Los "Expedientes" de Juan Toro convierten a la violencia, el estrés y el desabastecimiento venezolano en arte - Runrun
Los «Expedientes» de Juan Toro convierten a la violencia, el estrés y el desabastecimiento venezolano en arte
El seguimiento que desde 2008 el fotógrafo Juan Toro le ha hecho a la violencia en Venezuela, así como también a las protestas de 2014, al cierre progresivo de empresas, a la ansiedad y al desabastecimiento de alimentos y productos básicos en el país, están registrados en su libro Expedientes que recientemente salió a la venta. El reportero gráfico acompaña las fotografías que ha documentado desde hace ocho años con textos de profesionales y amigos de distintas áreas, que asegura, lo han acompañado durante su carrera

 

@Angelicalugob

LOS CAPÍTULOS DEL LIBRO EXPEDIENTES, del fotógrafo Juan Toro, resumen varios aspectos que en la actualidad preocupan a los venezolanos. La violencia y los homicidios son documentados con fotografías de balas y de las etiquetas que se les asignan a los cadáveres que son ingresados en la morgue de Bello Monte, en Caracas. La escasez es reseñada con productos que no se consiguen en anaqueles, pero que el fotógrafo los fotografía con un objeto blanco para sacarlos de contexto. El estrés y la ansiedad, son reflejados con fotos que el reportero gráfico ha hecho de pastillas y ansiolíticos que toman pacientes que asisten a consulta psicológica, mientras que para el cierre de empresas, por la crisis económica que hay en el país, el fotógrafo exhibe las imágenes de los llaveros de empresarios y trabajadores que se han ido de Venezuela.

– ¿Cómo surge la idea de Expedientes?

– Para hablar de Expedientes, tenemos que hablar cómo se inicia el proyecto como tal. En el año 2008 comencé a involucrarme un poco en el mundo de la violencia a través de mi amiga periodista María Isoliett Iglesias. Nuestro proyecto era, con el blog Voces de la Muerte, la idea era empezar a hablar de la violencia a través de las personas que generaban y sufrían la violencia. El 25 de diciembre de 2008 fue mi primer encuentro con la muerte, con esa muerte violenta que ocurre en la madrugada, esa muerte a la cual los periodistas y fotógrafos de sucesos le van siguiendo el rastro día a día. Cuando uno comienza a trabajar de manera profunda un tema, ese tema va abriendo puertas y ese tema se va transformando en cosas. Recuerdo que ese día, como no sabía cómo tenía que desenvolverse, me quedé atrás porque uno tiene que aprender de las personas que hacen eso todos los días. En ese camino de este trabajo, la violencia me fue abriendo algunas puertas y pasé de fotografiar la escena del crimen, esa violencia directa que puedes ver en la calle, a fotografiar objetos que están vinculados a la violencia. 

 

Expedientes

 

– ¿Por qué fotografiar los objetos que encuentras en una escena del crimen?

– Pasé de fotografiar el hecho, la escena del crimen, esa violencia directa que puedes ver en la calle, para fotografiar objetos que están vinculados a la violencia, porque entendí que al fotografiar esos objetos puedes tener un acercamiento distinto a esa realidad y las personas pueden de alguna manera acercarse también a ella. He fotografiado esos objetos sobre fondo blanco para sacarlos de contexto, porque si los fotografiaba en el lugar donde los encuentro, todavía los objetos están rodeados de la escena de violencia, del ruido que produce la escena como tal. Al llevarlos al estudio, el objeto adquiere otra dimensión porque además al fotografiarlo puedo redimensionar el tamaño del objeto y eso lo convierte en un objeto diferente al que produjo el dolor o que causó la muerte. Ahora ese objeto no puede volver a herir, pero sí nos puede hablar del daño que hizo. Y en ese momento cuando te enfrentas a él, lo que busco es que se establezca un diálogo en un espacio que lo permite, donde no hay gritos, ni confrontación. Es un espacio donde el objeto habla de lo que hizo y tú como persona que formas parte de una sociedad, entiendes desde la distancia lo que eso puede causar. Yo he ido reconstruyendo reconstruyendo una especie de memoria de esta situación que está viviendo el país a través de estos objetos que están vinculándose al hecho como lo es la violencia.

