Hasta que finalmente la mandó lejos.
No conozco el nuevo estadio de los Yankees, pero en el viejo parque, recordado como “la casa que construyó Babe Ruth”, la plaza de los monumentos era uno de los sitios más significativos de todo el beisbol.
Quien suscribe no es Yanquista, con el tiempo se me ha ido suavizando lo de “anti” pero lo cierto es que no les ligo las victorias. Sin embargo ese lugar era sobrecogedor, conmovedor, energético, emocionante…
La plaza fue replicada y los monumentos trasladados. Los mejores Yankees de todos los Yankees tienen un lugar allí para no ser olvidados nunca. Claro esta última afirmación es sólo una expresión, un lugar común, porque esos nombres son inolvidables por su grandeza.
Pues hasta la nueva plaza de los Yankees inmortales llevó Alex Rodríguez el jonrón 600, ese que muchos esperamos desde hace 12 dias.
Y nuevamente se prendió la polémica sobre la “limpieza” de sus batazos y aparecen condenas a su carrera. Eso nunca parará porque son opiniones y unos y otros presentan argumentos, pero el registro de batazos está ahí.
Insisto en que para dar jonrones se necesitan otras habilidades y talentos que exigen más que fuerza, pero esas consideraciones ya las hice en el artículo titulado “El jonrón 600”.
El primer cuadrangular lo dio el 12 de junio de 1995, contra Tom Gordon y luego de 100 en 100 Nerio Rodríguez fue su histórica “víctima” el 12 de agosto de 1998, el 12 de mayo de 2002 Jon Garland, el 2 de abril de 2003 Ramón Ortiz, el 8 de junio de 2005 el pitcher fue Jorge de La Rosa, el 4 agosto de 2007 Kyle Davies y este, el 600, el que le da la exclusiva membresía del club de quienes han dado esa cantidad o más, contra Shaun Marcum en el primer episodio delante de más de 47 mil almas.
No fue en la noche, como deseaba esta cronista por el simple capricho de ver los miles de flashes mientras Alex Rodríguez daba la vuelta completa, esas escenas me encantan, pero quisieron los guionistas del beisbol que ocurriera en una tarde fresca, que sucediera en el Bronx y terminara, no en las manos de un aficionado de esos fieles que ocupan los “bleachers”, sino por todo el medio, a esa plaza monumental donde sólo están los que se ganaron el derecho. Un empleado le dio la esfera al bateador y de inmediato apareció la foto histórica.
Así que finalmente el día llegó. Servido el pitcheo de Marcum Rodríguez le dio con toda la madera y la mandó literalmente para la historia.
Aquí está, para quienes se lo perdieron por andar trabajando.
