería una terrible evidencia de como tras el movimiento verde hay otros intereses bastardos por parte de un pequeño grupo  de sus dirigentes. Bueno sería que se aclarara pues el movimiento ecológico tiene buen futuro en Colombia.