CUANDO EL GENERAL ANTONIO RIVERO denunció la presencia de los militares cubanos en la fuerza armada venezolana no estaba descubriendo el agua tibia. Las denuncias suyas, si bien dieron el marco más valedero por haber estado cerca de ellos, lo que hicieron fue confirmar acusaciones anteriores de distintos periodistas y de medios libres no alineados con el régimen. En el 2004 la periodista Patricia Poleo difundió un video en el que se apreciaban unos cubanos llegando al Comando de la Guardia Nacional en san Fernando de Apure y a los soldados venezolanos que los recibían cargándoles el equipaje. En ese entonces era ministro de la Defensa el hoy gobernador del estado Vargas, el General en Jefe Jorge Luis García Carneiro. Ante la evidencia presentada por Poleo el titular de defensa ordenó abrirle un juicio militar inconstitucional, no porque las imágenes fueran falsas o trucadas o porque no se tratara de personal cubano el que aparecía en las tomas, pues lo reconoció como cierto, sino porque la periodista incurría en traición a la patria por difundirlas. Otro detalle que ahora desde su exilio ella cuenta es que más adelante cuando García Carneiro asumió el ministerio de participación popular y desarrollo social se inició un proyecto conocido como “Casa Hogar Unefa”, regido por la Escuela de Educación Integral de la UNEFA, a través de operadores psicológicos  cubanos y miembros del Frente Francisco de Miranda, entrenados y adoctrinados en Cuba para la formación política de los cuadros de defensa de la revolución. Esto quiere decir, la generación de relevo, la fachada perfecta para crear el tan buscado –y no hallado- nuevo ser revolucionario y alcanzar la perpetuidad de Hugo Chávez en el proceso. Lo más grave: son niños abandonados, niños sin familia o cuyas familias los entregan a la revolución a cambio de trabajo, vivienda o dádivas rojas rojitas. La “robolución los adoctrina y los padres quedan felices…mientras tanto. Veremos a quien respetan cuando regresen al hogar…