Juan+Toro-plomo+01

– ¿Cómo has clasificado en estos años el material que has documentado?

-Desde el año 2009 he comenzado a hacer esto y lo que hacía, de alguna manera, era ir organizando esos objetos en pequeñas carpetas. Fui haciendo como una suerte de pequeños expedientes en cada una de esas series. Cuando nace el proyecto del libro, que además es algo que inicialmente nunca me planteé, lo que hice fue incorporar estos objetos como si fuesen una suerte de expediente y acompañarlo de unos textos que hablan un poco de la situación país.

– ¿Qué se te hizo más difícil de recolectar?, tienes balas, desechos, llaves…

– El proceso de recolección es difícil. Cada cosa tuvo su dificultad, sobre todo el hecho de enfrentarse a los objetos, porque el objeto está cargado. Uno sabe que ese objeto causó un daño, que habla sobre situaciones de las cuales a uno no le gustaría ni siquiera vivir, ni que personas alrededor de uno la vivieran, o que el país las estuviera viviendo. Entonces de alguna manera siempre manipular ese tipo de cosas, es complicado.

– Uno de los capítulos del libro es de las etiquetas que les colocan a los cadáveres ingresados en la morgue de Bello Monte…

– Estas etiquetas hablan un poco de números. Es como ese texto que escribe María Isoliett Iglesias, que es una crónica muy pertinente porque el número significa la transformación del ser vivo en un ser que ya no está. Ya no te llamas Juan, te llamas 500 ó 300. Los venezolanos nos hemos acostumbrado como al tema de las cifras, por el número de homicidios, por ejemplo. Lo que me interesaba del tema era ponerle una imagen al número que empieza a transformarse en algo cotidiano dentro de esta realidad que estamos viviendo. Me di la oportunidad de darle espacio en el libro a las personas que me han dado espacio. Las personas que escriben en el libro, son personas que me han acompañado desde el día uno, María Isoliett Iglesias, Nelson Garrido, Gerardo Zavarce, Félix Suazo, Alberto Esprino, Lourdes Peñaranda, la psicóloga Carla Valbuena, una amiga periodista de hace muchos años que prefiero mantener su nombre por un tema que tuve que cambiar la firma para poder escribir en el libro, y tuve la suerte además de que el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, escribió un texto que le dio un peso al libro (…) Tener la posibilidad de ver en papel, que las personas puedan tener algo con lo que uno ha trabajado durante tanto tiempo y que es algo que está pasando en el país. No es lo único que pasa en el país, es una visión del país, que no quiere decir que es la única, ni la más correcta, ni es la única verdad que pasa en el país. Pueden leer esa realidad, verla, observarla y pueden entender un poco lo que uno quiso para poder acercarse a ellos y a esa realidad.

Etiquetas Juna Toro

– ¿Tocas también el tema del desabastecimiento, ¿cómo lo manejas en el libro?

-El desabastecimiento, para mí, son unas fotografías que la verdad me han costado mucho convivir con ellas, porque mientras las otras fotografías que aparecen en el libro hay una tendencia a que las mismas tengan detalle, foco, contraste, el tema de estos alimentos que se están buscando hoy en día tenía que tratar de trabajarlos desde el objeto. Eso quiere decir que empecé a buscar ese objeto haciendo las colas en automercados o inevitablemente consiguiéndolos por otras vías, como intercambio o prestado, y me los llevaba al estudio y los fotografiaba sobre exponiéndolos. Eso da la sensación de ese efecto como el que estamos viendo en las vallas a lo largo de la ciudad que tienen tanto tiempo que no se cambian que se van despintando y van perdiendo esa propiedad que los hace únicos. Es partir de una fotografía como anti publicitaria, es partir de un error casi fotográfico que es la sobre exposición, pero a través de esa sobre exposición el objeto comienza a diluirse en el fondo. Ese objeto que se diluye en el fondo, que no está totalmente desaparecido, porque aparece de vez en cuando, ese hecho de desaparecer habla un poco del tiempo que se nos diluye en las colas, habla de la falta de inversión, habla de las peleas que ocurren en las colas por conseguir el objeto.

Juan Toro DesaparecidosFoto: María Isabel Batista