¿Por qué tantos goles de táctica fija?
Jul 12, 2018 | Actualizado hace 6 años
¿Por qué tantos goles de táctica fija?

 

@SanchoDiegoo

@LaPizarraDelDT_

En nuestros países hay varias maneras de nombrar las acciones de táctica fija: pelota parada, detenidas, acciones a balón parado (ABP). El último es el nombre por el cual los entrenadores suelen llamarla. Y de aprovecharlas. Hay quienes ponen a su equipo a practicar hasta los saques de banda, tanto ofensiva como defensivamente. Defensivamente suponen una oportunidad de arrinconar al rival para presionarlo y recuperar rápido.

A nivel de selecciones, es primordial el trabajo de estas acciones. Concretamente de tiros libres y de esquina. Primeramente porque suponen una oportunidad de reiniciar el juego con peligro hacia el arco rival. Segundo, porque son fáciles tanto de aprender por parte de los ejecutantes como de diseñar por parte de los entrenadores. Toma menos tiempo preparar media docena de acciones específicas que ir dosificando un modelo de juego.

Tanto para defenderlas como para llevarlas a cabo, los entrenadores necesitan primeramente conocer las alturas de sus jugadores. Normalmente, el más alto va a marcar al más alto de los rivales. Luego se dibujan los desplazamientos individuales de cada jugador. Para el futbolista resulta sencillo: solo tiene que saber cuál será su recorrido. Todos saben quién va a dar el cabezazo. Sobre todo el compañero que va a hacerle el arrastre de marca.

Hay un paradigma que hace que sea tan efectivo usarlas: la pausa que antecede a su ejecución. Normalmente, en el modelo de juego se practican automatismos que no suelen salir como el entrenador desea porque el rival marca muy bien, por impericia técnica propia o porque en medio de la jugada hubo un rebote que entorpece la acción. Que los ejecutantes sepan dónde va a iniciar y terminar es un plus que el mismo juego no siempre ofrece.

En esta Copa del Mundo, Uruguay e Inglaterra han sido los equipos más beneficiarios de las ABP. El caso charrúa es contundente: los cinco goles que hicieron en la fase de grupos llegaron por esa vía. Sí, el remate de Diego Laxalt en el 0-2 a Rusia, tiene su mérito en usar un jugador esperando la segunda jugada. Por lo general, se estila que un jugador no muy dotado de estatura, pero sí de buen remate, custodie la zona de rebotes.

El caso inglés es curioso, porque dentro de su cuerpo técnico hay un entrenador especialista en el armado de las ABP. También hay equipos que tienen automatismos para contragolpear los rebotes de las ABP que defienden. Normalmente, a un córner suben cinco efectivos (la pareja centrales casi siempre incluida), un cobrador y uno que sobra para el rebote. De modo que hay siete rivales en propia cancha; una ocasión ideal para tomarlos desprevenidos en el fondo.

Lo que no se puede pretender es que un modelo de juego sea sostenible a partir de estas acciones. En ese sentido, Uruguay e Inglaterra poseen otros recursos para anotar, como han hecho gala en Rusia. Quienes apenas hacen daño a través de las ABP no pelean títulos. Un ejemplo son los equipos de Tony Pulis, reconocido como salvador de varios comprometidos con el descenso en la Premier League inglesa. Los sacaba de la zona roja, pero nunca estuvo cerca de la parte alta de la tabla.