Si yo dijera que da mucha rabia que Félix Hernández haya tenido otra salida de calidad ¡un juego de dos hits! y que aún así perdió, no describiría con justicia el verdadero sentimiento que es arrechera.

No me gusta usar malas palabras, menos aun en mis escritos, pero no creo que sean pertinentes los eufemismos.

Arrecha porque ya luce hasta inverosímil que a un lanzador haya tenido un equipo tan nulo acompañándolo.

El acucioso Efraín Ruiz Pantin, informó en su twitter que: “Félix es sólo el tercer pitcher desde 1980 con dos temporadas de 29 o más salidas de calidad. Los otros son un tal Randy Johnson y Greg Maddux”.

Salidas de calidad no significa más nada que juegos que el lanzador debió ganar según el trabajo que hizo en el morrito.

Algunas salidas de calidad terminan en victorias, en otros casos se pierde porque el relevo botó el juego o le empataron y no tuvo decisión o sucede como hoy, que perdió 1 a 0 porque el equipo no pudo producir anotaciones.

Un cuadrangular, no cualquiera, el número 50 del líder jonronero de la liga, José Bautista, fue la única carrera que aceptó el abridor venezolano, el otro imparable fue un sencillo del jardinero izquierdo Travis Sinder, lo demás fueron 3 boletos y 4 ponches y sólo dos corredores quedaron en posición anotadora.

Justo ahora cuando se aviva la polémica sobre el Cy Young porque en dias los cronistas estarán decidiendo quien es el favorecido de este año, Hernández tiene otra actuación fenomenal. C.C. Sabathia es un buen pitcher, nadie lo duda, un hombre que no pierde en su casa y que  ya acumula 20 triunfos, pero no es lo mismo contar con el respaldo de los toleteros de lo Yankees a la nulidad de la alineación de los Marineros.

Recuerdo que el año pasado, cuando ganó Zack Greinke, con menos victorias que Félix Hernández, algunos explicamos la votación con el argumento de su dominio en ponches y efectividad y recuerdo también a Efraín Ruiz diciendo que podía ocurrir que nos tocara defender, con esas mismas razones, la posibilidad de un Cy Young para Félix Hernández, lo que no imaginó el joven periodista y nadie, es que la cosa sería tan extrema, 227 ponches y 2.31, pero sólo 12 victorias e igual número de derrotas.

Es más que rabia.