Mis Barajitas: Gonzalo López Silvero "Así se juega el Beisbol" - Runrun

Siempre digo que debería ser un derecho de todo fanático del beisbol ir por lo menos una vez en la vida al “Spring Training”.

Son unos días estupendos, se puede ver beisbol desde que amanece hasta bien entrada la noche.

Los jugadores están sin la presión de ganar, están poniendo a tono sus cuerpos, se reencuentran con el equipo, tienen más tiempo y ánimo que en la temporada regular para atender a los fanáticos, en fin, son días esplendorosos.

Desde muy niña soñaba con esos campos que veía en los programas de televisión “Así se juega el Beisbol”, que conducía Gonzálo López Silvero.

Los niños de mi generación crecimos escuchándolo y viéndolo, en las narraciones del beisbol, el boxeo, los mundiales de fútbol, los juegos olímpicos, el Miss Universo, el Miss Mundo y hasta la entrega de los Premios Oscar.

Por ser perfectamente bilingüe, además de un hombre culto y con sentido del humor, era requerido para todos esos programas de Venevisión.

Con su acento cubano escuchamos de los doble plays de Concepción, Morgan y Pérez; los jonrones de Antonio Armas y Baudilio Díaz; la perfección de Nadia Comanecci; los goles de Beckenbauer; la rabietas de John McEnroe; la Medalla de Rafael Vidal en los Ángeles.

Recuerdo especialemente que al hablar antillano se le impuso su amor por Venezuela en aquella narración emocionada y emocionante.

Su fuerte, por supuesto, eran los deportes, tenía un resumen dominical llamado “Deportivas Venevisión”, que tenía de todo, y otro que hoy sería visto como un “Reality” llamado “La supervivencia de los más aptos”, en los que unos tipos eran sometidos a competencias en las que tenían que nadar, montar bicicleta, trepar árboles, descender por barrancos a rapel o bajar por un caudaloso río en un kayak,  aún así es imposible olvidarlo como la voz que dió cuenta del triunfo de Maritza Sayalero, Irene Sáez y Pilín León, o cuando decía, por ejemplo, y el ganador es…  “ !Robert De Niro, por El Toro Salvaje!”…

Gonzalo formaba parte de nuestras vidas tanto como el televisor. Además, también estaba en la radio, durante la temporada de acá, con su gran llave Delio Amado León.

Su programa de los sábados, “Asi se Juega el Beisbol”, duraba media hora, en la que Gonzalo entrevistaba un pelotero y  luego lo ponía a dar una “clínica”, es decir, lo hacía explicar, bate o guante en mano, cómo era su mecánica de juego.

Coincidirán conmigo muchos de quienes lean esto, que entre los más inolvidables programas estuvo el que hizo con Baudilio Díaz.

Si algo destacaba en los comentarios de Gonzalo era su respeto por el beisbol, por sus jugadores, técnicos y seguidores.

Fue catcher y mánager, asi que tenía esa visión de la estrategia del juego.

Aunque su profesión, o mejor dicho, su título universitario es de abogado, Gonzalo estuvo muy vinculado al beisbol en Cuba, antes de la Revolución. Conocía el beisbol desde adentro, especulaba sobre la base de su experiencia, no hablaba pistoladas.

Lo conocí personalmente cuando trabajé en Omnivisión, porque él se encargó del departamento de deportes de ese canal, que fue el primero por suscripción que hubo en Venezuela.

Una mañana le hablé en la cafetería de cuánto lo admiraba y le dije que me gustaba mucho el beisbol. Seguimos conversando y al final me dijo: “!No te cohibas porque eres una mujer, que si de verdad sabes, te vas a ganar el respeto de la gente!”

Siempre le agradeceré el consejo.

Al poco tiempo se fue a vivir a Miami y volvimos a vernos durante la filmación de la película de Galarraga.

César Miguel decidió que Gonzalo debía ser el gran narrador de nuestra película. Gonzalo podía hablar sobre la trayectoria de Andrés, desde que apareció en la pelota profesional, cómo triunfó en las Mayores, lo importante que fue escuchar a Don Baylor y también habló del beisbol como modo de vida.

Explicó con mucha franqueza lo que es la vida de un pelotero, dentro y fuera de las rayas de cal. Dio una lección de vida vista desde el beisbol.

Desde entonces nos comunicamos de vez en cuando, aunque vive en Miami no se desvincula de Venezuela, país al que quiere mucho y extraña, según me dice siempre.

El anecdotario de Gonzalo es tan extenso como puede uno imaginar. Tiene cuentos con boxeadores, porque incluso ha sido juez de peleas importantísimas, en Las Vegas, Nueva York, Japón o donde sea; tiene historias con Don King, el polémico promotor de boxeo. De los Mundiales de Fútbol, es amigo de Alfredo di Stefano, nada menos, “La Saeta Rubia”. De no sé cuántos Juegos Olímpicos o Series Mundiales, de sus viajes en motor home por Arizona y Florida, cubriendo el spring training. De sus años como catcher en la Universidad de la Habana.

Además también es muy amigo de mi esposo Daniel, quien lo conoció trabajando en Venevisión, hace un montón de años y quien lo siente, igual que yo, como un mentor, un consejero único, para hablar, en mi caso de beisbol, en el de Dany de televisión y en el de los dos, de la vida.