LOS NEGOCIOS DEL MINISTRO de cultura Farruco Sesto -quien siguiendo la tradición que ya es costumbre en este gobierno fue botado una vez por denuncias de corrupción, luego nombrado ministro de vivienda sin resultado alguno sino dos ruedas de prensa para -como su líder -anunciar a futuro “construiremos”, y luego regresado al ministerio de cultura por segunda vez para volver a negociar con los socios cuyos contratos a dedo dieron lugar a la denuncia en contra suya en su primer paso por el ministerio.

Dos obras grandes de la administración Farruco fueron la Villa del Cine y la sede de la nueva galería de Arte Nacional, aun no inaugurada, ambas otorgadas a dedo, sin licitación alguna pues “son obras de arte y las obras de arte no se licitan”. Los afortunados beneficiados con la construcción de las obras fueron los hermanos Pou, Carlos y Lucas, socios de Sesto en la firma agraciada.

Nada pasó. Los reales se les pagaron en su totalidad a los hermanos socios. Ahora, regresando a su despacho fue el propio Farruco quien les encargó a los hermanitos Pou la construcción del mamarracho especie de cohete apuntando al cielo, monumento Bicentenario, que con los colores rojo y negro quiere identificar en negativo  la colonia española y  el puntofijismo y en el color preferido del régimen la gesta independentista, el triunfo de la revolución bolivariana, y el poder popular del pueblo venezolano.

Nada se sabe de costo. Lo mismo que pasó antes, sin ley de licitaciones por delante. Roba y sigue….