Mi hijo Daniel es un acucioso lector de información deportiva y le gusta conversar sobre lo que lee. Hoy tuvo acceso al artículo de Efraín Ruiz Pantin en el diario Líder, sobre las posibilidades de Omar Infante de pelear por el campeonato de bateo.
El artículo lo colgaremos al final de estas líneas, para que quienes no lo leyeron disfruten de todas las cuentas que esmeradamente saca el joven periodista, apoyado como le gusta en los números y materializar la esperanza.
Así como en la vida, en el beisbol también mientras exista el mínimo chance, todo es posible.
Por eso aún los Orioles de Baltimore no tienen un asterisco que los distinga como eliminados, porque matemáticamente no lo están. “Mientras hay vida hay esperanzas”.
Terminada la lectura de las conjeturas, mi hijo de 13 años soltó una sentencia indiscutible.
“Aunque no lo dice, este artículo demuestra que Charlie Manuel tuvo razón de convocar a Infante al Juego de las Estrellas, es un utility por encima del promedio, como tu dices, aun que no haya jugado, había que llevarlo”.
Impactado con el rendimiento que ha tenido el infielder que en Venezuela viste el uniforme de Caribes de Anzoátegui, lo definió como el “mejor utility”.
Así comenzamos a hablar del trabajo de esa figura en un equipo de beisbol. De cómo puede ser la diferencia, de lo importante que es para un manager poder llenar una ausencia con un hombre de confianza, rendidor, capaz de cubrir varias posiciones, con el talento para poder salir de la banca a dar un batazo, tocar la bola o entrar a correr.
Así que llegamos a César Tovar, uno de los jugadores más extraordinarios en la lista de los criollos y hablamos de Luís Sojo decidiendo con un batazo una Serie Mundial para los Yanquis de Joe Torre.
Los utilitys viven momentos excitantes. A veces pareciera que a cuenta de no ser estelares, los contrarios no están esperando que respondan y mucho menos que respondan siempre.
César Tovar rompió 5 no hitters en las Grandes Ligas y por recordar otra de Sojo hay que decir que conectó un “podrío” para llevar a los Marineros de Seattle a la postemporada de 1995, convirtiéndose en la estrella de una alineación que contaba con Ken Grifen ir y Alex Rodríguez.
En los últimos 10 juegos, Infante está bateando para 455 y ha empujado 6 carreras, en la temporada golpea para 350. Sin duda ha sido clave para las aspiraciones de Bobby Cox de llegar a la Serie Mundial en su año de retiro.
En la detallada nota de Efraín Ruiz podrán darse banquete con la maravillosa posibilidad de que Omar Infante sea líder bate de la Liga Nacional.
Cualquier equipo que quiera ganar debe tener un utility capaz de hacer la diferencia, un utility tan bueno como para ser regular, tan talentoso como para que parezca un delito dejarlo sentado, tan importante como para haber sido convocado a un Juego de Estrellas y para llegar a octubre.
Más rendidor que su detergente.
